domingo, 20 de mayo de 2012

Capitulo 14. Paris




El volteo a verse el saco en donde se suponía debía estar la rajada.

-Wow – dijo el – parece nuevo. Muchas gracias.
-De nada – dije sonriéndole, como odio cuando eso pasa – ahora será mejor que vayas con Scooter o si no nos matara a los dos.
-Cierto – dijo el – bueno, me retiro.
-Chau – dije – y suerte.
-Gracias – dijo mientras salía de la habitación.

El salió y yo me quede sobre el sofá sentada. Encendí la televisión del hotel y la deje en el canal que se suponía, transmitiría la premiación.

-Venga ya – grite – o planean perderse la premiación.
-Ya vamos – gritaron los demás.
-¿Ya empezó? – pregunto Sam mientras se acercaba corriendo.
-No – dije – pero está a punto de empezar, acaban de decirlo.
-Ok – dijo ella – por si las dudas, me quedare aquí.

Nosotras no planeábamos ir a esa premiación, los únicos que fueron habían sido Scooter, Pattie, Carin, Alfredo y por supuesto, Justin.

-Ya empezó – grito Sam para que las demás personas vinieran.


Vimos toda la premiación, desde la alfombra roja hasta el final de la ceremonia. Por supuesto que Justin gano por lo que estaba nominado que era cantante masculino internacional. Me alegre mucho por él, no hice ningún escándalo ni nada pero si me puse muy feliz.

-Gano tu novio – dijo Tina en susurros.
-Cállate – dije con nervios – no es mi novio.
-Pero tú lo deseas – dijo ella aun en voz baja.
-Mentiras – dije yo, mintiendo obviamente.
-Si claro – dijo ella con sarcasmo.
-Olvídalo – dije.
-Tranquila, no digo nada – dijo ella – y lo sabes.
-Que ni se te ocurra – dije amenazante.
-Tranquila – dijo riendo – confía en mí.
-Lo hare solo porque me agradas – dije.

Estuvimos esperando y después de un par de horas llegaron Justin y los demás. Venían haciendo mucho ruido, como si tuvieran fiesta.

-Chicas, arreglen todo que en media hora nos iremos al aeropuerto, recuerden que hubo un pequeño cambio de planes – dijo Scooter entrando a la habitación.
-Ok – dijimos las 3 al unísono.
-Las esperamos abajo – dijo el saliendo.
-Vamos chicas – dijo Tina – a ordenar todo.

Cada quien fue a su habitación y recogimos nuestras cosas. Yo termine primero, como siempre ya que normalmente no acostumbro a tener mucho desorden. Fui junto con mis cosas a la entrada, ahí esperaría a las demás.

-¿Lista? – pregunto Tina llegando con Sam.
-Pues, tu dime – dije riendo - ¿parece que estoy lista o no?
-Parece que no – dijo Sam de broma.
-Ya muchachas – dijo Tina – vámonos.

Bajamos por el elevador hasta el lobby. Fuimos a la entrada y dejamos nuestras cosas. Aun nos quedaban 10 minutos.

-Yo dejare la llave – dije.
-Ok – dijo Tina – recuerda, habitación 776.
-Ok – dije.

Tome la llave y fui a recepción. Deje la llave con el chavo encargado. Regrese con las demás y a los minutos llegaron las demás personas.

-Y ese milagro que están aquí desde antes que nosotros – pregunto Alfredo mientras reía.
-Chistoso – dijo Sam con sarcasmo.
-Yo siempre – dijo este.
-Ya – dijo Scooter – en vez de discutir suban a las camionetas para podernos ir a Paris.
-Alguien quiere vacaciones – dijo Justin riendo.
-Silencio niño – dijo Scooter aguantando la risa. En verdad quería irse de vacaciones.
-Ya me callo hombre – dijo Justin en burla.
-Ya, mejor súbanse – ordeno Scooter – dejen sus cosas aquí y ya súbanse.
-Ok.

Subimos a la camioneta y esperamos unos instantes hasta que subieran todo y pudiéramos irnos. Esto fue hasta que pasaron 20 minutos. Llegamos al aeropuerto y de inmediato fuimos a la sala de abordaje para tomar el vuelo a Paris, nuestro último destino. En cuanto estuvimos ahí fuimos hasta la puerta donde abordaríamos y ya saben, tomamos el avión y toda la cosa.

-Felicidades – dije mirándolo.
-Gracias – dijo el – aunque faltabas tu.
-Ya te dije, no tengo nada que hacer ahí – dije.
-Claro que si – dijo el – eres mi mejor amiga.
-¿Y Cait? – pregunte extrañada.
-Ella es la segunda – dijo y una pequeña sonrisita se asomo por mi rostro – pero a la siguiente tu vienes conmigo, quieras o no.
-Ya lo veremos – dije.
-Ya lo veremos – dijo el imitándome.
-Oye – dije riendo – no me imites que ni si quiera te sale.
-No importa – dijo riendo – si te hago reír es suficiente.
-Tonto – dije riendo.

¿Qué le pasa a el? últimamente está muy raro conmigo, no raro de la mala forma, mas bien, de una forma muy buena, demasiado. Me molesta que sea así, que solo me dé esperanzas cuando nada pasara, me estreso mucho y me pone triste y decepcionada. Si se ponen en mis zapatos, ¿Qué sentirían si el chico que te gusta solo te da esperanzas pero nada más? A mí me duele, pero bueno, habrá que seguir adelante y afrontar a la idea de que él es famoso, el en cualquier momento estará saliendo con alguien más, seguramente una cantante o actriz.

-Últimamente estas muy pensativa – dijo él.
-¿Tú crees? – pregunte.
-Si – dijo él.
-Bueno pues, mírale el lado bueno – dije – soy capaz de pensar.
-Hay Amanda – dijo el riendo – a veces me pregunto cómo es que pasas todas tus materias.
-Para que veas – dije orgullosa. A decir verdad, yo tengo un promedio excelente. No, mi promedio no es de 10, más bien es de 95, algo que me enorgullece mucho.
-Presumida – dijo él.
-Solo tienes que estudiar – dije – ni que fuera tanto trabajo.
-Tal vez para ti no pero para mí sí – dijo el – todo mi trabajo no me da tiempo.
-Bueno pues, tu caso es diferente – dije – si quieres.
-Tal vez – dijo riendo.

Seguimos hablando en todo el vuelo, el cual nos tomo solo unos 45 minutos ya que Paris estaba cerca de Burdeos. Todo fue como siempre, ir a reclamar nuestro equipaje, salir del aeropuerto, ir al hotel, registrarnos, etc, etc… Ya en el hotel cada quien se cambio a pijama para dormir. Justamente ahora eran las 2 de la mañana y necesitábamos estar despierta desde temprano.


Al día siguiente…

Mi alarma, ¿Por qué tiene que ser tan ruidosa? Simplemente me pone de mal humor, mas sabiendo que son apenas las 8 de la mañana, que estresante.

Hoy será un día diferente a los demás ya que solo tendrá una entrevista y será en la mañana por radio, algo sencillo. Después de esa entrevista el tiene el día libre para hacer lo que él quiera ya mañana regresaríamos a Los Ángeles, lo que significaba regresar a mi vida normal.

-¿Iras o te quedaras? – pregunto Sam saliendo del baño.
-Me quedare – dije - la entrevista no es mía y no nos necesitan para nada.
-Pienso igual que tu – dijo ella – mejor tomemos algo de desayunar, ¿Qué te parece?
-Me parece perfecto – dije – solo esperemos a que se levanten los demás.
-Las chicas ya están despiertas – dijo ella – Pattie se estaba arreglando para ir, Carin y Tina se quedaran al igual que nosotras.
-Está bien – dije –ahorita tomare una ducha y me cambiare para no tener que andar en pijama todo el día.
-Cierto – dijo ella mirándose – igual me duchare y cambiare.
-Ok – dije levantándome.

Fui por mi maleta y tome de mis últimas prendas, las cuales había separado para el final. Me metí al baño y abrí la llave del agua. Tome mi ducha de siempre. En cuanto estuve lista Salí y me cambie por esto http://www.polyvore.com/like/set?id=48908600. Me arregle el cabello y Salí del baño.

-Buenos días Amanda – dijo Pattie al verme.
-Hola Pattie – dije - ¿Iras cierto?
-Si – dijo ella sonriente - ¿no quieres ir?
-No gracias – dije con algo de pena.
-Pero estas cambiada – dijo ella – y totalmente arreglada.
-Ah sí – dije con una pequeña sonrisa – es solo que no me gusta andar mucho tiempo en mis pijamas.
-Con razón – dijo entre risitas – estás segura que no iras, porque a Justin le encantaría que fueras.
-Enserio – dije – no me gustaría incomodarlo ni nada.
-No creo que lo incomodes – dijo ella – ven, vayamos.
-Está bien – dije resignada.
-Perfecto – dijo ella – recuerda que en media hora nos iremos.
-Ok – dije mientras metía mi celular en mi bolso – por mientras, yo estoy lista.
-Muy bien – dijo ella – yo quedare en un instante.
-Iré abajo – dije - ¿está bien?
-Claro que si – dijo ella sonriéndome – allá te alcanzamos.
-Ok – dije – chau.
-Chau.


Salí la habitación y tome el ascensor para que me llevara hasta abajo. Subí al ascensor y presione el botón del lobby. Me detuve en el piso 6 ya que una gran cantidad de gente subía al ascensor y me ponía muy nerviosa. Desde ahí en adelante tome las escaleras para bajar.

-¿Amanda? – escuche que alguien decía. Voltee a ver y me tope con Alfredo.
-Hola – dije.
-¿Qué haces tomando las escaleras? – pregunto.
-Pues, planeaba usar el ascensor pero se fue llenando de gente y me estaba dando algo así que decidí bajar por aquí – dije.
-Perfecto – dijo el – así no estaré tan solo.
-¿Y tu porque tomas las escaleras? – pregunte extrañada.
-Pues acompañaba al mocoso abajo y después algo paso que decidió subir – dijo él.
-Ah cierto, el es claustrofóbico – dije.
-Y por lo visto tú también – dijo él.
-No tanto como el mocoso – dije imitándolo.
-Cierto – dijo riendo – y dime, ¿vendrás? Porque ya estas cambiada y arreglada.
-Pues parece que si iré – dije sonriéndole.
-Muy bien – dijo el – así me gusta. Debes de venir con nosotros.
-¿Por qué? – pregunte extrañada.
-No lo sé – dijo riendo – solo lo decía.
-Tonto – dije riendo.

Bajamos las escaleras hasta llegar al lobby. Estuvimos hablando hasta que llegaron todos los demás.

Narra Justin.

Llegamos a la estación de radio. Debo admitirlo, estoy muy nervioso, a morir. No precisamente porque tenga esta entrevista, para nada, yo entiendo perfectamente bien el francés, así que eso no era un problema. Más bien, estoy nervioso por otra razón, algo muy distinto a todo esto, algo fuera de mi trabajo, algo que tiene que ver con mi vida personal.

-¿Listo? – pregunto el locutor. 
-Si – dije con nervios.
-Tranquilo – dijo el locutor, en francés obio – saldrá perfecto.
-Gracias – dije dudando.

El locutor hiso una seña y al instante empezó a hablar, lo que me indicaba que el programa había empezado. 

El programa fue muy normal, no hubo preguntas personales, solamente preguntas relacionadas con mi trabajo. Fue algo común y nada emocionante. En cuanto termino nos despedimos de la gente de ahí y regresamos al hotel. El camino fue corto ya que la estación de radio era cercana al hotel.

-Chicos – grito Scooter para llamar nuestra atención – todos los compromisos ya están terminados así que ya saben, deben de tener todo listo para mañana en la mañana para regresar a Los Ángeles.
-Ok – escuche como decían los demás.

Cada quien se fue a su habitación, al igual que yo.

-Bieber – grito Alfredo - ¿listo?
-Algo así – dije nervioso.
-Eso espero – dijo Alfredo.
-Recuerda lo que hablamos – dijo en voz algo baja.
-Claro que lo recuerdo – dije.
-Pues es hora de que lo pongas en acción – dijo él.
-Aun no – dije serio – aun no.
-Está bien – dijo él – pero recuerda, esta es tu última oportunidad.
-Claro que no – dije.
-Esto lo haría más especial – dijo Alfredo, era cierto.
-Tal vez – dije – bueno, como sea, iré un momento abajo.
-Está bien – dijo Alfredo – aquí te esperaremos.


Baje al primer piso y Salí un momento al patio del hotel. Me senté y me puse a pensar en todo. Estaba seguro de lo que haría, sabía que tenía mucho que perder pero eso no importaba, yo tomaría cualquier riesgo. Tenía el tiempo contado, un mínimo retraso y todo se arruinaría. Si algo se arruinaba tendría que esperarme otra cantidad de tiempo y entonces sí, arriesgo demasiado. Todo debe de ser perfecto.

Narra Amanda.

-¡Qué horror! – dijo Sam con desesperación – no sé que usar mañana.
-Ni yo – dijo Carin.
-No tenían algo listo ya – pregunto Pattie confundida.
-No – dijeron ambas.
-Lo bueno es que yo me prepare todo desde hace una semana – dijo Tina aliviada.
-Suertuda – dijo Carin – yo debí de hacer lo mismo pero no, decidí dejarlo hasta el final.
-Esa esta linda – dije apuntando a una de las blusas que estaban en su maleta.
-¿Tú crees? – pregunto ella tomándola.
-Claro que si – dije – es linda.
-Confió en ti – dijo ella.
-Bueno, ahora ayúdame a mí – pidió Sam. 
-Vale – dije riendo.

Ayude a Sam con su guardaropa y en cuanto terminamos fuimos con las demás y nos pusimos a charlar. Fue hasta que me llego una llamada, justamente de mi madre.

-Saldré un momento – dije con mi celular en mano.
-Está bien – dijo Pattie.

Tome el celular y conteste.

Al teléfono.
-Bueno – dije.
-Hola hija – dijo mi madre.
-Hola mamá – dije - ¿Qué pasa?
-Pues, necesitaba saber a qué hora llegaran – dijo ella.
-Pues, temprano – dije – según lo que se era como a las 11 de la mañana – dije haciendo cálculos.
-¿Segura? – pregunto mi madre.
-Pues, saldremos de Paris mañana a las 10 de la mañana – empecé diciendo – son 10 horas de vuelo y entre Paris y Los Ángeles hay 9 horas de diferencia así que seguramente llegaremos a esa hora.
-Ok – dijo ella – te estaremos esperando desde antes – dijo – yo iré por ti.
-Ok – dije – bueno mamá, hablamos hasta mañana.
-Perfecto – dijo ella – chau hija.
-Chau mamá.

Colgué y me voltee para regresar a la habitación.

-Amanda – escuche como alguien gritaba mi nombre.

Voltee y me tope con Justin, quien al parecer venia corriendo o algo parecido.

-¿Hiciste ejercicio? – pregunte extrañada.
-No – dijo el extrañado - ¿Por qué lo preguntas?
-Pues, vienes como agitado – dije mirándolo.
-Ah sí, es que subí por las escaleras – dijo el – y me cansa mucho.
-Ah cierto – dije riendo – tienes claustrofobia.
-Y es muy feo tenerlo – dijo riendo – bueno, quería saber si me acompañas a dar una vuelta por la ciudad.
-Claro que si – dije sonriéndole – pero, Scooter nos matara.
-No – dijo el – es la última noche así que tenemos permiso de salir.
-¿Seguro? – pregunte.
-Mas que seguro – dijo él.
-Entonces vamos – dije. Comenzamos a caminar y nos detuvimos justo al frente del ascensor – bajaremos por las escaleras cierto.
-A menos que quieras que muera ahí dentro – dijo.
-Tranquilo – dije riendo – por el ascensor será.
-¿Disculpa? – dijo fingiendo estar ofendido.
-Era broma – dije riendo – vamos por las escaleras.
-Así me gusta.

Bajamos las escaleras lentamente todo por culpa de Bieber. Al parecer algo dije que se estaba muriendo de la risa y eso no le permitía bajar las escaleras. Después de lo que pareciera una eternidad logramos llegar al primer piso.

-Vámonos ya – dije – se hará tarde.
-Bueno pero ya no digas nada – dijo él.
-Me quedare callada – dije.
-Perfecto – dijo riendo.

Salimos del hotel y comenzamos a caminar. No había mucha gente afuera y las que estaban no reconocieron al chico por lo que fue más fácil continuar con nuestro camino. El parecía saber a dónde íbamos, o bueno, eso era lo que yo quería pensar. Caminamos por unos 10 minutos hasta que llegamos a un gran parque, era simplemente hermoso.

-¿Qué te parece? – pregunto él.
-Es hermoso – dije aun mirando el paisaje.

Lo único que notaba eran parejitas besándose o tomadas de la mano, claro, aun había una que otra persona con su mascota o en bicicleta o así.

-¿Cómo encontraste este lugar? – pregunte.
-La última vez que vine a Paris me tome el tiempo de recorrer la ciudad – empezó diciendo el – y me encontré con este gran parque.
-Es muy hermoso – dije.
-Difícil de olvidar – dijo el – ven, caminemos.

Entramos al parque y comenzamos a caminar. Mientras estuvimos ahí unas cuantas personas descubrieron al chico y le pidieron una foto y un autógrafo. Después de eso seguimos con nuestra caminata.

Fue linda a decir verdad, no hubo momentos de silencio, siempre tuvimos algo que decir, por más tonto que fuera. Fue una caminata de 30 minutos después el decidió que era hora de ir a otro lugar, un lugar mucho mejor que este.

-¿A dónde vamos? – pregunte con intriga.
-Es sorpresa – dijo él.
-Odio las sorpresas – dije riendo.
-Ni modo – dijo el – vamos o se hará tarde.
-Ok – dije.

Justin fue como un guía ese día. El parecía conocer la ciudad perfectamente bien. Al igual que en el parque una que otra chica se le acerco a pedirle una foto. Esta vez me sentí extraña, ellas me miraban, algunas con odio y otras me miraban bien, fue muy diferente a lo normal.

Seguimos caminando por un rato hasta que llegamos a un lugar aun más hermoso que el parque.

-¿Cómo es que sabes cómo llegar? – pregunte admirando mi panorama.
-Son lugares clásicos – dijo él.
-Aun así – dije yo.
-¿Te gusta? – pregunto.
-Como no iba a gustarme – dije.
-¿Qué tu no habías venido antes? – pregunto el extrañado.
-Claro que si – dije – mi madre me obliga pero, jamás he tenido el tiempo de estar aquí.
-Pues, que esperamos – dijo el – vamos.
-Está bien – dije.

Otra vez a caminar. Caminamos hasta llegar a nuestro destino, La Torre Eiffel. Subimos esta, no hasta arriba pero si hasta la mitad. Todo se veía increíble aquí, se sentía demasiada quietud en este lugar, era simplemente perfecto. 

-Amo esta ciudad – dije en voz alta.
-La ciudad del amor – dijo mirándome.
-Si – dije volteando mi vista hacia él.

El me miraba a los ojos, al igual que yo a él. No pude evitar sentirme nerviosa, tenía al ser más perfecto frente a mí, mirándome. Simplemente no pude más y voltee mi mirada hacia un lado. Al hacerlo note que no había nadie más que nosotros dos en ese lugar.

-No hay nadie – dije mirando.
-Cierto – dijo él – que extraño.
-Lo sé.

Este es el momento en el que mis nervios están a flor de piel. Me encantaba estar así con él, me encantaba saber que solo éramos nosotros dos pero, había algo extraño en todo eso.

-Hay algo que debo decirte – dijo él mirándome.
-Pues dime – dije riendo, intentaba ocultar mis nervios.
-No sé cómo hacerlo – dijo él, nervioso por lo que pude notar.
-Pues, yo menos – dije.
-Ya enserio – dijo el – estoy algo nervioso.
-Se nota – dije riendo – pero cálmate que me pones nerviosa a mí también.
-Lo diré como se me ocurra – dijo y me miro directo a los ojos – resulta que hace mas de un mes conocí a una chica. Resulto que me cayó muy bien esta chica y decidí que quería que fuera mi amiga. La empecé a tratar y después de un tiempo algo paso, después de un tiempo yo empecé a sentir algo por ella. Era algo más que solo una amistad. Me empezó a gustar la chica. Hace unas semanas me entere que estaría de gira y pensé que sería una buena idea que ella me acompañara a mi gira ya que la tendría cerca de mí por mucho tiempo. Aproveché mis oportunidades y decidí que hoy, justamente en Paris, la ciudad del amor, sería el día en que ella supiera lo que yo siento por ella. No me interesa si ella no siente lo mismo que yo, a mi me gustaría que ella supiera, no quiero mentirle más a ella, ni a mí mismo.
-¿Cómo se llama esa chica? –pregunte con una sonrisa y a punto de llorar.
-Se llama Amanda – dijo seguro – y es la persona más hermosa que he conocido en mi vida.

Simplemente no podía creer lo que estaba escuchando. La persona que yo quería sentía lo mismo que yo. No pude resistirlo y me abalancé sobre él, lo abrasé. El correspondió mi abrazo y así nos quedamos por unos segundos.

-Dime algo, ¿ese abrazo significa que soy correspondido? – pregunto él.
-Si – dije son algo de timidez.
-Entonces, si soy correspondido, te preguntare algo – dijo él.
-Lo que quieras – dije sonriéndole.
-Dime, ¿quisieras tu ser mi novia? – pregunto.

Alguien sosténgame porque me caigo. ¿Estoy escuchando mal? Ahora me doy cuenta que todo lo que él decía que los sueños si se hacen realidad son verdaderos. Mírenme a mí, el chico de mis sueños ahora me pide que sea su novia. Simplemente esto es increíble. Por algo dicen que esta es la ciudad del amor.

-Claro que si – dije sonriendo. Estaba a punto de soltar algunas lágrimas.

En ese momento su cara se ilumino con una gran sonrisa y esta vez, el me abrazo. Yo lo correspondí, aun sin poder creer todo lo que estaba sucediendo.

-…



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