Duramos
unas cuantas horas arreglando todo. Terminamos como por ahí de las 6:30 de la
tarde. En cuanto concluimos lo nuestro cada quien se fue a su casa. Debido a la
gran cantidad de tráfico que había o llegue a la mía como a eso de las 7:45 de
la tarde. Me quedaba solamente media hora para alistarme.
-¿En
dónde estabas? – cuestiono al verme llegar.
-Se
me hiso tarde – dije – no tengo tiempo para explicaciones.
-Te
quedan 30 minutos – grito, yo estaba corriendo hacia mi habitación – si no
estás lista nos iremos sin ti.
-Estaré
lista – afirme con mucha seguridad.
No
había tiempo de darme un baño, así que pase directo a mi closet. Por suerte ya
había separado lo que planeaba ponerme (http://www.polyvore.com/cgi/set?id=92116793). Rápidamente me lo coloque y
corrí hasta el baño. Me alacié el cabello lo más rápido que pude, claro que
procurando hacerlo bien. Me maquille solo un poco – polvo, gloss, rubor y rímel
– no tenía mucho tiempo para maquillarme de mas, además lo natural es lo de
hoy. En cuanto termine me coloque los zapatos y un brazalete. Me mire al espejo
y suspire.
-Algo
me falta – dije mirándome.
Perfume.
Corrí por uno de mis perfumes favoritos, Ralph
Hot de Ralph Lauren. Me rocié un poco y ahora si estaba lista.
Con
el celular en mano baje hasta la cocina. Ahí estaba mi hermano con sus amigos,
los DJs.
-Hola
– salude. Ellos me miraron, más bien me devoraron con la mirada. No le di mucha
importancia ya que no los quería meter en problemas. Alejandro puede ser un
poco celoso.
-Ahora
si me explicaras porque llegaste tan tarde – dijo Alejandro con un tono mandón.
-Déjala
ser – dijo uno de sus amigos.
-Se
supone que soy el que está a cargo – dijo – debo de hacerme cargo y cuidar de
mi hermana.
-Tranquilo
– dije – solo hubo un problema que nos atraso todo.
-Si
vi las fotos – dijo – supongo que Caitlin se enojo.
-Un
poco – dije – pero eso no fue lo que nos atraso. Y no esperes que te cuente, es
una laaaarga historia.
-No
esperaba que lo hicieras – dijo riendo.
En
lo que él decía eso me llego un mensaje. De Caitlin. Lo abrí inmediatamente,
pensando que sería algo de la fiesta. Pero no, me había equivocado.
Caitlin: Amanda, malas noticias. Le
pregunte a Chris que a quien había invitado solo para asegurarme que no fueran
muchos y me dijo algo que no te gustara.
Amanda: ¿Qué es?
Caitlin: invito a Justin.
-Demonios
– maldije en susurros. Los chicos no parecieron haber puesto mucha atención.
Narro yo.
Amanda se sentía traicionada, triste, nerviosa
y sobre todo enojada. Ella estaba
consciente de que Chris y Justin eran amigos pero también estaba consciente que
esta era una fiesta que organizábamos nosotras. Tal vez debimos hacer la fiesta en mi casa, pensó Amanda.
Ella
no permitiría que el arruinara su noche. Ella le demostraría que no lo
necesitaba, y lo haría sentir muy mal por la estupidez que él había cometido.
Por
el otro lado, Justin estaba que brincaba de la felicidad. Sabía que esta era su
oportunidad de hablar con ella y así poder arreglar la situación de una buena
vez. Amanda no se negaría a hablar con el frente a tantas personas, ya que
hacer numeritos no era lo suyo, según solía decirle ella.
-¿Estás
listo, bro? – le cuestiono Chaz quien estaba perfumándose en ese momento.
-Mas
que listo – exclamo Justin, animado – ya sé lo que le tengo que decir, lo tengo
escrito y todo, por si los nervios me ganan.
-¿Cómo
puedes estar tan seguro de que tu plan funcionara? – pregunta Ryan mientras se
mira al espejo.
-Debe
de funcionar – dijo seguro – la conozco bastante bien.
-Tiene
un buen punto – dijo Chris. El estaba recostado en se cama mirando hacia el
techo. Perdido como siempre.
-Bueno
pues, es hora de que bajemos – dijo Ryan, impaciente.
Fueron
hasta el patio en donde estaba parte de la fiesta. Justin de inmediato
identifico a Amanda. Ese cabello tan representativo suyo, su sonrisa, sus ojos,
todo de ella era algo que Justin conocía bien y podía identificarlo desde
Marte.
-En
verdad no puedo creer que dejaras ir a tremenda persona – exclamo Chris.
-No
ayudas – dijo Justin.
Se
fijo muy bien en Amanda. Noto algo extraño, ella no estaba sola. Había dos
chavos acompañándola además de Alejandro. No le daría mucha importancia de no
ser por la forma en que uno de ellos miraba a SU Amanda.
-¿Seguro
que funcionara tu plan? – cuestiono Chaz, observando lo mismo que Justin.
-Claro
que si – dijo, aunque no con la misma seguridad del principio.
…
Amanda
llego junto con Alejandro, Anton y Porter. Ninguno de ellos sabía sobre Justin
y no planeaba decir nada. Alejandro tenía la reputación de exagerar las cosas y
enojarse más de lo necesario.
-Iré
a saludar – dijo Amanda mirando directamente a su hermano - ¿Quieren venir?
-Claro
– dijeron los demás chicos.
Amanda
conocía a casi todas las personas dentro de la fiesta así que le toco saludar a
mucha gente – y presentar a algunas personas, claro. Muchos de los chicos presentes
sabían de lo que había pasado con Justin por lo que no dudaban en coquetear con
ella. Alejandro estaba presente así que los sueños de los demás no tendrían mucho
futuro.
-Paul
– dijo Amanda alegremente, abrazándolo – felicidades amigo.
-Gracias
– dijo entre risas el chico – ya sé que tú también organizaste la fiesta así que,
gracias.
-No
hay que agradecer – dijo Amanda mientras se separaban del abrazo.
-Pero
mira que linda te vez – dijo tomando su mano y dándole una vuelta – de las pocas
veces que eso pasa.
-No
es cierto – dijo Amanda entre risas – tu, por primera vez, te ves decente. ¿A quién
debo agradecer?
-Chistosa
– dijo Paul sarcásticamente.
-Por
cierto, quisiera presentarte a Porter y Anton – dije acercándolos – chicos él es
Paul, el cumpleañero, Paul ellos son los chicos. Supongo que ya conoces a
Alejandro así que no será necesario que te lo presente.
-Mucho
gusto – dijo Paul.
-Igual
– dijo Porter – y felicidades.
-Gracias
– dijo – si necesitan algo háblenle a Amanda, yo no tengo idea de lo que pasa a
aquí.
-Lo supuse
– dijo Amanda con seriedad.
Amanda
volteo a ver a su alrededor ya que sentía que alguien la observaba. Ella se encontró
con su hermano, en una esquina, hablando en su celular muy sonriente. Ella empezó
a sospechar sobre si estaba hablando con Nicole, o que pasaba.
La
noche transcurría con normalidad. La gente se estaba divirtiendo en la fiesta.
Bailaban, cantaban, unos se besaban y otros simplemente charlaban.
-Hace
mucho no te encontraba en una fiesta – dijo Justin llegándole por detrás a Amanda.
Ella charlaba muy agusto con los amigos de su hermano y otros dos amigos de
Alejandro.
-Me
asustaste – dijo Amanda volteándose a verlo.
-¿Podemos
hablar? – cuestiono Justin. Su mirada era suplicante, la única mirada a la cual
Amanda jamás se podía resistir.
-¿Aquí?
– cuestiono Amanda extrañada.
-No –
dijo Justin sonriéndole – en el patio, aquí hay mucho ruido.
Supongo
que no pasara nada – dijo Amanda. ¿Qué más
podía hacer? Se preguntaba ella.
Amanda
se disculpo y siguió a Justin hasta el patio. Amanda sabía lo que él quería de
ella. Al pasar la gente se les quedaba viendo. ¿Y cómo no iban a acaparar
miradas cuando los presentes sabían sobre ambos? Muchos esperaban que si
arreglaran sus diferencias, otros simplemente no.
Encontraron
el lugar perfecto para hablar. Estaba cerca de la barda perimetral de la casa. Desde
ahí se podía ver la ciudad entera. La vista era espectacular. De noche la
ciudad se miraba hermosa. Jamás, ninguno de los dos, se había detenido a
contemplar el bello lugar en donde vivían.
-Solo
quiero que sepas que no debes de preocuparte – dijo Justin después de un silencio
incomodo – no quise hablar contigo para forzarte a nada.
-¿Entonces
para qué? – cuestiono Amanda sin quitar la vista de la ciudad.
-Estuve
pensando mucho sobre nosotros – empezó – y creo que sería una gran estupidez de
nuestra parte dejar ir nuestra amistad – tomo una pausa, tomo aire e inspiración
y prosiguió – está bien si no quieres regresar conmigo pero, al menos dame la
oportunidad de volver a ser tu amigo, como en un principio.
-¿Por
qué quisieras ser mi amigo? – cuestiono Amanda confundida. Poso su mirada en Justin,
estudiándolo.
-Porque
eso es lo único que me quedaría de ti – dijo – si esa es la única forma en que
podre estar contigo entonces la tomare.
-¿Estás
seguro de lo que haces? – cuestiono – no quisiera hacerte sentir ilusionado de
alguna forma para después romper tu burbuja.
-No
te preocupes por eso – dijo entre algunas risas – pero y ya te lo dije, en algún
momento volveremos a ser pareja, ambos lo sabemos.
-Pareces
muy seguro - dijo Amanda. Ella no podía evitar sonreírle. La costumbre le
ganaba – si yo fuera tú, no lo estaría.
-¿Quieres
apostarlo? – cuestiono levantando una ceja.
-¿Qué
me apostaras? – cuestiono Amanda - ¿Tu Ferrari?
-Algo
mejor – dijo Justin con una gran sonrisa.
-Está
bien, apostemos – dijo Amanda – tienes 5 meses.
-¿Si
yo gano, que pasara? – cuestiono.
-Tú
lo decidirás – dijo Amanda – y si yo gano, yo lo decidiré. Solo te aviso que no
te la dejare NADA fácil.
-Esa
es la idea – dijo Justin preparado.
Lo que
parecía un juego para ellos era algo más. Para Justin era la oportunidad de
reconquistarla y para Amanda era la oportunidad de ganarle.
Amanda
solamente le sonrió. Se giro y comenzó a caminar de regreso a la casa.
-Será
mejor que te prepares – grito Justin – recuerda que nunca he perdido.
-Ya
lo veremos – grito Amanda entre risas. Game
on!, pensó Amanda.