Ya era de noche, estaba sola en casa. Alejandro había
salido con sus amigos, mi madre había salido a una cena con Pattie y Gustavo la
acompañaba. Mi única compañía era Perris, aunque no me servía de mucho, la
pobre había ciado dormida después de cenar. Intente distraerme con cualquier
cosa. Primero me metí a la piscina intentando distraerme y relajarme un poco,
no pasaron ni 10 minutos y ya estaba aburrida. Después me puse a ver una
película, aburrida. Intente ver la tele pero a cada momento pasaban alguna noticia
de Justin y me ponía de muy mal humor – además de que me entristecía.
No lo negaría, lo extraño un poco, aunque sea como un
amigo; pero no, debo de ser resistente. No vale la pena estar con alguien que
ni siquiera te tiene confianza. No desperdiciare mi tiempo con el viviendo con
el miedo del que pensara o que me dirá.
…
-Demonios, en donde está.
Como odio este celular. Es muy escurridizo para mi gusto.
Revolví toda mi cama en busca de mi celular. Mire la hora en mi reloj, las 12
de la madrugada, más vale que sea algo importante.
Al teléfono
-Bueno – dije.
-Amanda – escuche
decir a Nina – disculpa si te levante cariño, pero esto es urgente.
-Dime, que sucede –
dije.
-¿Recuerdas lo del
video de mañana? – me pregunto.
-Si – dije extrañada
- ¿Qué pasa con eso?
-Lamento decirte
que se cancelo – dijo – al parecer hubo un problema con algo, no me dijeron que
era, solo me dijeron que se cancelaba. Dicen que intentaran posponerlo aunque
no sé si llegue a pasar – dijo.
-Ok – dije – gracias
por informarme.
-De nada linda –
dijo – ahora sí, descansa.
-Gracia – dije
entre algunas risillas – tú también descansa.
Bueno, un pendiente menos.
Al día siguiente.
Desperté. Así nada más. Esa noche había tenido una
pesadilla. No la recuerdo, solo sé que estuvo fea. Mire mi reloj, ya eran las 8
de la mañana. Me dolía un poco la cabeza, seguramente con un baño se me quita.
Me levante de la cama y abrí mis cortinas. El día pintaba para estar muy
caluroso. Abrí las puertas de mi balcón y Salí por un momento. Podía escuchar
el sonido del mar, muy ligeramente. El sonido que emitía la ciudad me relajaba.
-Hoy será un gran día – dije en voz alta.
Estaba decidida, nadie arruinaría mi día.
Entre a mi habitación y me metí a duchar. Tome mi tiempo
en ducharme, hoy no tenía nada planeado así que no importaba, no tenía prisa.
Termine después de una media hora. Fui hasta mi armario, mire cada una de mis
blusas buscando alguna que pudiera usar. Tome una blusa negra, nueva, hace
apenas una semana la había comprado, supongo que ya era el día de estrenarla.
Tome unos short y unas sandalias. Me vestí (http://www.polyvore.com/cgi/set?id=90932208)
en cuestión de segundos. Peine un poco mi cabello y estaba lista.
-¿Qué haces aquí? – cuestiono mi madre - ¿No deberías de
estar en una filmación?
-La cancelaron – dije.
-Oh, ya veo – dijo – por cierto, hable con Charlotte, tu
nueva agente, deberías de hablar con ella, la chica tiene ambición y grandes
planes para ti.
-Hablare con ella hasta mañana – dije – hoy no quiero
saber nada de trabajo.
-Como tú quieras – dijo sonriéndome – nada mas no olvides
hacerlo.
-Claro que no – dije firme – lo prometo.
-Perfecto – dijo.
Observe a mi madre mientras se preparaba para irse.
Siempre hacia las cosas con mucha gracia y elegancia, algo que yo envidiaba de
ella. No había momento en que no estuviera impecable. Desde u maquillaje hasta
su peinado siempre estaba perfecta. Mi abuelita siempre decía que Alejandro y
yo tenemos más parecido a nuestro padre que a nuestra madre.
De mi padre recuerdo muy poco. Recuerdo su rostro pero no
su voz. Recuerdo algunos momentos que pasábamos juntos. Yo no me permitía
olvidarlo, jamás. Cada vez que sentía que estaba olvidando algo de él, como su
cabello o su peinado, buscaba fotos de el, videos caseros de cuando era
pequeña. Miraba cada uno de ellos, de principio a fin. No podía evitar llorar
cada vez que los veía. ¿Cómo serian las cosas si el aun estuviera vivo?
Seguramente mamá no se hubiera casado tantas veces, ni nos tuviéramos que mudar
a menudo. Seguramente todo fuera diferente.
-Linda, ¿en qué piensas? – cuestiono mi madre,
observándome.
-Nada importante – dije.
-Yo sé lo que paso con Justin – dijo mi madre – Pattie me
conto que hubo problemas y decidieron terminar su relación.
-No tiene importancia mamá – dije – en verdad.
-Amanda, si llegaras a tener problema con el hecho de que
trabaje junto a Pattie ella entenderá – dijo.
-Tranquila mamá – dije riendo – no será necesario.
-Tú sabes que aquí estaré cada que me necesites.
-Te lo agradezco – dije. Ella se acerco a mí y me abrazo,
supongo que ella creyó que era lo indicado.
-Bueno linda, debo irme – dijo – si llegan a necesitar
algo llámenme.
-Ok – dije.
Mi madre salió de la casa dejándome sola. Tome el
periódico y claro, mi cara tenía que aparecer en el. Decía lo que yo ya sabía,
el fin de la relación y todo eso. No me interesaba mucho leerlo, mejor lo aleje
de mi. Como me había dicho en la mañana, hoy será un buen día y nadie podrá
impedírmelo.
-Hermanita – dijo Alejandro mientras entraba a la cocina.
Por lo visto se acababa de levantar.
-¿Se te quemaron tus camisas o algo por el estilo? –
cuestione.
-¿Te molesta? – cuestiono
-Obviamente – dije.
-Entonces así me quedare – dijo sonriente.
-Chistoso – dije.
-Oye, ya que no tienes nada que hacer, que te parece si
me acompañas al estudio – dijo – así vez que tengo futuro en esto.
-Como quieras – dije – pero yo iré en mi carro y tú en el
tuyo.
-¿Por qué? – cuestiono.
-No planeo quedarme todo el día – dije – quiero ir de
compras hoy. Necesito ropa nueva.
-Ok – dijo – como tú quieras.
Tomamos nuestro desayuno entre risas. Normalmente así
eran nuestras mañanas. Normalmente estábamos los dos solos así que obviamente
desarrollamos un vínculo muy fuerte.
-Mamá ya se fue, supongo – dijo Alejandro.
-Eres un adivino – dije sarcásticamente.
-Ya déjame – dijo riendo – estamos peleados
-¿Por qué? – cuestione.
-Llegue un poco tarde ayer – dijo – iré a arreglarme para
poder irnos.
En cuestión de minuto mi hermano regreso, duchado,
vestido y perfumado. Tome mi bolso y estaba lista para irme. Yo seguí a
Alejandro hasta la disquera. Estacionamos nuestros carros y entramos, por
detrás ya que enfrente había mucha gente. Tomamos nuestros gafetes y subimos
hasta el piso 15, en donde se supone él está trabajando.
-¿Por qué hay tanta gente? – cuestione extrañada.
-No lo sé – dijo igual de confundido que yo – pero qué más
da.
Entramos a una de las salas de ese piso. Era enorme, bien
equipada para lo que quisiera hacer este muchacho. Adentro ya había algunas
personas, incluyendo a los dos muchachos que Alejandro me había presentado.
-Hola chicos – dijo uno de ellos.
-Hola – dijimos ambos.
-Llegan justo a tiempo – dijo el otro chico. Porton si no
me equivoco.
-Hoy tendremos a una inquilina por un rato – dijo mi
hermano – la pobre me suplico, no le pude decir que no.
-Cállate – dije riendo – tu me obligaste.
-¿Vienes por Alejandro? – cuestiono Porton – yo pensé que
venias a visitar a tu novio.
-¿A quién? – cuestione extrañada.
-A Justin – dijo Antón.
Me le quede viendo a Alejandro por un momento. ¿Lo habrá
hecho adrede?
-Yo no sabía nada – dijo Alejandro – lo juro. Yo pensé
que él seguía en Las Vegas.
-Yo también pensaba eso – dije.
-¿Está todo bien? – cuestiono Porton.
-Si – dije – no pasa nada.
-¿Cómo saben que él está aquí? – cuestiono Alejandro.
-Estuvo aquí por un momento – dijo Antón – vino buscando
a alguien. No creo que vuelva.
-Eso espero – dije en un suspiro.
-Será mejor que empecemos a trabajar – dijo Alejandro.
Yo tome asiento en uno de los sofás. Observe a mi hermano
mientras trabajaba. Se notaba que le gustaba, pero esa mirada también estaba
cuando decidió ser chef. Todos los días cocinaba algo, desde un simple sándwich
hasta algo más elaborado como una lasaña. No era malo para eso, solamente que
le pareció muy aburrido después de algunas semanas. También tuvo un momento en
que decidió ser doctor. Pobre, el no soporta ver sangre. Y tuvo muchas más aficiones que nunca concreto. Si el llegara a
concretar esta sería un milagro.
Me quede observando hasta que el sonido de mi teléfono me
interrumpió. Lo tome de inmediato y Salí de la sala para poder contestar.
Al teléfono.
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