lunes, 19 de agosto de 2013

Capitulo 60. Game on!


Duramos unas cuantas horas arreglando todo. Terminamos como por ahí de las 6:30 de la tarde. En cuanto concluimos lo nuestro cada quien se fue a su casa. Debido a la gran cantidad de tráfico que había o llegue a la mía como a eso de las 7:45 de la tarde. Me quedaba solamente media hora para alistarme.

-¿En dónde estabas? – cuestiono al verme llegar.
-Se me hiso tarde – dije – no tengo tiempo para explicaciones.
-Te quedan 30 minutos – grito, yo estaba corriendo hacia mi habitación – si no estás lista nos iremos sin ti.
-Estaré lista – afirme con mucha seguridad.

No había tiempo de darme un baño, así que pase directo a mi closet. Por suerte ya había separado lo que planeaba ponerme (http://www.polyvore.com/cgi/set?id=92116793). Rápidamente me lo coloque y corrí hasta el baño. Me alacié el cabello lo más rápido que pude, claro que procurando hacerlo bien. Me maquille solo un poco – polvo, gloss, rubor y rímel – no tenía mucho tiempo para maquillarme de mas, además lo natural es lo de hoy. En cuanto termine me coloque los zapatos y un brazalete. Me mire al espejo y suspire.

-Algo me falta – dije mirándome.

Perfume. Corrí por uno de mis perfumes favoritos, Ralph Hot de Ralph Lauren. Me rocié un poco y ahora si estaba lista.

Con el celular en mano baje hasta la cocina. Ahí estaba mi hermano con sus amigos, los DJs.

-Hola – salude. Ellos me miraron, más bien me devoraron con la mirada. No le di mucha importancia ya que no los quería meter en problemas. Alejandro puede ser un poco celoso.
-Ahora si me explicaras porque llegaste tan tarde – dijo Alejandro con un tono mandón.
-Déjala ser – dijo uno de sus amigos.
-Se supone que soy el que está a cargo – dijo – debo de hacerme cargo y cuidar de mi hermana.
-Tranquilo – dije – solo hubo un problema que nos atraso todo.
-Si vi las fotos – dijo – supongo que Caitlin se enojo.
-Un poco – dije – pero eso no fue lo que nos atraso. Y no esperes que te cuente, es una laaaarga historia.
-No esperaba que lo hicieras – dijo riendo.

En lo que él decía eso me llego un mensaje. De Caitlin. Lo abrí inmediatamente, pensando que sería algo de la fiesta. Pero no, me había equivocado.

Caitlin: Amanda, malas noticias. Le pregunte a Chris que a quien había invitado solo para asegurarme que no fueran muchos y me dijo algo que no te gustara.

Amanda: ¿Qué es?

Caitlin: invito a Justin.

-Demonios – maldije en susurros. Los chicos no parecieron haber puesto mucha atención.

Narro yo.

 Amanda se sentía traicionada, triste, nerviosa y sobre todo  enojada. Ella estaba consciente de que Chris y Justin eran amigos pero también estaba consciente que esta era una fiesta que organizábamos nosotras. Tal vez debimos hacer la fiesta en mi casa, pensó Amanda.
Ella no permitiría que el arruinara su noche. Ella le demostraría que no lo necesitaba, y lo haría sentir muy mal por la estupidez que él había cometido.

Por el otro lado, Justin estaba que brincaba de la felicidad. Sabía que esta era su oportunidad de hablar con ella y así poder arreglar la situación de una buena vez. Amanda no se negaría a hablar con el frente a tantas personas, ya que hacer numeritos no era lo suyo, según solía decirle ella.

-¿Estás listo, bro? – le cuestiono Chaz quien estaba perfumándose en ese momento.
-Mas que listo – exclamo Justin, animado – ya sé lo que le tengo que decir, lo tengo escrito y todo, por si los nervios me ganan.
-¿Cómo puedes estar tan seguro de que tu plan funcionara? – pregunta Ryan mientras se mira al espejo.
-Debe de funcionar – dijo seguro – la conozco bastante bien.
-Tiene un buen punto – dijo Chris. El estaba recostado en se cama mirando hacia el techo. Perdido como siempre.
-Bueno pues, es hora de que bajemos – dijo Ryan, impaciente.

Fueron hasta el patio en donde estaba parte de la fiesta. Justin de inmediato identifico a Amanda. Ese cabello tan representativo suyo, su sonrisa, sus ojos, todo de ella era algo que Justin conocía bien y podía identificarlo desde Marte.

-En verdad no puedo creer que dejaras ir a tremenda persona – exclamo Chris.
-No ayudas – dijo Justin.

Se fijo muy bien en Amanda. Noto algo extraño, ella no estaba sola. Había dos chavos acompañándola además de Alejandro. No le daría mucha importancia de no ser por la forma en que uno de ellos miraba a SU Amanda.

-¿Seguro que funcionara tu plan? – cuestiono Chaz, observando lo mismo que Justin.
-Claro que si – dijo, aunque no con la misma seguridad del principio.


Amanda llego junto con Alejandro, Anton y Porter. Ninguno de ellos sabía sobre Justin y no planeaba decir nada. Alejandro tenía la reputación de exagerar las cosas y enojarse más de lo necesario.

-Iré a saludar – dijo Amanda mirando directamente a su hermano - ¿Quieren venir?
-Claro – dijeron los demás chicos.   


Amanda conocía a casi todas las personas dentro de la fiesta así que le toco saludar a mucha gente – y presentar a algunas personas, claro. Muchos de los chicos presentes sabían de lo que había pasado con Justin por lo que no dudaban en coquetear con ella. Alejandro estaba presente así que los sueños de los demás no tendrían mucho futuro.

-Paul – dijo Amanda alegremente, abrazándolo – felicidades amigo.
-Gracias – dijo entre risas el chico – ya sé que tú también organizaste la fiesta así que, gracias.
-No hay que agradecer – dijo Amanda mientras se separaban del abrazo.
-Pero mira que linda te vez – dijo tomando su mano y dándole una vuelta – de las pocas veces que eso pasa.
-No es cierto – dijo Amanda entre risas – tu, por primera vez, te ves decente. ¿A quién debo agradecer?
-Chistosa – dijo Paul sarcásticamente.
-Por cierto, quisiera presentarte a Porter y Anton – dije acercándolos – chicos él es Paul, el cumpleañero, Paul ellos son los chicos. Supongo que ya conoces a Alejandro así que no será necesario que te lo presente.
-Mucho gusto – dijo Paul.
-Igual – dijo Porter – y felicidades.
-Gracias – dijo – si necesitan algo háblenle a Amanda, yo no tengo idea de lo que pasa a aquí.
-Lo supuse – dijo Amanda con seriedad.

Amanda volteo a ver a su alrededor ya que sentía que alguien la observaba. Ella se encontró con su hermano, en una esquina, hablando en su celular muy sonriente. Ella empezó a sospechar sobre si estaba hablando con Nicole, o que pasaba.


La noche transcurría con normalidad. La gente se estaba divirtiendo en la fiesta. Bailaban, cantaban, unos se besaban y otros simplemente charlaban.

-Hace mucho no te encontraba en una fiesta – dijo Justin llegándole por detrás a Amanda. Ella charlaba muy agusto con los amigos de su hermano y otros dos amigos de Alejandro.
-Me asustaste – dijo Amanda volteándose a verlo.
-¿Podemos hablar? – cuestiono Justin. Su mirada era suplicante, la única mirada a la cual Amanda jamás se podía resistir.
-¿Aquí? – cuestiono Amanda extrañada.
-No – dijo Justin sonriéndole – en el patio, aquí hay mucho ruido.
Supongo que no pasara nada – dijo Amanda. ¿Qué más podía hacer?  Se preguntaba ella.

Amanda se disculpo y siguió a Justin hasta el patio. Amanda sabía lo que él quería de ella. Al pasar la gente se les quedaba viendo. ¿Y cómo no iban a acaparar miradas cuando los presentes sabían sobre ambos? Muchos esperaban que si arreglaran sus diferencias, otros simplemente no.

Encontraron el lugar perfecto para hablar. Estaba cerca de la barda perimetral de la casa. Desde ahí se podía ver la ciudad entera. La vista era espectacular. De noche la ciudad se miraba hermosa. Jamás, ninguno de los dos, se había detenido a contemplar el bello lugar en donde vivían.

-Solo quiero que sepas que no debes de preocuparte – dijo Justin después de un silencio incomodo – no quise hablar contigo para forzarte a nada.
-¿Entonces para qué? – cuestiono Amanda sin quitar la vista de la ciudad.
-Estuve pensando mucho sobre nosotros – empezó – y creo que sería una gran estupidez de nuestra parte dejar ir nuestra amistad – tomo una pausa, tomo aire e inspiración y prosiguió – está bien si no quieres regresar conmigo pero, al menos dame la oportunidad de volver a ser tu amigo, como en un principio.
-¿Por qué quisieras ser mi amigo? – cuestiono Amanda confundida. Poso su mirada en Justin, estudiándolo.
-Porque eso es lo único que me quedaría de ti – dijo – si esa es la única forma en que podre estar contigo entonces la tomare.
-¿Estás seguro de lo que haces? – cuestiono – no quisiera hacerte sentir ilusionado de alguna forma para después romper tu burbuja.
-No te preocupes por eso – dijo entre algunas risas – pero y ya te lo dije, en algún momento volveremos a ser pareja, ambos lo sabemos.
-Pareces muy seguro - dijo Amanda. Ella no podía evitar sonreírle. La costumbre le ganaba – si yo fuera tú, no lo estaría.
-¿Quieres apostarlo? – cuestiono levantando una ceja.
-¿Qué me apostaras? – cuestiono Amanda - ¿Tu Ferrari?
-Algo mejor – dijo Justin con una gran sonrisa.
-Está bien, apostemos – dijo Amanda – tienes 5 meses.
-¿Si yo gano, que pasara? – cuestiono.
-Tú lo decidirás – dijo Amanda – y si yo gano, yo lo decidiré. Solo te aviso que no te la dejare NADA fácil.
-Esa es la idea – dijo Justin preparado.

Lo que parecía un juego para ellos era algo más. Para Justin era la oportunidad de reconquistarla y para Amanda era la oportunidad de ganarle.

Amanda solamente le sonrió. Se giro y comenzó a caminar de regreso a la casa.

-Será mejor que te prepares – grito Justin – recuerda que nunca he perdido.
-Ya lo veremos – grito Amanda entre risas. Game on!, pensó Amanda.  

jueves, 1 de agosto de 2013

Capitulo 59. Hagan lo que quieran



Después de eso yo me quede callada. En el coche solo se escuchaba la conversación de mi hermano con su amigo. Hablaban de unas chicas que habían conocido y sobre un evento al que deberían de ir. Aburrido.

Al día siguiente

Desperté debido a la lluvia que caía, que digo lluvia, la tormenta que caía. Era horrible, estaba todo gris afuera, además de que caían rayos – que me aterran mucho. Mire la hora en mi reloj. Era temprano, por ahí de las 9 de la mañana. Esta tormenta no me dejaría dormir así que mejor me levante. Encendí mi televisor en busca de algo bueno que ver. Nada. Absolutamente nada. ¿Qué pasa con las televisoras que no pueden poner algo bueno? Mejor la apague y me metí a duchar.

Mi ducha fue exprés. En tan solo 15 minutos ya estaba duchada, vestida (http://www.polyvore.com/gg/set?id=91096177) y peinada. Esto era un record para mí. Tome mi celular y baje a la cocina a desayunar. En la cocina estaban solamente Alejandro y mi madre.

-¿Y tu amigo? – cuestione.
-Desde ayer en la noche no está – dijo divertido mi querido hermano.
-Qué bueno que te despiertas – dijo mi madre – tengo dos cosas que decirte.
-¿Es malo? – cuestione.
-No creo – dijo no muy segura.
-Es malo – afirme. Por la forma en que dijo es ultimo, debería de preocuparme – dime.
-Primero que nada, estuve investigando y creo que será mejor que ambos empiecen a tomar clases aquí en casa – dijo mi madre mientras tomaba un sorbo de su café.
-¿Por qué? – cuestione confundida - ¿Qué tiene de malo estar en una escuela normal?
-Pues tu empezaras a tener mucho trabajo – empezó – y Alejandro está empezando con sus cosas de ser músico y como todos sabemos, los músicos salen de giras por lo que el también perderá tiempo de escuela.
-¿Quién nos dará clase? – cuestiono mi hermano. A él no parecía afectarle en lo absoluto.
-Cada uno tendrá su maestra ya que van en niveles distintos.
-¿Y cuál es la otra mala noticia? – cuestione.
-Pues, con Pattie ya terminamos nuestra línea, es de cosméticos – dijo – también sacaremos accesorios como zapatos, bolsos, collares, anillos, todo eso.
-Eso es algo bueno – dije – felicidades.
-Gracias – dijo – pero te necesitare como mi modelo. Haremos campañas y para eso necesitare fotografías y en las fotografías necesito a una modelo, que vendrías siendo tu.
-Ok – dije – deberás hablarlo con Charlotte.
-Ya está listo – dijo complacida.
-Supongo que no habrá problema – dije.
-Ah, antes que se me olvide – empezó mi madre – si planean salir avísenme, así mandare a mi chofer para que los lleve a donde ocupen ir.
-¿Por qué? – cuestiono mi hermano.
-¿Acaso no ves la lluvia? – cuestiono mi madre alarmada.
-Pues sí, pero, no nos pasara nada – dijo – además, debemos aprender a conducir en la lluvia.
-Hagan lo que quieran – dijo mi madre fastidiada – si algo les pasa será su problema.

Mi madre salió de la casa, enojada. Yo solo mire a Alejandro, el se notaba confundido, al igual que yo. No le dimos importancia, es nuestra madre y se preocupa por nosotros y claro que cuando alguien se opone ella se enoja. Así es ella.


-Amandaaaaaa! – grito Cait emocionada.
-Mírate, estas súper bronceada – dije riendo.
-Gracias – dijo. Seguramente lo tomo como un cumplido – vamos, las demás nos esperan.

Entramos a un pequeño restaurante. El plan era comer algo después dar una vuelta por el centro comercial. La vuelta incluía muchas compras.


Nos acercamos a la mesa en donde estaban Taylor, Tamara y Karla. Las tres se levantaron a saludar. Fue el festival del abrazo, se podría decir. Incluso Taylor estaba como loca abrazando, algo extraño en ella.

-Tenemos muchas cosas que hablar – dijo Tamara.
-Ya lo creo – dije riendo.
-Y, ¿Qué han hecho? – cuestiono Karla.
-Yo no he hecho nada – dijo Taylor.
-No nos quieras engañar – dijo Cait – ya sabemos de tu chico.
-¿Qué chico? – cuestiono Taylor en un tono sarcástico. Nosotras solo reímos.
-¿Cómo es? – cuestiono Karla emocionada.
-Más bien, ¿Quién es? – cuestione.
-Conocí al chico hace poco – dijo – se llama Pierre, su madre es francesa y su padre americano.
-Vaya – dijo Caitlin.
-Muy seriecita pero bien lista – dije.
-Para que vean amigas – dijo Taylor entre risas.
-Cuenta mas – dijo Caitlin interesada.
-Pues, se mudo a Los Ángeles hace cinco años. Habla francés, obviamente. Deberían de escuchar su acento, es demasiado encantador – dijo sonriente.
-Uy, le gusta – dijo Tamara.
-Y mucho – dije riendo.
-Se los presentare en la fiesta de Paul – dijo Taylor.
-Por cierto, debemos organizar la fiesta – dijo Caitlin – ya saben que mi casa está libre para ese día. Solo falta comprar las cosas.
-Yo me apunto a comprar las cosas – dije – no tengo mucho que hacer.
-Ya sabes amiga, si alguna vez te sientes aburrida, llámanos – dijo Tamara.
-Sinceramente, somos mucha mejor compañía que el Bieber ese – dijo Karla.
-Ya lo creo amiga – dije riendo.

Seguimos hablando de cualquier cosa. Mientras comíamos planeábamos lo de la fiesta de Paul. Había quedado con Karla para ir a comprar las cosas. Tamara y Taylor nos estarían esperando con Cait, en su casa, para organizar todo. Era una tarde magnifica con mis amigas, hasta que llego un cierto tema de conversación.

-No puedo creer que ya nos falta poco para entrar a clase – dijo Tamara.
-Lo sé – dijo Cait – no quiero que sea lunes.
-Yo no sé si vaya a ir – dije.
-¿Por qué? – cuestiono Taylor.
-Mi mamá quiere que estudie en casa – dije algo triste – dice que con mi trabajo ya no podre asistir con frecuencia a la escuela y cree que eso perjudicara mis calificaciones y otras cosas más.
-Estoy en shock – dijo Caitlin – no puedes irte.
-Exacto, no puedes – dijo Karla – las cosas en la escuela se estaban poniendo buenas contigo.
-Yo tampoco me quiero ir – dije – me gusta estar ahí, aunque no lo crean. Pero vean lo bueno, seguiremos viéndonos y las visitare cada que pueda. O sea casi todos los días.
-No hay que concentrarnos en lo malo, aun – dijo Caitlin – nos pondremos a llorar el lunes.
-Es mas – dijo Karla – nos emborracharemos el viernes como despedida.
-Me agrada tu idea – dije riendo, claro que de broma.

Seguimos hablando hasta que terminamos de comer. Pagamos la cuenta y nos fuimos al centro comercial. Hicimos nuestras compras, entre alguna que otra broma. Duramos aproximadamente dos horas en el centro comercial. Nos despedimos y cada quien se fue por su lado.



Me tire en el sofá de la sala, pensando en todo lo que había pasado hoy. En verdad extrañaba a mis amigas. Ellas son de las pocas personas que no me juzgan y yo aprecio eso. En verdad las extrañaría, creo que ya me había acostumbrado a verlas casi todos los días.

-¿Qué tienes? – cuestiono Alejandro.
-Nada – dije cansada – es solo que salir con mis amigas cansa.
-Ya lo veo – dijo riendo – saldré al estudio, lo más seguro es que llegue tarde.
-Ok – dije – chau.
-Chau hermanita – dijo – y para que lo sepas, ya me entere de la fiesta de tu amigo Paul.
-No iras, ¿o sí? – cuestione.
-Claro que iré – dijo riendo – hasta llevare a mis amigos.
-Que no sean muchos por favor – dije.
-Tranquila – dijo – solo serán mis amigos de siempre y puede que lleve a algunos nuevos.
-Como sea – dije resignada – que te vaya bien.

Salió de la casa sin decir más. Solo estaba yo en la casa. En veces deseaba vivir en una casa más pequeña para no sentirme tan sola.

2 días después…

Desperté de muy buen humor. Hoy es el día de la fiesta. Había quedado con Karla por ahí de las 10 de la mañana. Compraríamos todo y después iríamos a casa de Cait a dejar las cosas y arreglar todo. Después todas – menos Cait – regresamos a casa a arreglarnos. Era un excelente plan, solo esperábamos que el tiempo alcanzara.

Me levante de la cama y fui directo a ducharme. Rápidamente me cambie (http://www.polyvore.com/cgi/set?id=92111960) y me peine. Me aliste con mucha rapidez.

-¿Saldrás? – cuestiono Gustavo.
-Si – dije – le haremos una fiesta sorpresa a un amigo y me apunte para comprar las cosas necesarias.
-¿Tu sola? – cuestiono.
-No – dije riendo – me acompañara una amiga.
-Ok – dijo – solo eviten comprar alcohol – pidió – no quisiera problemas.
-Tranquilo – dije riendo – eso no me toca a mí.

El solamente rio. Seguramente lo tomo como una broma, aunque es verdad, eso no me tocaba a mí.

-Debo irme – dije.
-Que te vaya bien – dijo.

Subí a mi auto y me marche. Maneje hasta una tienda local. Ahí me encontré con Karla y juntas hicimos las compras. Intentamos ser serias y terminar rápido pero nos era imposible hacerlo. Tomábamos muchas fotos y videos. Mi Instagram y mi Twitter estaban infestados de estos. Era imposible ser seria al lado de Karla y yo no soy ninguna santa tampoco.


Salimos de la tienda a eso de la 1 de la tarde. Nos fuimos rápidamente a casa de Cait. Las demás estaban que se morían ya que debíamos de haber llegado una hora antes.

-¿Qué paso? – cuestiono Cait.
-Terminamos temprano – dijo Karla – pero hubo inconvenientes.
-Supongo que todas las fotos fueron parte de los inconvenientes – dijo Taylor.
-Pero no fueron los únicos inconvenientes que tuvimos – dijo Karla.
-Cierto – dije – estábamos en la fila para pagar todo lo que habíamos comprado. El chico que estaba a mero delante de nosotras pensó que sería chistoso pagar con un billete falso. Hubieran visto.
-Fue horrible – dijo Karla.
-Yo insisto que tal vez no fue buena idea ponerlas a las dos para esto – dijo Taylor – creo que es una lección.
-¿Por qué? – cuestiono Karla.
-Supongo que el simple hecho de que las dos están igual de locas es un buen indicio – dijo Tamara.
-Bueno ya – dijo Caitlin – ya no perdamos mas el tiempo y mejor pongámonos a trabajar.

Duramos unas cuantas horas arreglando todo. Terminamos como por ahí de las 6:30 de la tarde. En cuanto concluimos lo nuestro cada quien se fue a su casa. Debido a la gran cantidad de tráfico que había o llegue a la mía como a eso de las 7:45 de la tarde. Me quedaba solamente media hora para alistarme.

-…


jueves, 25 de julio de 2013

Capitulo 58. ¿Te gustan?



La peor parte de comprar tanto es tener que sacar todo y ponerlo en mi closet. Es demasiado trabajo para mí. Pero bueno, es eso o dejo que toda mi ropa se arrugue. Bien dice mi madre no todo en la vida es fácil. Termine todo y baje a la cocina por un poco de agua. Al entrar me encontré con un gran ramo de flores. Era enorme. Seguramente era un regalo de Gustavo para mi madre. Tome la tarjeta que tenía puesta. Venia solamente una frase, nada más.

-¿Te gustan?
-¿Qué haces aquí? – cuestione.
-Me dejaron pasar – dijo – me dijeron que te esperara aquí.
-¿Por qué les haces caso? – Cuestione – no tienes nada que hacer aquí.
-Si tengo algo que hacer – dijo seguro.
-Justin, por favor – dije – vete.
-Tenemos que hablar Amanda – dijo – tal vez a ti no te importe solucionar todo pero a mí sí.
-¿Arreglar qué? – cuestione - ¿De qué sirve que arreglemos las cosas?
-Por favor – pidió.
-Ok – dije vencida, el seguirá insistiendo y no me dejara en paz hasta que diga que si así que, ¿Qué más da? – vamos al patio.
-Ok – dijo.

Caminamos en silencio hasta el patio. Era incomodo, yo no quería estar aquí con él y él lo sabe. En cuanto salimos Perris se nos abalanzó. Ella me traicionaba en ese momento. Estaba demasiado amorosa con Justin.

-Cárgala si quieres – al cabo que, qué más da, pensé yo.

El la tomo del piso y se la llevo a sus brazos. Tomamos asiento y ahí fue cuando soltó a la pequeña y traicionera Perris.  

-¿Y de que quieres hablar? – cuestione con paciencia.
-Lo siento – soltó el.
-¿Qué lamentas? – cuestione confundida.
-Lo que paso antes – dijo – yo no sabía lo que en realidad había pasado. Solo me habían contado que te habían visto besándote con alguien pero no me habían dicho tu reacción hasta después, cuando ya había arruinado las cosas.
-¿Quién te conto todo eso? – cuestione.
-No te enojes con el por favor – pidió.
-¿Quién fue? – cuestione.
-Ryan – dijo – el me conto todo. Desde el beso hasta el golpe.
-Hay Ryan – suspire.
-No te enojes con él, por favor – pidió – tampoco le digas que te dije.
-No, tranquilo – dije – es lo que los amigos hacen, ¿no? protegen a sus otros amigos. Supongo que el solo estaba haciendo lo que yo esperaría de mis amigas.
-Supongo – dijo - ¿Me perdonaras?
-Te perdono – dije – pero hasta ahí. Yo no pienso volver contigo.
-¿Por qué no? – cuestiono.
-Porque no – dije.
-Vamos Amanda, nuestra pelea fue por una tontería – dijo – ya te pedí disculpas y tu las aceptaste, ¿Por qué no podrías volver conmigo?
-No – dije.
-No me iré de aquí hasta que no me des una explicación – dijo – si es porque te estás interesando en alguien, está bien dímelo. Y si no quieres decirme porque, al menos miénteme.
-Yo ya viví esto Justin, con mi madre – dije – cuatro veces seguidas.
-¿A qué te refieres? – cuestiono.
-A sus divorcios – dije – siempre empezaban peleando por algo insignificante, hasta que terminan peleados a morir. Yo no quiero eso para mí.  
-¿Por qué no puedes confiar en que a nosotros no nos pasara lo mismo? – cuestiono.
-Porque no lo viví una vez – dije – fueron cuatro veces. Eso te hace pensar y tener cuidado. Además nadie me asegura que al final terminemos bien o que haya un felices por siempre para nosotros.
-Tal vez tú no confíes en nosotros, pero yo si – dijo – y no voy a descansar hasta que regreses conmigo.  

El se levanto sin decir más y se fue. Solo espero que no haga nada estúpido.

Narra Justin

-¿Qué tienes Justin? – cuestiono mi madre al verme.
-Nada – dije con un tono desinteresado.
-¿Es por Amanda, verdad? – cuestiono. ¿Cómo es que sabe tanto?
-No – mentí.
-Vamos hijo, yo soy tu madre – dijo – sabes que me puedes contar lo que tú quieras – la mire por unos segundos, ¿debería decirle o no? Yo se que ella es muy amiga de Tiffany. No quisiera que ella le contara lo que pienso.
-Si te cuento, deberás prometer no decirle nada A NADIE – dije.
-¿Consumiste drogas? – cuestiono alterada.
-No – dije con cierta repulsión.
-¿Entonces? – cuestiono.
-Hoy fui a visitar a Amanda – dije – hablamos y digamos que solucionamos las cosas.
-Me alegro por ustedes – dijo mi madre.
-Pero ella no quiere regresar conmigo – dije.
-¿Te dio una razón? – cuestiono mi madre. Empezaba a mostrar interés, como no si ella adora a Amanda.
-Si – dije – dijo que era por Tiffany y todo lo que ha vivido.
-Dale tiempo hijo – dijo mi madre.
-No quiero esperar – dije – en ese tiempo alguien puede llegar y sustituirme.
-¿La quieres mucho, eh? – cuestiono mi madre.
-Pues si – dije – lo que siento al estar con ella no es como con Selena o con Cait.
-¿Qué sientes? – pregunto.
-Me siento libre – dije – siento que puedo ser yo mismo sin temer a ser juzgado. Me siento completo en cierta forma.
-Recuerda Justin; si es para ti, ella regresara, si no es para ti, no regresara.

Ella solo me sonrió y se fue dejándome solo.


Tal vez ella tenga razón, si es para mí ella regresara, pero que pasara si no regresa. No me gustaría saber que perdí mis oportunidades con ella. Jamás me lo perdonaría. 

Narra Amanda

-Entonces, el estuvo aquí – cuestiono Alejandro.
-Así es – dije – pero ya no volverá a pasar. Ya les avise a los demás.
-Ok – dijo – pero ya sabes que si vuelve a pasar debes avisarme.
-Claro jefe – dije riendo.
-Y bueno, ahora que ya estamos los dos – dijo, yo lo mire con suspicacia - ¿podrías hacerme un favor?
-¿Qué quieres? – cuestione.
-¿Podrías llevarme al Staples Center? – pidió.
-¿Para qué? – cuestione extrañada.
-Hay un concierto – dijo – y tengo entradas, pero lo más seguro es que no encuentre estacionamiento.
-¿Quién te va a recoger? – cuestione.
-Un chofer de mamá – dijo – no se su nombre.
-Ok – dije – está bien.
-Pues vámonos – dijo – pero tendremos que pasar por alguien.
-Vámonos ya antes de que me arrepienta – dije.
                                                  
Tome mis cosas y salimos de la casa. Subimos a una de las camionetas de mamá. Normalmente las tenían por si salíamos en familia o por si íbamos Alejandro y yo y algún acompañante, como en este caso.




Regrese a casa y fui directo a la cocina. Las flores seguían ahí. ¿Qué se supone que deba hacer con ellas? ¿Debería tirarlas o algo por el estilo? Tal vez deba regresarlas, aunque sería una gran falta de respeto. Me sentía mal por tenerlas, a fin de cuentas no éramos nada y yo sé lo que estas flores significan para él. Lo mejor será conservarlas pero, no aquí, no en donde todos las vean. No quiero malentendidos.

-¿Dónde las pondré?

Lo tengo.

Subí a mi habitación con el ramo de flores, colocados en un jarrón que tenía mi madre. Abrí las puertas de mi balcón y Salí. Coloque el jarrón de flores sobre la mesita de mi balcón. Las acomode y ya estaba listo. Regrese a mi habitación, cerrando las puertas a la vez.

En casa no había nadie y estaba aburrida. No me quedaría aquí por mucho rato sino me volvería loca. Tome las llaves de mi auto, un poco de dinero y mi celular. En cuanto me aleje de casa me puse a pensar en opciones para pasar el rato. No iría a cenar, sola no, además no estaba arreglada para eso. Conduje por las calles de Los Ángeles, esperando por un poco de iluminación. Cada calle y avenida estaba llena de tráfico, era hora pico. No tenía nada mejor que hacer así que esto no me molestaba en lo absoluto.


-Nos salvaste la vida hermanita – dijo Alejandro al subir a la camioneta.
-¿Tan malo fue? – cuestione.
-Asqueroso – dijo uno de los amigos de mi hermano. Yo solamente reí.
-El sonido era un asco y de la producción ni se diga – dijo Alejandro.
-¿Tan malo? – Alejandro solamente asintió con la cabeza – mamá compro comida, por si querías saber.
-Me alegra saber eso – dijo – y tú, ¿Qué hiciste mientras yo no estaba?
-Me aburrí en casa y después Salí un rato – dije.
-¿Qué paso con tu vida social? – cuestiono mi hermano en modo de burla. Alcance a escuchar una ligera risita de parte de su amigo, simplemente no le di importancia.
-Yo tengo una vida social – dije – mañana saldré con mis amigas y el viernes tendré una fiesta que también ayudare a organizar. Además, el sábado tengo un trabajo y probablemente también salga en  una cita.
-Vaya – exclamo el amigo de Alejandro – ella tiene una vida social activa. Te equivocaste hermano.
-Dijiste que tendrías una cita, ¿Con quién? – cuestiono.
-¿Qué más te da? – dije – no es con quien tú crees.
-Rompecorazones – dijo mi hermano.

Después de eso yo me quede callada. En el coche solo se escuchaba la conversación de mi hermano con su amigo. Hablaban de unas chicas que habían conocido y sobre un evento al que deberían de ir. Aburrido.

Al día siguiente

miércoles, 24 de julio de 2013

Capitulo 57. Soy irresistible.

soy hermosa, soy inteligente, soy glamurosa, soy atractiva
Me quede observando hasta que el sonido de mi teléfono me interrumpió. Lo tome de inmediato y Salí de la sala para poder contestar.

Al teléfono.
-Bueno – dije al contestar.
-Amanda, amiga – dijo Cait, imposible no reconocer su voz.
-Cait – dije alegremente - ¿Cómo estás?
-Bien gracias – dijo riendo – quería informarte que hable con Karla, Tamara y  Taylor. Estamos haciendo planes para vernos mañana, las cinco. ¿Qué dices?
-Ok – dije – en verdad las extraño mucho.
-También te extrañamos amiga – dijo riendo.
-Por cierto, le haremos una fiesta sorpresa a Paul por su cumpleaños – dijo – será el viernes, esperamos contar con tu ayuda para la organización.
-Claro – dije – es Paul – dije riendo.
-Perfecto – dijo Cait – o y antes de que se me olvide, te tengo un gran chisme.
-¿De quién? – cuestione interesada. ¿Quién no se interesa cuando están a punto de contarle un chisme?
-De Alejandro – dijo.
-¿Mi hermano? – cuestione. Caitlin solo asintió - ¿Qué hiso?
-¿Adivina con quien lo vieron charlando? – cuestiono.
-¿Con Justin? – pregunte con cierto miedo. Ojala y no.
-No – dijo – mucho peor.
-Dios mío, no se – dije – ya dime.
-Nada más y nada menos que con Nicole McCoy – dijo.
-¿Cómo sabes? – cuestione. Ojala esto sea una broma.
-Tamara acompaño a Tom a una de sus prácticas. Cuando termino la práctica fueron por un helado al centro comercial. Tamara dice que solo charlaron por 10 minutos o menos, pero sigue siendo malo…
-…porque poco a poco se está acercando a él – dije – maldita.
-Lo sé amiga – dijo Cait – aun no podemos hacer nada – dijo – porque no estamos cien por ciento seguras que Alejandro y Nicole aun tengan un futuro juntos.
-Me muero si hay algo mas entre ellos – dije.
-No te preocupes, no permitiremos que eso pase – dijo.
-Ya lo creo – dije – amiga, debo colgar. Nos vemos mañana.
-Claro que si – dijo – chau.
-Chau.

Colgué y regrese a la salita. Ellos estaban diciendo muchas tonterías y bromeando de cualquier cosa. Entre y se me quedaron viendo. Yo lo sé, soy irresistible pero, no es para tanto.

-¿Con quién hablabas? – cuestiono Alejandro.
-Con Caitlin – dije observándolo fijamente.
-¿Qué pasa? – cuestiono - ¿Por qué me miras así?
-Si vuelves a ver a Nicole me la saludas, eh – dije.
-Dios mío Amanda – dijo – esa chava ya quedo atrás, para siempre.
-Me alegro – dije dándole una sonrisa fingida – iré un momento a la cafetería, ¿alguien quiere algo? – cuestione.
-No gracias – dijeron.

Tome mi celular y baje a la cafetería. Pedí un poco de café y tome asiento. Revise mi celular. Tenía dos mails de Nina sobre el vídeo clip cancelado. Al parecer se movería la fecha para el sábado. El otro mail era para avisarme de otro trabajo que me acababa de llegar, sin fecha.

-Yo a ti te conozco – escuche decir a alguien. Volteo a ver quién era y me topo con Hunter, el chico de la cafetería.
-Amanda – dije sonriéndole – nos conocimos hace como dos días creo.
-En la cafetería, es cierto – dijo riendo.
-Siéntate – dije señalando una silla. No me vendría nada mal la compañía de un chico tan guapo como él.
-Yo pensé que ya habías terminado con Justin – dijo.
-Si terminamos – dije.
-Lo siento, siempre tengo que meter la pata – dijo apenado – yo pensé que seguían porque él está aquí y tu también.
-No – dije riendo – vengo a acompañar a mi hermano que también trabaja aquí. Y tranquilo, a mí también me suele pasar.
-Oh bueno – dijo riendo - ¿tu hermano trabaja aquí? ¿Qué es lo que hace?
-Según él es un productor – dije – el quiere ser DJ. Claro que un día quiere una cosa y al día siguiente quiere otra.
-¿Es bueno? – cuestiono.
-Supongo – dije – más le vale.
-¿Te gusta estar aquí? – cuestiono.
-No está mal para pasar un rato – dije.
-No es tan malo – dijo.

Charlamos por un rato. El era una gran compañía, sinceramente. Me había hecho reír bastante en el rato que estuvimos ahí. Además, ¿cómo no me iba a gustar la compañía de este chico hermoso, que además de guapo es divertido y todo un caballero? Por lastima debíamos de decirnos adiós ya que él tenía que regresar a grabar y yo tenía que regresar con Alejandro antes de que se empiece a preocupar. 

-No quisiera sonar atrevido pero, ¿tienes planes para el sábado en la tarde? – cuestiono.
-No sé si pueda – dije con cierta tristeza, para mi sorpresa – me contrataron para un vídeo musical y no tengo idea hasta que hora termine.
-Que chistoso – dijo, yo lo mire un poco extraño – yo también tengo un vídeo musical el sábado.
-¿Lo pospusiste? – cuestione.
-Si – dijo – tuvimos que hacerlo, nuestro director tuvo algunos problemas.
-Creo que estamos hablando del mismo vídeo – dije.
-Eso significa que nos veremos el sábado – dijo.
-Ya lo creo – dije sonriente.
-Bueno pues, hasta entonces – dijo despidiéndose.
-Chau – dije.

Nos despedimos y cada quien se fue por su rumbo. Yo regrese con mi hermano. El estaba sumido en su proyecto. Parecía estar muy concentrado.

-¿Por qué tardaste tanto? – cuestiono.
-Lo siento mamá – dije riendo.
-Es enserio Amanda – dijo - ¿Por qué tardaste tanto?
-Me quede charlando con un amigo mío – dije - ¿algún problema?
-No – dijo – ninguno.

Después de eso el siguió con lo suyo. Yo no tenía mucho que hacer así que me puse a investigar un poco acerca de mi nuevo amigo, Hunter. Primero fueron las fotos. Dios mío, en verdad es bellísimo. Después sus canciones, una por una. Eran encantadoras y muy hermosas. Vi videos, entrevistas y todo lo que se relacione. Al final me sentí un poco mal por hacerlo, me sentía como una acosadora pero, quien me puede culpar.

-Creo que ya es hora de que me vaya – dije mirando el reloj – chau chicos.
-Chau – dijeron.

Tome mi bolso y Salí de la disquera. Fui hasta el estacionamiento hasta mi coche. Subí y me fui con rumbo al centro comercial. Me quería distraer un poco de todo el alboroto que había en mi cabeza. Nada que un buen shopping spree no pueda calmar.

3 horas después…

La peor parte de comprar tanto es tener que sacar todo y ponerlo en mi closet. Es demasiado trabajo para mí. Pero bueno, es eso o dejo que toda mi ropa se arrugue. Bien dice mi madre no todo en la vida es fácil. Termine todo y baje a la cocina por un poco de agua. Al entrar me encontré con un gran ramo de flores. Era enorme. Seguramente era un regalo de Gustavo para mi madre. Tome la tarjeta que tenía puesta. Venia solamente una frase, nada más.


-¿Te gustan? - …

Capitulo 56. Sería un milagro



Ya era de noche, estaba sola en casa. Alejandro había salido con sus amigos, mi madre había salido a una cena con Pattie y Gustavo la acompañaba. Mi única compañía era Perris, aunque no me servía de mucho, la pobre había ciado dormida después de cenar. Intente distraerme con cualquier cosa. Primero me metí a la piscina intentando distraerme y relajarme un poco, no pasaron ni 10 minutos y ya estaba aburrida. Después me puse a ver una película, aburrida. Intente ver la tele pero a cada momento pasaban alguna noticia de Justin y me ponía de muy mal humor – además de que me entristecía. 

No lo negaría, lo extraño un poco, aunque sea como un amigo; pero no, debo de ser resistente. No vale la pena estar con alguien que ni siquiera te tiene confianza. No desperdiciare mi tiempo con el viviendo con el miedo del que pensara o que me dirá.


-Demonios, en donde está.

Como odio este celular. Es muy escurridizo para mi gusto. Revolví toda mi cama en busca de mi celular. Mire la hora en mi reloj, las 12 de la madrugada, más vale que sea algo importante.

Al teléfono
-Bueno – dije.
-Amanda – escuche decir a Nina – disculpa si te levante cariño, pero esto es urgente.
-Dime, que sucede – dije.
-¿Recuerdas lo del video de mañana? – me pregunto.
-Si – dije extrañada - ¿Qué pasa con eso?
-Lamento decirte que se cancelo – dijo – al parecer hubo un problema con algo, no me dijeron que era, solo me dijeron que se cancelaba. Dicen que intentaran posponerlo aunque no sé si llegue a pasar – dijo.
-Ok – dije – gracias por informarme.
-De nada linda – dijo – ahora sí, descansa.
-Gracia – dije entre algunas risillas – tú también descansa.

Bueno, un pendiente menos.

Al día siguiente.

Desperté. Así nada más. Esa noche había tenido una pesadilla. No la recuerdo, solo sé que estuvo fea. Mire mi reloj, ya eran las 8 de la mañana. Me dolía un poco la cabeza, seguramente con un baño se me quita. Me levante de la cama y abrí mis cortinas. El día pintaba para estar muy caluroso. Abrí las puertas de mi balcón y Salí por un momento. Podía escuchar el sonido del mar, muy ligeramente. El sonido que emitía la ciudad me relajaba.

-Hoy será un gran día – dije en voz alta.

Estaba decidida, nadie arruinaría mi día.

Entre a mi habitación y me metí a duchar. Tome mi tiempo en ducharme, hoy no tenía nada planeado así que no importaba, no tenía prisa. Termine después de una media hora. Fui hasta mi armario, mire cada una de mis blusas buscando alguna que pudiera usar. Tome una blusa negra, nueva, hace apenas una semana la había comprado, supongo que ya era el día de estrenarla.
Tome unos short y unas sandalias. Me vestí (http://www.polyvore.com/cgi/set?id=90932208) en cuestión de segundos. Peine un poco mi cabello y estaba lista.

-¿Qué haces aquí? – cuestiono mi madre - ¿No deberías de estar en una filmación?
-La cancelaron – dije.
-Oh, ya veo – dijo – por cierto, hable con Charlotte, tu nueva agente, deberías de hablar con ella, la chica tiene ambición y grandes planes para ti. 
-Hablare con ella hasta mañana – dije – hoy no quiero saber nada de trabajo.
-Como tú quieras – dijo sonriéndome – nada mas no olvides hacerlo.
-Claro que no – dije firme – lo prometo.
-Perfecto – dijo.

Observe a mi madre mientras se preparaba para irse. Siempre hacia las cosas con mucha gracia y elegancia, algo que yo envidiaba de ella. No había momento en que no estuviera impecable. Desde u maquillaje hasta su peinado siempre estaba perfecta. Mi abuelita siempre decía que Alejandro y yo tenemos más parecido a nuestro padre que a nuestra madre.

De mi padre recuerdo muy poco. Recuerdo su rostro pero no su voz. Recuerdo algunos momentos que pasábamos juntos. Yo no me permitía olvidarlo, jamás. Cada vez que sentía que estaba olvidando algo de él, como su cabello o su peinado, buscaba fotos de el, videos caseros de cuando era pequeña. Miraba cada uno de ellos, de principio a fin. No podía evitar llorar cada vez que los veía. ¿Cómo serian las cosas si el aun estuviera vivo? Seguramente mamá no se hubiera casado tantas veces, ni nos tuviéramos que mudar a menudo. Seguramente todo fuera diferente.

-Linda, ¿en qué piensas? – cuestiono mi madre, observándome.
-Nada importante – dije.
-Yo sé lo que paso con Justin – dijo mi madre – Pattie me conto que hubo problemas y decidieron terminar su relación.
-No tiene importancia mamá – dije – en verdad.
-Amanda, si llegaras a tener problema con el hecho de que trabaje junto a Pattie ella entenderá – dijo.
-Tranquila mamá – dije riendo – no será necesario.
-Tú sabes que aquí estaré cada que me necesites.
-Te lo agradezco – dije. Ella se acerco a mí y me abrazo, supongo que ella creyó que era lo indicado.
-Bueno linda, debo irme – dijo – si llegan a necesitar algo llámenme.
-Ok – dije.

Mi madre salió de la casa dejándome sola. Tome el periódico y claro, mi cara tenía que aparecer en el. Decía lo que yo ya sabía, el fin de la relación y todo eso. No me interesaba mucho leerlo, mejor lo aleje de mi. Como me había dicho en la mañana, hoy será un buen día y nadie podrá impedírmelo.

-Hermanita – dijo Alejandro mientras entraba a la cocina. Por lo visto se acababa de levantar.
-¿Se te quemaron tus camisas o algo por el estilo? – cuestione.
-¿Te molesta? – cuestiono
-Obviamente – dije.
-Entonces así me quedare – dijo sonriente.
-Chistoso – dije.
-Oye, ya que no tienes nada que hacer, que te parece si me acompañas al estudio – dijo – así vez que tengo futuro en esto.
-Como quieras – dije – pero yo iré en mi carro y tú en el tuyo.
-¿Por qué? – cuestiono.
-No planeo quedarme todo el día – dije – quiero ir de compras hoy. Necesito ropa nueva.
-Ok – dijo – como tú quieras.
 
Tomamos nuestro desayuno entre risas. Normalmente así eran nuestras mañanas. Normalmente estábamos los dos solos así que obviamente desarrollamos un vínculo muy fuerte.

-Mamá ya se fue, supongo – dijo Alejandro.
-Eres un adivino – dije sarcásticamente.
-Ya déjame – dijo riendo – estamos peleados
-¿Por qué? – cuestione.
-Llegue un poco tarde ayer – dijo – iré a arreglarme para poder irnos.

En cuestión de minuto mi hermano regreso, duchado, vestido y perfumado. Tome mi bolso y estaba lista para irme. Yo seguí a Alejandro hasta la disquera. Estacionamos nuestros carros y entramos, por detrás ya que enfrente había mucha gente. Tomamos nuestros gafetes y subimos hasta el piso 15, en donde se supone él está trabajando.

-¿Por qué hay tanta gente? – cuestione extrañada.
-No lo sé – dijo igual de confundido que yo – pero qué más da.

Entramos a una de las salas de ese piso. Era enorme, bien equipada para lo que quisiera hacer este muchacho. Adentro ya había algunas personas, incluyendo a los dos muchachos que Alejandro me había presentado.

-Hola chicos – dijo uno de ellos.
-Hola – dijimos ambos.
-Llegan justo a tiempo – dijo el otro chico. Porton si no me equivoco.
-Hoy tendremos a una inquilina por un rato – dijo mi hermano – la pobre me suplico, no le pude decir que no.
-Cállate – dije riendo – tu me obligaste.
-¿Vienes por Alejandro? – cuestiono Porton – yo pensé que venias a visitar a tu novio.
-¿A quién? – cuestione extrañada.
-A Justin – dijo Antón.

Me le quede viendo a Alejandro por un momento. ¿Lo habrá hecho adrede?

-Yo no sabía nada – dijo Alejandro – lo juro. Yo pensé que él seguía en Las Vegas.
-Yo también pensaba eso – dije.
-¿Está todo bien? – cuestiono Porton.
-Si – dije – no pasa nada.
-¿Cómo saben que él está aquí? – cuestiono Alejandro.
-Estuvo aquí por un momento – dijo Antón – vino buscando a alguien. No creo que vuelva.
-Eso espero – dije en un suspiro.
-Será mejor que empecemos a trabajar – dijo Alejandro.


Yo tome asiento en uno de los sofás. Observe a mi hermano mientras trabajaba. Se notaba que le gustaba, pero esa mirada también estaba cuando decidió ser chef. Todos los días cocinaba algo, desde un simple sándwich hasta algo más elaborado como una lasaña. No era malo para eso, solamente que le pareció muy aburrido después de algunas semanas. También tuvo un momento en que decidió ser doctor. Pobre, el no soporta ver sangre. Y tuvo muchas más  aficiones que nunca concreto. Si el llegara a concretar esta sería un milagro. 

Me quede observando hasta que el sonido de mi teléfono me interrumpió. Lo tome de inmediato y Salí de la sala para poder contestar.

Al teléfono.

jueves, 4 de julio de 2013

Capitulo 55. Lo hecho, hecho esta



No espere una respuesta, solamente colgué. ¿Cómo es que él sabe de todo eso? ¿Por qué se enoja conmigo si no le correspondí el beso? ¿Quién le dijo, porque él no nos pudo haber visto? ¿Y porque fue tan idiota de no investigar antes? Es un estúpido. Las cosas pasan por una razón y he aquí la mía, Justin no es para mí. ¿Por qué debo de estar con alguien que ni siquiera me tiene confianza? No lo vale.

-Hay Perris – dije acariciando a mi perrita – que difícil.

Ella no decía nada, solo movía su colita. Mi celular vibro y lo tome. Era una llamada entrante de Justin. Esta loco si cree que le contestare. Ni en sueños. Que vaya y le diga todas esas cosas a alguien más, no a mí.

Justin insistía e insistía. Yo no contestaba por supuesto. Soy lo suficientemente orgullosa como para contestarle. Pero claro, como no le conteste me inundo de mensajes. Corrí hasta mi habitación y me cambie por esto http://www.polyvore.com/sport/set?id=88246311. Baje y Salí por Perris. Le ate una correa y estaba lista.  En la cocina se escuchaban voces por lo que me asome. Era mi hermano y sus nuevos amigos. No estaban nada mal, y ahora como estoy soltera puedo pensar esas cosas sin sentirme culpable.

-Hola – dije con una sonrisa.
-¿Por qué estas vestida así? – cuestiono Alejandro.
-Saldré a correr – dije – debo ejercitarme.
-Ok – dijo – por cierto, Amanda ellos son Porton y Anton – dijo señalando, yo les sonreí por educación -  Porton, Anton, ella es Amanda, mi hermana.
-Hola – dijeron ambos al unisonó.
-Bueno, me voy – dije. Tome a Perris y Salí de la casa. Necesitaba despejarme de todo. Últimamente las cosas se han puesto un poco difíciles para mí. Pero bueno, así es la vida, a veces se gana y a veces se pierde.


Entre a la casa y note las voces. Ellos seguían aquí, a decir verdad no me molestaba, por mi que se queden a dormir. Le quite la correa a Perris y la deje libre en el patio. le puse comida y agua y regrese adentro.

-Tu celular no deja de vibrar – dijo Alejandro.
-Apágalo si quieres – dije sin darle mucho interés.

Yo lo mire mientras lo tomaba. Supongo que leyó algunos mensajes ya que hiso una cara algo extraña.

-Será mejor que le contestes – dijo entregándome el celular.

-Demonios – susurre al ver la cantidad de mensajes. Eran demasiados y eso que no he contado las llamadas perdidas. 

Salí al patio y mire cada maldito mensaje. El primero decía que porque le había colgado. Que era una cobarde. Después de cómo 3 minutos me mando otro que decía que lamentaba lo que había dicho, que ya sabía la verdad. Los demás mensajes decían lo mismo: perdón Amanda, debes de entenderme. O , perdón Amanda, fue solo un ataque de celos, no volverá a pasar. En otros me decía que recordara todos los momentos juntos. Maldito. Mi teléfono volvió a sonar, esta vez era una llamada, la número 30 por lo que notaba.

Al teléfono.
-Que quiere – cuestioné enojada.
-Lo siento mucho – dijo – no fue mi intención.
-Eres un maldito – dije – afronta las consecuencias. Y por si lo olvidabas, tú fuiste quien termino conmigo.
-Y te estoy pidiendo perdón – dijo.
-Yo no he aceptado tu perdón – dije – y no lo aceptare. Ya desconfiaste de mi una vez, seguramente me volverás a hacer un teatrito si otro chavo me habla.
-¿Qué acaso a ti ya no te importa? – me cuestionó.
-Ya me la hiciste una vez, no te permitiré hacerlo de nuevo – dije – ni a ti, ni a nadie. Yo no soy como las demás que con decirles perdón ya las tienes comiendo de tu mano, te equivocas si crees que así será. Lo hecho, hecho esta.
-¿Entonces que pasara ahora? – pregunto.
-Has con tu vida lo que se te antoje – dije enojada casi a gritos.

Ya no podía mas, simplemente le colgué.

-Maldito idiota – dije con una voz muy alta, hasta la pobre de Perris se asusto.

Sentía muchas cosas en ese momento. Quería llorar, romper algo, ir a Las Vegas y gritarle tantas cosas en su cara. Pero a la vez sentía un enorme alivio, no sabía si era porque al final, yo tenía la razón o porque era, pero lo sentía. Me sentía enojada conmigo misma, siempre tenía que elegir a los idiotas; al típico chico que cree saberlo todo, el que siempre te cuestiona, que te enfrentan sin saber. ¿Por qué no me puedo conseguir a alguien decente, porque?

-Ya no pienses en eso Amanda – me dije a mi misma.

Tome mi celular y entre a la casa, fui directo a mi habitación. Avente mi celular a la cama y después Salí hacia el balcón. Me quede ahí por un buen rato, sin hacer nada más que mirar hacia el bello horizonte.

Me dolía terminar con Justin ya que si lo quería mucho, pero que más da ahora. Me salían lágrimas de vez en cuando y eso me ponía triste. Este es el momento después del enojo, el momento en donde empiezo a recordar las cosas buenas que vivimos, como él en que nos conocimos, el día de la boda de mi madre, el día en que me pidió que fuera su novia. Todos esos momentos ya no importaban. Una parte de mi me decía que lo perdonara, que era una gran estupidez lo que hacía pero la otra parte me decía que así estaba bien. Seguramente la vida tiene algo mejor para mí.

-Amanda – grito mi hermano.
-¿Mande?
-¿Vamos a pedir algo de cenar? – dijo - ¿Tu quieres algo?
-No gracias – dije – si quieres yo voy y compro las cosas.
-¿Segura? – cuestionó.
-Claro – dije – no hay problema.

…Al día siguiente… 

Abrí mis ojos y al instante me arrepentí. Sentía como si tuviera una resaca y eso que no había tomado nada, es más, ni siquiera había llorado. Me levante y corrí a ducharme. Rápidamente me vestí (http://www.polyvore.com/pink/set?id=88250554). Mire mi reloj, aun tenía una hora. Me cepille un poco el cabello y vuala.

Baje lo más rápido que pude. Tome las llaves de mi carro y Salí como rayo. Me estacione en una cafetería Starbucks, haber si eso podía quitarme el malestar que sentía. Para mi suerte solo había dos personas delante de mí. Todo era tan pacifico hasta que mi celular empezó a sonar.

-Demonios – susurre al no encontrarlo.

Al final lo tome y conteste.

Al teléfono.
-Amanda, ¿en donde estas? – cuestionó mi hermano.
-Nina me pidió que fuera – dije en voz baja.
-Ah está bien – dijo.
-¿Todo bien por allá? – cuestione.
-Si – dijo – te dejo, debes de estar ocupada.
-Chau.

Colgué y regrese mi celular a mi bolsa. De la nada ya no había nadie delante de mí. Ordene y fui a esperar.

-Disculpa, te puedo preguntar algo – cuestiono un chico, no le podía ver bien la cara ya que llevaba un gorro y gafas.
-Claro – dije gentilmente.
-¿Por qué estas tan triste? – cuestiono tomándome por sorpresa.
-¿Se me nota tanto? – cuestioné en modo de broma, el solamente sonrió – no es nada.
-Ya veo – dijo sonriente – soy Hunter.
-Sé quién eres – dije mientras lo observaba. ¿Cómo es que no lo reconocí antes? – Soy Amanda – dije ofreciéndole mi mano, en modo de saludo. El la tomo sin pensarlo.
-¿Cómo es que me conoces? – cuestiono.
-¿Qué no eres cantante? – Cuestione – a menos que no seas el Hunter que yo creo que eres. Si fuera así me disculpo.
-Si soy el cantante – dijo riendo - ¿Qué tú no eres la novia de Justin?
-La ex, querrás decir – lo corregí.
-Vaya, no lo sabía – dijo – lo siento.
-No te preocupes – dije sonriéndole. 

Seguimos charlando en lo que esperábamos. Era muy simpático el chico. Lo había visto en varias revistas pero jamás en persona. Debo decir que esta muchísimo más guapo en persona que en fotos. Antes de despedirnos intercambiamos números. Al principio me sentí mal, como si fuera una cualquiera, pero después recordé que estaba soltera y ya no tenía porque sentirme mal; además, no era como que estuviéramos saliendo o algo así.


-Llegas justo a tiempo – dijo Nina.
-Me demore un poco – dije – lo lamento.
-No deberías – dijo riendo – está bien si llegas 10 o 15 minutos tarde, yo lo entenderé, es solo que es extraño; normalmente las chicas llegan después de media hora o así.
-Supongo que te acostumbraste – dije.
-Debe de ser eso – dijo – bueno, a lo que te llame. Tengo un trabajo para ti y además ya te encontré una agente.
-Cuéntame – dije.
-La revista Glamour quiere que haga una sección especial para adolecentes. Ellos creen que tienes mucho potencial así que te dejaran la sección para ti sola. E una gran oportunidad – dijo alegremente – y sobre tu agente. Se llama Charlotte. Es joven pero muy activa. Gracias a ella es que tienes la oportunidad con Glamour.
-Vaya – dije impresionada.
-Además es buena la paga que recibirás – dijo - ¿Qué dice? Acepta o no.
-Acepto – dije. Este tipo de oportunidades solo llegan una vez. No pienso desperdiciarlas.
-Perfecto – dijo – toma – dijo entregándome un papel – aquí esta anotado el número de teléfono de Charlotte junto u dirección. No sé si quieran quedar de verse y así se puedan conocer o como tu gustes.
-Me parece bien – dije.
-Bueno pues, eso era todo lo que tenía que decirte – que no se te olvide que mañana tienes el trabajo del videoclip – dijo.   
-Claro que no lo olvidare – dije segura – hasta luego.
-Chau linda.

Como quien dice, cada vez que una puerta se cierra otra se abre.

Capitulo 54. Mentirosa

No confíes en nadie


Deje las llaves de mi coche en su lugar y subí a mi habitación. Deje mi bolso en la cama y me metí a mi armario. Me quite la ropa y me cambie por esto http://www.polyvore.com/cgi/set?id=68391237. Me arregle un poco el cabello y regrese a la sala.

-¿Ahora si me dirás como te fue? – cuestiono mi hermano.
-Ya te dije, me fue bien – dije mientras tomaba asiento. Me sentía un poco cansada - ¿Qué no se supone que deberías de estar alistándote para tu juego?
-Aun no – dijo – hasta dentro de dos horas me iré y no cambies de tema.
-¿Qué quieres saber? – cuestione.
-¿Aceptaste? – Pregunto con entusiasmo.
-¿Tu qué crees que hice? – cuestione.
-¿Dijiste que no? – cuestiono exaltado.
-No lo sé, tal vez – dije, esto será bastante interesante.
-¿Por qué hiciste eso? – cuestiono.
-Porque no estoy segura de poder hacerlo – dije.
-Acabas de desperdiciar una gran oportunidad – dijo – si yo fuera tu…
-Seguirías con mi broma – dije riendo.
-¿Aceptaste? – cuestiono con los ojos abiertos. Yo solo asentí con la cabeza – Oh dios mío, dijo que si, dijo que sí.
-Que nunca se te olvide lo que estás viendo – le dije a Justin, el solamente reía.
-Jamás – dijo riendo.
-Ahora si podre llamarte Barbie – dijo Alejandro con mucha emoción.
-No digas taradeces – dije – y ya tranquilízate que después lloras y mamá pensara que te hice algo.
-Yo no lloro, yo soy un macho – dijo dándose un golpe en el pecho.
-Ándale macho, mejor ve a ver si ya puso la marrana – dije.
-Hay que gasha – dijo haciendo un tono femenino. Yo solamente reí.

…Al día siguiente…

Ya van varios días desde que acepte el trabajo de Nina. Ya he hecho dos sesiones y aun me faltan otras tres. Dentro de lo que cabe, todo en casa esta normal. Gustavo y mi madre decidieron tomar unas vacaciones a Bora Bora, según ellos para mantener la llama encendida. Por lo pronto estamos solos (Alejandro y yo).

Me levante de mi cama y fui hasta mi closet. Tome algunas prendas y me las coloque (http://www.polyvore.com/im_back/set?id=88232938).

-Iré de compras – dije.
-¿Para qué? – pregunto Alejandro.
-Estoy muy aburrida y Justin no está – dije – mejor voy de compras.
-Está bien – dijo – yo estaré aquí por si me necesitas.

Tome mi bolso, una de las tarjetas de crédito de mi madre, mi celular, mis llaves y me fui. Se sentía bien poder salir a mis anchas. Me gustaba mi independencia de los demás, me hacía sentir más adulta.

En cuanto encontré un lugar me estacione. Baje de mi auto y entre al centro comercial. Hacía mucho no venia, esto hacia que extrañara más a mis amigas. Recorrí todas las tiendas en el centro comercial. Compre una que otra cosa, no tanto, para mi gusto. Era de esas mañanas tranquilas, no había mucha gente en el mal por lo que tenía más libertades.

Y claro, algo tenía que salir mal.

-Amanda, vaya suerte la mía – dijo impresionado.
-No es posible – dije incrédula. ¿Qué he hecho mal para merecer esto? ¿Acaso mate a alguien y esta es mi penitencia?
-El destino nos quiere juntos – dijo riendo – definitivamente.
-No lo creo – dije – tengo cosas que hacer así que me voy.
-Espera, no nos hemos visto en mucho tiempo y así como si nada te vas.
-Hay una razón por la que no nos vimos mas – dije – y por lo que yo no quiero volver a verte.
-Vamos Amanda, olvidemos el pasado – dijo – hay que empezar de nuevo – algo andaba mal, el se iba acercando cada vez mas lo que me incomodaba.

Narra Ryan.

-¿Qué te parece este? – le cuestione a Chaz.
-Nah – dijo – no queda con tu personalidad.
-Tienes razón – le eche un ultimo vistazo y o deseche.

Al final encontré la gorra perfecta. A la medida y que si combinara conmigo. La compre y espere por Chaz.

-Chaz – dije – ven, tienes que ver esto.
-Ya voy – dijo sin mucho interés.
-Ven – insistí.

¿Mis ojos están jugándome una mala pasada o es Amanda a la que estoy viendo?

-¿Qué pasa? – cuestiono.
-Mira – dije señalando en dirección a Amanda.
-Wooo – dijo incrédulo - ¿En que está metida esta chica?

Parecía que charlara con el tipo ese. Era extraño ya que estaban demasiado juntos. Ella no parecía estar demasiado cómoda pero, también podría estar haciéndose la difícil. Una chica tenía que ser.

-Wooooo – exclamo Chaz – no puede ser.
-Justin se morirá en cuanto vea esto – dije incrédulo – debemos decirle.
-Llámale – dije.

No es posible. La dulce e inocente Amanda se estaba besuqueando con el desconocido. Si se estaba haciendo la difícil después de todo.

-Por dios – dijo Chaz – esto está mejor que una novela.
-¿Por qué lo dices? – cuestione.
-¿No viste? – cuestiono.
-Vi el beso – dije.
-Ella le dio una tremenda cachetada – dijo Chaz riendo – hasta a mi me dolió.
-Entonces no le gusta el chico – deduje.
-No creo, si le gustara no lo hubiera golpeado.
-Tienes razón – dije – será mejor que nos vayamos de una vez.
-Vamos.


Regrese a casa y no me pude contener. Tenía que decirle a Justin sobre lo que habíamos visto hoy. Me sentía un traidor al no decirle. Además, no fue malo al final, ella no le permitió sobrepasarse y eso es de aplaudirse.

Al teléfono…
-Bro, que tal te va – dijo Justin al contestar.
-¿Cómo supiste que era yo? – pregunte. ¿Extraño no creen?
-Cheque el identificador – dijo - ¿Cómo va todo por allá bro?
-Supongo que bien – dije – aunque hay algo que debo contarte.
-¿Ahora? – cuestiono.
-Es de Amanda – el no me diría no al saber que es de ella de quien hablaría.
-Dime – dijo, yo reí. A veces es muy obvio.
-Bueno, no sé cómo empezar – dije. ¿Cómo se supone que le cuente sin que se enoje?
-Vamos Ryan – insistió.
-Bueno ya – dije. Tome aire y comencé – mira, hoy fui con Chaz al centro comercial y me encontré con alguien. Tu novia para ser más exactos.
-¿Eso es todo? – cuestiono.
-No – dije – ahora va lo interesante.
-Bueno pues continúa – pidió.
-Amanda no sabía que estábamos allí pero si la vimos – dije. Ahora lo más difícil – resulta que ella estaba charlando con un chico y parecía como si el tipo se le insinuará a tu chica. Una cosa llevo a otra y el la termino besando.
-¿QUEEEEEEE?- cuestionó a grito - ¿Cómo PUDO HACERME ESTO?
-Espera aún hay más que debes saber – dije asustado.
-No me interesa Ryan – dijo alterado – ya no interesa.
-Vamos bro – dije – necesitas saber lo que paso después – insistí – te meterás en un problemón después.
-No – dijo firme – la que tendrá problemas es ella y conmigo.
-Escucha…
-Debo irme – dijo interrumpiéndome – chau Ryan, y gracias por decirme.

Antes de que pudiera decirle cualquier cosa él me colgó. Demonios, en que problema los acabo de meter. Mejor me hubiera quedado callado.

-¿Con quien hablaba? – cuestiono Chaz mientras entraba.
-Con Justin – dije algo intimidado.
-¿Le dijiste? – me cuestionó.
-Pues si – dije.
-Y que dijo – pregunto interesado.
-Está muy molesto – dije asustado – el no me dejo terminar de contarle.
-Oh no – dijo.
-Exacto – dije – debo decirle pero no me escuchara.
-Mándale un mensaje – dijo – aun tienes tiempo.
-Como no se me ocurrió antes – dije

Tome mi celular y le mande el mensaje a Justin lo más rápido que pude. No le di explicaciones, simplemente le puse lo que ella hiso después… lo abofeteo y muy fuerte. Espero y esto le llegue entes que cometa un grave error.

Narra Amanda.

Al teléfono.
-¡Qué asco! – dijo Caitlin.
-Lo sé – dije – me he lavado la boca como mil veces.
-Hiciste bien en golpearle – dijo – para que se le quite lo pendejo.
-Eso espero – dije – bueno amiga, debo colgar.
-Ok – dijo Cait – nos vemos pronto.
-Claro – dije – chau.
-Chau.

Colgué y deje mi celular en la mesa. Aun no puedo quitar esa desagradable imagen de mi mente. ¿En qué cabeza cabe que aun me gusta? Por algo él es pasado y un pasado muy bien enterrado.

-¿Qué traes tu? – le cuestioné a Alejandro.  
-Le doy los últimos toques a mi canción – dijo.
-No creo que te dure el chistecito, sinceramente – dije – seguramente después del mes te olvidaras de eso.
-Cuanta confianza – dijo dolido.
-No dudo que seas bueno – dije – dudo que te dure el gusto por ser productor o DJ o lo que quieras ser.
-Durare ya lo veras – dijo.
-Tú sabes.
-Por cierto, invite a algunos amigos nuevos a la casa – dijo.
-Ok – dije.

Alejandro últimamente tiene una sola cosa en su cabeza, ser productor/DJ o lo que sea. Todo empezó desde que acompaño a Gustavo a la disquera. Según el encontró su pasión, la música. No dudo que él sea bueno, dudo que aguante en su puesto. El es así, un día le gusta una cosa, otro día le gusta otra cosa.

-Amanda, tu celular está sonando – aviso mi hermano.

Lo tome y conteste.

Al teléfono.
-Bueno – dije riendo. Mi hermano y sus pendejadas.
-¿Cómo pudiste? – me cuestiono Justin. Imposible no reconocer su voz.
-¿Justin? – cuestioné. Me levante de mi asiento y Salí al patio por si acaso.
-Tú sabes que soy yo – dijo – eres una traidora.
-¿De qué hablas? – cuestione.
-No te hagas la que no sabe – dijo enfurecido – eres una mentirosa.
-No te entiendo nada – dije, la furia era algo contagiosa – si no me vas a explicar implemente colgare.
-Yo sé de ti y tu amiguito – dijo – esperaste a que me fuera para poder salir y andar besuqueándote con él – estúpido Max. Por su culpa tengo estos líos.
-El se me abalanzo – dije ya enojada – y si tú quieres creer que yo le respondí el beso como una vil cualquiera pues entonces está bien pero hasta aquí quedamos tú y yo.  
-¿Qué crees? – cuestionó sarcásticamente – Terminamos.
-Perfecto – dije
-Espero y un día te des cuenta de lo que perdiste – dijo.
-Espero y un día tú te des cuenta de lo que perdiste por no saber nada y solo hablar por hablar – dije ya en un estado de furia.

No espere una respuesta, solamente colgué. ¿Cómo es que él sabe de todo eso? ¿Por qué se enoja conmigo si no le correspondí el beso? ¿Quién le dijo, porque él no nos pudo haber visto? ¿Y porque fue tan idiota de no investigar antes? Es un estúpido. Las cosas pasan por una razón y he aquí la mía, Justin no es para mí. ¿Por qué debo de estar con alguien que ni siquiera me tiene confianza? No lo vale.
__________________________________________________________________
Volví. Dio mio, deje este blog abandonado por mucho tiempo. En verdad lo lamento mucho. Entre la prepa y todo eso es muy difícil. No pienso dejar la novela inconclusa, por eso seguí. En verdad hago mi esfuerzo pero no es tan sencillo para mi. Me debo de esforzar en la prepa ya que después iré a carrera y debo de ir muy bien preparada. 

Espero y les guste. Muchas cosas están por pasar. 

Las amoooo :)
XOXO Andrea <3