…Al día siguiente…
-Tienes que arreglarte hija –
dijo mi madre.
-Ya voy – dije.
Subí a mi habitación y me metí
al baño. Tome una ducha, larga y relajante, aun era temprano. Salí del baño y
tome una bata. Me quede sentada en mi sofá, esperando a secarme, aunque sea
solo un poco.
Pasaron algunos minutos y comencé
con mi peinado y maquillaje. Termine después de una hora, aun tenía unos
minutos. Baje a la cocina y fui por algo de tomar.
-¿Sabes que te quedan solo unos
minutos? – cuestiono Alejandro.
-Lo sé – dije después de tomar
mi último sorbo de agua – ya regreso.
Subí a mi closet y tome el
vestido. Me cambie por eso http://www.polyvore.com/cgi/set?id=54326295,
me di algunos toques y listo. El timbre sonó, lo más seguro es que fuera Justin.
Me coloque mi pulsera y Salí de mi habitación.
-Wow – dijo Justin al verme.
-¿Cómo se ve? – cuestione.
-Increíble – dijo mirándome de
arriba abajo – creo que es hora de irnos.
-Si – dije riendo – chau Alejandrito.
-Chau chiquillos – dijo riendo –
que les vaya bien.
-Gracias – dije extrañada.
Salimos de casa y subimos a una
camioneta negra. Esta nos llevo a un hotel, en donde seria la fiesta.
-¿No planeabas ir a la misa? –
cuestione.
-Son de diferente religión a la
mía – dijo – mi madre fue ya que es su hermana, además ella no me agrada mucho
que digamos.
-¿Por qué? – cuestione.
-Tiene algo – dijo riendo.
-Oh vaya – dije riendo – suena
odiable.
-No te burles de mi – dijo riendo.
-Hasta tú te ríes de ti – dije.
-No es cierto – dijo – yo me
rio de ti.
-¿Por qué de mi? – cuestione.
-Porque eres graciosa – dijo.
-Tonto – dije riendo.
Llegamos al hotel y el mismo
chofer nos ayudo a bajar. Entramos al salón y fuimos con Pattie.
-Hola chicos – dijo Pattie – se
ven muy bien, ambos.
-Gracias mamá – dijo Justin.
-Muy buena elección de vestido –
dijo Pattie hacia mí – te ves hermosa.
-Gracias – dije algo apenada –
lo mismo digo de ti.
-Hay cariño – dijo riendo.
-Es enserio – dije – ¿o no Justin?
-Mi mamá es bellísima – dijo Justin.
-Hay muchachos, como los quiero
– dijo – elevan mi autoestima.
Hablamos por unos minutos hasta
que llego la hora del vals de los novios. Todo parecía haberse planeado con muchísimo
cuidado, todo muy perfectito. Los recién casados se veían sumamente felices y
enamorados, el sueño de cualquier mujer.
La boda siguió como cualquier
otra. Hubo momentos en los que bailábamos – Justin y yo – con Pattie, hubo
otros en los que estábamos solos y otros en los que preferimos estar sentados
charlando. Mientras más tarde se hacía, más lentas eran las canciones.
-¿Acaso esa bellísima mujer aceptaría
bailar conmigo? – cuestiono Justin.
-Claro que si – dije tomando su
mano.
Caminamos tomados de la mano
hasta la pista. Coloco una de sus manos sobre mi espalda, pegándome a él. Con
su mano libre tomo la mía y entrelazo nuestros dedos. Yo coloque mi mano libre
sobre su hombro y dejamos que la música nos moviera.
Prácticamente esta es la razón por
la que estoy loquita por el muchacho, su simple forma de ser. Siempre me
pregunto cómo le hace para hacer todo lucir tan perfecto, como le hace para
hacerme sentir tan especial a cada instante – algo que puede ser muy difícil.
Su forma de besarme, la forma en que me abraza, la forma en que me sujeta, la
forma en que me mira, la forma en que me habla, todo eso y más es lo que me
hace quererlo cada día más y más.
Me siento culpable de alguna
forma, el es demasiado lindo conmigo mientras que yo no hago nada por él. Me
siento como una mala novia, tal vez esta sea la razón por la que algunas Belieber
me odian, por ser mala novia.
-Te ves hermosa cuando estas
pensativa – dijo sonriendo.
-No digas eso – dije apenada.
-¿Por qué no? – Cuestiono riendo
– a fin de cuentas es la verdad.
-¿Qué haremos contigo? –
cuestiono, el solamente se limito a reír.
-Por cierto, ¿en qué piensas? –
cuestiono con algo de interés.
-En ti – dije – en tu forma de
ser conmigo para ser más exacta.
-¿Hago algo mal? – cuestiono con
cierto tono de preocupación.
-No – dije – al contrario, todo
lo que haces siempre es perfecto, es solo que, eres demasiado lindo conmigo y
no me malinterpretes, me encanta que seas así pero, me siento mal.
-¿Por qué? – cuestiono.
-Porque tú haces de todo por mi
– dije – y yo no.
-Claro que si has hecho mucho
por mi – dijo asintiendo con la cabeza.
-Primero que nada, estar
conmigo con buenas intenciones – dijo – eso es algo que aprecio de verdad. El
simple hecho que estés junto a mi es mi mayor tesoro, y que puedas aguantarme
es algo increíble.
-Aun así, me disculpo contigo
por ser una mala novia – dije.
-¿Qué estás diciendo? –
cuestiono – para mi tu eres la novia más perfecta que he tenido, tú no has
hecho nada mal, absolutamente nada. No debes de disculparte por nada.
-Te quiero mucho – dije
sonriendo.
-Aunque no más que yo – dijo
riendo.
-Mentiroso – dije – yo te quiero
más.
-Mmm… no – dijo riendo.
Antes de que pudiera decirme
algo, me beso. ¿Si les he mencionado lo bien que besa o lo perfectos que son
sus besos?
-Yo no sé cómo puedes decir que
eres mala novia – dijo Justin – eres hermosa, inteligente, graciosa, ¿continuo?
-Así está bien – dije riendo.
-Además, besas como los mismos ángeles
– dijo sonriendo.
-Justin – dije con vergüenza ya
que la pareja de alado nos había volteado a ver – no digas esas cosas.
-Y esto apenas comienza – dijo
riendo.
Pasaron alunas horas y regrese
a casa.
Digamos que había sido una gran
noche – sin malpensarlo, por favor – me la había pasado muy bien y había conocido
a varios familiares de Justin. Todos habían sido muy lindos conmigo, incluso había
algunos que decían que nos veíamos hermosos juntos y no sé qué otras cosas.
Subí a mi habitación y me quite
mi vestido, con cuidado de no dañarlo. Me cambie por mi pijama y me
desmaquille. Me acomode en mi cama y encendí la televisión, cambie de canales
hasta encontrar algo interesante.
…1 mes después…
-¿Ya tienes todo? – cuestiono mi
madre.
-Si mamá – dije riendo – tu tranquila.
-¿No nos podrían dar otro mes más
de vacaciones? – cuestiono mi hermano.
-Para nada – dijo mamá – ya es
hora de que estudien.
-Yo estoy feliz con eso – dije.
-Me alegro mucho – dijo mi
madre.
Termine mi comida y deje mi
plato en el fregadero. Regrese a mi habitación y me avente en la cama.
Después de mucha espera, mañana
entraría a la escuela. Estaba algo emocionada por entrar y conocer a la gente y
todo eso. No lo negaría, estaba nerviosa, hacia demasiado tiempo no iba a la
escuela, además de que no conocía muy bien el sistema de las escuelas y todo
eso. Esto sería algo nuevo para mí.
…Al día siguiente…
Desperté gracias a mi estúpida
alarma. Sonaba y sonaba y sonaba sin parar. Me levante de mi cama y me estire.
Tome una ducha corta y al salir me cambie por esto http://www.polyvore.com/cgi/set?id=54433863.
Me arregle el cabello y me coloque un poco de mi perfume favorito. Tome mi mochila y baje a la cocina por mi desayuno.
-Buenos días – dijo mi madre
sonriente.
-Hola – dije.
-¿Están listos? – cuestiono
Gustavo.
-Claro que si – afirmo mi
hermano.
-Les encantara esa escuela,
estoy segura – dijo mi madre.
-Ya lo creo – dije riendo.
Tomamos nuestro desayuno mientras
veíamos un noticiero. Terminamos y Gretta nos ayudo con nuestros platos.
Regrese a mi habitación y me cepille los dientes. Ya estaba lista para irme.
-Ya me voy – dije.
-Que te vaya bien hija – dijo
mi madre – y te cuidas.
-Si mamá – dije riendo.
Tome mis llaves y Salí de casa.
Arranque mi coche y emprendí mi marcha hacia mi nuevo colegio. Me tomo un
tiempo llegar, primero por el trafico, además me había perdido en el camino.
Entre al estacionamiento y tome un lugar. Apague el motor y me baje del auto.
Al bajar mire hacia todos
lados, la gente me miraba detenidamente. No sabía si era por haber llegado en
un carro muy lujoso como este o si era por ser nueva. Simplemente no les preste
atención. Tome mi mochila y camine hasta el primer edificio.
-Buenos días – dijo una de las
secretarias.
-Hola – dije sonriendo – se supone
que aquí debo recoger mi horario.
-¿Cuál es tu nombre? –
cuestiono la señora.
-Amanda Garza – dije.
-Oh – dijo ella – si, aquí esta
– dijo entregándome un papel.
-Gracias – dije tomando el
papel.
-De nada – dijo.
Salí de la oficina y me
encamine hacia cualquier parte. Caminaba sin rumbo, no conocía la escuela y no quería
preguntar.
-Amanda – dijo.
-Caitlin – dije sonriendo – me has
salvado.
-¿Por qué? – cuestiono riendo.
-No sé en donde estoy – dije.
-¿Puedo ver tu horario? –
cuestiono.
-Claro – dije y le entregue el
papel con mis clases.
-Amiga, compartimos muchas
clases juntas – dijo emocionada.
-Gracias Dios – dije aliviada.
-Ven, vamos – dijo.
Caminamos entre los pasillos, a
decir verdad, este lugar casi no tenía alumnos. Llegamos con rapidez a nuestro salón,
el profesor aun no llegaba.
-Ven, siente a mi lado – dijo Cait.
-Claro – dije.
Caitlin tomo su lugar y después
palmeo otro lugar, mi lugar. Tome asiento y tire mi mochila al piso. Tome mi
celular y me puse a usar Twitter. Coloque algunas fotos y puse algunas otras
cosas.
-Caitlin – escuche decir a
varias chicas.
-Chicas – dijo Cait.
Se levanto de su asiento y las
saludo, eran apenas 3 chicas.
-Chicas, les quiero presentar a
alguien – dijo y me indico a que fuera con ellas – Amanda, ellas son Karla,
Taylor y Tamara – dijo Cait – chicas ella es Amanda.
-Hola – dije sonriendo.
-Yo te recuerdo – dijo una de
ella, Taylor si no me equivoco – tú eras la chica de la fiesta.
-Así es – dije riendo.
-Oh si es cierto – dijo Tamara –
muy buena fiesta por cierto.
-Gracias – dijo Caitlin –
pronto haremos otra, todas juntas, sirve que así se conocen mejor.
-Me agrada la idea – dijo Karla
– bienvenida a este colegio.
-Gracias – dije sonriendo.
-¿Qué tú no eres la hermana de Alejandro?
– cuestiono Taylor.
-Si – dije.
-Dios mío, esta guapísimo –
dijo Karla.
-Giu – dije riendo.
-Lastima por la noviecita que
se carga – dijo Tamara.
-La odio – dije con repulsión.
-Es horrenda para empezar –
dijo Karla.
-Y mala – dije.
-Cierto.
La maestra llego y todos
regresaron a sus lugares. Esta leyó su lista y noto un nombre nuevo, el mío. Como
en todas partes, me hiso presentarme ante todos los alumnos en ese salón. Me era
fácil entablar una conversación así que todo fue muy rápido. Regrese a mi lugar
y la clase comenzó.
Tuve 5 clases antes del receso –
química, matemáticas, español, historia y biología. En cada una de las clases
me pedían presentarme ante todos, siempre la misma historia. Tome mi lugar en
el receso con Caitlin y las demás chicas. Eran muy buenas personas conmigo, me
agradaban.
-Demonios – dijo Taylor – ahí vienen.
-Ay, toda la vida han estado
con nosotras – dijo Karla.
-Aun así, no me agradan mucho –
dijo Taylor – son unos mujeriegos.
-¿Quiénes vienen? – cuestiono Cait.
-Paul y Tom – dijo Tamara.
En cuestión de segundos dos
chicos – guapos a decir verdad – se sentaron en la mesa. Mire a Taylor quien había
puesto una cara de desagrado.
-...
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