Anoche había sido loquísimo. Mi madre estaba furiosa con
Alejandro por haber llegado tan tarde. Le dio un discurso interminable. Lo único
irritante sobre eso, se escuchaba todo hasta mi habitación y eso no me dejaba
dormir. En cuanto concilie el sueño ya era muy tarde. ¡Genial!
Para mi mala suerte mi despertador sonó a eso de las 8 de
la mañana. Por pura inercia logre llegar al baño. En cuanto me mire al espejo,
creo que me asuste. Tenía ojeras y mis ojos estaban rojos del sueño que tenia. Me
daba miedo mirarme al espejo, mucho miedo. Lo bueno es que mi esfuerzo al
despertarme temprano seria recompensado con un carro.
Tome una larga y relajante ducha, esperaba que esto me
despertara completamente. Estuve ahí por 40 minutos. Salí y me cambie por esto http://www.polyvore.com/yolo/set?id=46765322&.locale=es.
Me mire en el espejo y efectivamente, mis ojos ya no estaban rojos y mis ojeras
disminuían. Con algo de café estas desaparecerían.
Termine de arreglarme y baje. No tenía mucha hambre así que
Salí un momento al patio. Me senté sobre una de las sillas y cerré mis ojos. Me
gustaba el sonido que hacían todos esos pajaritos. Era una dulce melodía. Sentí
los rayos del sol golpear mi cara. Abrí los ojos y así me quede por un rato.
En estos momentos me gustaría tener un perrito, a veces
me siento muy sola y con la compañía de un cachorro ya no sentiré tanto el
vacio. Sé que es una gran responsabilidad tener un cachorro pero, no importa,
al menos tendré algo que hacer.
-No gracias - dije.
-Chau - dijo ella.
-Chau.
-Amanda…
-¿Por qué estás aquí? – pregunto Alejandro, acercándose a
mí
-No lo sé – dije – no quería estar adentro.
-Con razón – dijo el - ¿importa si te acompaño?
-Dale, siéntate – dije riendo - ¿Por qué estas arreglado?
– pregunte mirando su ropa.
-Saldré – dijo el – hoy me registraran en la escuela.
-¿Estarás en la misma que yo? – pregunte.
-Creo que si – dijo él.
-Creo que es bueno – dije riendo.
Seguimos hablando hasta mi madre nos llamo. Tomamos
nuestro desayuno en silencio. Terminamos de desayunar y mi madre recogió todo.
Gustavo y Alejandro se fueron, dejándonos solas a mi madre y a mí.
-¿A qué hora iremos a recoger el auto? – pregunte.
-En cuanto termine de arreglar esto iremos – dijo mi
madre.
-Ok.
En cuanto termino de arreglar todo, salimos de casa con
rumbo a la agencia. Este podría ser el momento más feliz de mi vida, hasta
ahora. Por fin tendría un carro para mí, después de tanto tiempo anhelándolo,
por fin lo voy a tener. Simplemente no puedo esperar a tener las llaves en mi
mano, subirme y manejarlo.
-¿Emocionada? – pregunto mi madre.
-Mucho – dije yo – por cierto, hoy iré a casa de Cait.
-Está bien – dijo mi madre - ¿a qué hora regresaras?
-Temprano – dije yo.
Después de estar atoradas en el tráfico, llegamos a la
agencia. Me baje del auto y entre lo más rápido que pude. Mi madre venía detrás
de mí, tomando su tiempo. En cuanto ella entro, fuimos con el mismo vendedor ya
que el había sido quien nos había citado.
-Buenos días – dijo el señor al vernos.
-Buenos días – dijimos mi madre y yo.
-Supongo que vienen por el carro – dijo el señor
sonriente.
-Si – dijo mi madre, tranquila.
-Pues vengan por aquí – dijo el – el auto quedo listo
desde ayer en la tarde pero, era tarde y no sabíamos si llamarles no.
-No hay problema – dijo mi madre.
Salimos a un tipo de garaje. Ahí había varios carros
estacionados, entre ellos el mío.
-Solo tiene que llenar unos papeles y podrá retirarse –
dijo el señor.
-Ok – dijo mi madre.
El señor le entrego un tipo de folder y de ahí sacaron
algunos papeles. Mi madre los leyó con mucho detenimiento y después de mucho,
los firmo. Fueron como 3 papeles, cada uno le tomo como 10 minutos en leerlos.
-Listo – dijo el señor.
-Al fin – dije.
-Bueno, aquí tiene las llaves – dijo el señor
entregándomelas – ya saben que si algo llega a pasar, tienen el teléfono de la
agencia dentro del coche.
-Ok – dijo mi madre – muchas gracias.
-A ustedes – dijo el vendedor – que tengan un lindo día.
El señor se despidió y regreso adentro. Yo entre al
coche, al igual que mi madre. Jack nos había dejado y el tenia ordenes de
regresar a casa después de dejarnos en la agencia así que yo llevaría a mi
madre.
-¿Lista? – pregunto mi madre.
-Si – dije algo nerviosa.
-Acomoda todo – me ordeno ella.
-Ok – dije.
En cuanto estuve lista, encendí mi coche. Cheque todo
otra vez y arranque. Salí del garaje de la agencia y me dirigí a la avenida
para regresar a casa. Mi madre me indicaba como llegar ya que, yo no me ubicaba
aun.
-Sabes que – dijo mi madre – demos una vuelta, quiero ver
que tan bien manejas.
-Está bien – dije – ¿por dónde voy?
-Ya te diré, por ahora sigue – dijo ella.
Estuve un buen rato manejando. Mi madre me llevo por casi
toda la ciudad. Al fin pudimos llegar a casa. Ya no podía estar sentada ni un
solo minuto más. Ya era la 1 de la tarde y se suponía que debía estar en casa
de Cait a las 2 y media.
-A comer – dijo mi madre. Al parecer Alejandro y Gustavo
aun no llegaban.
-¿Y Alejandro? – pregunte.
-Aun no llegan – dijo mi madre.
-Ok.
Me senté en la mesa y empecé a comer. Mi madre me
acompañaría hoy. Aun y que ella estuviera aquí me sentía sola. Desde hace mucho
pasa esto, justamente desde cuando murió mi padre.
-Has manejado muy bien – dijo mi madre.
-Gracias – dije.
-¿Quieres que te acompañe a casa de tu amiga? – Pregunto
– tengo la tarde libre.
-Si quieres – dije. Más bien, ella es la que quiere venir
– mamá, ¿te puedo pedir algo?
-Claro – dijo ella.
-Me comprarías un perro – pregunte. Ella me miro algo
extraño, sabía que no le agradaba la idea.
-¿Para qué quieres un perro? – pregunto.
-A veces me siento muy sola, sabes – dije – es un lugar
muy grande y nunca hay nadie con quien pueda estar.
-Pues, lo hablare con Gustavo – dijo ella.
-Está bien – dije.
Termine de comer y recogí todo. Fui directo a mi habitación
ya que necesitaba algo de dinero. Baje y fui directo a la cocina. Ahí me
esperaba mi madre.
-¿Nos vamos? – pregunte.
-Vámonos – dijo mi madre.
Tome las llaves de mi auto y salimos de casa. Subimos al
coche y emprendí la marcha a casa de Cait. Yo manejaría de ida a casa de Cait,
después mi madre se encargaría de llevarse mi carro a casa.
Después de manejar por un buen rato, llegamos a casa de
Caitlin. Toque el timbre y espere. Después de algunos segundos salió Chris.
-Hola Amanda – dijo el chico.
-Hola Chris – dije sonriéndole.
-Pasa – dijo al abrir el portón.
-Gracias.
Espere a que el cerrara la puerta y entramos a su casa.
-La habitación de Caitlin es la segunda puerta a la
izquierda – dijo Chris.
-Ok – dije – gracias.
Subí las escaleras y fui directo a la habitación de
Caitlin. Toque la puerta y al instante ella abrió. En cuanto me vio sonrió y me
dio un fuerte abrazo. Parecía nerviosa y feliz a la vez.
-¡Qué bueno que llegas! – dijo ella algo ansiosa.
-Primero me tendrás que contar como te invito – dije.
-Pues normal – dijo ella sonriendo – Salí a dar una
vuelta por la ciudad y me lo encontré en una heladería, el se acerco y me dijo
que si quería salir con él.
-Yo digo que le gustas – dije riendo – si te invito a
salir es por algo sabes.
-¿Tú crees? – pregunto con algo de felicidad.
-Pues claro – dije riendo.
-Y tú, ¿Cómo vas con Bieber? – pregunto ella. Eso no me
lo esperaba.
-¿De qué hablas? – pregunte riendo.
-Pues tu sabes – dijo ella – a ti te gusta el y el te
quiere a ti, se les nota.
-Eso no es cierto – dije con algo de nervios – a mi no me
gusta Bieber.
-Vamos – dijo ella riendo – no me dirás que no.
No sabía si decirle o no. ella ha sido muy buena conmigo,
además, ella me ha contado todos sus secretos en este tiempo. Tal vez lo justo
sea que yo también tenga confianza, la misma que ella me tiene a mí.
-Está bien – dije – tal vez si me gusta, pero poquito.
-Si claro – dijo ella sonriendo – poquito.
-Bueno ya – dije riendo – será mejor que empecemos.
-No te libraras de mis platicas tan fácilmente – dijo
ella riendo.
-Lo sé – dije.
En cuanto terminamos de bobear, empezamos a trabajar. Yo
la ayude a elegir su ropa, también a arreglarse y maquillarse. Algo importante
era el maquillaje. A Carlos no le gustan mucho las chavas con exceso de
maquillaje así que yo la ayude con ese detalle.
Después de mucho tiempo terminamos. Le dije algunas cosas
sobre Carlos para que estuviera preparada, por si acaso.
-Muchas gracias Amanda – dijo ella.
-No tienes que agradecerme nada – dije yo.
-Claro que si – dijo Caitlin – sin ti esta cita podría
ser un desastre.
-No lo creo – dije riendo – tu eres una gran persona y
además eres linda así que, ¿Por qué no te iba a querer él?
-Amanda, muchas gracias – dijo ella enternecida.
-Ya te dije, no me tienes que agradecer – dije.
-Claro que si – dijo ella – tú te has convertido en mi
mejor amiga, sabias. Eres muy buena conmigo, además me escuchas y me entiendes,
también puedo ser yo misma contigo. Además me la paso muy bien contigo.
-Tu también eres mi mejor amiga Cait – dije sonriéndole.
Ella ha sido una gran persona conmigo, desde el
principio. Me ha ayudado mucho y es cierto, yo también me la paso muy bien con
ella. Siempre estamos riéndonos y eso me gusta en una amistad, la simpleza.
-Bueno pues – dije mirando el reloj – ya es algo tarde,
llamare a mi madre.
-¿Te presto el teléfono? – pregunto ella.
-No hace falta – dije riendo – ya vuelvo.
Llame a mi madre y le pedí que me recogiera. Ella
llegaría en algunos minutos ya que a esta hora no había mucho tráfico. Después
de avisarle, colgué el teléfono y lo guarde. Caitlin se miraba en el espejo,
sonriendo.
-¿Qué haces? – pregunte riendo.
-Practico – dijo ella, también riendo.
-Ya lo veo – dije.
Seguimos hablando por un rato hasta que mi madre llamo
para avisar que ya estaba afuera.
-Me tengo que ir – dije – mucha suerte Cait.
-Gracias Amanda – dijo ella.
-Necesitare el informe completito de lo que sucedió
mañana – dije riendo.
-Descuida, lo tendrás – dijo ella riendo.
-Chau – dije.
-Chau.
Fui hasta donde estaba mi madre, justamente había venido
en mi coche.
-Tu manejaras – dijo dándome las llaves.
-Ok – dije.
Me subí al auto y lo encendí. Conduje hasta llegar a
casa, sin ningún error. Mi madre parecía estar nerviosa, claro, me tiene mucha confianza,
por eso.
-Iré a comprar algunas cosas – me aviso mi madre -
¿quieres algo?
Ella salió de casa dejándome sola. Estaba aburrida y no tenía
nada que hacer. Alejandro había salido, como siempre. Esta es una de las
principales razones para tener un cachorro, el aburrimiento.
No tenía nada que hacer así que decidí salir a tomar el
sol. Fui a mi habitación y me cambie por esto http://www.polyvore.com/lt/set?id=47092983&.locale=es.
Tome mi toalla junto con mi ipod y baje. Salí al patio y puse la toalla sobre
una silla. Me recosté en ella y me coloque mis audífonos. Empezó a sonar “Give
Your Heart A Break” de Demi Lovato, una de mis favoritas. Cerré los ojos y me
quede ahí, quita.
Estuve ahí por un par de horas. Se dieron las 7 y regrese
adentro. Me cambie por algo más cómodo y baje de nuevo, a la cocina. Ahí me encontré
con Alejandro. El estaba viendo lo que parecía ser un noticiero.
-¿Y eso? – pregunte riendo.
-¿Qué? – pregunto extrañado.
-¿Por qué miras el noticiero? – pregunte.
-Pues, no hay nada en la televisión – dijo – nunca hay
nada.
-Lo sé – dije riendo. Ese era mi dilema diario.
-Mamá dijo que compraría comida para cenar – dijo Alejandro.
-Ok – dije - ¿no ha llegado? – pregunte extrañada, ella había
salido de casa hace tiempo.
-No – dijo el – dijo que llegaría en 10 minutos.
-Ok.
Pasaron los 10 minutos y mi madre llego. Venia cargada de
cosas, al parecer le había dado por ir de compras. Le ayudamos a bajar todo y
regresamos a la cocina. Cenamos como todos los días y al terminar regrese a mi habitación.
Al día siguiente…
Desperté a eso de las 10 de la mañana. Era algo tarde
sabiendo que yo normalmente estoy despierta para las 9.
Me levante de la cama y fui hasta mi baño. Tome mi ducha
diaria y me cambie por algo simple para estar en casa. Baje y como siempre, no había
nadie. Fui a la cocina y tome un yogurt, no tenía mucho apetito como para comer
algo más.
Tome mi yogurt y fui a sentarme. Deje la televisión en un
canal de entrevistas, la chica me daba algo de risa a decir verdad. Termine mi
yogurt y lo tire a la basura. Regrese a mi habitación y tome mi celular. Note que
tenía una llamada perdida, justamente de mi madre, una llamada de hace 30
minutos. Marque su número y después de sonar algunos momentos, ella contesto.
Al teléfono.
-Bueno – dijo mi
madre.
-¿Me llamaste? – le
pregunte.
-Claro Amanda,
buenos días – dijo ella.
-Hola mamá – dije.
-Si te llame – dijo
ella – necesito que vengas a mi oficina.
-¿Ya ahorita? –
pregunte.
-Si – dijo ella –
ahorita mismo. Urgente.
-Ok – dije – ya
voy.
-Perfecto – dijo – aquí
te espero.
-Chau mamá.
-Chau Amanda – dijo
ella y colgó.
Genial, ahora tendría que cambiarme y conducir hasta la
oficina de mi madre.
Me cambie por esto http://www.polyvore.com/hope/set?id=46000973&.locale=es#
y baje a la entrada. Tome las llaves de mi coche y Salí de casa.
Me daba algo de nervios manejar por mi sola. Yo era nueva
en esto pero, debo enseñarme algún día. Encendí el coche, podía sentir mis
manos temblar. Con mucho cuidado lo saque de casa. Conduje hasta la oficina de
mamá, con mucho cuidado, claro. En cuanto llegue, me estacione y entre al
edificio.
-Buenos días – dijo una de las señoritas.
-Buenos días – dije – mi madre me está esperando – avise.
-Si – dijo esta sonriendo – lo sabemos. Es en el último
piso, ahí la encontrara.
-Ok – dije sonriéndole de vuelta – gracias.
-De nada – dijo ella.
Me aleje del escritorio y fui hasta el ascensor. Presione
el botón del piso de mi madre y espere. Este fue algo lento en subir, más bien,
demasiado lento. En cuanto las puertas se abrieron fui directamente a su
oficina. Afuera de esta había una secretaria pero ella me conocía y sabia que
yo podía entrar cuando fuera, excepto si tenía alguna junta o algo así.
-Hola Amanda – dijo ella.
-Hola – dije sonriéndole - ¿puedo pasar cierto?
-Claro que si – dijo ella – te está esperando.
-Ok – dije.
Entre y me encontré con mi madre. Parecía estar frustrada
por alguna razón.
-¿Qué paso mamá? – dije sentándome.
-Pues no se qué hacer – dijo ella con un tono de frustración.
-¿Qué sucedió? – pregunte algo preocupada. Al final del día
si algo le sucedía me importaba, es mi madre, como no me importaría.
-Pues hay una persona en Londres – empezó ella – esta parece
muy interesada en mi trabajo y quiere que me vaya a vivir a Londres.
-No creo que eso sea posible – dije yo.
-Lo sé – dijo ella con mucha frustración – pero, es una
gran oferta. Esta persona es muy importante ahí y me gustaría mucho trabajar
con ella.
-Piénsalo bien mamá – dije – yo no quisiera irme a
Londres. Apenas me estoy acostumbrando.
-Lo sé – dijo ella – creo que mejor le diré que tendrá que
ser hasta después.
-Opino lo mismo – dije.
-Si, es lo mejor – dijo ella.
-Y ¿es todo? – pregunte.
-No – dijo ella – te lo iba a decir en la mañana pero no
estabas.
-¿Qué paso? – pregunte.
-Hable con Gustavo sobre tu deseo de un cachorrito y el
dijo que estaba bien – dijo ella, esto era una muy buena noticia – pero –
siempre hay peros – tiene que ser un perro pequeño.
-Si – dije emocionada – por eso no se preocupen.
-Ok – dijo mi madre – pero tendrás que esperar a regresar
para poder comprarlo.
-Lo sé – dije.
Seguimos discutiendo por algunos minutos. Terminamos de
hablar y me levante para irme pero ella me detuvo.
-¿Quién te ha traído? – pregunto ella.
-Yo sola – dije sonriéndole con orgullo.
-Ok – dijo ella – cuídate mucho hija, no quiero
accidentes.
-No los habrá – dije segura.
-Ok – dijo ella – confió en tu palabra.
-Chau – dije saliendo.
-Chau Amanda – dijo mi madre.
Salí de la oficina de mi madre y me dirigí al
estacionamiento, donde había dejado mi coche. En cuanto llegue, subí y lo encendí.
Conduje con mucho cuidado, aun era nueva en esto y me daba algo de nervios. Llegue
y estacione el coche en mi lugar. Baje de este y fui a dentro.
No había mucho que hacer, solo estaba mi hermano, quien
estaba haciendo sus destrozos en su habitación. No quería estar mucho tiempo aquí,
era muy aburrido. Decidí llamar a Alejandro, así podríamos salir a algún lugar,
y si él no quería, iría yo sola. Subí y me dirigi a su habitación. toque su
puerta y al instante el me abrió.
-¿Qué sucede? – pregunto.
-Quiero salir – dije.
-Pues adelante – dijo el riendo.
-Acompáñame – dije.
-No lo creo – dijo riendo – ya sé que tus salidas
implican compras y eso no me gusta.
-Aburrido – dije – ya no quiero.
-Vamos hermanita – dijo el abrazándome – sé que me amas.
-No lo creo – dije abrazándolo.
-Si claro – dijo él.
-Bueno me voy – dije soltándome – saldré al parque o algún
lugar – avise.
-Chau – dijo él.
-Chau.
Baje las escaleras y fui directo por mi celular. Este empezó
a sonar. Lo tome y conteste.
Al teléfono.
-Bueno – dije.
Me encantaaaa!!
ResponderEliminarY qien me llamra? Sera justin!!
Y cuando me voy con justin de gira, lo estoy deseando ya!xD
Sube pronto porfa!
Besos
Hahaha, pronto muy pronto :)
EliminarBesos :)