martes, 13 de noviembre de 2012

Capitulo 48. No Me Molestaría



Salió de mi habitación y ahora sí, pude contestar.

Al teléfono

-Bueno – dije al contestar.
-Hola princesa – dijo riendo – ya no te enojes con tu hermano.
-Es un tonto – dije
-Es tu hermano – dijo.
-Es adoptado – dije.
-¿Enserio? – cuestiono extrañado.
-Ojala – dije riendo.
-Ya decía yo – dijo el – tienen cierto parecido.
-Dios mío, no digas eso – dije, el solo rio – por cierto, ¿para qué me buscabas?
-¿Qué acaso no puedo extrañar a mi novia? – cuestiono.
-Claro que no – dije e hice una pausa – es broma lindo, querido, precioso y hermoso Justinsito.
-¡Que linda! – Dijo riendo – debería grabarte, esto no se escucha todos los días.
-Si quieres ya no lo digo mas – dije.
-No, así está bien – dijo riendo.
-Yo pensaba que estabas en el estudio – dije.
-Lo estaba – dijo – ya termino mi junta.
-Y, ¿Cómo te fue? – cuestione.
-Bien – dijo – solamente arreglamos algunos asuntos del viaje.
-Ah ok – dije.
-¿Le preguntaste a tu mama? – cuestiono.
-Si – dije.
-¿Qué te dijo? – cuestiono.
-Lo siento mucho pero… – dije e hice una pausa para aumentar el suspenso – si me dejo.
-Dios santo, me había asustado – dijo riendo – por cierto, ¿te molesta si nos vemos mañana?
-Si Justin, me molesta demasiado – dije con sarcasmo – claro que no.
-Me alegra oír eso – dijo – nos vemos linda.
-Chau – dije.
-Chau.

Colgué el teléfono y lo deje sobre el buro. ¡Qué lindo es! ¿No lo creen?


En si mi día fue muy sencillo – por así decirlo. No hice nada más que ver la televisión y estar acostadita en mi cama. Digamos que disfrute mucho este día ya que después de dos semanas volvería a la rutina de la escuela. Claro que me emocionaba ya que regresaría y pasando un mes tendría mis vacaciones de verano. Eso si me encantaba.

-Amanda – dijo Alejandro entrando a mi habitación.
-Mande – dije.
-Necesito tu ayuda – dijo.
-¿Con que? – cuestione.
-Tengo un cita y quiero lucir bien – dijo – y yo se que tú me puedes ayudar.
-No crees que sería mejor pedirle ayuda a mamá – opine.
-Sabes cómo es ella – dijo Alejandro.
-Bueno, está bien – dije – te ayudare.

Me levante de la cama y fui hasta la habitación de mi hermano. Entramos a su armario y escogimos una prenda decente. No nos tomo mucho tiempo en elegir su outfit solo fueron unos 10 minutos y ya. Después de eso me encerré en mi habitación y seguí con lo mío.


Al día siguiente…

Desperté y como siempre me metí a la ducha. Me sentía un poco mal, como agripada o no sé. Me dolía la garganta y me daba mucha tos. Era horrible. Simplemente puse el agua más caliente que pude y me quede por horas ahí. Después de un buen rato Salí y me cambie por esto http://www.polyvore.com/infinity/set?id=63177151. Me arregle un poco el cabello, me puse perfume y baje a la cocina. Desayune y después tome un poco de medicamento, ahora era el momento ideal para atacar esa enfermedad.

-¿Qué tienes? – cuestiono Alejandro.
-Me siento mal – dije.
-Tienes la vos de una enferma – dijo.
-Lo sé – dije riendo.
-Pero enferma mental – dijo el riendo.
-Ha ha ha, chistosísimo – dije con sarcasmo.
-¿Tienes planes para hoy? – cuestiono.
-Si – dije – saldré con Justin.
-No te pregunte que harías, solo pregunte si saldrías – dijo.
-Grosero – dije.
-¿A dónde irán? – cuestiono.
-No lo sé – dije.
-No hagan nada malo, por favor – pidió.
-Jamás hemos hecho algo malo – dije.
-Yo no sé – dijo riendo – pero, si te insinúa algo sal corriendo.
-No puede ser que estés diciendo eso – dije riendo.

Paso la mañana y yo seguía igual. La medicina solo me había quitado el dolor de garganta, la tos seguía ahí. Mi voz también estaba igual y eso me ponía muy triste ya que así hablaba como un payaso o algo parecido.

Eran como las tres de la tarde cuando Justin hablo. Venia para la casa. Yo solo me aliste rápidamente y me fui a la cocina a esperar. No pasaron ni diez minutos cuando escuche el timbre. Me levante y fui a la entrada a recibir a Justinsito.

-Hola linda – dijo Justin en cuanto abrí.
-Hola lindo – dije imitándolo.
-¿Qué te paso? – cuestiono preocupado.
-Estoy enfermita – dije.
-Me doy cuenta – dijo riendo.
-Pasa – dije haciéndome a un lado.

El entro y se puso frente a mí. Se acerco intentando darme un beso y digo intentando porque yo me moví para que fuera en la mejilla.

-¿Qué pasa? – cuestiono.
-Estoy enferma y te puedo contagiar – dije.
-Por mí no te preocupes – dijo.
-Claro que si – dije – mañana seguramente tendrás que cantar y no lo harás enfermo.
-No me pasara nada – aseguro.
-No quiero averiguarlo – dije. No planeaba meterme en problemas.
-Está bien, solo porque sé que estarás preocupada después – dijo riendo - ¿nos vamos? – pregunto dándome la mano.
-Vámonos – dije.

Tome mi bolso y salimos de la casa. Justin empezó a juguetear un poco y de un momento a otro me termino cargando como si fuera un bebe. Me llevo de esa forma hasta que estuvimos frente a su camioneta. Subimos y el arranco.

-Espero que no te moleste pero hubo un cambio de planes – dijo – planeaba llevarte a un sitio muy romántico pero no pudo ser posible, entonces nos quedaremos en mi casa.
-No me molesta – dije.
-¿Enserio? – cuestiono.
-Enserio – dije – nos pudimos haber quedado en mi casa, mientras estuvieras tú. Eso es lo que a mí me importa.
-¿Qué cosa? – cuestiono sonriendo.
-La compañía, no el lugar – dije.
-Entonces, ¿te gusta estar conmigo? – cuestiono mientras sonreía.
-Yo supongo que sí – dije mientras reía.
-Aw – dijo y yo reí – a mi también me gusta estar contigo.
-¡Qué lindo! – dije riendo.

Llegamos a su casa y bajamos de la camioneta. Como siempre él se enojo ya que dice debería esperar a que él fuera y me ayudara. Es un lindo detalle pero, me da igual si lo hace o no. El en venganza me llevo cargada. No fue una venganza tan fea, más bien, me gustaba la idea de no tener que caminar.

-Así te llevare en nuestra luna de miel – dijo Justin.
-No me molestaría – dije riendo.

Entramos y aun me tenía cargada. Se acerco lo suficiente a un sillón y ahí me dejo. Mire hacia un lado y note una caja algo extraña. Me acerque y de pronto sale una rata de ahí dentro. Lo único que hice fue gritar, levantarme de ahí y alejarme de ese lugar.


-SHASTEEEEEEEEN!!!! – grite.
-¿Qué pasa? – cuestiono muerto de la risa ante mi reacción.
-Hay una rata ahí dentro – dije con un tono de asco y miedo mesclado.
-No es una rata, es un hámster – dijo riendo.
-Son la misma cosa – dije.
-No es cierto – dijo. Se acerco a la caja y la abrió, tomo a la rata en su mano y se acerco a mí – ni se te ocurra – dije.
-Mírala, no hace nada – dijo riendo.
-Qué asco – dije – no me acerques a esa rata.
-No es una rata – dijo acariciando al animalejo ese – mira que cariñoso es.
-¿Cómo puedes tocar a ese animal y después siquiera tocarme un solo cabello a mi? – cuestione mirando al animal.
-Me lavo las manos linda – dijo riendo – tampoco soy tan sucio.
-No sé cómo es que lo puedes tocar – dije.
-Ven, tócalo tu también – dijo riendo – no hacen nada.
-No gracias – dije haciéndome para atrás ya que Justin se acercaba a mí con ese animal en la mano.
-¿Qué pasaría si te lo aviento? – cuestiono.
-Te mato – dije – no solamente eso, cortaría contigo, regresaría con mi ex y jamás te volvería a hablar en mi vida – el solamente rio.
-No creo que lo de tu ex sea cierto – dijo aun riendo.
-Tal vez no pero si terminaría contigo y no te volvería a hablar nunca – dije cruzándome de brazos.
-Ya está bien, guardare a este pobre animalito – dijo. Lo dejo en su caja y después se acerco conmigo.
-Lávate las manos – dije – y que sea con cloro.
-Ven conmigo – dijo – a menos que te quieras quedar con Pac.
-¿Todavía lo nombras? – cuestione.
-Ya, vamos linda – dijo aun riendo.

Después de todo eso fuimos a la cocina, supervise que Justin en realidad se limpiara los restos de esa rata y pude estar tranquila. Eso y las arañas me daban demasiado asco y saber que él había tocado una me daba aun más asco.

-...

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