domingo, 26 de agosto de 2012

Capitulo 41. No Puede Ser




-¿En qué piensas? – cuestiono Justin mirándome.
-En ti – dije y el sonrió – cada día me sorprendes mas.
-¿A qué te refieres? – cuestiono mientras reía.
-Jamás había visto ese lado tuyo – dije- es muy tierno de tu parte.
-Tu tampoco eres tan mala con los niños – dijo tomando mi mano – ya ves, hasta Jaxon termino enamorado de ti.
-Tienes buen gusto – dije hacia Jaxon, el solamente reía.
-¿Y yo no? – cuestiono Bieber.
-Claro que si – dije mientras asentía con la cabeza.

El se fue acercando a mí hasta que terminamos en un beso. Fue corto ya que nuestro plan no era traumar a los niños. Por suerte ellos no habían visto nada.

-Justin – susurro Jazzy.
-Dime, linda – dijo Justin.
-Me agrada tu novia – dijo en susurros, no muy leves ya que lo pude escuchar.
-Me alegro – dijo riendo mientras me miraba.

La película empezó y quedamos todos en silencio. Era una película divertida, hacía reír a los pequeños e incluso me hacía reír a mí. La película en si duro una hora y cachito. Al terminar nos llevamos a los niños – cargados obviamente – hacia el centro comercial. Recorrimos el centro comercial entero para que ellos vieran y se entretuvieran por un rato.

…2 horas después…

-¿Qué se supone que debo hacer? – cuestione confundida.
-Yo te ayudare – dijo Pattie riendo.
-Yo ahorita regreso – dijo Justin – los pondré a ver una película.
-Ok – dijimos ambas.

Justin se fue y solamente quedamos Pattie y yo.

Pattie me enseñaba a hacer galletas. Se las preparábamos especialmente a Jazzy y Jaxon. Digamos que en mi vida había cocinado; a lo mucho sabia preparar pasta ya que uno de los ex de mi madre me lo había enseñado, un amante de la cocina Italiana. Mi abuelita me había prometido enseñarme a cocinar pero, por lastima, no he tenido oportunidad de visitarla.

-Ponle un poco de leche – ordeno Pattie – le falta un poco.
-Ok – dije tomando la taza de la leche. Le vertí un poco y lo mezcle todo.
-Ves, es muy fácil – dijo Pattie sonriendo.
-Mucho – dije con sarcasmo – gracias.
-No hay que agradecer – dijo Pattie en un tono maternal – ya sabes que si necesitas ayuda me puedes llamar.
-Muchas gracias Pattie – dije sonriendo.
-Bueno, dejémonos de agradecimientos y pongamos todo esto en las charolas – dijo riendo.
-Ok – dije sonriendo.

Vertimos la masa en la charola y en cuanto estuvo listo, lo metimos al horno. Al instante llego Justin. 

-¿Qué le has hecho a Jaxon? – me cuestiono Justin.
-¿De qué hablas? – cuestione extrañada.
-No quiere que te separes de el – dijo Justin.
-Creo que él se enamoro de Amanda – dijo Pattie riendo.
-No puede – dijo Justin.
-¿Por qué no hijo? – cuestiono Pattie.
-No – repitió Justin.
-No seas celoso – dije  - además, es tu hermano.
-No estoy celoso – dijo tomándome de la mano.
-Bueno muchachos, los dejo – dijo Pattie sonriéndonos – iré a hacer algunas compras. Cuídense mucho y cuiden a los niños.
-Claro que si mamá – dijo Justin.
-Recuerda Amanda, en 20 minutos – dijo Pattie.
-Ok – dije riendo.

Pattie se fue y quedamos Justin y yo. El me miraba de una forma picara. Era extraño verlo así.

-¿Qué? – cuestione mirándolo.
-Estamos solos – dijo mirándome de la misma forma.
-¡Qué asco! – dije.
-Que mente tan sucia tienes – dijo riendo.
-¿Mi mente? – cuestione – la tuya, quien sabe en qué estarás pensando.
-Yo no estoy pensando en nada – dijo con tranquilidad.
-Además, no estamos solos – dije.
-Hay picarona – dijo riendo.
-Malpensado – dije mirándolo mal.
-Era una broma linda – dijo riendo.
-Que bromitas, eh – dije con los brazos cruzados.

Espere un poco hasta que las galletas salieran. Las serví en platos y toda la cosa. Olían muy bien, solo faltaba que supieran bien.



Había sido una linda tarde. Los niños me querían y eso, para mí, era lo mejor que pudo haber pasado en toda la tarde. Ellos se marcharían el día de mañana por la tarde; según esto solo era una visita fugas ya que el papá tenía algunos asuntos pendientes en Los Ángeles, asuntos que solo tardaban un día en resolverse.

-¿Cómo te fue? – cuestiono mi madre.
-Bien – dije - ¿y a ti?
-Muy bien, gracias pro preguntar – dijo mi madre.
-Cuanta educación – dije riendo.
-Haber si aprendes algo – dijo mi madre riendo.
-Chistosa – dije con sarcasmo.
-Hay hija – dijo riendo – ya nos vamos. Si ocupan algo, nos hablan.
-Ok – dije – que les vaya bien.
-Chau – dijo.

Como todos los sábados, Gustavo y mi madre salieron a cenar. Esta vez Gustavo había planeado algo diferente para mi madre. El me había contado todo su plan; uno muy romántico, por cierto. Se notaba que ellos intentaban hacer durar esa relación, algo que me ponía muy feliz.

-¿Ya se fueron? – cuestiono Alejandro.
-¿Los ves, acaso? – cuestione.
-No – dijo riendo.
-Entonces ya se fueron – dije.
-Como sea – dijo - ¿no te apetece ir a una fiesta?
-No gracias – dije – iré a dormir mejor.
-Tú te lo pierdes – dijo – chau.
-No te metas en problemas – dije.
-Claro mamá – dijo riendo.

Salió de casa y yo fui a mi habitación. Me cambie mi ropa por mi pijama y me tire en la cama.

…1 día después…

-Qué bueno que le dijo que no – dijo Taylor – él es del típico chico que se te pega como chicle.
-¡Qué horror! – dije.
-Lo sé – dijo Taylor riendo – una amiga me conto que jamás te deja sola, jamás, te trata como si fuera tu sombra o algo así.
-No era tan malo – dijo Tamara.
-El es un buen actor – dijo Caitlin – una vez me lo tope… fue horrible. En mi vida lo quiero volver a ver.
-¿Tan mal esta? – Cuestiono Karla – siempre quise experimentar algo con él pero por lo que dicen, no me conviene.
-Uy – dijo Tamara riendo – te gusta.
-Me gustaba – dijo – ya no más.  
-Aja – dije riendo.
-Es lindo – dijo en su defensa.
-Tal vez – dije riendo – chau chicas.
-Chau Amanda – dijeron.
-Nos vemos el miércoles – dijo Karla.
-Claro – dije riendo – chau. 


Camine hasta mi auto con un andar despreocupado, no llevaba tanta prisa como para ir a las carreras. Mire a Alejandro – quien estaba frente a mi auto, esperando.

-Caminas muy despacio – dijo Alejandro guardando su celular.
-Todo te molesta – dije riendo.
-Ya vámonos – dijo.
-Fue tu culpa que te castigaran tu auto – dije – ahora te tendrás que aguantar.
-Mínimo déjame conducir – dijo Alejandro.
-No – dije – súbete o aquí te quedas.
-Por favor – pidió mi hermano.
-Ya te dije.
-Está bien – dijo de mala gana. 

Subimos a mi auto y arranque. Conduje hasta casa en compañía de mi hermano. Era extraño ya que estaba acostumbrada a conducir sin compañía y cuando tenía acompañantes suelo ir hablando con ellos.

Después de un largo rato manejando llegamos a casa. Ni mamá ni Gustavo estaban en casa, como siempre. Ya era costumbre entrar a casa y no ver a nadie más que a Gretta y algunas otras personas más.

-¿Vas a salir? – cuestiono Alejandro.
-Sabes bien que si – dije riendo.
-¿Me podrías llevar a un lugar? – cuestiono.
-¿Mamá sabe que saldrás? – cuestione, después de todo el estaba castigado.
-Si – dijo.
-Te llevo – dije – solo no me metas en problemas.
-Tú no te preocupes – dijo – recuerda que mamá sabe.
-Está bien – dije.


Hablábamos y comíamos. Como todos los días, el me contaba lo que había pasado con él mientras que yo le contaba lo que pasaba conmigo. Siempre era igual, como una rutina o algo así. Normalmente no había muchas cosas interesantes; de vez en cuando él me contaba algo que si valía la pena escuchar, otras veces no.

-¿Lista? – cuestiono Alejandro.
-Aun falta como media hora – dije mirando mi reloj.
-Recuerda el tráfico – dijo.
-Cierto – dije – espérame un momento, ya regreso.
-Ok – dijo.

Fui a mi habitación y tome un bolso. Metí mi celular, mi cartera y algunos labiales en el. En cuanto ya estuve lista, salimos de casa. Subimos a mi auto y arranque. Mi hermanito me guio hasta la casa de su amigo. Nos tomo una buena media hora para llegar. Al final lo deje y yo me retire con dirección a mi destino. Esta vez fue una hora de tráfico ya que había un accidente de coche. Al final logre llegar. Estaba por salir del auto pero mi celular me detiene. Lo tome y conteste.

Al teléfono.
-Bueno – dije.
-Amanda – escuche decir a mi madre - ¿en donde estas?
-En un estacionamiento – dije riendo.
-Con cuidado hija – dijo mi madre – recuerda llegar temprano.
-Claro que si mamá – dije mientras salía del auto.
-Te quiero levantada bien tempranito – ordeno.
-Tu tranquila – dije – ahí estaré.
-Eso espero – dijo riendo - ¿Dónde está tu hermano?
-En casa de un amigo suyo – dije – el me dijo que tenía tu permiso.
-Sí, tranquila – dijo riendo – yo lo autorice.
-Bueno mamá, te dejo – dije – chau.
-Chau hija, cuídate – dijo.

Colgué el teléfono y lo regrese a mi bolsa. Tome algunas cosas de adentro de mi auto y después lo cerré. Me voltee y mire a Justin, quien apenas bajaba de su camioneta. Volteo, me miro y sonrió.

-¿Hace cuanto llegaste? – cuestiono Justin tomándome de la mano y comenzando a caminar.
-Acabo de llegar – dije.
-El destino así lo quiso – dijo riendo, obviamente lo decía en broma.
-Hay que lindo – dije con sarcasmo.
-Lindísimo – dijo mientras me tomaba por la cintura.


Seguimos caminando hasta entrar al centro comercial. Para nuestra suerte, casi no había gente; seguramente era por la hora y el día.

-Me agrada cuando no hay tanta gente – dije.
-Nos da más libertad – dijo Justin.
-Eso es cierto – dije.
-Siempre tengo la razón – dijo con un tono egocéntrico.
-No digas mentiras – dije riendo.
-Tú sabes que si – dijo riendo aunque con el mismo tono.
-Tú y tu ego – dije riendo.
-Así me quieres – dijo con una sonrisa.
-Así es – dije riendo.

Me acerque a él y le di un corto beso.

-Siempre me haces lo mismo – dijo poniéndome una mala cara.
-¿Qué cosa? – cuestione haciéndome la loca.
-Me besas a medias – dijo – eso no es justo.
-Tú eres muy intenso – dije cruzándome de brazos.
-¡Que mentirosa! – dijo abrazándome por la cintura.
-No es mentira – dije – eres muy intenso, yo debo tomar mis precauciones.

El me detuvo y como lo esperaba, me beso; de los típicos besos que el da, esos que son entre tiernos y apasionados. No digo que no me gusten; si yo les dijera que no seguramente les estaría mintiendo. Siempre me pasa lo mismo, me dejan ida, totalmente desubicada. Es increíble el poder que ellos tienen sobre mí.

Nos separamos de poco a poco. El me miro y sonrió victorioso, yo solo lo mire mal. Me voltee dispuesta a seguir caminando hasta que lo vi.

-No puede ser – dije sorprendida aunque con cierta decepción y tristeza en mi voz.

-¿Que sucede? – cuestiono Justin con un tono de preocupación.

No puedo creer lo que mis ojos están viendo. Se supone que nunca lo volvería a ver. Estaba tan bien hasta que lo vi, ese desgraciado. No le basto con el daño que me hiso hace tiempo; el viene a dejarme un trauma, seguramente. Como lo odio.

-Vámonos – dije al ver que él se aproximaba a mí.
-¿Qué sucede? – cuestiono extrañado.
-Solo vámonos – dije nerviosa.

Lo tome del brazo y lo arrastre conmigo. Seguramente piensa que estoy loca pero no, yo tengo mis razones para hacer esto. Tengo miedo, de él nunca se deben confiar; él es malo, está podrido por dentro y lo único que le interesa es hacerle daño a la gente.

Voltee y ya no lo vi mas, fue cuando pare. Justin me miraba de una forma extraña, tenía dudas y eso lo comprendía.

-¿Hay algo que deba saber? – cuestiono extrañado.
-Solo sé que desde ahora debo de tener más cuidado – dije con algo de miedo. Voltee para asegurarme de que no estuviera, para mi suerte el ya no estaba. 
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¿Quien seraaaa?  Que nervios hahaha es broma.

Aquí tienen el capitulo 41 :O. No puedo creer que ya haya llegado tan lejos, increíble. Mi plan era hacerles un mini maraton pero no pude :( lo siento muchísimo. Haber si para la siguiente semana logro tenerles un mini maratón o algo así; en caso de no poderse les avisare :)

Espero que les este gustando mucho la novela. Si creen que hay algo que debería de cambiarse avísenme, yo con todo gusto lo cambio (acepto sugerencias, en serio). No me molesto si me dicen, para nada. Eso si, si no les gustan los conjuntos que hago en polyvore, ustedes imagínense la ropa que les gustaría usar y asunto arreglado - yo así le hago en veces, cuando no me gusta un conjunto o algo así.

Otra cosa; no se si no lo habían notado pero, les puse una nueva pagina que es la lista de capítulos. Se las puse por si quieren regresar al capitulo 1 y así ya no batallan, solo le pican a la pagina y luego al link (que esta en rosa) del capitulo que ustedes buscan. Les he simplificado la vida hahaha, es broma. 

Tambien queria agradecerle a Peace ☮ por seguir mi novela :) muchas gracias amiga. Tambien a todas las chicas que leen la novela (sean 2, 3, 10 o cuantas sean) todas son importantes para mi :) 

Las amooooo
XOXO Andrea<3

miércoles, 22 de agosto de 2012

Capitulo 40. Calmado, Ella es Mia.



Jamás creí encontrar a mi verdadero príncipe azul. Creo que los demás tenían razón, he besado a un montón de sapos pero solo uno ha logrado convertirse en mí príncipe azul y ese es Justin. Tal vez si, solo somos jóvenes y seguramente en algún momento esto tendrá que acabar, después conoceremos a más personas y bueno, ya saben. Tal vez ellos tengan razón pero por ahora, me toca vivir cada momento que pase con él, después de todo, ¿Quién quiere una vida aburrida, sin amores, son corazones rotos, sin risas, sin besos? Yo no.


-¿Estas emocionado? – cuestione.
-¿Por qué? – cuestiono mientras reía.
-Tus hermanos llegaran mañana – dije.
-Ah – dijo riendo – claro que estoy emocionado pero, más me emociona que tú los conozcas.
-Estoy nerviosa – dije - ¿si no me quieren?
-Te amaran – dijo seguro – ya lo veras.


Regrese a casa después de un rato. Se me había hecho un poco tarde debido al típico trafico de Los Ángeles. Mi madre aun no llegaba y por lo visto, Gustavo tampoco. Entre a la casa y fui hasta la cocina. Alejandro estaba con mi perrita en sus brazos.

-Siempre que te veo estas con Perris – dije riendo – te has apropiado de ella.
-Tú no le prestas atención – dijo.
-Porque siempre la tienes tu hermanito – dije riendo.
-Llamo mamá, dijo que llegara un poco tarde – me informo mi hermano.
-Ok – dije.
-Corre el rumor que tu aceptaste trabajar para mamá – dijo Alejandro.
-¿Quién te dijo? – cuestione.
-En Twitter – dijo riendo – muchos estaban diciendo de eso.
-Demonios – dije.
-Tranquila – dijo riendo – después se les pasara.
-Eso espero – dije – odio que hablen de mí.
-Ya sabes que son como modas – dijo – después de un tiempo algo nuevo saldrá y te dejaran en paz.
-Ojala – dije.

Subí a mi habitación y me cambie de ropa por mi pijama. Me acomode en mi cama y encendí la televisión. Justamente pasaban la película de “500 Días con Ella” una película que amaba. La mire hasta el final y después me dormí. Mañana seria un día emocionante, si es que todo salía bien.

Al día siguiente…

Mi alarma sonó. Apenas son las 8 de la mañana. Tenía que estar lista para antes de las 10 y conociéndome tardaría mucho en arreglarme. Me levante de la cama y fui hasta el baño. Tome una ducha – como siempre – y al terminar me cambie por esto http://www.polyvore.com/cgi/set?.locale=es&id=56733195. Me arregle el cabello y termine.

Fui hasta la cocina, en donde estaba mi madre leyendo el periódico.


-Buenos días – dijo mi madre.
-Hola – dije.
-Aun es muy temprano – dijo mi madre mirando su reloj.
-¿Qué hora es? – cuestione.
-Como las 9:10 – dijo.
-Ok – dije.

Fui hasta el refrigerador y tome un poco de fruta. Regrese a la mesa y desayune con tranquilidad. Use mi celular por unos minutos, checando mi Facebook y mi Twitter – una costumbre que se me había hecho desde hace algunos días.

-Ya deja el vicio – dijo mi madre – te la pasas con el celular en la mano.
-Como tú dijiste, es mi vicio – dije.
-No me hagas quitarte el celular – amenazo mi madre.
-Está bien – dije riendo – intentare quitarme el vicio.
-Mas te vale – dijo apuntándome con el dedo en un tono amenazante.

Pasaron algunos minutos y Justin llego. Saludo a mi madre y salimos de casa.


-Iremos primero al aeropuerto por ellos – dijo Justin - ¿está bien?
-Si – dije riendo.

Justin condujo hasta el enorme aeropuerto de Los Ángeles. En el camino fuimos hablando y bromeando de algunas cosas. Al llegar el tomo un lugar en el estacionamiento y fuimos hasta la sala de espera del mismo aeropuerto.

Esperamos por un buen rato hasta que llegaron sus hermanitos. Su padre venia con ellos, llevaba al mas pequeño cargando y la niña venia agarrada de su mano. Se acercaron a nosotros con el mismo andar despreocupado de Justin; ahora entendía de donde venia esa costumbre.

-Jazzy, Jaxon – dijo Justin agachándose y abriendo los brazos, esperando que ellos se acercaran a él.

Fue una linda escena. Justin parecía más emocionado de verlos que los mismos niños de verlo a él.


-Hola – dijo su padre – soy Jeremy.
-Amanda – dije presentándome J
-Vaya Justin – dijo Jeremy – es más bonita en persona – dijo y yo reí.
-Lo olvide – dijo riendo – papa, ella es Amanda, mi novia; Amanda, el es mi padre, Jeremy.
-Mucho gusto – dijo Jeremy estrechando su mano.
-Igualmente – dije sonriendo.
-Bueno chicos, los dejo – dijo Jeremy – fue un gusto conocerte Amanda. Espero que algún día nos visiten a Canadá.
-Claro que si papá – dijo Justin.
-Chau chicos – dijo.
-Chau.

Vi como Jeremy se alejaba, caminaba igual que Justin.

-Son muy parecidos – dije mirándolo.
-Es mi padre – dijo riendo.
-Lo sé – dije – pero tienen muchas formas iguales.
-Creo que ya me lo han dicho – dijo riendo – bueno pues, a lo que vinimos. Te presentare a mis hermanos.
-Ok – dije riendo.
-Jazzy, Jaxon, ella es Amanda, mi novia; Amanda, ellos son mis hermanos, Jazzy y Jaxon – dijo.
-¿Tu novia? – Cuestiono Jazzy – tú dijiste que yo era la única chica – dijo y yo reí un poco.
-Hay espacio para las dos en mi corazón – dijo Justin, riendo – creo que le gustas a Jaxon – dijo Justin.
-¿Por qué lo dices? – cuestione.
-Te mira mucho – dijo riendo – será mejor que nos vayamos.
-Si – dije al ver que empezaba a llegar más gente.

Justin llevaba a Jazzy mientras yo llevaba a Jaxon. Este jugaba con mi cabello, me daba cosquillas y eso hacía que me diera risa, lo que provocaba que a Jaxon también le diera risa. Cuando volteaba a ver a Jazzy ella me miraba y me sonreía, supongo que era más compromiso que nada, no parecía que yo le agradara tanto.

Le ayude a Justin a subir a los muchachitos a la camioneta. Después ya subimos nosotros.
  
-¿A dónde quieren ir? – cuestiono Justin.
-Al cine – grito Jazzy.
-Pues vamos al cine – dijo Justin riendo. Yo solo sonreía, jamás había visto ese lado de Justin; era tan diferente y tan tierno.

Pasamos una media hora en el tráfico. En cuanto logramos llegar, ayudamos a los muchachitos a bajar y entramos al cine. Yo llevaba a Jaxon, ya que el niño así lo había querido – además me agradaba entonces por mí no había mucho problema.

-Hey Jaxon, calmadito que ella es mía – dijo Justin un poco celoso, o bueno, eso aparentaba.
-Déjalo – dije riendo – el también merece amor.
-No de mi novia – dijo.
-Ya vamos, celosito – dije riendo.

Entramos al cine y nos separamos. Yo acompañe a los chicos a escoger una película mientras que Justin hacía fila para comprar los boletos.

-¿Y que quieren ver? – cuestione mirando la cartelera.
-Esa – señalo Jazzy un poster.
-La Era de Hielo – dije.
-Si – dijo Jazzy con emoción.
-Pues vamos a decirle a tu hermano – dije tomándola de la mano para llevarla.

Me sentía como una mamá. Con un brazo llevaba cargando a Jaxon mientras que con mi otro brazo traía a Jazzy de la mano. No podía permitir que se perdieran; debía cuidarlos.

-¿Ya decidieron? – cuestiono Justin.
-La era del hielo – dijo Jazzy sonriente.
-Perfecto – dijo Justin.

Compramos algunos dulces para los pequeños y entramos a la sala. Justin tenía a Jazzy en sus piernas mientras que yo tenía a Jaxon, quien seguía jugando con mi cabello.

-¿En qué piensas? – cuestiono Justin mirándome.
-En ti – dije y el sonrió – cada día me sorprendes mas.
-¿A qué te refieres? – cuestiono mientras reía.
-Jamás había visto ese lado tuyo – dije- es muy tierno de tu parte.
-Tu tampoco eres tan mala con los niños – dijo tomando mi mano – ya ves, hasta Jaxon termino enamorado de ti.
-Tienes buen gusto – dije hacia Jaxon, el solamente reía.
-¿Y yo no? – cuestiono Bieber.
-Claro que si – dije mientras asentía con la cabeza.

El se fue acercando a mí hasta que terminamos en un beso. Fue corto ya que nuestro plan no era traumar a los niños. Por suerte ellos no habían visto nada.

-…


lunes, 20 de agosto de 2012

Aviso

Chicas, no estoy segura si subiré el capitulo hoy por la noche o hasta mañana, es que tengo muchas tareas en mi escuela ademas de que tengo una vida social. El capitulo esta medio terminado, solo le faltan algunos detalles, faltaría ver a que hora termino mis "compromisos" para terminarlo y subirlo.

Las amooo
XOXO Andrea<3

miércoles, 15 de agosto de 2012

Capitulo 39. Eres Todo Lo Que Siempre Soñe


Salimos de la oficina y mire a Justin. Estaba enojado, más que nada por los celos. Intentaba contener mi risa, no quería que se enojara más. Solamente lo tome de la mano y lo jale para que se pusiera mas a mi lado, tal vez así se le quitaría un poco el enojo.

-¿Estas enojado? – cuestione con un tono de voz más suave.
-No – dijo - ¿Por qué debería?
-¿Estas celoso? – cuestione con el mismo tono.
-¿Yo? – cuestiono – ¿De ese chico? Claro que no.
-¿Estas celoso? – cuestione un poco mas impactada aunque con un tono más alegre.

Se sentía bien saber que estuviera celoso, eso significaba que le interesaba de alguna forma.

-No lo estoy – dijo.
-¿Entonces porque estas así? – cuestione.
-¿Así como? – cuestiono.
-Así – dije riendo – enojadito.

El elevador se abrió y entramos en este.

-Yo no estoy enojado – dijo tomándome por la cintura – y tampoco celoso.
-¿No? – cuestione poniendo una cara más triste.
-Provocadora – dijo riendo.
-Te hice reír – dije alegremente.
-Payasa – dijo riendo.


Me tomo por los hombros y me pego cada vez más hacia él. Me miraba sonriente, algo que me hacía reír – más que nada por los nervios. No me pude resistir y lo beseJ.

-¿Cómo es que le haces para hacer todo tan perfecto? – cuestiono mi novio.
-Yo no hago nada – dije dándolo un corto beso en la mejilla – solo sucede.
-Te quiero Amanda – dijo – que jamás se te olvide.
-Aw – dije riendo – yo también te quiero lindo muchachito.
-Te has vuelto muy tierna – dijo abrazándome.
-¿Enserio? – cuestione.
-Si – dijo riendo – y me encanta.
-¿Cómo se supone que no debo ser tierna contigo? – Cuestione – es algo imposible.
-Me encantas – dijo riendo.

Salimos de la oficina de mi madre y regresamos a casa de Justin. Había sido un recorrido corto debido a que el tráfico era poco.  Entramos a su casa y fuimos a la cocina. Solo me quedaría un rato ya que debía regresar a mi casa.

-Dime, ¿Qué podría pasar si por alguna extraña razón el modelo de tu madre no llega a trabajar? – cuestiono Justin.
-¿Qué planeas? – cuestione con algo de susto.
-No, nada – dijo – solo me dio curiosidad.
-Si eso llegara a pasar llamaría a otro – dije – y si algo le pasa al otro pues le habla a otro y así sucesivamente.
-Solo por curiosidad – dijo - ¿Cuántos modelos tiene?
-Muchos – dije riendo – tranquilo, no va a pasar nada entre él y yo.
-No confió en ese chico – dijo Justin – viste como te miro.
 -Seguramente pensaste que el guardia del edificio también me miro de una forma nada agradable para ti – dije riendo.
-¿Cómo puedes creer eso de mi? – cuestiono riendo.
-Uy si, ¿Cómo pude? – dije con sarcasmo – ni sé porque te preocupas, a fin de cuentas, con el que estoy es contigo y si estoy contigo es por algo.
-Porque soy todo un bombón – dijo.
-Un bombón – dije riendo – hay Justin, como me haces reír.
-Tú sabes que si – dijo tomando mi mano – y con eso me basta.
-¡Qué lindo! – dije riendo. 
-Eres todo lo que siempre soñé – dijo tomando mi rostro con su mano, yo lo miraba enternecida.
-¿Qué era lo que siempre soñabas? – cuestione.
-Una novia hermosa, que me supiera entender, que me escuchara, lindos ojos, linda sonrisa, labios besables – dijo esto entre risas – inteligente, graciosa, hermosa, hermosa y hermosa.
-¿Soy todo eso? – cuestione sonriente.
-Eso y más – dijo.

El espacio se fue acortando entre nosotros hasta que puf, se esfumo completamente. Cada día que paso junto a él, cada momento, cada risa, cada palabra, todo… todo es tan especial, tan inesperado, tan hermoso.


Jamás creí encontrar a mi verdadero príncipe azul. Creo que los demás tenían razón, he besado a un montón de sapos pero solo uno ha logrado convertirse en mí príncipe azul y ese es Justin. Tal vez si, solo somos jóvenes y seguramente en algún momento esto tendrá que acabar, después conoceremos a más personas y bueno, ya saben. Tal vez ellos tengan razón pero por ahora, me toca vivir cada momento que pase con él, después de todo, ¿Quién quiere una vida aburrida, sin amores, son corazones rotos, sin risas, sin besos? Yo no.  
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Lamento lo corto :( subire seguramente para el fin de semana, o quien sabe si puedo mañana pues mañana le sigo :)

Las amoooo<3
XOXO Andrea<3

domingo, 12 de agosto de 2012

Capitulo 38. No Te Obligare



Se hiso tarde y regresamos a casa. Estaba nerviosa, debo admitir. ¿Qué se supone que debo de hacer al ver a la hermanita de Justin o a su hermanito? No tengo ni la menor idea si me querrán o no. ¿Qué tal si no me quieren? Sé que sueno un poco paranoica pero, pónganse en mi lugar.

Cuando conocí a Pattie fue diferente ya que ella no me conoció como la novia de Justin, si no como la amiga o bueno, la hija de Tiffany. Ya después ella se entero que era la novia de su hijo y bueno, ya saben, cenamos y todo eso. Fue más fácil que me quisiera ya que ella es muy amiga de mi madre y por consecuente me quiere.

-¿Cómo te fue Amanda? – cuestiono Gustavo al verme entrar.
-Bien – dije de una forma cortes.
-Me alegro – dijo sonriendo.
-¿En donde esta mamá? – cuestione extrañada. Ya eran como las 10 y ella aun no llegaba.
-Fue a comprar algunas cosas – dijo Gustavo – dijo que regresaría en 10 minutos.
-Ok – dije – estaré en mi habitación.
-Como gustes – dijo.

Deje mis cosas en mi cama y Salí hasta mi balcón, era un lindo lugar para relajarte y pensar. Normalmente a esta hora se pueden escuchar los automóviles claramente. Tenias que esperar a que anocheciera más, como por las 2 de la mañana. A esa hora podías escuchar el mar – si ponías mucha atención. Cuando no puedo dormir salgo, me siento y solo escucho. Es algo hermoso, entre el mar, los grillos y otros insectos hacen una melodía suave y relajante.

Sobre lo que paso con Gustavo hace unos momentos, mi repentina cortesía hacia el tiene una explicación. Yo cometí el error de hablarle de buena forma, después de eso ya no me quedo de otra más que tratarlo bien – con respeto. No es que nos hayamos vuelto mejores amigos ni nada de eso, solamente ya no lo trato con tanta frivolidad con la que acostumbraba. Mi madre está encantada con eso, dice que es un gran paso para esta familia y no sé qué otras cosas más.

Ella le está poniendo todo su esfuerzo a esa relación. En cierta forma da la impresión que en verdad lo quiere y que le interesa. Sería muy apresurado decir que el ya es el indicado – aunque me encantaría decirlo. Falta mucho tiempo para darnos cuenta si él en realidad será su última pareja.

Si me lo preguntan, sí, yo deseo que Gustavo sea el definitivo. Estoy cansada de vivir moviéndome de lugar, estoy cansada de bodas, planes, todo lo que implique una boda. Quiero que, por una buena vez, mi madre sea feliz con alguien. Quisiera que todo el tiempo y dinero que invirtieron en esa boda valga la pena.

-¿Amanda? – cuestiono mi madre, sacándome de mis pensamientos.
-Aca – dije levantándome.
-Oh – dijo sonriendo al verme – ahí estas.
-¿Qué pasa? – cuestione.
-¿Ya te decidiste? – cuestiono.
-Aun no – dije – me llama mucho la atención pero, no lo sé.
-¿Por qué no haces la prueba? – cuestiono.
-No lo sé – dije insegura.
-Tranquila hija – dijo mi madre, tomándome del hombro – no debes de presionarte, si tú no quieres yo no te obligare, es tu decisión.
-Lo hare – dije.
-No quiero que lo hagas por obligación – dijo.
-Yo quiero hacerlo – dije mientras asentía con la cabeza.
-¿Segura? – cuestiono.
-Mas que segura.
-Bueno – dijo mi madre sonriendo – te necesito mañana, después de la escuela, en mi oficina.
-Ok – dije.
-Te dejo dormir – dijo soltándome – buenas noches.
-Chau mamá – dije.

Me dio un corto beso en la frente y salió de mi habitación, cerrando la puerta.

No estoy segura si acepte por compromiso o enserio quería hacerlo pero, acepte y eso debe de ser lo que cuenta. No quiero decepcionar a mi madre y también tenía ganas de experimentar un poco cosas nuevas.

Me cambie por mi pijama y me tire en la cama, lista para dormir.


Al día siguiente desperté, a la misma hora por el mismo sonido de siempre. Me levante de la cama y con un andar lento, fui hasta la regadera. Tome una ducha y me cambie por esto http://www.polyvore.com/pink/set?id=55004142. Me arregle un poco el cabello y baje a la cocina.

-Buenos días – dije sonriendo.
-Alguien se levanto de buen humor – dijo mi hermano mientras reía. El ya estaba cambiado y todo.
-De hecho si – dije riendo.
-Ojala así fuera todos los días – bromeo.
-Ya no la estés molestando – dijo Gustavo – luego se empiezan a pelear.
-Solo decía – dijo riendo – aunque sé que debes de estar de acuerdo conmigo.
-Termina tu desayuno – dijo Gustavo riendo.
-Yo me tengo que ir – dijo mi madre – te espero en mi oficina Amanda.
-Claro – dije – chau.
-Chau.

Salí de casa y quedamos solamente Gustavo, mi hermano y yo. Seguimos desayunando mientras hablábamos. A decir verdad, cuando conoces bien a Gustavo hasta te cae bien. Tal vez por eso le gusto a mi madre, por su “carisma” como ella lo llama.

-Bueno muchachos, yo también me tengo que ir – dijo Gustavo – recuerden que deben llegar temprano.
-Claro – dijo Alejandro.
-Que les vaya bien – dijo tomando su maletín.
-Chau – dijimos mi hermano y yo al unisonó.

Se despidió y se fue a trabajar. Termine de desayunar, me aliste y Salí de casa con rumbo al colegio. Mi hermano estaba justo detrás de mí, así debía de ser sino, el se quedaría en casa y no iría a la escuela.

-¿Por qué siento que cada día llegas más tarde? – cuestiono Karla.
-Algo anda mal en ti – dije riendo – llegue a tiempo.
-Te digo Karla, a ti te pasa algo – dijo Taylor.
-Andan medio malotas conmigo  - dijo Karla “ofendida”.
-Sabes que te queremos – dijo Tamara riendo.
-¿Y Caitlin? – cuestione, era extraño no verla. Normalmente ella es de las primeras en llegar y casi nunca falta, a menos que se enferme.
-No vendrá hoy – dijo Taylor – la llame hace unos minutos y se escuchaba medio extraña, como si hubiera llorado.
-¿Qué crees que haya pasado? – cuestiono Karla.
-No lo sé – dijo Taylor – le pregunte que le pasaba y me dijo que nada, que todo estaba bien.
-La llamare después – dije.
-Pero no debe saber que les conté esto – dijo.
-Le preguntare que porque no fue – dije – lo utilizare de excusa.
-Buena idea – dijo Tamara – después nos deberás contar los detalles.
-Claro – dije riendo. A veces pueden ser muy curiosas.

La maestra llego y la clase comenzó.


-Recuerda, nos cuentas que te dijo – dijo Taylor.
-Tendrá que ser hasta el lunes – dije.
-Aun así – dijo Karla – nos tienes que contar.
-Está bien – dije riendo – nos vemos, me tengo que ir.
-Chau – dijeron las chicas.

Subí a mi auto y me acomode. Estaba por arrancar hasta que mi celular sonó. Lo saque de mi bolsa y de inmediato conteste.

Al teléfono…
-Bueno – dije al contestar.
-Divina – dijo.
-¿Por qué me llamas divina? – cuestione entre risas.
-Porque siempre te llamo linda – dijo  - ya es hora de cambiar mi estrategia.
-Hay Justin – dije riendo.
-Recuerda que mañana vienen mis hermanitos – dijo riendo.
-Lo sé – dije – creo que estoy un poco nerviosa por eso.
-No deberías – dijo – te amaran.
-¿Cómo estás tan seguro? – cuestione.
-Porque los conozco – dijo – además, eres graciosa y eso les encanta.
-Aun así – dije – estoy nerviosa.
-Yo sé una forma de solucionar ese problema – dijo.
-¿Cómo? – cuestione algo extrañada.
-Pues, podemos salir los dos solitos – dijo – comernos a besos, ver una película, solo caminar, lo que tú quieras.
-Hay que chistosito estas – dije riendo.
-Me siento muy solo sin ti – dijo en un tono más cantado – sin tu presencia no soy nada, estoy que me muero – dijo en el mismo tono.
-No digas esas cosas – dije riendo – tengo que ir a la oficina de mi mamá.
-¿Qué hiciste? – cuestiono.
-Acepte su oferta – dije.
-Eso es algo muy bueno – dijo alegremente.
-¿Me quieres acompañar chico solitario? – cuestione entre risas.
-Claro – dijo con tranquilidad – ven a mi casa – pidió.
-Está bien – dije rendida – salgo de aquí y voy a tu casa.
-Ok – dijo – aquí te espero divina.
-Chau – dije riendo.
-Conduce con cuidado.

Colgué el teléfono y arranque. Algunas personas me miraban extrañadas ya que llevaba un tiempo aquí adentro, sentada solamente riéndome, seguramente no notaron el celular. Las ignore y Salí del estacionamiento. Conduje hasta casa de Justin con mucho cuidado debido a la gran cantidad de tráfico. Me tomo un tiempo pero, logre llegar.

-Me preocupe – dijo Justin tomándome por la cintura.

Me dio un beso en los labios, como él sabe, de esos besos largos y simplemente hermosos. Lo mire de arriba abajo – los lentes que llevaba me ayudaban a disimular. Se veía completamente sexy, esa camisa que le dejaba ver sus brazos musculosos, sus jeans entre ajustadas y sueltos, la gorra que llevaba, de solo verlo me derretía.

-Cada vez estas más sexy – dijo Justin, yo solo reí.
-Estaba por decirte eso – dije entre algunas risas.
-¿Crees que soy sexy? – cuestiono levantando una ceja.
-No – dije seria.
-Crees que soy sexy – dijo riendo – no te equivocas.
-Tú y tu ego – dije.
-Vamos adentro – dijo riendo.
-Espera – dije mirando mi reloj – mi madre me debe de estar esperando.
-Cierto – dijo.
-Sera mejor que nos vayamos – dije tomando su mano.
-Vamonos.

Me jalo hasta adentro de su casa. Tomo sus llaves y me obligo a subirme a su camioneta.

-¿Por qué no simplemente nos fuimos en mi auto? – cuestione.
-Porque se siente extraño que tú me lleves a alguna parte – dijo – además, me da miedo como conduces.
-Que exagerado – dije riendo.
-No exagero – dijo – es la verdad.
-¿Qué vamos a hacer contigo? – dije riendo.
-Con un beso se me puede quitar – dijo.
-Concéntrate en conducir – dije y el rio.

Llegamos a la empresa de mi madre – por llamarla de alguna forma.

-¿Esta mi madre? – le pregunte a una de las chicas en recepción.
-Te está esperando – dijo sonriéndome.
-Ok – dije – gracias.
-Antes que se vayan – dijo – tome, lo necesitaras – dijo hacia Justin. Me entrego un pase, esto era necesario para cualquier visitante. Obviamente yo no lo ocupaba ya que soy la hija de la dueña.
-Gracias – dije.

Caminamos hasta el ascensor, le pique a un botón y esperamos.

-¿Cuántos pisos son? – cuestiono.
-Como 10 – dije.
-¿10 pisos? – cuestiono – moriré dentro de esa cosa.
-No lo harás – dije – dime, ¿para qué estoy yo?
-Confiare en ti – dijo, yo reí.
-Toma – dije entregándole el pase.
-¿Qué es esto? – cuestiono.
-Es para todo visitante – dije – impide que te saquen.
-¿Y el tuyo? – cuestiono.
-Yo no lo necesito – dije riendo.
-Cierto, eres la hija de la dueña – dijo – que estúpida pregunta.
-Ya lo creo – dije.
-Oye – dijo riendo.

Me tomo por la cintura y me pego a él. Me dio un beso en la mejilla y el ascensor se abrió.

-Vamos – dije tomando su mano y jalándolo dentro.

Presione el botón del piso de amero arribe, el piso de mi madre. Justin parecía nervioso. Según lo que tenía entendido, el es claustrofóbico.

-Tranquilo – dije mirándolo a los ojos. Me encontraba en la necesidad de buscar algo para distraerlo.
-Estoy bien – mintió.
-Mientes bien – dije riendo.
-Enserio – dijo.
-Eres mucho más lindo cuando este nervioso – dije.
-Me lo han dicho – dijo usando un tono más galán aunque aun con nervios.
-Y te ves mucho mejor cuando estás en un plan modesto – dije – lástima que no lo eres.
-Soy modesto – dijo.
-No lo creo – dije riendo.
-¿No lo crees? – cuestiono acercándose mas a mí.
-No – dije segura.

Estábamos a pocos centímetros de distancia, ya quedaba una nada para besarnos pero claro, algo tenía que interrumpirnos, el ascensor.

-Ya veo porque odias estas cosas – dije mientras se alejaba.

El rio ante mi comentario. Tomo mi mano y se apresuro a salir de ahí. Caminamos hasta el escritorio de la secretaria de mi madre. No había nadie por lo que me acerque a la puerta y toque. Escuche un “Pase” de mi madre y entre, con Justin a mi lado.

Ella no estaba sola, frente a su escritorio había un chico, uno de sus modelos. A veces lo veía cuando estaba por aquí, es muy guapo si les soy sincera. Solía ser mi “crush” pero ya no más.

-Qué bueno que llegas – dijo mi madre – hola Justin, ¿Cómo estás?
-Bien gracias – dijo mi novio sonriendo.
-Me alegro – dijo mi madre – ahora, a lo que te llame Amanda.
-¿Qué pasa? – cuestione sentándome sobre las piernas de Justin.
-Pues, te explicare un poco lo que ocurrirá – dijo mi madre – faltaras el martes a clases ya que tendrás la sesión de fotos. Vas a tener una pareja – dije mirando al chico que tenia a un lado – olvide presentarlos. Nate ella es mi hija Amanda y el es su novio Justin. Amanda, Justin, él es uno de mis mejores modelos, Nate.  
-Hola – dijo el chico sonriéndome. De inmediato sentí como Justin me tomaba de la mano, estaba celoso.
-Mucho gusto – dije, más que nada por cortesía.
-Bueno, resumiré todo – dijo mi madre – se tomaran fotos juntos y también por separado. Lamento decírtelo Justin pero, tendrán que estar muy pegados en las fotos.
-¿Cómo? – cuestione.
-Pues, como una pareja – dijo mi madre – se supone que modelan para una línea de jóvenes, tendrán que actuar como si fueran una pareja de jóvenes muy enamorados.
-Ok – dije.
-Nos vemos el martes aquí mismo a eso de las 9 de la mañana – dijo mi madre – de aquí nos iremos a la locación en donde se hará la sesión.
-Perfecto – dijo Nate – nos vemos.
-Chau – dijo mi madre.
-Chau mamá.
-Chau chicos.

Salimos de la oficina y mire a Justin. Estaba enojado, más que nada por los celos. Intentaba contener mi risa, no quería que se enojara más. Solamente lo tome de la mano y lo jale para que se pusiera mas a mi lado, tal vez así se le quitaría un poco el enojo.

-…
  




Capitulo 37. Provocadora



Justin me tomo de la mano y nos alejamos de las demás.

-¿Qué hablaban? – cuestiono Justin extrañado.
-Solamente una propuesta de mi madre – dije.
-¿Qué te propuso? – cuestiono.
-Pues, que trabaje para ella – dije – que sea como su modelo.
-¿Qué le respondiste? – cuestiono.
-Nada, aun – dije – no estoy segura si quiero trabajar para ella.
-¿Por qué no? – cuestiono.
-No creo servir de modelo – dije - y aun y que sirviera para eso, no planeo trabajar para mi madre.
-¿Cómo que no sirves para eso? – cuestiono – eres alta, tienen buen rostro, buen cuerpo, una mirada sexy…
-Ya entendí – dije con vergüenza.
-Te estás poniendo rojita – dijo riendo mientras me abrazaba por la cintura, pegándome mas a él – mi novia es un tomatito.
-No es cierto – dije riendo.
-Te ves linda así, toda roja – dijo riendo.
-No estoy roja – dije sonriendo.
-Claro que si – dijo dándome un beso corto en la mejilla.

Seguimos caminando sin ningún rumbo. Esta vez el me venia abrazándome por la cintura, detrás de mí.

-¿A dónde se supone que vamos? – cuestione mientras reía.
-No lo sé – dijo - ¿A dónde quieres ir?
-A donde sea – dije.
-Por lastima, a donde sea no existe – dijo.
-Alguien anda muy payasito – dije riendo.
-Mínimo te hago reír – dijo sonriendo. Me puse seria y lo mire fijamente, el solamente rio.
-Mira quien hace reír a quien – dije aun seria.
-Hay chistosita – dijo riendo.

El me miraba sonriente, con esa mirada matadora – la misma que amo y adoro. No sé si lo que sentía eran nervios pero, algo sentía, era como si solamente fuéramos amigos y él me mirara de una forma tan… así.

Paso de mirarme a los ojos a mirarme directo a los labios. Sabía lo que quería, excepto que esta vez no podía permitirle besarme.

-Alto ahí – dije antes que me besara.
-¿Qué pasa? – cuestiono extrañado.
-Aun tengo tu marca – dije sonriendo, era una sonrisa algo mas sarcástica.
-¿Enserio? – cuestiono mientras le salían algunas carcajadas.
-No te rías – dijo cruzándome de brazos.
-¿Te duele?  - cuestiono mirando mi cortada, era pequeña.
-No – dije – pero, no quiero otra cortada. Mi madre se dio cuenta de esto – dije señalando la cortada – no querrás saber el resto.
-Pero si quiero saber – dijo.
-Me empezó a decir muchas cosas – dije – no eran regaños, eran como… no sé cómo explicarlo. Empezó dándome una gran charla y después paso a contarme sobre sus novios de su juventud. ¡Qué asco!
-No es tan malo – dijo riendo.
-No, claro que no – dije, con sarcasmo obviamente. El solamente rio.


Esa pequeña cortada – por cierto – me la había hecho nada más y nada menos que el chico que tenia a un lado, Justin. Fue como hace una semana. Me estaba besando, normal, hasta que al susodicho se le ocurrió morderme el labio – con delicadeza, obviamente. No me dolió ni nada, es más, ni sabía que tenía esa cortada hasta que cene y me empezó a arder.

-Por cierto – dijo Justin, mientras caminábamos – no me está gustando nuestra situación.
-¿De qué hablas? – cuestione extrañada.
-Pues, primero, ya casi no te veo – dijo – y para acabarla, no me quieres besar.
-Tú por salvaje – dije riendo.
-Tú por provocativa – dijo abrazándome por la cintura. Seguíamos caminando, ahora con un paso más torpe que antes.
-¿Yo? – Cuestione – yo no provocaría ni a una mosca.
-Eso es lo que tú crees – dijo mirándome – no solo provocas a las moscas, también a cada tipo que se te acerca.
-No te creo – dije – tu eres medio paranoico y celoso.
-No es paranoia – dijo riendo.
-Entonces son celos – dije sonriente.
-¿Celos? – cuestiono - ¿De ellos?
-Si – dije sonriendo.
-Jamás – dijo seguro – más bien, ellos me tienen celos a mí.
-Hay pero que lindo chico – dije viendo hacia una esquina. Solo era una broma, lo más seguro era que lo notara – iré a saludarlo.
-Hay pero que chistosa – dijo sujetándome más fuerte.
-Pero no te pones celoso – afirme mientras lo miraba, el tenia su vista bien puesta sobre un chico afuera de una tienda. Era una mirada extraña, que me “enternecía” de alguna forma.
-No estoy celoso – aseguro, aun con la vista en el chico.
-Entonces déjame ir a hablar con él – dije.
-Claro que no – dijo – eres mi novia – dijo remarcando el mí.
-Me encanta que seas así – dije después de darle un corto beso en la mejilla.
-Provocadora – dijo, yo solo me limite a reír.


Seguimos caminando, sin ningún rumbo. El tenia razón al decir que no le gustaba nuestra situación, tampoco a mí me gustaba mucho que digamos, extrañaba el verlo casi todos los días. Ahora las cosas empezaban a cambiar para los dos, el lleno de trabajo y yo llena de exámenes. Cada vez que ambos pudiéramos, salíamos.

Algo que me gusta de esta situación es que se volvió más cariñoso conmigo gracias a Paul y su “extrema” cercanía hacia mí. Siempre que me estoy con él me tiene pegada a él – algo que en vez de molestarme, me encanta. Encuentra cualquier momento para besarme y decirme cuanto me quiere. Es tan lindo.


-Te quería proponer algo – dijo Justin.
-Dime – dije sonriendo.
-Pues, mis hermanitos vendrán de visita desde Canadá y me gustaría que los conocieras – dijo el – y que ellos te conozcan a ti.
-¿Cuándo llegan? – cuestione.
-En dos días – dijo.
-Está bien – dije riendo.
-¿Segura? – cuestiono.
-Claro – dije con seguridad.
-Perfecto – dijo sonriendo  - pasare por ti, el sábado como a eso de las 10 de la mañana.
-Ok – dije riendo.
-Nos vemos linda – dijo sonriendo.
-Chau lindo – dije riendo.
-¿No hay beso de despedida? – cuestiono poniendo su carita triste.
-Claro que si – dije - ¿Cómo se me pudo olvidar?

Me acerque de poco a poco a él y le di un beso en los labios, cortísimo, fue más como un piquito.

-Eso… - dijo – no es un beso.
-Claro que si – dije riendo – especifica a la próxima.
-Mira, así se debe de besar – dijo.


Coloco uno de sus brazos en mi cintura y me pego a él. Resumiendo lo demás, el me beso. Fue tan lindo y especial, siempre lo es. Por eso me gusta hacer que se quede con las ganas, aunque les suene mal pero, cuando eso pasa es más atrevido conmigo y eso me vuelve medio loquita.


Nos separamos debido a la falta de aire. Me miro por un momento y después paso a darme un corto beso en la mejilla.

-¿Has comprendido? – cuestiono y reí.
-Eres cruel conmigo – dije.
-¿Cómo puedes decir eso? – cuestiono mientras me sonreía.
-Así es – dije.
-Claro que no – dijo riendo – si yo te quiero demasiado, ¿Cómo crees que sería cruel?
-Eres cruel – dije soltando un suspiro.
-Y tu una hermosura – dijo riendo.

Me dio un corto beso y seguimos caminando.


Se hiso tarde y regresamos a casa. Estaba nerviosa, debo admitir. ¿Qué se supone que debo de hacer al ver a la hermanita de Justin o a su hermanito? No tengo ni la menor idea si me querrán o no. ¿Qué tal si no me quieren? Sé que sueno un poco paranoica pero, pónganse en mi lugar.

Cuando conocí a Pattie fue diferente ya que ella no me conoció como la novia de Justin, si no como la amiga o bueno, la hija de Tiffany. Ya después ella se entero que era la novia de su hijo y bueno, ya saben, cenamos y todo eso. Fue más fácil que me quisiera ya que ella es muy amiga de mi madre y por consecuente me quiere. 

-…
_______________________________________________________________
Chicas, lamento mucho la tardanza. En serio lo lamento. 

Deben de saber que ya entre a la escuela y pues tengo menos tiempo para escribir. Cada fin de semana me pondré a escribir o si es que tengo tiempo, me esfuerzo entre semana y les subo un capitulo - mas largo y mas decente. Espero me sepan entender. 

Este capitulo tuvo que sor corto ya que llevaba mucho tiempo sin subir nada y no quería dejarlas esperando. No quiero que piensen que dejo la novela, jamas lo piensen. Hasta ya tengo una idea de otra novela que subiré después de terminar esta. 

Respuesta a comentarios:
  • Peace ☮: me alegra que te guste la novela :). Tengo 16 años - recién cumplidos. Besos :*
  • VioleLittleCBieberܤ: hahaha me alegra que te guste la novela. No te preocupes por no comentar y espero te encuentres bien :) besos :*

Solo quiero que sepan que no dejo la novela. Se que ya lo dije pero, es para que quede muy en claro. 

Las amoooo :)
XOXO Andrea<3



martes, 7 de agosto de 2012

Capitulo 36. Piénsalo Bien



¿Qué les puedo decir? Estos dos últimos meses han sido una locura, totalmente. Todo va bien, gracias al cielo. Mi madre y Gustavo hicieron un viaje a Hawaii, solos. Después de eso ni se diga, casi creo salían todos los sábados en la noche a cenar o a algún lugar. Mi madre cambiaba de poco a poco – algo bueno. Antes se la pasaba en su oficina, trabajando, ahora pasa más tiempo con nosotros algo que me agrada – en cierta forma.

Después esta Alejandro, mi querido hermano. Ultimamente esta raro, siempre esta de mal humor, todo le molesta, ya casi no se ríe ni nada. El y Nicole – para mi desgracia – aun están saliendo. Dice la gente que se la pasan peleando a cada rato, por cualquier cosa y que eso – supuestamente – es lo que tiene a Alejandro así.


A diferencia de mi hermano, yo estoy perfectamente bien con Justin. Claro que no todo es miel sobre ojuelas. Hace como dos semanas habíamos tenido una pelea – la primera – todo por culpa de sus celos. Al principio empezó como una broma, después se convirtió en algo feo. Fueron un par de horas hasta que hablamos y solucionamos todo.

-Ya nos vamos – grito mi madre.
-Ok – grite.

Mi madre saldría con Gustavo – hoy es sábado. Según esto, intentarían un nuevo restaurante, más llamativo.

-Amanda – escuche gritar a Alejandro.
-¿Qué? – grite.
-Ven.

Tome a Perris, quien dormía en mis piernas, la coloque a mi lado y fui hasta la cocina en donde estaba mi hermano. Detrás de mi venia Perris, seguramente pensaba que le daría de cenar o algo.

-¿Qué pasa? – cuestione.
-¿Qué te parece si vamos a cenar? – Cuestiono – los dos como hermanos.
-Vaya – dije extrañada - ¿A dónde?
-No lo sé – dijo - ¿A dónde quieres ir?
-¿Comida mexicana? – cuestione.
-Me parece bien – dijo – vámonos.
-Ok – dije.

Alejandro me llevo a un restaurante cercano, totalmente mexicano. Ordenamos cada quien lo que quiso y en cuanto el mesero se haya ido comenzamos a platicar.

-¿Por qué quisiste que viniera? – cuestione.
-Porque eres mi hermana favorita – dijo sonriendo.
-Solo tienes una hermana – dije.
-La verdad es que, extraño a mi hermana – dijo – ya casi nunca hablamos.
-Por malhumorado – dije.
-Lose – dijo – y lamento eso. Solo quería que supieras que termine con Nicole.
-Wow – dije con impresión - ¿Por qué? 
-Ya no era lo mismo – dijo.
-Lo siento, supongo – dije.
-No creo que lo sientas – dijo riendo.
-Lo digo por respeto a ti – dije.
-Entonces, te lo agradezco – dijo sonriendo.

El resto de la noche fue tranquila. Seguimos hablando de muchas cosas, todas las que no habíamos hablado en un buen rato. Fue agradable poder recuperar a mi hermano. Hiso lo correcto, después de todo, Nicole lo había tratado como a un perro rabioso.

…Al día siguiente…

Apenas y son las 9 de la mañana. Estoy aburrida, tengo hambre, flojera y sueño. Aun tengo que hacer algunos de mis deberes aunque yo no quiero. No me queda de otra más que levantarme, quitarme la flojera y comenzar.

Tome mi duche de todos los días y me cambie por unos shorts de tela y una blusa cualquiera. Me puse unas sandalias y listo. Me acerque a mi escritorio y comencé a hacer mis deberes. Era poca la tarea que tenia así que solo me tomo una media hora. Salí de mi habitación y fui hasta la cocina.

-Buenos días – dijo mi madre sonriente.
-Hola – dije.
-Ayer me hablaron del colegio – dijo mi madre.
-¿Qué hiso Alejandro? – cuestione.
-No fue por el – dijo – fue por ti.
-¿Por mi? – cuestione extrañada.
-Si – afirmo mi madre – el colegio te está ofreciendo un intercambio.
-¿Intercambio? – cuestione confundida.
-Ya sabes – dijo mi madre – cuando mandan a sus alumnos a otros países a estudiar.
-Lo sé – dije riendo – pero, ¿Por qué a mí?
-Porque eres una buena alumna – dijo Gustavo.

El resto del desayuno seguimos hablando de lo mismo. A mi mamá le agradaba la idea de irme a un intercambio, decía que esas son grandes oportunidades para mí.

Al parecer el intercambio seria de enero a agosto y nos mandarían a Londres, Inglaterra. Aunque sonaba muy llamativo, no tenía muchos planes por ir. Me sonaba algo triste el saber que me separaría de mi familia y amigos por un largo tiempo, además de que viviría al otro lado del mundo.

-¿No te parece la idea? – cuestiono mi madre.
-No mucho – dije – ya sabes que no soy mucho de alejarme de mi familia.
-Eso es cierto – dijo mi madre – pero, piénsalo, es una gran oportunidad.
-Lo tendré en mente – dije.

El día paso, tranquilo. No había mucho que hacer más que aburrirme en mi habitación o buscarme algo que hacer.


Desperté a eso de las 7 de la mañana, un poco tarde. Me di una ducha exprés, me cambie por esto http://www.polyvore.com/cgi/set?id=53988949 y me arregle el cabello, todo súper rápido. Baje a la cocina y me serví un poco de jugo de mango en un vaso. Rápidamente me lo tome y deje el vaso en el fregadero.

-Ya me voy – dije.
-¿Sin desayunar? – cuestiono mi madre.
-Desayunare algo haya – dije – voy tarde.
-Está bien – dijo – pero desayunas.
-Claro – dije.

Salí de casa con rapidez y subí a mi auto. Conduje el camino de casi todos los días. Me estacione en el mismo lugar de siempre y entre rápido a mi salón, antes de que sonara la campana de inicio.

-Pensé que no llegarías – dijo Karla – muy mal.
-Se me hiso tarde – dije riendo.
-Te salvaste – dijo Taylor.

El profesor entro y la clase comenzó.

Mi día sigue, aburrido y lento. Mientras más pasa el tiempo me aburro más y más. En el tiempo que llevo aquí me he hecho muy amiga del timbre de la escuela. Ese timbre que indica el fin de una clase y el inicio de otro, el timbre de salida y el timbre del receso. Tal vez el sonido de este es horripilante y estresante pero, vaya que te salva la vida en muchas ocasiones.


-Entonces, ¿aceptaras? – cuestiono Caitlin.
-No lo sé – dije.
-Deberías de aceptarlo – opino Karla – es una gran oportunidad.  
-Lo sé – dije – y me encantaría hacerlo pero, hay algo que me lo impide.
-¿Qué cosa? – cuestiono Taylor.
-Justin – dije – no quiero que la gente piense que me aprovecho de él o algo así.
-No creo que piensen eso – dijo Caitlin.
-No lo sé – dije insegura – aun tengo tiempo para decidirlo.
-Y hablando del rey de Roma – dijo Tamara entre risas.

Volteo y lo veo, hermoso como siempre. A su lado estaba mi buen amigo Kenny, cuidándolo de todo peligro. El chico traía sus lentes y una gorra intentando ocultarse, aunque eso no siempre funcionaba ya que sus beliebers siempre lo reconocían.

-Hola chicas – dijo Justin cuando estuvo lo suficientemente cerca.
-Hola – dijimos las 5 al mismo tiempo.
-¿Les molesta si les robo a Amanda? – cuestiono.
-Si – dijo Karla – nos molesta mucho.
-Chistosísima – dijo Justin, sarcásticamente – vamos linda.
-Claro – dije sonriéndole.
-Amanda, recuerda lo que hablamos – dijo Caitlin.
-Lo pensare – dije mientras me levantaba – chau.
-Chau.

Justin me tomo de la mano y nos alejamos de las demás.

-...
_____________________________________________________________
Lo sientooooooooooooooooooooooooooooooooooooo :( soy mala persona lo se, y lo lamento.

En verdad lamento lo feo y corto del capitulo junto con la tardanza. Las razones, no he tenido tiempo ni inspiración. Me siento pésimo por hacerles esto... les prometo esforzarme mas.

Noticias noticias. Ya mañana entro a la escuela :( fin vacaciones. También empece clases de manejo desde el lunes :) y son dos horas por 5 días. Después ya empiezo con mis tramites de licencia y todo eso. Por si las dudas, YO NO DEJARE LA NOVELA.

Muchas gracias por todos sus comentarios :) gracias, gracias, gracias. Y tambien gracias por pasarse por el blog a comentar.

Las amooo
XOXO Andrea<3

miércoles, 1 de agosto de 2012

Capitulo 35. Yo Hago el Intento




…Al día siguiente…

¿Qué me pasa? ¿Por qué estoy despierta a esta hora? Esto no es normal en mí, para nada.

Son como las 5 y media de la mañana y ya estoy despierta. Intente regresar a dormir pero no pude, simplemente el sueño se me había ido. Simplemente me levante de mi cama y me metí al baño. Tome una ducha, esta vez una larga ducha. Termine y me envolví en mi toalla. Camine descalza hasta mi closet, mire una por una mis blusas pero nada, no encontraba nada que usar. Al final me cambie por esto http://www.polyvore.com/cgi/set?id=54341621. Me arregle el cabello y listo.

Baje a la cocina, solamente estaba mi madre - por suerte. Me senté en mi lugar y encendí la televisión.  

-¿Cómo amaneciste? – cuestiono mi madre.
-Bien – dije sonriente.
-Hoy necesito que acompañen a Gustavo a la disquera – dijo mi madre.
-¿Por qué? – cuestione.
-Porque hoy vendrán unas personas a la casa para solucionar un problema – dijo – y es todo lo que diré.
-Ok – dije extrañada – pero, yo y quien más.
-Alejandro – dijo mi madre – toma – dijo entregándome mi desayuno.
-Gracias – dije.

Comí en paz, sin prisas ni nada de eso. Mientras desayunaba bajo Alejandro, arrastrando los pies, como siempre. Nos dijo buenos días y se sentó. Gretta le paso su desayuno y al instante el comenzó a comer.


-Ya me voy – dije tomando mi mochila.
-Chau hija – dijo mi madre.

Salí de casa y subí a mi auto. Conduje hasta mi colegio, esta vez, sin errores. Algo raro pasaba por todos lados, primero me había despertado temprano y después llego con rapidez a la escuela – el tráfico era mínimo. Simplemente estacione mi auto y entre al edificio. Camine hasta el salón de mi primera clase, economía, algo muy sencillo.

-Buenos días – dijo Tom riendo.
-Hola – dije sonriéndole.
-¿Iras a mi partido? – cuestiono.
-¿Cuándo es? – pregunte.
-Dentro de dos días – dijo – ganaremos, te lo aseguro.
-Pareces estar muy seguro – dije.
-Claro – dijo sonriendo – yo soy el jugador principal – dijo giñando un ojo.
-Oh Dios – dije riendo.

El salón se empezó a llenar. Llegaron Caitlin y Taylor, la segunda puso mala cara al notar a Tom sentado a un lado mío.

Aun y que ella pusiera esas caras a mi no me engañaba, a ella le gustaba Tom, sus ojos lo decían todo. Y bueno, Tom, no sabría decirlo. El se le queda viendo a la mitad de las chicas del salón, así que no tengo una idea exacta.

Estuvimos conversando por unos minutos hasta que llego la profesora, una señora de 30 años, casada con dos hijas – no pregunten como lo sé.

-Buenos días alumnos – dijo la maestra.
-Buenos días – dijimos todos, al unisonó.  
-Escuchen con atención muchachos – comenzó diciendo la maestra – a partir de hoy comenzaremos con un nuevo proyecto. Sera en parejas y durara aproximadamente dos meses.
-¿Quién escoge las parejas? – pregunto una chica.
-Yo misma – dijo la maestra sonriendo – ahora, ¿quieren que empiece de una vez o primero les explico mas sobre el mismo proyecto?
-Parejas – gritaron algunos.
-Está bien – dijo riendo – bueno pues, veamos…

La maestra saco una lista y empezó a juntar a las personas. Caitlin quedo con un tal Santiago, Taylor quedo con el mismísimo Tom y yo quede con Paul, quien no estaba en el salón en este momento.

-Ahora que ya están hechas las parejas, les explicare un poco sobre este proyecto – dijo – la clase es economía, como sabrán. Yo les asignare un empleo a cada uno y no, no significa que deban trabajar de verdad. Yo les daré el empleo junto con el sueldo de cada uno, incluyendo algunos de sus gastos. Se supone que deben de pretender ser una familia y saber cómo mantenerse a flote, si saben a lo que me refiero – dijo la maestra – ahora solo me quedan unos minutos así que lo demás se los entregare en la siguiente clase.
-Ok – dijeron algunos alumnos.

La campana sonó y salimos del salón. Camine por los extensos pasillos hasta encontrar mi siguiente salón. Entre y tome un lugar, al instante entro Paul, sentándose frente a mí.

-¿Por qué no fuiste a clase? – cuestione extrañada.
-Digamos que llegue un poco tarde – dijo riendo.
-Digamos que nos pusieron juntos para un proyecto – dije.
-¿De qué trata? – cuestiono.
-Es algo de familias – dije, el me miro extrañado – se supone que somos como “esposos”, tenemos empleos y todo eso. Se supone que debemos de hacernos una vida o algo así.
-Ah – dijo él, captando – cada año es igual.
-Así parece – dije riendo.
-Por cierto – dijo – hare una fiesta el viernes, ¿vienes?
-Supongo que sí – dije.
-Puedes invitar a más gente, si eso quieres – dijo riendo.
-Lo tomare en cuenta – dije y el rio.


Gracias al cielo ha sonado el timbre. Ya quiero irme de aquí, me siento muy sofocada entre tantas paredes y tengo sueño.

Camine hasta el estacionamiento y subí a mi auto. Conduje tranquilamente hasta llegar a casa. El auto de mi madre no estaba, seguramente trabajaba. Me estacione y entre a casa.

-Hola Amanda – dijo Gretta sonriendo.
-Hola – dije alegre.
-¿Esperas a tu hermano? – cuestiono.
-El tardara – dije.
-Ok – dijo – ya regreso.

Encendí la televisión y la deje en cualquier canal. Gretta llego y me dejo un plato con mi comida. Había dejado otro, para cuando mi hermano llegara. Este llego unos minutos más tarde.

-Debemos ir al estudio – dije mientras él se sentaba.
-Lo sé – dijo – me aviso mamá.
-No planeas ir ¿o sí? – cuestione.
-Si – dijo tranquilo - ¿Qué te hace pensar eso?
-No lo sé – dije riendo – olvídalo.

Terminamos de comer y Gretta nos ayudo a recoger todo. Subí a mi habitación e hice algunas de mis tareas, solo las que fueran para el día siguiente. Termine y guarde mi material de trabajo en mi mochila.

-¿Ya estas lista? – cuestiono Alejandro mientras entraba a mi habitación.
-Si – dije – vámonos.


-Si quieren pueden quedarse en mi oficina o pueden ir a la cafetería – dijo Gustavo – pueden ir a donde sea, solo no pueden hacer mucho ruido.
-Ok – dijimos ambos al unisono.
-Pueden traer a un amigo – dijo Gustavo – solo a una persona.
-Perfecto – dijo Alejandro.
-Bueno muchachos, me voy – dijo – si necesitan algo, háblenme.
-Ok.

El salió de la oficina y quedamos solamente Alejandro y yo. Este no lo dudo, tomo su teléfono y le marco a un amigo o amiga, no sé que haya sido. No planeaba estar aquí por el resto del día así que me fui a la cafetería del estudio.

Tome mi celular y comencé a checar mis mensajes. Tenía un mensaje de Justin<3. Decidí no abrir el mensaje, mejor hablaría con el por teléfono.

Al teléfono.
-Bueno – escuche decir a Justin.
-Bueno, bueno – dije riendo.
-Linda – dijo Justin - ¿Cómo te fue?
-Bien – dije - ¿y a ti?
-Mal – dijo con tristeza.
-¿Por qué? – cuestione.
-Porque no te he visto en todo el día – dijo.

 Juro que me lo imagino haciendo un pucherito o algo así.


-Aww – dije riendo.
-¿Te ríes de mi sufrimiento? – cuestiono.
-No, para nada – dije con sarcasmo.
-Ya no te rías – dijo – me harás extrañarte mas y mas.
-Uy – dije riendo – antes de seguir hablando, ¿interrumpí algo?
-Para nada – dijo - ¿Por qué preguntas?
-Porque no quiero distraerte de nada – dije. 


Seguimos hablando por un largo rato, por el teléfono. Quería salir de aquí e irme con Justin, me aburría completamente y quería ir a visitar a mi novio. No me quedaría de brazos cruzados, simplemente Salí de la oficina y busque a Gustavo por todo el edificio. Solo tuve bajar al piso inferior, ahí estaba, charlando con uno de los artistas.

-Mira, ella es Amanda – dijo Gustavo, presentándome con el muchacho.
-Hola – dije sonriéndole, por educación.
-¿Qué tal? – dijo con sus manos en los bolsos de sus pantalones.
-¿Qué ha pasado? – cuestiono Gustavo.
-¿Puedo salir? – pregunte.
-Claro que si – dijo sonriendo – pero, debes avisarle a Tiffany primero.
-Cierto – dije recordándolo – aun así, me voy llendo.
-Chau – dijo Gustavo.
-Chau – dije y camine hasta el elevador.

Mi madre me había dicho que estaba bien, a fin de cuentas, ella adora a Justin. Lo trata como si fuera uno de sus hijos o algo así. Normalmente rio cuando los veo.

Subí a mi auto – yo había llegado sola ya que Alejandro había tenido un atraso – y conduje hasta casa de Justin. Tenía un vago recuerdo del camino a casa de Justin desde el estudio por lo que me tomo más tiempo de lo planeado llegar a casa de este.

-Linda, preciosa, hermosa, divina – dijo Justin, entre algunas risas, mientras tomábamos asiento en un sillón de la cocina.
-Lindo, precioso, hermoso, divino – dije imitándolo.
-Estas medio loquita – dijo riendo.
-¿Yo? – cuestione.
-Sí, tú – dijo asintiendo con la cabeza.
-Más bien tu – dije riendo.
-¿Cómo te atreves a decir cierta barbaridad? – cuestiono mientras me abrazaba por la cintura y me pegaba a él, hasta el punto que casi quedo sentada en sus piernas.
-Estás loco – dije riendo – pero así te quiero.

El solo se limito a sonreírme. Yo solamente sentí un impulso por besarlo. Era como si él me estuviera tentando o algo así. Yo soy débil, que más puedo decir.

El espacio entre ambos se fue haciendo cada vez más pequeño hasta el punto en donde desapareció totalmente.

Narra Justin.

¡Como me encanta que haga eso!

Se siente bien cuando ella toma la iniciativa, cuando es ella la que me dice te quiero o cuando es ella la que me besa. Yo se que ella tiene ese extraño pensamiento que siempre el hombre debe dar el primer paso y aun así, es ella la que lo está dando – por ahora.

-Me encanta que seas así – dije a escasos centímetros de sus labios.
-¿Así? – cuestiono extrañada.
-Si – dije – cuando tú tomas la iniciativa.
-Ya te lo había dicho – dijo sonriendo – me he propuesto ser mejor novia.
-¿Pero cómo? – Cuestione – si tú eres la novia más perfecta y hermosa.
-Aun así… – dijo – …no es suficiente – una sonrisa se escapo de mi rostro al escuchar eso.

La mire directo a los ojos y en cuestión de segundos me perdí.

Sus ojos son tan… hermosos, indescriptibles, únicos. Tienen ese brillo tan especial que fue lo que me atrajo a ella – junto con su sonrisa perfecta. Me era imposible concentrarme cuando ella me miraba directo a los ojos, simplemente me perdía en ellos y eso, para mí, siempre ha sido una buena señal. 

-Ahora que lo recuerdo, debo decirte algo – dije.
-¿Qué pasa? – cuestiono extrañada.
-Te vas a enojar – dije con cierto miedo.
-¿Qué hiciste? – cuestiono, cambiando su tono de voz. Supongo que no debí decir eso de que se enojaría – dime.
-Es se supone que dentro de una semana debería filmar un video – dije, ella me miraba extrañada.
-¿Y por eso me debo enojar? – cuestiono riendo.
-No exactamente – dije mientras me ponía a jugar con sus manos.
-¿Entonces? – cuestiono.
-Pues, se supone que debe de haber una historia de amor y todo eso – empecé a decir – y se supone que debo de tener una novia en el video – pare por unos segundos por si quería decir algo aunque fue innecesario ya que ella me indico que siguiera – y bueno, se supone que la debo de besar, a mi “novia”.
-Ok – dijo riendo.
-¿No te molesta? – cuestione extrañado.
-No soy una novia celosa – aclaro – si a ti se te ocurre hacer algo fuera del set del video, ahí me enojaría.
-Jamás lo haría – dije.
-Lo sé – dijo riendo – yo confió en ti – dicho eso me dio un corto beso. No me conforme con uno así que yo le di otro, más largo. No me gustan los besos cortos, ni un poco.

Por un momento me llego a asustar. ¿Cómo es que una chica no es celosa? ¿Cómo es eso posible? Mis dudas fueron aclaradas después de lo último que dijo. La idea que confiara en mi me parecía más que perfecta. Las relaciones se basan en confianza y honestidad, algo que existe entre ambos.

Narra Amanda.

Regrese a casa después de algunas horas. Estacione mi coche y entre a casa.

Los recuerdos inundaron mi mente al entrar a casa, como cuando tenía 4 años. Esa vez habíamos viajado a Barcelona – en donde viven mis abuelitos maternos – como casi siempre para celebrar la navidad. La casa siempre olía a lo mismo, comida. Digamos que mi abuela solía hacer comida para un ejército entero, todos los días que estuviéramos ahí. Siempre llegábamos a casa con 6 kilos demás – no bromeo.

-¡Qué bueno que llegas! – dijo mi madre, colocando el tazón en medio de la mesa - ¿Qué te parece?
-¿Qué es todo esto? – cuestione un poco impresionada - ¿Qué se celebra?
-Nada – dijo mi madre riendo – solo quería hacer algo por Gustavo.
-Todo se ve muy bien – dije examinando cada cosa – me recuerda a la casa de mi abuela.
-Si – dijo con melancolía – hay que ir a visitarlos.
-Me agrada la idea – dije riendo.

Ayude a mi madre a arreglar todo para esta cena. Ella decía que solo era por hacer algo.

-Dime mamá – dije persistente.
-Está bien – dijo con paciencia – he decidido ya no casarme mas, Gustavo será mi último esposo.
-Si tú lo dices – dije riendo.
-Estuve pensando hace algunos días sobre mis últimos matrimonios – empezó diciendo mi madre – y todos tenían el mismo patrón. Siempre era lo mismo, yo siempre ponía primero mi empresa sobre cualquier esposo.
-Siempre ha sido así – dije.
-He estado pensando – dijo ignorándome – creo que lo mejor para Gustavo y para mi será concentrarnos en nosotros. Yo hago mi intento por hacer de este matrimonio el último.
-Has lo creas necesario mamá – dije sonriéndole.
-Lo convenceré de irnos de vacaciones – dijo – solamente nosotros dos, no hare que él se aburra de vivir conmigo.

Jamás había visto a mi madre así. Por primera vez en muchos años ella le prestaba atención a su matrimonio. ¿Qué tal si es cierto lo que tanto me decía? ¿Qué tal si Gustavo termina siendo el indicado? Yo no podría asegurar nada ya que, no soy psíquica ni nada de eso. A pesar de todo, deseo que Gustavo sea su verdadero amor, yo no creo poder soportar otra boda mas, ya no.
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Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa :) hahaha

Aquí tienen el capitulo 35. Ahora que me pongo a pensar, justamente voy en el 35 a punto de empezar el 36. Aun no puedo creer que no he dejado la novela - normalmente por el capitulo 19 dejaría de escribir por meses. 

Espero que les este gustando mucho la novela y créanme, aun faltan muchas cosas por pasar. 

Las amoooooo<3
XOXO Andrea<3