miércoles, 18 de julio de 2012

Capitulo 29. No Soy Famosa.


Tomo mi mano y comenzamos a caminar. Kenny venia justo detrás de nosotros con Alfredo y otro chico. Voltee a verlos y los salude con la mano, ellos hicieron lo mismo. Ya dentro los saludaría como se debe.

Fue fácil entrar ya que casi no había gente por esa sección. Fuimos hasta la entrada de cine y ahí nos detuvimos. Kenny, Alfredo y el desconocido nos alcanzaron y los salude, a los tres.

-¿Entonces? – pregunto Justin.
-¿Qué? – cuestiono Kenny.
-¿Qué haremos? – pregunto Justin.
-Pues, ustedes vayan – dijo Kenny – nosotros estaremos caminando por aquí.
-Está bien – dijo Justin – vamos linda.

Después de hacer una corta fila compramos nuestros boletos. Fuimos directo a nuestra sala, que parecía estar vacía. Tomamos nuestros lugares y esperamos.

-Si mañana se termina la apuesta y nadie besa a nadie, ¿significa que yo gano? – dijo Justin.
-No – dije - ¿Por qué ganarías?
-Claro que si gano – dijo.
-¿Qué te hace creer eso? – cuestione.
-Tú también ganaras – dijo.
-Eso se llama empate – dije riendo.
-No – dijo – tú y yo ganaremos un beso.
-¿Por qué no lo dices desde el inicio? – pregunte.
-Nada más – dijo tranquilamente.
-Dios mío, lo que tengo que aguantar – dije riendo.
-Yo también te quiero – dijo sonriendo.
-Aw – dije - ¿me quieres?
-Claro que si – dijo tomándome de las manos - ¿y tú a mi?
-Obviamente – dije riendo – incluso más de lo que tú me quieres.
-No lo creo – dijo riendo – no creo que me quieras más de lo que yo a ti.
-Yo te quiero mas y punto final – dije riendo.

Seguimos con el mismo jueguito hasta que empezaron a llegar varias personas. La sala tenía poca gente, solo unas tres parejas y dos familias, los demás eran asientos vacios. La película empezó y todos los demás se callaron.


Pasaron dos horas y salimos de la sala, riendo como es costumbre. Justin estaba muy burlón últimamente y me daba risa. Al parecer mi risa le da risa así que cada vez que me reía el también lo hacía. Hicimos el escándalo suficiente para que algunas personas notaran nuestra presencia y se acercaran por fotos. Hubo unas cuantas chicas que me pedían fotos, algo que me parecía muy lindo. Hasta había muchachos que se me acercaban por una foto, algo que a Justin no le parecía muy lindo.

-Eres un celoso – dije.
-No es cierto – dijo en su defensa.
-Claro que si – dije – actúas como si me fuera a ir con ellos o algo así.
-Yo no desconfió de ti – dijo – desconfió de ellos.
-No lo puedo creer – dije – no creo que me vayan a hacer algo, mucho menos frente a ti.
-No quiero tentar al destino – dijo.
-Hay Justin – dije – no tienes remedio.
-Ya vamos – dijo riendo.

Tomo mi mano y seguimos caminando, buscábamos a Kenny y los demás. Después de un rato recorriendo el lugar los encontramos, en una tienda para chicas.

-¡Que lindas se ven! – Dijo Justin, en burla - ¿Qué hacen aquí?
-Paseábamos – dijo Kenny – después Alfredo vio esta tienda y entramos.
-Estoy en busca de un regalo para mi hermana – dijo Alfredo.
-¿Necesitas ayuda? – pregunte.
-Si por favor – dijo algo aliviado – no sé ni que estoy llevándole.
-Vamos – dije riendo – ya regreso – dije hacia Justin.
-Adelante – dije Justin.

Camine hacia Alfredo y nos fuimos hacia otra parte de la tienda.

-¿Qué le gusta a tu hermana? – pregunte.
-Pues… le gusta mucho el color – dijo.
-Fácil – dije - ¿fosforescente?  
-Español por favor – dijo riendo.
-Si le gusta que brille el color – dije – como en neón o algo así.
-Ah – dijo – si.
-Ok – dije.

Revise toda la tienda con el objetivo de encontrar ropa de color fosforescente. Fue una tarea muy sencilla ya que era lo que más se utilizaba últimamente. Al final termine con unas 10 blusas, Alfredo seria quien diera el veredicto final. 

-¿Qué te parece? – pregunte.
-Veamos – dijo. Miro blusa por blusa, las miraba de forma extraña como si tuviera un escáner.
-¿Y bien? – dije mientras miraba la ultima.
-Está perfecto – dijo – muchísimas gracias.
-De nada – dije – voy a regresar con los demás.
-Está bien – dijo.

Fui hacia la entrada de la tienda en donde estaban los chicos esperando.

-¿Ya? – pregunto Justin.
-Ya – dije.
-¿Por qué tardaron tanto? – pregunto Kenny.
-Es una tienda grande – dije.
-Ya lo creo – dijo Kenny. 


Alfredo volvió con sus compras y salimos de esa tienda. Ahora si era hora de regresar a casa. Salimos del centro comercial y fuimos directo hacia la camioneta de Justin.

Después de una media hora llegamos a mi casa.

-¿No quieres pasar? – pregunte mientras bajaba.
-¿Qué hora es? – pregunto.
-Temprano – dije – vamos.
-Ándale – dijo riendo – pero solo me quedare unos minutos.
-No importa – dije – vamos.

Entramos a casa y fuimos directo a la cocina. Alejandro estaba ahí, con la perrita. La tenia cargada como si fuera su bebe.

-Hola – dijo Alejandro mientras reía.
-¿De qué te ríes? – cuestione.
-De la perra – dijo.

Justin tomo asiento mientras que yo iba por la comida de Perris. Deje su plato frente a la mesa. Le puse agua y un poco de comida. Al momento en que Alejandro la dejo en el suelo, ella salió disparada hacia su plato.

-Listo  - dije mientras caminaba hacia donde estaba Justin.
-Creo que yo me voy – dijo Alejandro.

Se levanto y salió de la cocina hacia un lugar desconocido.

-Te digo que quieres más a un perro que a mí – dijo poniendo una cara triste.
-Y yo te digo que como puedes creer eso – dije riendo.
-Y todavía te ríes – dijo.
-Es que das risa – dije – eres un mal actor.
-No es cierto – dijo riendo – yo soy un excelente actor.
-Si como no – dije sarcásticamente.
-Note tu sarcasmo – dijo.
-Ya – dije riendo – mejor pasemos de tema.
-Mejor – dijo – hay que celebrar mañana.
-¿Qué cosa? – cuestione.
-El fin de la apuesta – dijo sonriendo.
-¿Cómo? – pregunte extrañada.
-Salgamos – dijo Justin – y ahora sí, cobrare cada beso que me debes.
-¿Yo te los debo? – Cuestione – más bien tú.
-Tú me debes muchisisimos besos – dijo mientras pasaba un mechón de mi pelo detrás de mi oreja.
-¿Y tú a mi no? – cuestione.
-Si tú quieres – dijo sonriendo.
-Pues si quiero – dije riendo.


Seguimos platicando por un rato hasta que Justin se tuvo que ir. Afuera ya empezaba a anochecer. Mi madre aun no llegaba, ni Gustavo. Alejandro estaba en alguna parte de la casa y yo aquí sola. Tenía hambre y no había nadie que me pudiera ayudar a cocinar, ya que yo soy un desastre. Gretta había tomado vacaciones y no regresaría hasta dentro de algunas semanas. Tome mi teléfono y marque el número de una pizzería. Ordene algo grande para mí y Alejandro, normalmente mi madre no come de esas cosas y Gustavo dice ser alérgico a algunos ingredientes.

Paso media hora y llego mi pedido. Le page al muchacho y él se fue. Fui hasta la cocina y puse dos platos, uno para mí y el otro para mi hermano.
  
-¿Me huele a pizza? – pregunto mientras entraba.
-Es correcto – dije riendo - ¿acaso tienes un sensor o algo?
-No – dijo riendo – estaba en mi habitación y escuche el ruido de la moto.
-Oh – dije.

Cenamos entre risas, hacía mucho tiempo no me divertía de esta forma con mi hermano. Extrañaba los viejos tiempos. Habíamos crecido y madurado, cada quien se fue por su lado y nos olvidamos de nosotros. Claro que tenemos una buena relación pero antes, era mucho mejor.

-Hay que salir algún día de estos – dijo Alejandro – solos tu y yo.
-¿Cómo antes? – cuestione sonriendo.
-Como antes – afirmo – espera – dijo - ¿Qué tienes ahí? – pregunto mientras me embarraba algo de salsa de tomate en la mejilla.
-¿Qué te pasa? – pregunte riendo.
-Sera mejor que lo limpies – dijo riendo.
-Creo que tú tienes algo por aquí – dije y le embarre un poco en la nariz.
-Sera mejor que paremos, sino terminaremos haciendo un desastre – dijo mientras se limpiaba.
-Por si acaso, tú empezaste – dije riendo.

Terminamos de cenar y recogimos la mesa. Limpiamos un poco y guardamos lo que sobro de la pizza. Subimos y cada quien fue a su habitación.

…Al día siguiente…
                            
Mi alarma, otra vez. Son justamente las 7 de la mañana, simplemente perfecto – noten el sarcasmo. Me levante de la cama con pereza. Fui hasta mi closet y me cambie mis pijamas por esto http://www.polyvore.com/sport/set?id=53340627. Tome a Perris y le coloque una correa a su collar. Tome mi ipod junto con mis llaves. Salí de casa y subí a mi auto. Coloque a Perris en el otro asiento y arranque. En cuanto llegue al parque me estacione y baje, junto con la perrita. Coloque mi ipod en una agarradera especial y comencé a caminar.

Con Perris fue fácil, parecía ser fácil de manejar. Al no haber tantos perros, ella no tuvo ningún inconveniente. Empecé caminando y después de algunos minutos de calentamiento comencé a trotar. Fueron 40 minutos de puro ejercicio. Todo era perfecto hasta que algunas personas con cámaras – fotógrafos – me empezaron a perseguir. No sabía qué hacer, a mí nadie me había dicho si debía de contestarles o no. Solamente atine a salir disparada hacia mi auto.  Ellos me siguieron y me acorralaron cerca de él.

-Amanda, Amanda – decía uno - ¿Qué haces aquí tan temprano?
-Saque a pasear a mi perra – dije levantándola del piso.

Tome mis llaves y abrí el auto.

-¿Cómo van las cosas entre tú y Justin? – cuestiono una mujer.
-No creo que les interese – dije – yo no soy famosa ni nada de eso.

No espere una respuesta de ellos, simplemente subí al auto y en cuanto me acomode cerré la puerta. Acomode a mi perrita y encendí el coche. Ellos lo único que hacían era tomar fotos, algo sumamente desesperante. No quise ser maleducada así que antes de salir de ahí, mire hacia mi ventana y les dije adiós, con una mano. Después ya no supe mas, emprendí mi marcha hacia mi casa.

No me interesaba mucho lo que fueran a decir de mí. Como ya les había dicho antes, no soy famosa y tampoco me importa serlo. Yo no quiero ser una celebridad, a mi no me importa si la gente decide verme como una modelo a seguir o no. Yo no quiero publicidad, simplemente no. Yo quiero mi vida así como esta.


-¿A dónde fuiste? – cuestiono mi madre al entrar.
-Salí con Perris a trotar – dije.
-¿Cómo te fue? – cuestiono.
-Bien – dije – si quitaras a la prensa.
-¿Qué paso? – pregunto mientras tomaba un sorbo de su taza.
-Pues, llegaron como pirañas y me empezaron a hacer preguntas – dije – yo no sabía qué hacer, digo, nunca me habían hecho algo así.
-Solo se simpática con ellos – dijo mi madre – si te portas como una malcriada, ellos te trataran mal o simplemente tomaran provecho de ti.
-Tomare tu consejo – dije – gracias mamá.
-De nada – dijo sonriendo.
-Iré a tomar una ducha – dije.

Le quite la correa a Perris y la deje en el patio. Subí a mi habitación y fui directo al baño. Me desvestí y me metí a bañar. Fueron 20 minutos los que me tarde. Salí del baño y me envolví en una toalla. Busque algo que ponerme pero no encontraba nada. Después de buscar por un rato, me cambie por esto http://www.polyvore.com/lt/set?.locale=es&id=53323619. Me seque un poco el cabello y baje.

-Mamá – dije.
-Si Amanda – dijo mi madre bajando el periódico para verme.
-Necesito ir de compras – dije.
-Pero acabas de ir – dijo mi madre.
-Ya se – dije – pero no compre lo suficiente. Además estoy empezando a batallar para encontrar la ropa adecuada.
-Ya veremos hija – dijo mi madre. Claramente eso era un sí.

Fui al refrigerador y tome un melón. Lo corte en pequeños pedacitos y los vacié en un plato. Lo condimente con limón y mucho chile. Terminado todo, tome un tenedor junto con mi plato y subí a mi habitación. Cerré la puerta y fui directo a mi sillón, que quedaba frente a mi cama.  Encendí la tele y me puse a cambiar de canales, buscando algo bueno. Lo deje justamente en un canal de moda, no habiendo otra cosa.

Miraba la televisión hasta que empecé a sentir que algo vibraba, justamente mi celular. Lo tome y conteste.

Al telefono.
-Bueno – dije.
-…

2 comentarios:

  1. Nueva Lectora aksfjasjfalskjflaksjf Me Encanta La Nove Siguela Pronto e_é

    ResponderEliminar
  2. Síguela Pronto, Quiero Saber Quien Es!
    BESOS! TE QUIERO<3

    http://noovelasdejustinytu.blogspot.com.ar/

    ResponderEliminar