sábado, 28 de julio de 2012

Capitulo 34. No Los Culpo



En cuestión de segundos dos chicos – guapos a decir verdad – se sentaron en la mesa. Mire a Taylor quien había puesto una cara de desagrado.

-Hola chicas – dijo uno de ellos.
-Hola – dijo Cait, sonriéndoles.
-Tú debes de ser Amanda – dijo uno de ellos, quien se había sentado a un lado mío.
-Si – dije con amabilidad.
-Yo soy Paul, y el – dijo señalando al otro chico – es Tom.
-Mucho gusto- dije.
-Igual – dijo el riendo - ¿Cuánto tiempo llevas en California?
-Algunos meses – dije – no mucho.
-Aun así, es algo – dijo - ¿Por qué te mudaste?
-Mi madre – dije – se caso con un tipo de aquí.
-Creo que algo había escuchado – dijo riendo.


Hablamos por un rato más hasta el fin del receso. Era una buena persona, y graciosa. Me había contado un poco sobre él y yo un poco sobre mí.

-Vamos chicas – dijo Caitlin.

Nos levantamos de la mesa y salimos de la cafetería. Paul compartía clase conmigo a esta hora por lo que fuimos caminando juntos.

Por si acaso lo llegan a pensar, no, a mi no me gusta Paul. Apenas lo acabo de conocer y me ha agradado mucho, no creo que eso tenga mucho que ver. Si, es guapo pero, no significa que ya quiero tener una relación con él ni nada de eso.

-Llegamos – dijo abriéndome paso ante la puerta.
-Gracias – dije.

Entre al salón y tome un lugar, cerca del final. Paul tomo un asiento a un lado mío. Charlamos un poco en lo que llegaba el maestro, segundos después llegaron Cait y Tamara.

-Alumnos, silencio – dijo el profesor al entrar. Será estricto, seguramente.


Termino, por fin. Jamás pensé decirlo pero, me gusta ir a la escuela. No era tan aburrido como creí que sería, además, los periodos son cortos y el día se te pasa volando.

Me despedí de los demás y Salí del edificio. Subí a mi auto y fui a casa. Hoy habíamos quedado en que iríamos a casa de Caitlin, a hacer algunas tareas y aprovechar y conocernos mejor. Estaba por arrancar hasta que un auto se pone detrás mío, justamente el auto de mi hermanito. Me extraño un poco verlo ya que no lo había visto en la mañana, seguramente había llegado tarde. Se movió y pude salir.

Digamos que en todo el camino estuve detrás de mi hermano. Llegamos juntos a casa, cada quien tomo su lugar y entramos a casa.

-¿Mamá? – cuestione al verla en la cocina.
-¿Cómo les fue? – cuestiono mi madre. Juro que me recordó a Caitlin con ese tono de voz.
-Bien – dijo Alejandro riendo – no es tan malo como creí.
-Ya lo creo – dije – es un buen lugar.
-Me alegra que les guste – dijo mi madre.
-¿Puedo salir hoy? – cuestione.
-¿No tienes tareas? – cuestiono mi madre.
-Para eso saldré – dije.
-Está bien – dijo mi madre – solo porque es tu primer día.

Comimos mientras le contábamos algunas de nuestras historias a mamá. Reíamos con algunas cosas que contaba Alejandro, al parecer el seria el que ocasionaría problemas en su salón. Termine de comer y deje todo en el fregadero.

-Ya me voy – dije.
-Que te vaya bien – dijo mi madre.
-Chau.

Salí de casa y me subí a mi auto. Conduje hasta casa de Cait por el mismo camino de siempre. Como siempre, el trafico me hiso retrasarme. Fue una hora de camino. Al final llegue y aparque mi auto en donde siempre lo hacía. Baje y toque el timbre.

-Amanda – dijo Chris riendo – cuanto tiempo sin verte.
-Muy cierto – dije – es tu culpa.
-Es mi culpa – dijo mientras asentía con la cabeza – pasa – dijo riendo.

Abrió el portón y me hiso espacio para pasar. Me dio un corto abrazo y entramos. Divise a Ryan en el jardín, me volteo a ver y me saludo con la mano, al igual que yo.

-Caitlin está en la cocina con las demás – dijo – te esperaban.
-Ok – dije riendo.
-Espera – grito Ryan mientras entraba.
-Dios mío – dije en susurros.
-Amiga – dijo dándome un fuerte abrazo, juro que casi me levanta del suelo.
-Amigo – dije – no respiro.
-Lo siento – dijo riendo.
-Ahora sí, me voy – dije en cuanto me puso en el suelo.
-Recuerda, la cocina – dijo Chris.
-Si – dije riendo.

Camine por la casa hasta la cocina, ahí estaban las chicas haciendo tareas.

-Hasta que llegas – dijo Karla riendo.
-El trafiquin – dije riendo.
-Bueno, continuemos – dijo Cait – así podremos charlar después.
-Claro – dije.

Tome mis útiles y tome asiento. Como nunca antes, hice mis trabajaos correspondientes, al pie de la letra.  Me sentía algo orgullosa de mi trabajo. En cuanto terminamos, guardamos nuestras cosas y nos pusimos a chismear.

-Me contaron que Paul planea hacer una fiesta este viernes – dijo Karla – ya saben, para dar la bienvenida.
-Lo que hace por tener chicas – dijo Taylor - mujeriego
-¿Tan malo es? – cuestione.
-No es tanto así como lo describe Taylor – dijo Tamara riendo – es bueno aunque tiene sus momentos de chicos, ya sabes, cuando les gusta una chica y todo eso.
-Oh – dije.
-Es algo mujeriego – dijo Cait – solo un poco.
-Mucho – dijo Taylor.
-Pero es guapo – dijo Karla – y sexy. Además, hace buenas fiestas.
-Eso es cierto – dijo Caitlin.

Seguimos hablando un poco sobre el mismo tema hasta que se volvió un poco aburrido. El timbre sono, Caitlin estaba algo ocupada y Christian gritaba porque ella abriera.

-Yo voy – dije, tenía un ligero presentimiento de encontrarme a alguien.
-Claro – dijo Caitlin con una mirada picara. Yo solo reí.

Salí de la cocina y fui hasta la entrada. Tome una de las llaves y Salí.

-¿Qué no deberias estar en tu casa, estudiando? – cuestiono mi amigo al verme salir.
-Ya termine mis deberes – dije con orgullo.
-Te molestaría hacerme mis tareas – dijo – te pagaría muy bien – dijo algo pícaro.
-Cuidado con lo que dices – dijo mi otro amigo dándole un golpe.

Abrí la puerta y me hice a un lado para que ellos pasaran.

-Que gusto verte amiga – dijo dándome un abrazo, como el de Ryan.
-Quítate Chaz – dije – no respiro.
-Como te quiero amiga – dijo, rio un poco y me soltó.  

Chaz se movió y entro mi otro amigo, Justin.

-Saben, me iré adentro – dijo Chaz.
-Vamos – dije.
-Claro – dijo Justin tomando mi mano.

Entramos los tres a la casa y rápidamente Chaz se fue, como si huyera.

-¿Cómo te fue hoy? – cuestiono sonriendo.
-Bien – dije riendo.
-Me llego un rumor – dijo.
-¿Cuál? – cuestione extrañada.
-Pues, se dice que por ser tan hermosa, un chico se ha interesado en ti – dijo él.
-Que cosas dices – dije riendo.
-Eso me contaron – dijo riendo – no los culpo, quien no se resistiría a esta hermosura.
-Hay Dios – dije riendo – que has estado tomando.
-Yo nada – dijo tomándome por la cintura, acercándome a él – aunque me siento mal por ellos.
-¿Por qué? – cuestione.
-Porque tú estás conmigo – dijo – y no con ellos.
-Eso es cierto – afirme.
-Te quiero – dijo sonriendo.
-No tanto como yo – dije.
-Mentirosa – dijo riendo.
-No, no, no – dije – tú eres el mentiroso.
-No creo que me quieras tanto como yo te quiero a ti – dijo.
-Te quiero muchisisisimo mas – dije segura.
-No te creo – dijo.
-Qué raro – dije con sarcasmo – nunca me crees.
-Nunca – afirmo él.
-Tonto – dije riendo.

El rio y en segundos puso una cara seria. Se fue acercando a mi rostro y pues, ya saben el resto, me dio un hermoso beso que me hiso sentir muy especial.

Esta era la razón por la que no podía ver a algún otro chico con ojos de amor. Justin es tan… indescriptible. Me hace sentir de una forma muy especial, algo que nadie había logrado antes. ¿Cómo fue que tuve tanta suerte?

-Haber acaramelados – dijo una voz muy varonil, Ryan – es hora de separarse.
-No – dijo Justin, dramatizando.
-Justin – dijo Chaz – suéltala, ella me ama a mí.
-Jamás lo haría – dije.
-Yo se que mueres por mi bombón – dijo usando un tono “seductor”.
-No lo creo – dije segura.
-No te ama – dijo Chris riendo.
-Cállate enano – dijo Chaz – es que aun no ve mi abdomen marcado.
-Y no me interesa verlo – dije riendo – por si acaso.
-Bueno vamos – dijo Ryan – es hora de separarse.
-Ryan tiene razón – dijo Chris.
-Yo no tengo problema – dije – pero este muchacho – dije refiriéndome a Justin – no me suelta.
-Deja a mi enamorada – dijo Chaz, usando un tono de voz más grave.

Fueron algunos instantes hasta que Justin me soltó. El se fue con los chicos y yo regrese con las chicas.

-¿Qué fue todo eso? – cuestiono Cait entre algunas risas.
-La gente de ahora – dijo Karla riendo.
-Ellos tienen problemas – dije.
-Ya lo creo – dijo Caitlin riendo – pero bien que te encanta – dijo, supongo que se refería a Justin.
-¿Qué te puedo decir? – dije sonriendo.
-Ay Amanda – dijo Taylor riendo – te tiene muy picada.
-De eso no cabe duda – dijo Tamara.


Regrese a casa después de algunas horas en casa de Cait. En casa no había nadie más que Alejandro, quien jugaba con Perris.

-Por fin llegas – dijo Alejandro – le falta comida.
-Pues, vamos a comprarle comida – dije riendo.
-Vale – dijo – pero yo conduzco.
-Si por favor – dije – yo ya no aguanto.

Fuimos hasta un supermercado cercano al centro de la ciudad. Compramos algunas cosas necesarias para mi perrita y regresamos a casa. Le deje su comida a la perrita y me tire en mi silla.

-Tengo sueño – dije en voz alta.
-Ve a dormir – dijo Alejandro.
-Si – dije – creo que me iré a dormir.
-Buenas noches – dijo mi querido hermano.
-Chau – dije.

…Al día siguiente…
  


Capitulo 33. Eres la Novia Mas Perfecta


…Al día siguiente…

-Tienes que arreglarte hija – dijo mi madre.
-Ya voy – dije.

Subí a mi habitación y me metí al baño. Tome una ducha, larga y relajante, aun era temprano. Salí del baño y tome una bata. Me quede sentada en mi sofá, esperando a secarme, aunque sea solo un poco.

Pasaron algunos minutos y comencé con mi peinado y maquillaje. Termine después de una hora, aun tenía unos minutos. Baje a la cocina y fui por algo de tomar.

-¿Sabes que te quedan solo unos minutos? – cuestiono Alejandro.
-Lo sé – dije después de tomar mi último sorbo de agua – ya regreso.

Subí a mi closet y tome el vestido. Me cambie por eso http://www.polyvore.com/cgi/set?id=54326295, me di algunos toques y listo. El timbre sonó, lo más seguro es que fuera Justin. Me coloque mi pulsera y Salí de mi habitación.

-Wow – dijo Justin al verme.
-¿Cómo se ve? – cuestione.
-Increíble – dijo mirándome de arriba abajo – creo que es hora de irnos.
-Si – dije riendo – chau Alejandrito.
-Chau chiquillos – dijo riendo – que les vaya bien.
-Gracias – dije extrañada.

Salimos de casa y subimos a una camioneta negra. Esta nos llevo a un hotel, en donde seria la fiesta.

-¿No planeabas ir a la misa? – cuestione.
-Son de diferente religión a la mía – dijo – mi madre fue ya que es su hermana, además ella no me agrada mucho que digamos.
-¿Por qué? – cuestione.
-Tiene algo – dijo riendo.
-Oh vaya – dije riendo – suena odiable.
-No te burles de mi – dijo riendo.
-Hasta tú te ríes de ti – dije.
-No es cierto – dijo – yo me rio de ti.
-¿Por qué de mi? – cuestione.
-Porque eres graciosa – dijo.
-Tonto – dije riendo.

Llegamos al hotel y el mismo chofer nos ayudo a bajar. Entramos al salón y fuimos con Pattie.

-Hola chicos – dijo Pattie – se ven muy bien, ambos.
-Gracias mamá – dijo Justin.
-Muy buena elección de vestido – dijo Pattie hacia mí – te ves hermosa.
-Gracias – dije algo apenada – lo mismo digo de ti.
-Hay cariño – dijo riendo.
-Es enserio – dije – ¿o no Justin?
-Mi mamá es bellísima – dijo Justin.
-Hay muchachos, como los quiero – dijo – elevan mi autoestima.

Hablamos por unos minutos hasta que llego la hora del vals de los novios. Todo parecía haberse planeado con muchísimo cuidado, todo muy perfectito. Los recién casados se veían sumamente felices y enamorados, el sueño de cualquier mujer.


La boda siguió como cualquier otra. Hubo momentos en los que bailábamos – Justin y yo – con Pattie, hubo otros en los que estábamos solos y otros en los que preferimos estar sentados charlando. Mientras más tarde se hacía, más lentas eran las canciones.

-¿Acaso esa bellísima mujer aceptaría bailar conmigo? – cuestiono Justin.
-Claro que si – dije tomando su mano.

Caminamos tomados de la mano hasta la pista. Coloco una de sus manos sobre mi espalda, pegándome a él. Con su mano libre tomo la mía y entrelazo nuestros dedos. Yo coloque mi mano libre sobre su hombro y dejamos que la música nos moviera.

Prácticamente esta es la razón por la que estoy loquita por el muchacho, su simple forma de ser. Siempre me pregunto cómo le hace para hacer todo lucir tan perfecto, como le hace para hacerme sentir tan especial a cada instante – algo que puede ser muy difícil. Su forma de besarme, la forma en que me abraza, la forma en que me sujeta, la forma en que me mira, la forma en que me habla, todo eso y más es lo que me hace quererlo cada día más y más.

Me siento culpable de alguna forma, el es demasiado lindo conmigo mientras que yo no hago nada por él. Me siento como una mala novia, tal vez esta sea la razón por la que algunas Belieber me odian, por ser mala novia.

-Te ves hermosa cuando estas pensativa – dijo sonriendo.
-No digas eso – dije apenada.
-¿Por qué no? – Cuestiono riendo – a fin de cuentas es la verdad.
-¿Qué haremos contigo? – cuestiono, el solamente se limito a reír.
-Por cierto, ¿en qué piensas? – cuestiono con algo de interés.
-En ti – dije – en tu forma de ser conmigo para ser más exacta.
-¿Hago algo mal? – cuestiono con cierto tono de preocupación.
-No – dije – al contrario, todo lo que haces siempre es perfecto, es solo que, eres demasiado lindo conmigo y no me malinterpretes, me encanta que seas así pero, me siento mal.
-¿Por qué? – cuestiono.
-Porque tú haces de todo por mi – dije – y yo no.
-Claro que si has hecho mucho por mi – dijo asintiendo con la cabeza.
-Haber, ¿Qué he hecho? – cuestione.

-Primero que nada, estar conmigo con buenas intenciones – dijo – eso es algo que aprecio de verdad. El simple hecho que estés junto a mi es mi mayor tesoro, y que puedas aguantarme es algo increíble.
-Aun así, me disculpo contigo por ser una mala novia – dije.
-¿Qué estás diciendo? – cuestiono – para mi tu eres la novia más perfecta que he tenido, tú no has hecho nada mal, absolutamente nada. No debes de disculparte por nada.
-Te quiero mucho – dije sonriendo.
-Aunque no más que yo – dijo riendo.
-Mentiroso – dije – yo te quiero más.
-Mmm… no – dijo riendo.

Antes de que pudiera decirme algo, me beso. ¿Si les he mencionado lo bien que besa o lo perfectos que son sus besos?

-Yo no sé cómo puedes decir que eres mala novia – dijo Justin – eres hermosa, inteligente, graciosa, ¿continuo?
-Así está bien – dije riendo.
-Además, besas como los mismos ángeles – dijo sonriendo.
-Justin – dije con vergüenza ya que la pareja de alado nos había volteado a ver – no digas esas cosas.
-Y esto apenas comienza – dijo riendo.

Pasaron alunas horas y regrese a casa.

Digamos que había sido una gran noche – sin malpensarlo, por favor – me la había pasado muy bien y había conocido a varios familiares de Justin. Todos habían sido muy lindos conmigo, incluso había algunos que decían que nos veíamos hermosos juntos y no sé qué otras cosas.

Subí a mi habitación y me quite mi vestido, con cuidado de no dañarlo. Me cambie por mi pijama y me desmaquille. Me acomode en mi cama y encendí la televisión, cambie de canales hasta encontrar algo interesante.

…1 mes después…

-¿Ya tienes todo? – cuestiono mi madre.
-Si mamá – dije riendo – tu tranquila.
-¿No nos podrían dar otro mes más de vacaciones? – cuestiono mi hermano.
-Para nada – dijo mamá – ya es hora de que estudien.
-Yo estoy feliz con eso – dije.
-Me alegro mucho – dijo mi madre.

Termine mi comida y deje mi plato en el fregadero. Regrese a mi habitación y me avente en la cama. 


Después de mucha espera, mañana entraría a la escuela. Estaba algo emocionada por entrar y conocer a la gente y todo eso. No lo negaría, estaba nerviosa, hacia demasiado tiempo no iba a la escuela, además de que no conocía muy bien el sistema de las escuelas y todo eso. Esto sería algo nuevo para mí.

…Al día siguiente…

Desperté gracias a mi estúpida alarma. Sonaba y sonaba y sonaba sin parar. Me levante de mi cama y me estire. Tome una ducha corta y al salir me cambie por esto http://www.polyvore.com/cgi/set?id=54433863. Me arregle el cabello y me coloque un poco de mi perfume favorito. Tome mi mochila y baje a la cocina por mi desayuno.


-Buenos días – dijo mi madre sonriente.
-Hola – dije.
-¿Están listos? – cuestiono Gustavo.
-Claro que si – afirmo mi hermano.
-Les encantara esa escuela, estoy segura – dijo mi madre.
-Ya lo creo – dije riendo.

Tomamos nuestro desayuno mientras veíamos un noticiero. Terminamos y Gretta nos ayudo con nuestros platos. Regrese a mi habitación y me cepille los dientes. Ya estaba lista para irme.

-Ya me voy – dije.
-Que te vaya bien hija – dijo mi madre – y te cuidas.
-Si mamá – dije riendo.

Tome mis llaves y Salí de casa. Arranque mi coche y emprendí mi marcha hacia mi nuevo colegio. Me tomo un tiempo llegar, primero por el trafico, además me había perdido en el camino. Entre al estacionamiento y tome un lugar. Apague el motor y me baje del auto.

Al bajar mire hacia todos lados, la gente me miraba detenidamente. No sabía si era por haber llegado en un carro muy lujoso como este o si era por ser nueva. Simplemente no les preste atención. Tome mi mochila y camine hasta el primer edificio.

-Buenos días – dijo una de las secretarias.
-Hola – dije sonriendo – se supone que aquí debo recoger mi horario.
-¿Cuál es tu nombre? – cuestiono la señora.
-Amanda Garza – dije.
-Oh – dijo ella – si, aquí esta – dijo entregándome un papel.
-Gracias – dije tomando el papel.
-De nada – dijo.

Salí de la oficina y me encamine hacia cualquier parte. Caminaba sin rumbo, no conocía la escuela y no quería preguntar.

-Amanda – dijo.
-Caitlin – dije sonriendo – me has salvado.
-¿Por qué? – cuestiono riendo.
-No sé en donde estoy – dije.
-¿Puedo ver tu horario? – cuestiono.
-Claro – dije y le entregue el papel con mis clases.
-Amiga, compartimos muchas clases juntas – dijo emocionada.
-Gracias Dios – dije aliviada.
-Ven, vamos – dijo.

Caminamos entre los pasillos, a decir verdad, este lugar casi no tenía alumnos. Llegamos con rapidez a nuestro salón, el profesor aun no llegaba.

-Ven, siente a mi lado – dijo Cait.
-Claro – dije.

Caitlin tomo su lugar y después palmeo otro lugar, mi lugar. Tome asiento y tire mi mochila al piso. Tome mi celular y me puse a usar Twitter. Coloque algunas fotos y puse algunas otras cosas.

-Caitlin – escuche decir a varias chicas.
-Chicas – dijo Cait.

Se levanto de su asiento y las saludo, eran apenas 3 chicas.

-Chicas, les quiero presentar a alguien – dijo y me indico a que fuera con ellas – Amanda, ellas son Karla, Taylor y Tamara – dijo Cait – chicas ella es Amanda.
-Hola – dije sonriendo.
-Yo te recuerdo – dijo una de ella, Taylor si no me equivoco – tú eras la chica de la fiesta.
-Así es – dije riendo.
-Oh si es cierto – dijo Tamara – muy buena fiesta por cierto.
-Gracias – dijo Caitlin – pronto haremos otra, todas juntas, sirve que así se conocen mejor.
-Me agrada la idea – dijo Karla – bienvenida a este colegio.
-Gracias – dije sonriendo.
-¿Qué tú no eres la hermana de Alejandro? – cuestiono Taylor.
-Si – dije.
-Dios mío, esta guapísimo – dijo Karla.
-Giu – dije riendo.
-Lastima por la noviecita que se carga – dijo Tamara.
-La odio – dije con repulsión.
-Es horrenda para empezar – dijo Karla.
-Y mala – dije.
-Cierto.

La maestra llego y todos regresaron a sus lugares. Esta leyó su lista y noto un nombre nuevo, el mío. Como en todas partes, me hiso presentarme ante todos los alumnos en ese salón. Me era fácil entablar una conversación así que todo fue muy rápido. Regrese a mi lugar y la clase comenzó.

Tuve 5 clases antes del receso – química, matemáticas, español, historia y biología. En cada una de las clases me pedían presentarme ante todos, siempre la misma historia. Tome mi lugar en el receso con Caitlin y las demás chicas. Eran muy buenas personas conmigo, me agradaban.

-Demonios – dijo Taylor – ahí vienen.
-Ay, toda la vida han estado con nosotras – dijo Karla.
-Aun así, no me agradan mucho – dijo Taylor – son unos mujeriegos.
-¿Quiénes vienen? – cuestiono Cait.
-Paul y Tom – dijo Tamara.

En cuestión de segundos dos chicos – guapos a decir verdad – se sentaron en la mesa. Mire a Taylor quien había puesto una cara de desagrado.

-...


miércoles, 25 de julio de 2012

Capitulo 32. Yo No Soy Perfecta




…1 semana después…

-¿Qué te parece? – cuestiono Cait.
-Todo se ve muy bien – dije observando cada detalle – increíble.
-Gracias – dijo Cait.
-De nada – dije riendo - ¿Qué hora es?
-Como las 5 – dijo.
-Me tengo que ir – dije.
-Ok – dijo Cait – nos vemos dentro de algunas horas.
                            
Subí a mi coche y arranque con rumbo hacia mi casa. Fue una hora exacta lo que me tarde en llegar a casa. Entre a casa con prisa, solamente tenía dos horas para arreglarme.

Tire el bolso que llevaba sobre la cama y me metí al baño. Tome una ducha rápida y me cambie por esto http://www.polyvore.com/cross/set?id=54151133. Me arregle el cabello rápidamente. Me puse un poco de maquillaje y listo.

-Ya vámonos – grito Alejandro.
-Ya voy – dije.

Baje con rapidez hacia la sala. Alejandro parecía estar apurado y eso que apenas eran las 7 y media.

-Vámonos – dijo mi hermano – llegaremos tarde.
-No – dije riendo.

Salimos de casa y subimos al auto de Alejandro. El condujo hasta la casa de Caitlin. Estaciono su auto y entramos a su casa.

Me lleve una buena sorpresa al entrar, la casa estaba a punto de llenarse. La gente me miraba de arriba abajo, algunas me saludaban y algunas simplemente me ignoraban. Camine hacia donde estaba Cait, quien hablaba con Ryan.

-Hola chicos – dije.
-¡Qué bueno que llegas! – Dijo Cait – pensé que no vendrías.
-Culpa a mi hermano – dije riendo – hola Ryan.
-Mira nada mas – dijo, tomo mi mano y me dio vuelta sobre mí misma – Bieber se pondrá muy celoso esta noche.
-Ya lo creo – dijo Caitlin, riendo.
-Bueno, yo me voy – dijo Ryan.
-De seguro fue a coquetear con alguna chica – dijo Cait en cuanto el estuvo algo alejado.
-Míralo – dije riendo.
-Todo un Don Juan – dijo Cait riendo.

Hablábamos muy tranquilamente hasta que llegaron Chaz y Justin.

-Linda – dijo Justin dándome un abrazo, junto con un corto beso en los labios.
-Linda – dijo Chaz, imitando a Justin. Me dio un abrazo y antes de que me pudiera dar un beso, Justin lo quito.
-Ni se te ocurra – dijo Justin.
-Ya entendí – dijo Chaz.

Mientras hablábamos llego Carlos. Hacía mucho tiempo no lo veía.

-Hola chicos – dijo Carlos, acercándose. Mire a Caitlin, estaba sonriendo de tal forma que, estaba segura, le dolería la cara.
-Hasta que te veo – dijo Caitlin dándole un gran abrazo.
-Yo también te extrañaba.

El correspondió al abrazo de Cait, al mismo tiempo que le daba un beso. Se separaron y Carlos se acerco a nosotros, a saludar. Saludo primero a Chaz, después a Justin y finalizo conmigo.

-Mandy – dijo riendo.
-Estúpido – dije – ya saben que no me gusta que me digan así.
-Lo sé – dijo riendo – por cierto, Josh vino y creo que te busca.
-Oh – dije – gracias.
-De nada – dijo sonriendo – ¿les molesta si me la llevo?
-No, para nada – dije.
-Perfecto.

Ellos se alejaron y quedamos los chicos y yo. Justin me tomo por la cintura, como siempre.

-Creo que los dejare solos – dijo Chaz riendo – solo no hagan nada malo.
-Chau Chaz – dijo Justin, empujándolo para que se fuera.
-Adiós – dijo riendo.
-Por cierto, ¿Quién es Josh? – cuestiono.
-Un amigo de cuando era niña – dije – nuestras madres solían ser muy amigas.
-¿Y Carlos? – cuestiono.
-También somos amigos desde niños – dije – antes, solíamos ser Carlos, Josh, sus hermanas, mi hermano y obviamente yo.
-Ahora entiendo – dijo riendo.

Hablamos un poco hasta que el saco su Romeo interior y empezó a decir sus cosas.

-Antes que lo olvide – dijo – te ves hermosisisisisima.
-Ya vas a empezar – dije riendo.
-Así son las cosas – dijo.
-Tú te ves muy guapo – dije sonriendo – aunque Ryan se ve increíble.
-¿Disculpa? – cuestionó.
-Es broma – dije riendo – para mi tu eres el más guapo y lo sabes.
-No – dijo cruzándose de brazos – no lo sé.
- Pues lo eres – dijo.
-No – dijo – ya me enoje.
-No te enojes – dije riendo.

Lo tome de las manos, como el solía hacerle conmigo. Me acerque a él y le di un beso. Gracias a la estúpida falta de aire nos tuvimos que separar.

-Sigo enojado – dijo.
-Tonto – dije riendo.

Le di un segundo beso, esta vez, uno corto.

-¿Por qué eres tan perfecta? – cuestiono mientras colocaba un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.
-No soy perfecta – dije sonriendo.
-Para mí lo eres – dijo tomándome por la cintura.
-No sería al revés – cuestione – según yo, tú eras el perfecto.
-No lo creo – dijo riendo.
-Yo si – dije.


Era aproximadamente la 1 de la mañana. La gente ya empezaba a irse de aquí. Yo ya me quería ir, tenia sueño y me dolían los pies. Busque a mi hermanito con la mirada, el hablaba con unos chicos. Me acerque a ellos y tome a Alejandro del brazo, con algo e brusquedad.

-Tranquila – dijo Alejandro tocándose el brazo.
-Ya me quiero ir – dije con cansancio.
-Espérate tantito – dijo.
-No – dije, me estaba enojando un poco – ya vámonos.
-¿Cómo te llamas bonita? – cuestiono uno de los chicos.
-Amanda – dije con indiferencia.
-¿Es tu hermana? – cuestiono otro de los chicos.
-Si – dijo.
-Deja que vaya a casa bro – dijo el mismo que pregunto mi nombre – nos vemos mañana.
-Ya escuchaste – dije – vámonos.
-Vámonos – dijo – solo, déjame despedirme de Nicole.
-Qué asco – dije.

Mi hermano regreso después de algunos minutos. Salimos de casa de Cait y regresamos a casa. Mi madre nos esperaba sentada en la sala. Estaba furiosa, no le agradaba mucho la idea de que llegáramos a esta hora. Subimos a nuestra habitación después de nuestra regañada. Me cambie de ropa y me aventé en mi cama, lista para dormir.

…5 días después…

-¿Qué te parece este? – cuestione tomando un vestido.
-No – dijo con desaprobación – muy escotado.
-¡Que exagerado! – Dije mirando el vestido – no está nada escotado.
-Si lo está – dijo – míralo.
-Bueno, ya – dije riendo, si seguíamos así nunca terminaríamos – mejor sigamos buscando.

Buscar vestidos con Justin no era exactamente lo que pensaba. Habíamos llegado al acuerdo de ir combinados a la boda de su tía. El color ya lo habíamos decidido, solamente faltaba la ropa. Para Justin fue fácil, un traje y corbata, mientras que yo tenía que conseguir un vestido.

-¿Y este? – cuestione.
-Tampoco – dijo – mostrarías mucha piel.
-Hay Justin – dije riendo – no mostraría nada.
-Claro que si – dijo – mira esto.
-No puede ser – dije – esto está demasiado pequeño, además mi brazo lo cubriría.

Seguimos discutiendo por un momento hasta que termine saliéndome con la mía. El vestido era totalmente hermoso, de mi talla y toda la cosa. Estaba en perfecto estado por lo que todo fue muy sencillo.


Regresamos a mi casa después de haberlo comprado. En cuanto llegue fui a dejar el vestido directamente a mi closet. Acomode algunas cosas y regrese con Justin.

-Ya te quiero ver en ese vestido – dijo abrazándome por la cintura.
-Ya te quiero ver en traje – dije riendo.
-Ya me has visto en traje – dijo.
-Fue hace mucho tiempo – dije.
-Y dime, ¿Qué quieres hacer? – cuestiono.
-No lo sé – dije pensando.
-Podemos ir a donde tú quieras – dijo – o hacemos lo que quieras.
-Pues… podemos ver una película – dije.
-Claro que si – dijo riendo.
-Vamos – dije. 

Tome su mano y lo lleve conmigo a donde se supone que estaría la sala de cine. Nos tomo algunos minutos encontrarla ya que aun no me ubicaba muy bien por la casa y esta tenía muchas puertas. En cuanto la encontramos, Justin tomo un lugar mientras que yo buscaba las películas, según decían, Gustavo tenía muchas películas.

-O soy yo o jamás has entrado a esta habitación – dijo Justin riendo.
-La segunda opción – dije riendo.
-Ya decía yo – dijo – déjame ayudarte.

Buscamos en cada una de las gavetas. Las encontramos después de algún rato buscando, y era cierto, había demasiadas películas. Tenía películas viejas y nuevas.

-Wow – dije mirando – no creo que él tenga tiempo para ver todo esto.
-No lo creo – dijo riendo.
-Y bueno, ¿Cuál veremos? – cuestione.
-Tú la escogerás – dijo.
-Son demasiadas películas – dije.


Al final me decidí por la de Las Noches del Demonio. Era de miedo, una gran escusa para estar abrazada a Justin J. Coloque el DVD y regrese con Justin. El pasó uno de sus brazos por mis hombros y me pego más a él.


Si me llegaran a preguntar sobre la película, no creo poder contestarles. Al principio si la vi, normal, hasta que empezó a ponerse fea. Me dio un poco de miedo y deje de verla. Justin solo se reía de mí.

-Dios mío – dije escondiendo mi cara en el hombro de Justin.
-Miedosa – dijo en mi oído.
-Cállate – dije riendo – yo no soy miedosa – levante mi rostro y lo mire.
-No, claro que no – dijo con sarcasmo.
-¡Que malo! – dije riendo.
-Un malo muy hermoso – dijo sonriente.
-Bueno, lo de hermoso no lo creo – dije – pero lo de malo si.
-Chistosísima – dijo sarcásticamente.
-Toda la vida – dije riendo.

El me miraba directo a los ojos, algo que me derretía totalmente. Un momento después paso de mis ojos a mi boca. Sonreí y me fui acercando poco a poco para besarlo J. Fue en segundos cuando mis labios tocaron los suyos. Como un reflejo, mis ojos se cerraron y simplemente disfrute ese hermoso momento.


La tarde paso rapidísimo. La noche llego y Justin se fue a su casa. Tome algo sencillo para cenar y regrese a mi habitación a dormir.

…Al día siguiente…

-Tienes que arreglarte hija – dijo mi madre.
-Ya voy – dije.

Subí a mi habitación y me metí al baño. Tome una ducha, larga y relajante, aun era temprano. Salí del baño y tome una bata. Me quede sentada en mi sofá, esperando a secarme, aunque sea solo un poco.

Pasaron algunos minutos y comencé con mi peinado y maquillaje. Termine después de una hora, aun tenía unos minutos. Baje a la cocina y fui por algo de tomar.

-¿Sabes que te quedan solo unos minutos? – cuestiono Alejandro.
-Lo sé – dije después de tomar mi último sorbo de agua – ya regreso.

Subí a mi closet y tome el vestido. Me cambie por eso http://www.polyvore.com/cgi/set?id=54326295, me di algunos toques y listo. El timbre sonó, lo más seguro es que fuera Justin. Me coloque mi pulsera y Salí de mi habitación.

-...
_______________________________________________________________
Wuwuwuw hahaha....

Chicas hermosas aquí esta el siguiente capitulo :). No se si se dieron cuenta pero, el tiempo esta pasando rápido en la novela :O hahaha, solo les aviso que ya a partir del siguiente el tiempo puede llegar a pasar volando. Aun no estoy segura si hacerlo o no, pero por si acaso, ya están avisadas.

Chicas, les tengo un aviso... el 7 de agosto entro a la prepa :(... aun así intentare avanzarle mucho a la novela.

Muchas gracias por leer la novela :) enserio me pongo cuando veo el contador de visitas. 

Respuesta a comentarios:
  • Peace ☮: wuwuwuw.. me alegra mucho que te guste la novela :) te quiero... besos :*
  • VioleLittleCBieberܤ: hahahahaha... no te preocupes por no haber comentado :) igual gracias por haberte pasado por la novela y haberla leído :) te quiero... besos :*

Las amoooo :)
XOXO Andrea<3


lunes, 23 de julio de 2012

Capitulo 31. No Sabes Cuanto He Esperado Este Momento.




Antes de tirar mire a las demás persona. Había varios chicos muy buenos a unos carriles de distancia. Uno me volteo a ver y me sonrió, simplemente le devolví la sonrisa y me voltee, mis planes no eran conseguir una cita.

-Ya te vi eh – dijo Justin riendo.
-Fue culpa suya – dije.

A como pude tire la bola, sin mucho éxito. A lo mucho tire unos dos pinos, a diferencia de los demás que tiraban todos o dejaban dos pinos.

-No esta tan mal – dijo Justin – te imaginaba peor.
-Aun así, está mal – dije.
-Vamos, termina la partida y te ayudare en la siguiente – dijo Justin sonriendo.

Tome mi bola y la volví a lanzar. Esta vez tire unos tres. No era tan malo pero, tampoco era algo bueno.

-Eso estuvo bien – dijo Justin.
-Ni tanto – dije pesimista.
-Ya, no seas pesimista – dijo Justin abrazándome por la cintura.
-Soy muy pesimista – dije sonriendo.
-Ya lo creo – dijo riendo – te besaría pero, esta Chaz aquí y es muy molesto.
-¿Qué tanto? – cuestione.
-Mucho – dijo – no pararía de hablar de eso por todo el día.

Voltee a ver a Chaz, quien parecía haber caído al suelo. No pude evitarlo, mi risa salió sola. Justin volteo y lo vio tirado, justo como lo esperaba, se empezó a reír.

-Su karma llegara – dijo Chaz mientras se levantaba.
-¡Que miedo! – dije con sarcasmo, mientras reía.
-Ya Chaz – dijo Caitlin riendo – termina tu partida.
-Claro mamá – dijo sacudiéndose el pantalón por detrás.

Después de eso cada quien siguió en lo suyo, como si nada hubiera pasado. Paso Ryan, quien parecía ser un experto. Después paso Justin, otro experto. Al final quede yo. La realidad era que, por mi, podían utilizar mi turo sin ningún problema, pero no, tenía que seguir.

-Ándale Amanda, te toca – dijo Chaz.
-¿Cuándo llegaste? – cuestione.
-Estoy aquí desde hace unos segundos – dijo riendo.
-No pienso tirar hasta que te vayas – dije cruzándome de brazos.
-¿Por qué? – pregunto extrañado – solo vengo a ver.
-No – dije y voltee hacia otro lado, el solo rio.
-Pero, ¿si vendrás conmigo? – cuestiono Justin.
-Si él se va – dije señalando a Chaz – seguramente me hará algo por haberme burlado de él.
-No lo hará – dijo Justin – porque si te hace algo, muere.
-Tranquilo bro – dijo Chaz relajado – no soy tan malo.
-Mejor vamos – dijo Justin.

Tome la bola en mis manos y camine junto con Justin.

-¿Y ahora? – cuestione.
-Siempre que vayas a lanzar la bola fíjate en el centro – dijo señalando una sección – mientras más fuerza le pongas mejor.
-¿Es todo? – pregunte con algo de impresión.
-Es sencillo – dijo – solo debes de fijar tu vista.
-Veamos – dije.

Tome un poco de vuelo – solo un poco – y solté la bola. Seguí las indicaciones de Justin y espere por mi suerte. No había sido perfecto pero, funciono. Solo habían dos pinos sobrantes.

-Eso estuvo muy bien – dijo.
-Gracias a ti – dije mirando hacia los pinos.
-Bueno, complétalo – dijo Justin.

Fui por la bola y me prepare. Tome solo un poco de vuelo y la avente.

-Si – dije con emoción, al ver que había tirado los pinos restantes.
-Ya ves como si puedes – dijo Justin, apareciendo detrás de mí.
-Gracias – dije abrazándolo.
-De nada, linda – dijo correspondiendo a mi abrazo – vamos – dijo riendo.

Voltee a ver a Cait, quien parecía embobada. Me gire un poco intentando encontrar la razón por la que estaba así, justamente tres chicos que apenas entraban. Desde donde estaba se veían totalmente hermosos. Y no me malinterpreten, a mi no me han gustado esos tipos, solo decía que eran guapos. Yo estoy con Justin y para mí, no hay nada mejor que él.

-Cait – dije en cuanto estuve lo suficientemente cerca para que me escuchara.
-Míralos Amanda – dijo, casi creo le salía baba – son hermosos.
-Para hermoso estoy yo – dijo Justin, quien me tenia sujeta por la cintura.
-Yo no lo discuto – dije.
-Justin, tu también míralos – dijo Cait – espera, vienen para acá. Amanda, no me dejes sola, por favor.
-Está bien – dije riendo.
-Las estaré vigilando muchachas – dijo Justin, soltándome.

Justin se acerco a mí y me dio un corto beso en la mejilla. Me sonrió y se fue con los demás chicos. Yo me senté junto con Caitlin, quien parecía estar nerviosa.

-¿Quiénes son? – cuestione en susurros.
-Son un año mayores – dijo usando mi mismo tono de voz – a veces hablamos pero, es poco.
-Oh – dije.

Dejamos de hablar ya que habían llegado. Estaban a una fila de nosotras. Los miraba detenidamente intentando descubrir su encanto. Al mirarlos de cerca te dabas cuenta que si, son guapos, pero no son los papacitos que Caitlin me había dicho.

-¿Caitlin? – cuestiono uno volteando a vernos.
-Hola – dijo Cait sonriendo. Al instante se voltearon los otros dos.
-Mira nada mas – dijo uno riendo, parecía ser el mas simpático – siempre nos topamos.
-Lo sé – dijo Cait, más relajada – por cierto, Amanda, ellos son Marco, Patrick y Garrett. Chicos, ella es Amanda.
-Mucho gusto – dije sonriendo.
-Igual – dijo Patrick – no pareces de aquí.
-Es porque no soy de aquí – dije riendo.
-Ya decía yo – dijo el chico.
-Les molesta si nos sentamos con ustedes – cuestiono Marco.
-Claro que no – dijo Caitlin.

Ellos se acercaron y comenzamos a charlar. Parecían ser buenas personas, cero pedantes. Ellos estudiaban en mi mismo colegio, algo que me alegraba ya que al menos conocía a más gente.

Narra Justin.

-Bro – dijo Ryan, hacia mi – mira al tipo ese.
-¿Cuál? – cuestione extrañado, había muchos tipos aquí.
-El que esta frente a Amanda – dijo. Voltee a verlo y lo mire fijamente.

Esa mirada yo la conocía bien. ¡Demonios! Odio cuando eso pasa, cuando miran de esa forma a Amanda, MI novia. Siempre tiene que haber alguien que la mire así. No la culpo, ella es totalmente hermosa, es más, hasta la palabra hermosa le queda corta.

Me molesta y lo acepto. ¿Qué acaso no entienden que ella está conmigo?

-Uy – dijo Chaz – Justin ya lo noto.
-Odio cuando pasa eso – dije.
-Bueno, ¿Qué esperabas? – cuestiono Chris – ella es linda y es normal que un chico se fije en alguien como ella.
-Pues sí, pero, ¿Qué no entienden que ella está conmigo? – cuestione.
-Créeme, a la gente aquí no le importa – dijo Ryan.
-Me doy cuenta – dije – ya regreso.
-Vamos Justin – dijo Chaz – dale en la mandíbula.
-Tranquilo bro – dijo Ryan riendo.

Narra Amanda.

-No te creo – dije incrédula.
-Créelo – dijo Patrick riendo – incluso le tome foto.

Escuche pasos detrás de mí. Voltee y vi a Justin.

-Linda – dijo en mi oído, no pude evitar estremecerme un poco.
-¿Era necesario? – cuestione mientras reía, algo bajo.
-Muy necesario – dijo tomando mi mano – ven conmigo, te quiero presentar a alguien.
-Está bien – dije – ya regreso – dije, hacia Cait.
-No vayan a hacer cochinadas – dijo Cait mirándonos.
-Caitlin – dije con vergüenza. Justin solo reía.
-Vamos – dijo.

Me ayudo a levantarme y me pego a él. Me tomo por la cintura y comenzamos a caminar en dirección contraria a los chicos.

-No me presentaras a nadie – dije.
-¿Cómo lo sabes? – cuestiono.
-Eres muy celoso – dije riendo.
-Solo cuido lo que es mío – dijo abrazándome por la cintura.
-¿Sabes que jamás te engañaría? – cuestione, solo por seguridad.
-Ya sabes que confió en ti – dijo – no en ellos.
-Dios mío – dije riendo – te ves lindo cuando te pones celoso.
-¿Solo cuando me pongo celoso? – cuestiono.
-Si – dije poniendo una cara triste.
-Me has roto el corazón – dijo dramatizando.
-Oh no – dije en su mismo tono.
-Te quiero, linda – dijo mirándome directo a los ojos.
-No me mires así – dije – me pones nerviosa.
-Lo sé – dijo orgulloso.
-Yo también te quiero, lindo – dije riendo.

El tomo mi rostro entre sus manos y se fue acercando a mí, al igual que yo a él. Lo miraba detenidamente, observaba como me miraba a los ojos y después bajaba su miraba hacia mis labios. No tardo tanto en que sus labios chocaran con los míos.  

Como extrañaba sus besos. El cree que yo no “sufrí” durante la apuesta, que yo estaba muy normal pero no, fue todo lo contrario. Al igual que el ansiaba que llegara este día. El es tan diferente a los demás, demasiado diferente. El toma con calma las cosas, algo que me encanta. Es perfecto, nadie se iguala a el, NADIE.

-No sabes cuánto he esperado este momento – dijo al separarse de mi.
-¿Y crees que yo no? – cuestione.
-Yo no lo creo – dijo sonriente.
-¿Ah no? – cuestione.
-No – dijo seguro.
-¿Por qué lo crees? – cuestione mientras me acercaba a él, para besarlo.
-No – dijo algo embobado.

Me acerque a él, lentamente. Lo miraba, simplemente quería reírme pero no podía. Mientras más me acercaba más lento iba. Al final quedamos a escasos centímetros, fui lenta hasta que conseguí besarlo.

Sus besos son… inexplicables. Tiene un toque sexy junto con algo tierno. Si alguien me llegara a preguntar si besa bien, le daría una cachetada y después le diría: “¿Cómo se te ocurre preguntar semejante pregunta? Obviamente sí”.

Me separe de el poco a poco. Abrí mi ojos y lo mire, estaba sonriendo como con orgullo.

-Sigo creyendo que tú no ansiabas un beso – dijo Justin.
-¿Cómo de que no? – cuestione.
-No – dijo el cruzándose de brazos.
-Ya vámonos – dije riendo.
-Te quiero linda – dijo tomando mi mano.
-Yo no – dije riendo, el me miro y rio, había entendido mi broma.

Justin me abrazo por los hombros, mientras que yo por la cintura. Caminamos y regresamos con los chicos. Caitlin me vio y me hiso una especie de mirada para que fuera con ella.

-Ve – dijo Justin riendo – no te dejara en paz hasta que no vayas.
-Ya lo creo – dije.

Justin me soltó y regrese con Cait y los chicos. Caitlin me miraba de una forma algo picara, seguramente vio toda nuestra escenita.

-Y dime Amanda, ¿a quién te presento? – cuestiono Caitlin.
-A nadie – dije. Solamente sentí el calor en mis mejillas, me estaba sonrojando.
-Uy amiga, no te sonrojes – dijo Cait riendo.
-Hay Caitlin – dije riendo.

Hablamos por un rato y los otros chicos se fueron. Mire a Justin, parecía estar aliviado.

-Amiga – dijo Cait en susurros – irán a la fiesta.
-Me alegro – dije sonriendo.
-Alégrate mas – dijo Cait – ellos conocen a medio mundo, seguramente será la fiesta del siglo.
-Claro que lo será – dije riendo.


-¿Nos veremos mañana? – cuestiono Justin, frente a mi puerta.
-No lo sé – dije sonriendo.
-¿A dónde quieres ir? – cuestiono sonriente.
-Yo nunca dije que si – dije riendo.
-Dime – dijo haciendo pucherito.
-A donde sea – dije sonriendo – mientras este contigo, voy a donde quieras.
-Wow – dijo – se sintió bien.
-¿Qué cosa? – cuestione riendo.
-Lo que acabas de decir – dijo tomando mi mano y acercándome a él.
-Es la verdad – dije mientras él me abrazaba por la cintura.
-Te quiero Amanda – dijo sonriendo.
-Yo te quiero a ti – dije.

El sonrió y me miro. Paso de verme a los ojos a verme los labios. Era tan obio que él quería besarme. Me empecé a acercar a él, acto que él siguió.

Fue un beso hermoso. Cada beso que él me daba era distinto, siempre. Era tan perfecto, para todo. Jamás se me ocurriría lastimarlo, jamás. 

...1 semana después...

sábado, 21 de julio de 2012

Capitulo 30. Un Poco de Diversión.

Capitulo dedicado a  Peace ☮ y  VioleLittleCBieberܤ




Miraba la televisión hasta que empecé a sentir que algo vibraba, justamente mi celular. Lo tome y conteste. 

Al telefono.
-Bueno – dije.
-Linda – dijo Justin con emoción.
-Hola – dije riendo.
-¿Sabes qué hora es? – cuestiono.
-¿Tú no sabes? – pregunte algo extrañada.
-No – dijo – es que estoy en el estudio, trabajando y no tengo ni idea de que hora sea.
-¿Para qué me llamas? – Cuestione – te meterás en problemas.
-No realmente – dijo riendo – me dieron un descanso y lo quise ocupar para hablar contigo.
-Aww – dije enternecida.
-¿Entonces? – cuestiono.
-¿Entonces que? – pregunte extrañada.
-¿Saldrás hoy, conmigo? – cuestiono.
-Uy, creo que no – dije – mi ex llamo ayer y pues…
-Ya sé que me etas bromeando – dijo – ye se me tus trucos linda.
-Ya – dije riendo – está bien, saldremos. Pero, ¿A dónde?
-No lo sé – dijo – lo pensare.
-Ok – dije.
-Bueno, me tengo que ir – dijo – te quiero linda.
-Yo también – dije – chau.
-Chau.

Colgué y deje mi teléfono en donde estaba anteriormente. Seguí mirando la tele pero me aburrí. No sabía qué hacer, más bien, no tenía nada que hacer. Esta era una de las razones por las que yo esperaba con ansias entrar a la escuela, el darme tareas, algo que me mantuviera ocupada.

-¿Estas ocupada? – cuestiono Alejandro mientras entraba a mi habitación.
-Obviamente no – dije.
-Me alegro porque necesito tu ayuda – dijo.
-¿Qué necesitas? – cuestione.
-Pues, Nicole cumplirá años dentro de algunos días y le quiero regalar algo lindo – dijo – pero yo no soy mujer y no sé que podría regalarle.
-¿Por qué me pides ayuda a mi? – cuestione – sabes que no nos llevamos bien.
-Lo sé – dijo – pero lo harías por mí.
-Lo hare – dije.
-Pues vámonos – dijo tomándome del brazo y levantándome a la fuerza del sillón.
-Pero que conste que lo hare solamente porque eres mi hermano – dije – y te quiero.
-Hay hermanita – dijo el riendo – vamos, aun es temprano.

Alejandro me llevo hasta un centro comercial de Beverly Hills. Fue algo corto el trayecto, solamente unos 20 minutos. Alejandro estaciono su auto muy lejos de la puerta de entrada, según el por seguridad.

-Vamos flojonasa – dijo riendo.

Bajamos y caminamos juntos hasta la entrada.

-¿Qué le quieres regalar? – cuestione.
-Pues, le daría ropa pero no – dijo – no se me su talla. Mejor le doy algunas joyas.
-¿Joyas? – Cuestione riendo – yo le daría joyas a alguien en cuanto sepa que es el indicado y no solamente algo temporal.
-Yo sé lo que hago – dijo.
-Tú sabes – dije – y dime Romeo, ¿en donde planeas comprar las joyas?
-Hay una tienda por aquí – dijo – había visto algunas muy lindas pero necesitaba la opinión de una chica.
-Pues veamos – dije.

Me llevo hasta la tienda, por fuera se veía que era muy lujosa. Sentía que estaba desperdiciando mucho dinero en ella, no exactamente porque me cayera gorda la tipa, si no porque ellos llevan saliendo por un mes y algo, aun nada es definitivo entre ellos.

-¿Qué te parecen estos? – cuestiono señalando unas pulseras.

Simplemente eran hermosas y caras. Estaban bañadas en oro blanco. Una pulsera de entre todas llamo mi atención al instante, tenía incrustados diminutos diamantes junto con varios colgantes. Se veía muy linda.

-Creo que esa es la más linda – dije señalándola.
-Si tú lo dices – dijo – la llevare.

Mi hermano llamo a una de las encargadas, le pidió esa pulsera y la compro. Dimos dos vueltas a la plaza para que el pudiera encontrar algo más. Al final término comprando un anillo, un reloj y la pulsera http://www.polyvore.com/gift/set?.locale=es&id=53772893, las tres cosas caras. Después pudimos regresar a casa.


-Ya sé que le regalare – dije.
-¿Qué cosa? – pregunto mi hermano.
-Un hermoso rosario – dije – haber si así se le va el demonio que trae dentro.
-Amanda – dijo mi hermano, algo fastidiado.
-Ya se, ya se – dije – respétala.
-Así es – dijo riendo.

Bajamos del auto y entramos a casa. Fui directo a la cocina y me aplaste en una silla. Encendí la televisión y me puse a ver un noticiero, era lo único bueno. Perris se acerco a mi silla y empezó a saltar, aparentemente quería que alguien la cargara. La tome y la subí a mi regazo, le acaricie el pelaje y en instantes se quedo dormida.

Después de un rato se despertó y se fue. Yo me levante y fui de regreso a mi habitación. Cheque mi celular, el cual había dejado aquí. Tenía dos llamadas perdidas, una de Justin y la otra de Cait. Marque su número y después de unos segundos contesto.

Al teléfono.
-Bueno – escuche decir a Justin.
-Hola Bieber – dije.
-Linda – dijo - ¿vendrás conmigo a los bolos?
-Claro – dije extrañada.
-¿No te ha dicho Caitlin? – cuestiono.
-Pues, tengo una llamada perdida suya – dije.
-Te dirá sobre una salida a los bolos – dijo seguro – entonces, ¿vendrás conmigo?
-Oh – dije – pues sí.
-Ok – dijo riendo – paso por ti en una hora.
-Está bien – dije riendo – chau.
-Chau linda.

Colgué y marque el numero de Cait, tal vez tenía algo más que decirme.

Al teléfono.
-Bueno – dijo Cait al contestar.
-Cait – dije riendo.
-Amanda – dijo riendo – te estaba marcando para ver si nos acompañas a los bolos.
-Algo me dijo Justin – dije riendo.
-¿Entonces si iras? – cuestiono esperando mi respuesta.
-Yo creo que si – dije.
-Perfecto  – dijo con algo de alegría – tenemos muchas cosas que hablar.
-Así parece – dije riendo.
-Bueno, nos vemos haya – dijo.
-Ok – dije – chau Cait.
-Chau Amanda.



Colgué y puse mi teléfono a cargar. Ahora que lo pensaba hacia ya mucho tiempo no iba a jugar a los bolos. Es más, soy pésima para eso, normalmente pierdo o me lastimo. Normalmente solo hago el ridículo. Aun así tengo la opción de no hacer nada.


Después de un tiempo, Justin llego. Baje rápidamente para abrir pero Alejandro ya se me había adelantado. Mientras bajaba me tope con Nicole, ¡emocionante!

-Alejandro – dije asustada – la perra.
-Ya te dije que no me gusta que la ofendas – dijo Alejandro mientras me acercaba corriendo.
-No tu perra – dije con enojo – mi perra.

Salí de casa y fui directo por mi querida Perris. Ella había dejado de correr y se había acostado en una parte con césped. La recogí del suelo y la acurruque en mis brazos. Me voltee para regresar a casa y me encontré con Justin, muy atento a todo.

-Dios santo – dije del susto.
-No soy tan feo – dijo riendo.
-No es eso – dije – es que pensé que estabas adentro.
-No – dijo Justin – planeaba ayudarte pero te me adelantaste.
-La intención es la que cuenta – dije.
-Ya lo creo – dijo riendo – volvamos.

Coloco una de sus manos en mi espalda y regresamos a casa. Deje a Perris en el patio y fui hasta la cocina en donde estaba Justin.


-Acabo de recordar algo – dijo sonriendo.
-¿Qué cosa? – pregunte, sentándome a un lado de el.
-Hoy termino nuestra apuesta – dijo poniendo una sonrisa algo picara.
-Que emoción – dije con tranquilidad.
-No caeré en tus juegos – dijo mirándome mal, yo solo me limite a reír – y, ¿Quién se supone que gana?
-Empate – dije – yo no te bese y tú tampoco me has besado.
-Es lo justo – dijo.

Hablamos por unos minutos más hasta que se llego la hora de irnos. En el camino se la paso diciendo muchas taradeces. Por más tontas que fueran me hacían reír y por consecuente lo hacían reír.

-Ya – dije mientras me quitaba una lágrima – concéntrate en manejar.
-No llores – dijo con un tono de voz algo chistoso.
-Es tu culpa – dije riendo – tú y tus cosas.
-Ya me callo – dijo entre algunas risas.

Después de algún tiempo llegamos a nuestro destino. Como siempre, Justin se apresuro a abrirme la puerta, antes que yo lo hiciera. Cerró la puerta y se pego a mí. Paso su brazo por mi cintura mientras que yo colocaba mi mano en su espalda.

-Hay un pequeño problema – dije mientras nos acercábamos a la puerta.
-¿Cuál? – pregunto extrañado.
-Digamos que no soy buena para los bolos – dije.
-No importa – dijo – yo te ayudare.
-¿Cómo? – cuestione.
-Ya lo veras – dijo sonriendo.

En cuanto estuvimos adentro fuimos hasta donde estaban los chicos. Justamente estaban Ryan, Chaz, Chris y Cait. Saludamos a cada uno de ellos y fuimos por nuestros zapatos, los cuales estaban algo feos.

-Ahora si podremos hablar – dijo Cait. Los chicos estaban en otra parte separados.
-Por fin – dije riendo.
-Tengo buenas y malas noticias – dijo Cait - ¿Cuál quieres?
-La mala – dije.
-Nicole estará en nuestro mismo colegio – dijo Cait.
-¿Y la buena? – pregunte con disgusto
-La buena es que… es mentira – dijo mientras reía.
-Por Dios Caitlin – dije – por un momento pensé que era verdad.
-No – dijo con repulsión – mejor me callo, no la quiero invocar.
-Mejor – dije riendo - ¿y qué ha pasado?
-Pues no mucho – dijo ella con un tono de aburricion – ya sabes como es mi vida.
-Hay Cait – dije riendo – deberíamos de hacer una fiesta, las dos juntas.
-Si – dijo con emoción, los demás voltearon a vernos extrañados – invitare a todos tus próximos compañeros, sirve que los vas conociendo mejor.
-Me parece una buena idea – dije riendo – pero, ¿Cuándo?
-¿La próxima semana? – cuestiono, yo asentí con la cabeza - ¿en tu casa o en la mía?
-No lo sé – dije dudosa.
-Hagámosla en la mía – dijo – mis padres no estarán.
-¿Estás segura? – cuestione.
-Muy segura – dijo – además, podemos hacer una pijamada.
-Sabes, me agradan tus ideas – dije.

Seguimos hablando – o más bien planeando – la fiesta. Fueron solamente unos minutos ya que los chicos empezaban a molestar para que fuéramos con ellos, a jugar.

-No me quiero poner esos zapatos – dije mirándolos con algo de asco.
-Te comprendo, son horrorosos – dijo – no tengo planes de ponérmelos.
-Ni yo – dije riendo.
-Mejor – dijo dejándolos en el piso – así los dejamos, ¿Quién dice que no podemos jugar sin esos zapatos?
-Creo que.. – dije poniendo los zapatos en el suelo - ..esta decidió. Chau adefesios.
-Vamos – dijo riendo.

Nos levantamos y fuimos por nuestra bola (o como la llamen). Tuvimos pequeños problemas a la hora de elegir el tamaño. Pasamos algunos sustos pero, fue divertido.

-Hasta que por fin – dijo Ryan mientras nos acercábamos a ellos – se van a resbalar. 
-Claro que no – dije.
-El piso es resbaloso – dijo Ryan – deberán tener cuidado.
-Claro – dijo Cait – lo sabemos.
-Pues, yo digo que empecemos – dijo Chaz.
-Vamos – dijo Chris.
-Ustedes también vienen – dijo Chaz, tomándonos de la mano y llevándonos con los demás.

Chaz nos soltó y nosotras nos fuimos a sentar. Empezamos a platicar de muchas cosas, mayormente de chicos. A pesar de todo, somos chicas. Así como los hombres hablan de mujeres, nosotras hablamos de hombres.

-Escuche que corto con su novia – dijo Cait – créeme, si es así, se ha hecho un favor.
-¿Tan fea era? – cuestione.
-No necesariamente – dijo – pero era mala, era muy egocéntrica y mandona.
-¿Cómo fue que se fijo en ella? – cuestione.
-Pues, dicen que ella es muy zorra – dijo Cait riendo – tal vez por eso.
-Lo más seguro – dije.
-Enserio, ya quiero que entremos a clases – dijo con emoción – imagínate a las dos juntas en un salón.
-Seremos un caso – dije riendo – pero uno divertido.
-Ya lo creo – dijo.

Seguimos hablando de lo mismo por un rato hasta que Ryan fue a interrumpir.

-El chisme para otro día – dijo Ryan – ahora vengan.
-No – dijo Cait en suplica.
-Estamos bien así – dije.
-No – dijo Ryan – vengan.

Nos tomo del brazo y nos ayudo a levantarnos. Nos llevo junto con los demás. A veces ellos pueden ser muy tercos.

-Yo no se jugar – dije mientras caminábamos.
-No te preocupes, yo tampoco se jugar – dijo Cait.
-Ahora si – dijo Ryan – aunque sea estén aquí presentes.
-Claro.
-Linda – dijo Justin tomándome de la cintura – te toca a ti.
-No – dije – no es broma cuando digo que no se jugar.
-Ya te dije, yo te ayudare – dijo.
-¿Cómo? – cuestione.
-Ven – dijo – toma una – dijo señalando a las bolas de boliche.
-Listo – dije tomando una rosada, la cual había elegido desde antes.
-Te ayudo – dijo y la tomo con una mano – has un intento – dijo entregándome la bola en cuanto estuvimos en el lugar indicado.
-Está bien – dije.

Antes de tirar mire a las demás persona. Había varios chicos muy buenos a unos carriles de distancia. Uno me volteo a ver y me sonrió, simplemente le devolví la sonrisa y me voltee, mis planes no eran conseguir una cita.

-…
_______________________________________________________________
Holaaaaaaaaaaaaaaaa.... :) hahaha.

Bueno, primero que nada, he aquí el capitulo. Disculpen lo feo que esta, es solo que no tenia mucha inspiración para escribir... Muchas gracias a todas las chicas que leen la novela :) simplemente gracias. El capitulo 31 lo subiré hasta la noche, si es que se me ocurre algo, si no lo subiré mañana :)

Respuesta a comentarios:
  • Peace ☮: me alegra mucho que te haya gustado la novela :).... gracias por haberte pasado por la novela :)
  • VioleLittleCBieberܤ: haha, creo que ya sabes quien es :P... igual te quiero y muchas gracias por pasarte por la novela :)

Bueno chicas, ya saben, el capitulo 31 lo subiré pronto y espero subir algo mejor. Solo les digo que esta novela va a empezar a tener mas drama dentro de algunos capítulos. Esperen a lo mejor :)

También le agregue dos paginas al blog, en la parte superior. En una puse los personajes mientras que en la otra esta la sinopsis. También estoy pensando en agregarle mas cosas al blog, aunque todavía no lo se.. ya después se irán dando cuenta.

Las amooooo :*
XOXO Andrea<3

miércoles, 18 de julio de 2012

Capitulo 29. No Soy Famosa.


Tomo mi mano y comenzamos a caminar. Kenny venia justo detrás de nosotros con Alfredo y otro chico. Voltee a verlos y los salude con la mano, ellos hicieron lo mismo. Ya dentro los saludaría como se debe.

Fue fácil entrar ya que casi no había gente por esa sección. Fuimos hasta la entrada de cine y ahí nos detuvimos. Kenny, Alfredo y el desconocido nos alcanzaron y los salude, a los tres.

-¿Entonces? – pregunto Justin.
-¿Qué? – cuestiono Kenny.
-¿Qué haremos? – pregunto Justin.
-Pues, ustedes vayan – dijo Kenny – nosotros estaremos caminando por aquí.
-Está bien – dijo Justin – vamos linda.

Después de hacer una corta fila compramos nuestros boletos. Fuimos directo a nuestra sala, que parecía estar vacía. Tomamos nuestros lugares y esperamos.

-Si mañana se termina la apuesta y nadie besa a nadie, ¿significa que yo gano? – dijo Justin.
-No – dije - ¿Por qué ganarías?
-Claro que si gano – dijo.
-¿Qué te hace creer eso? – cuestione.
-Tú también ganaras – dijo.
-Eso se llama empate – dije riendo.
-No – dijo – tú y yo ganaremos un beso.
-¿Por qué no lo dices desde el inicio? – pregunte.
-Nada más – dijo tranquilamente.
-Dios mío, lo que tengo que aguantar – dije riendo.
-Yo también te quiero – dijo sonriendo.
-Aw – dije - ¿me quieres?
-Claro que si – dijo tomándome de las manos - ¿y tú a mi?
-Obviamente – dije riendo – incluso más de lo que tú me quieres.
-No lo creo – dijo riendo – no creo que me quieras más de lo que yo a ti.
-Yo te quiero mas y punto final – dije riendo.

Seguimos con el mismo jueguito hasta que empezaron a llegar varias personas. La sala tenía poca gente, solo unas tres parejas y dos familias, los demás eran asientos vacios. La película empezó y todos los demás se callaron.


Pasaron dos horas y salimos de la sala, riendo como es costumbre. Justin estaba muy burlón últimamente y me daba risa. Al parecer mi risa le da risa así que cada vez que me reía el también lo hacía. Hicimos el escándalo suficiente para que algunas personas notaran nuestra presencia y se acercaran por fotos. Hubo unas cuantas chicas que me pedían fotos, algo que me parecía muy lindo. Hasta había muchachos que se me acercaban por una foto, algo que a Justin no le parecía muy lindo.

-Eres un celoso – dije.
-No es cierto – dijo en su defensa.
-Claro que si – dije – actúas como si me fuera a ir con ellos o algo así.
-Yo no desconfió de ti – dijo – desconfió de ellos.
-No lo puedo creer – dije – no creo que me vayan a hacer algo, mucho menos frente a ti.
-No quiero tentar al destino – dijo.
-Hay Justin – dije – no tienes remedio.
-Ya vamos – dijo riendo.

Tomo mi mano y seguimos caminando, buscábamos a Kenny y los demás. Después de un rato recorriendo el lugar los encontramos, en una tienda para chicas.

-¡Que lindas se ven! – Dijo Justin, en burla - ¿Qué hacen aquí?
-Paseábamos – dijo Kenny – después Alfredo vio esta tienda y entramos.
-Estoy en busca de un regalo para mi hermana – dijo Alfredo.
-¿Necesitas ayuda? – pregunte.
-Si por favor – dijo algo aliviado – no sé ni que estoy llevándole.
-Vamos – dije riendo – ya regreso – dije hacia Justin.
-Adelante – dije Justin.

Camine hacia Alfredo y nos fuimos hacia otra parte de la tienda.

-¿Qué le gusta a tu hermana? – pregunte.
-Pues… le gusta mucho el color – dijo.
-Fácil – dije - ¿fosforescente?  
-Español por favor – dijo riendo.
-Si le gusta que brille el color – dije – como en neón o algo así.
-Ah – dijo – si.
-Ok – dije.

Revise toda la tienda con el objetivo de encontrar ropa de color fosforescente. Fue una tarea muy sencilla ya que era lo que más se utilizaba últimamente. Al final termine con unas 10 blusas, Alfredo seria quien diera el veredicto final. 

-¿Qué te parece? – pregunte.
-Veamos – dijo. Miro blusa por blusa, las miraba de forma extraña como si tuviera un escáner.
-¿Y bien? – dije mientras miraba la ultima.
-Está perfecto – dijo – muchísimas gracias.
-De nada – dije – voy a regresar con los demás.
-Está bien – dijo.

Fui hacia la entrada de la tienda en donde estaban los chicos esperando.

-¿Ya? – pregunto Justin.
-Ya – dije.
-¿Por qué tardaron tanto? – pregunto Kenny.
-Es una tienda grande – dije.
-Ya lo creo – dijo Kenny. 


Alfredo volvió con sus compras y salimos de esa tienda. Ahora si era hora de regresar a casa. Salimos del centro comercial y fuimos directo hacia la camioneta de Justin.

Después de una media hora llegamos a mi casa.

-¿No quieres pasar? – pregunte mientras bajaba.
-¿Qué hora es? – pregunto.
-Temprano – dije – vamos.
-Ándale – dijo riendo – pero solo me quedare unos minutos.
-No importa – dije – vamos.

Entramos a casa y fuimos directo a la cocina. Alejandro estaba ahí, con la perrita. La tenia cargada como si fuera su bebe.

-Hola – dijo Alejandro mientras reía.
-¿De qué te ríes? – cuestione.
-De la perra – dijo.

Justin tomo asiento mientras que yo iba por la comida de Perris. Deje su plato frente a la mesa. Le puse agua y un poco de comida. Al momento en que Alejandro la dejo en el suelo, ella salió disparada hacia su plato.

-Listo  - dije mientras caminaba hacia donde estaba Justin.
-Creo que yo me voy – dijo Alejandro.

Se levanto y salió de la cocina hacia un lugar desconocido.

-Te digo que quieres más a un perro que a mí – dijo poniendo una cara triste.
-Y yo te digo que como puedes creer eso – dije riendo.
-Y todavía te ríes – dijo.
-Es que das risa – dije – eres un mal actor.
-No es cierto – dijo riendo – yo soy un excelente actor.
-Si como no – dije sarcásticamente.
-Note tu sarcasmo – dijo.
-Ya – dije riendo – mejor pasemos de tema.
-Mejor – dijo – hay que celebrar mañana.
-¿Qué cosa? – cuestione.
-El fin de la apuesta – dijo sonriendo.
-¿Cómo? – pregunte extrañada.
-Salgamos – dijo Justin – y ahora sí, cobrare cada beso que me debes.
-¿Yo te los debo? – Cuestione – más bien tú.
-Tú me debes muchisisimos besos – dijo mientras pasaba un mechón de mi pelo detrás de mi oreja.
-¿Y tú a mi no? – cuestione.
-Si tú quieres – dijo sonriendo.
-Pues si quiero – dije riendo.


Seguimos platicando por un rato hasta que Justin se tuvo que ir. Afuera ya empezaba a anochecer. Mi madre aun no llegaba, ni Gustavo. Alejandro estaba en alguna parte de la casa y yo aquí sola. Tenía hambre y no había nadie que me pudiera ayudar a cocinar, ya que yo soy un desastre. Gretta había tomado vacaciones y no regresaría hasta dentro de algunas semanas. Tome mi teléfono y marque el número de una pizzería. Ordene algo grande para mí y Alejandro, normalmente mi madre no come de esas cosas y Gustavo dice ser alérgico a algunos ingredientes.

Paso media hora y llego mi pedido. Le page al muchacho y él se fue. Fui hasta la cocina y puse dos platos, uno para mí y el otro para mi hermano.
  
-¿Me huele a pizza? – pregunto mientras entraba.
-Es correcto – dije riendo - ¿acaso tienes un sensor o algo?
-No – dijo riendo – estaba en mi habitación y escuche el ruido de la moto.
-Oh – dije.

Cenamos entre risas, hacía mucho tiempo no me divertía de esta forma con mi hermano. Extrañaba los viejos tiempos. Habíamos crecido y madurado, cada quien se fue por su lado y nos olvidamos de nosotros. Claro que tenemos una buena relación pero antes, era mucho mejor.

-Hay que salir algún día de estos – dijo Alejandro – solos tu y yo.
-¿Cómo antes? – cuestione sonriendo.
-Como antes – afirmo – espera – dijo - ¿Qué tienes ahí? – pregunto mientras me embarraba algo de salsa de tomate en la mejilla.
-¿Qué te pasa? – pregunte riendo.
-Sera mejor que lo limpies – dijo riendo.
-Creo que tú tienes algo por aquí – dije y le embarre un poco en la nariz.
-Sera mejor que paremos, sino terminaremos haciendo un desastre – dijo mientras se limpiaba.
-Por si acaso, tú empezaste – dije riendo.

Terminamos de cenar y recogimos la mesa. Limpiamos un poco y guardamos lo que sobro de la pizza. Subimos y cada quien fue a su habitación.

…Al día siguiente…
                            
Mi alarma, otra vez. Son justamente las 7 de la mañana, simplemente perfecto – noten el sarcasmo. Me levante de la cama con pereza. Fui hasta mi closet y me cambie mis pijamas por esto http://www.polyvore.com/sport/set?id=53340627. Tome a Perris y le coloque una correa a su collar. Tome mi ipod junto con mis llaves. Salí de casa y subí a mi auto. Coloque a Perris en el otro asiento y arranque. En cuanto llegue al parque me estacione y baje, junto con la perrita. Coloque mi ipod en una agarradera especial y comencé a caminar.

Con Perris fue fácil, parecía ser fácil de manejar. Al no haber tantos perros, ella no tuvo ningún inconveniente. Empecé caminando y después de algunos minutos de calentamiento comencé a trotar. Fueron 40 minutos de puro ejercicio. Todo era perfecto hasta que algunas personas con cámaras – fotógrafos – me empezaron a perseguir. No sabía qué hacer, a mí nadie me había dicho si debía de contestarles o no. Solamente atine a salir disparada hacia mi auto.  Ellos me siguieron y me acorralaron cerca de él.

-Amanda, Amanda – decía uno - ¿Qué haces aquí tan temprano?
-Saque a pasear a mi perra – dije levantándola del piso.

Tome mis llaves y abrí el auto.

-¿Cómo van las cosas entre tú y Justin? – cuestiono una mujer.
-No creo que les interese – dije – yo no soy famosa ni nada de eso.

No espere una respuesta de ellos, simplemente subí al auto y en cuanto me acomode cerré la puerta. Acomode a mi perrita y encendí el coche. Ellos lo único que hacían era tomar fotos, algo sumamente desesperante. No quise ser maleducada así que antes de salir de ahí, mire hacia mi ventana y les dije adiós, con una mano. Después ya no supe mas, emprendí mi marcha hacia mi casa.

No me interesaba mucho lo que fueran a decir de mí. Como ya les había dicho antes, no soy famosa y tampoco me importa serlo. Yo no quiero ser una celebridad, a mi no me importa si la gente decide verme como una modelo a seguir o no. Yo no quiero publicidad, simplemente no. Yo quiero mi vida así como esta.


-¿A dónde fuiste? – cuestiono mi madre al entrar.
-Salí con Perris a trotar – dije.
-¿Cómo te fue? – cuestiono.
-Bien – dije – si quitaras a la prensa.
-¿Qué paso? – pregunto mientras tomaba un sorbo de su taza.
-Pues, llegaron como pirañas y me empezaron a hacer preguntas – dije – yo no sabía qué hacer, digo, nunca me habían hecho algo así.
-Solo se simpática con ellos – dijo mi madre – si te portas como una malcriada, ellos te trataran mal o simplemente tomaran provecho de ti.
-Tomare tu consejo – dije – gracias mamá.
-De nada – dijo sonriendo.
-Iré a tomar una ducha – dije.

Le quite la correa a Perris y la deje en el patio. Subí a mi habitación y fui directo al baño. Me desvestí y me metí a bañar. Fueron 20 minutos los que me tarde. Salí del baño y me envolví en una toalla. Busque algo que ponerme pero no encontraba nada. Después de buscar por un rato, me cambie por esto http://www.polyvore.com/lt/set?.locale=es&id=53323619. Me seque un poco el cabello y baje.

-Mamá – dije.
-Si Amanda – dijo mi madre bajando el periódico para verme.
-Necesito ir de compras – dije.
-Pero acabas de ir – dijo mi madre.
-Ya se – dije – pero no compre lo suficiente. Además estoy empezando a batallar para encontrar la ropa adecuada.
-Ya veremos hija – dijo mi madre. Claramente eso era un sí.

Fui al refrigerador y tome un melón. Lo corte en pequeños pedacitos y los vacié en un plato. Lo condimente con limón y mucho chile. Terminado todo, tome un tenedor junto con mi plato y subí a mi habitación. Cerré la puerta y fui directo a mi sillón, que quedaba frente a mi cama.  Encendí la tele y me puse a cambiar de canales, buscando algo bueno. Lo deje justamente en un canal de moda, no habiendo otra cosa.

Miraba la televisión hasta que empecé a sentir que algo vibraba, justamente mi celular. Lo tome y conteste.

Al telefono.
-Bueno – dije.
-…