miércoles, 28 de marzo de 2012

Noticas



Bueno pues, primero que nada, HOLA a todas las chicas nuevas... Tishu muchisisisisismas gracias por haber hecho eso :) te debo un favor ENORME.

Bueno, el motivo por lo que estoy escribiendo esto es para explicar la razón de la falta de caps nuevos. La razón es que estoy presentando examenes y pues no he tenido tiempo. Lo bueno es que mañana ya presento el ultimo haha por lo que tengo todo el dia para escribir.

Otra noticia es que desde el sábado tendre dos semanas de vacaciones :) por lo que tendre mucho tiempo libre que usare para escribir capítulos. Ni el viernes ni el sábado podre escribir porque saldré en un mini viaje pero llegando les prometo hacer mi mejor esfuerzo por hacer un maraton o algo así :).

Las quiero muchooo y bienvenidas a todas las que sean nuevas...
XOXO Andrea<3

P.D.: Si se dieron cuenta algunas, yo ya no dejo mensajes al terminar los capítulos. No se si vuelva a dejar mensajes o no, tal vez después de algún tiempo pero, aun no. Comoquiera quiero que sepan que las quiero mucho :)

sábado, 24 de marzo de 2012

Un pequeño favor.


Chicas :) hellow haha. Bueno les quería pedir un pequeñísimo favor. Es que me gustaría que me ayudaran a tener mas lectoras :) claro, solo si les gusta mi novela y creen que mas gente debería leerla. Es solo si ustedes quieren, no es obligación de ustedes hacerle "publicidad" a mi blog.

Bueno, como sea. Muchas gracias a todas las que lean la novela :) créanme que me alegro mucho cuando veo el contador de visitas subir, aunque suba solo un numerito, eso me alegra. Ojala y les guste muchisisisisisisimo esta novela y pues, me esforzare por terminar esta novela.

Las amoooooou<3
XOXO Andrea<3

Capitulo 4. Un día en la playa.




Mientras caminaba sentí que alguien me tomaba del brazo. Voltee rápidamente y lo vi. Casi se podría decir que derramaría baba en algún momento, se veía increíblemente bien.

-¿Carlos? – pregunte al verlo.
-El mismo – dijo y se abalanzo sobre mí, abrazándome.
-No lo puedo creer – dije aun abrazándolo – hace mucho que no te veía.
-Lo sé – dijo – ya te extrañaba – él se separo de mi y nos quedamos frente a frente.
-No puedo creer que te estoy viendo – dije sonriéndole – me alegro mucho que hayas venido, por cierto.
-Pues claro que vendría.

Él era el hijo de una de las mejores amigas de mi madre. Desde el día en que lo conocí me empezó a gustar, claro, solo era un “amor” de niños. En cuanto me fui de _____(tu país) dejamos de hablar, después volví pero ya no supe más de él, hasta ahora.

-¿Qué crees? – dijo el mirándome.
-¿Qué creo? – dije riendo.
-A mi padre lo transfirieron aquí y pues, desde hace unos días estoy viviendo aquí, en los Ángeles – dijo. No pude evitar emocionarme un poco.
-¡Es enserio! – dije emocionada – me has hecho la noche con esto – dije riendo.
-Pues sí, es enserio – dijo riendo.

Seguimos hablando un poco más. El me conto algunas cosas de lo que había hecho mientras yo no estaba y también me conto sobre una de sus ex novias. Dejamos de hablar ya que alguien me llamaba.

-¿Qué sucede? – le pregunte a Remy, una de las damas de honor de mi madre.
-Creo que te busca Tiffany – dijo ella.
-Ok – dije – gracias.

Busque a mi madre con la mirada. Fue fácil localizarla debido al vestido que llevaba puesto. Fui con ella y me plante donde estaba.

-Qué bueno que te veo hija – dijo mi madre.
-¿Qué sucede? – pregunte.
-Solo quería hablar contigo – dijo seria.
-¿De qué? – pregunte intrigada.
-Amanda, se que a ti no te agrada para nada la idea de que me haya casado con Gustavo y la verdad…
-Mama – dije interrumpiéndola – no hace falta que hables de esto aquí. No ahora.
-Ok – dijo sonriendo, creo que entendió algo más.

Ella me miro y me abrazo. Yo la abrase de vuelta pero sin el mismo sentimiento que ella.  Ella se separo y me miro. Me sonrió y yo le devolví la sonrisa, algo forzada. Me sentía mal al hacer todo esto sabiendo que al finalizar la boda todo volvería a ser como antes.

-Sabes, creo que será lo mejor que vuelva a sentarme – dije.
-Está bien – dijo ella.

Me aleje de ella y regrese a mi lugar. Mientras caminaba me encontré con Justin. El estaba algo concentrado en su celular. Mientras pasaba el noto mi presencia y me saludo.

-Hola Amanda – dijo alegre – te ves muy linda.
-Gracias – dije riendo – también te ves bien.
-Justin, ahora vuelvo – le dijo una señora a Justin.
-Ok mamá – dijo – por cierto, mamá ella es Amanda, Amanda ella es mi preciosa mamá.
-Hola – dijo su mamá con una pequeña risita – soy Pattie, mucho gusto.
-Hola – dije algo apenada.
-Bueno, ahora vuelvo – dijo y se fue.

Estuvimos hablando un buen rato. El parecía estar muy divertido conmigo, al igual que yo con el.

-Sabes, me alegra que hayas venido – dije.
-¿Por qué? – pregunto riendo.
-Porque me alegras mi día – dije – sin ti en este momento estaría muy deprimida – dije con tono de víctima, el solo rio.
-Yo le alegro el día a todos – dijo con tono de superioridad.
-Si como no – dije con sarcasmo.
-Espera un momento, acaso detecto sarcasmo – dijo haciéndome caras.
-Wow, eres rápido – dije riendo.
-Oye – dijo riendo – yo soy muy inteligente.
-Si bueno, sobre eso – el solo reía.
-Espera, antes de que se me olvide – dijo poniéndose más serio – los chicos y yo iremos a la playa y yo exijo que vayas, ¿Qué te parece?
-Pues, lo pensare – dije seria – ya que iras tu y pues, no me agradas.
-Ha Ha – dijo con sarcasmo – eres muy chistosa.
-Yo siempre – dije sonriéndole.
-Bueno ya, dime – me pidió – ¿iras o no?
-Pues si – dije un poco más seria.
-Perfecto. Mañana yo pasare por ti a las 2 de la tarde – dijo.
-Ok – dije riendo.


Se dieron las 2 de la mañana y yo seguía despierta, en la fiesta. Ahora en pocos minutos los recién casados se irían con dirección al aeropuerto para su feliz luna de miel mientras que Alejandro y yo estaríamos solos en casa, sin conocer a mucha gente. A veces deseaba entrar a la escuela para, al menos, tener algo que hacer las mañanas. Pero, pronto, muy pronto.

-Amanda, vamos ya es hora – dijo Alejandro.

El me tomo del brazo y me llevo casi arrastrando hacia la entrada. Ahí había bastante gente despidiendo a mi madre junto a Gustavo. Fue todo un espectáculo estar ahí. Después de una larga despedida, ellos se fueron y todos empezaron a abandonar el lugar.

-Bueno pues, vámonos – dijo Alejandro.
-Espera, iré por mis cosas – fui hasta la mesa en donde estábamos y tome mi bolso. Regrese con Alejandro y nos fuimos.


-Amanda, despierta – escuche mientras que esa persona me movía de un lado a otro.
-¿Qué sucede? – pregunte adormilada.
-Mamá acaba de llamar – dijo – y te manda saludos.
-No puedo creer que me acabas de despertar para esto – dije algo enojada – porque no simplemente esperaste a que me levantara.
-Porque quería que te enojaras – dijo riendo – y creo que lo logre.
-Largo de mi habitación – dije con enojo.
-Ok, calma – dijo riendo – estaré abajo. Gretta está preparando nuestro desayuno.
-Ok, ahora largo – dije.
-Espera, antes de irme – dijo – tengo que informarte que mamá y Gustavo nos contrataron una “nana”.
-Qué demonios – dije extrañada. ¿Por qué alguien contrataría a una nana habiendo tanta gente en casa?
-Lo que oíste – dijo – bueno, me retiro.

El salió de mi habitación dejándome sola. Mi hermoso hermano había abierto todas mis cortinas y la luz me ardía en los ojos, ¡como a todos nos gusta!

Me levante de mi cama y con un paso lento fui hasta mi ventana. Cerré todas mis cortinas y regrese a la cama. Tome el control remoto y encendí la televisión. Empecé a cambiar canales hasta que lo deje en un canal de pura música. Justamente estaban poniendo el vídeo de Baby. Fue cuando los recuerdos invadieron mi mente.


¿Por qué será que él tiene que ser tan guapo? ¿Por qué siempre la vida me pone imposibles enfrente de mí? Siempre a mí. Primero fue Carlos, luego Justin y aun hay mas en mi lista. A veces me pongo a pensar que para mi encontrar a alguien es muy difícil, pero muy difícil y luego veo a mi madre, ella consigue hombres muy atractivos muy seguido y muy rápido. A veces me gustaría tener su suerte pero por otro lado, prefiero ser como soy, con esta suerte y todo.

Después de estar un rato acostada me levante y baje por mi desayuno. Alejandro estaba hablando por teléfono y al verme entrar colgó. Algo estaba pasando con él, desde hace algunos días se la pasa en su teléfono, llega tarde y hasta a veces cuando él está hablando por teléfono y yo lo veo, cuelga inmediatamente.

-Wow, que misterioso estas últimamente – dije riendo.
-Pues, es mas mi problema, no crees hermanita – dijo sonriendo.
-Creo que ya sé que traes tu entre manos – dije riendo.
-¿Qué? – pregunto el mirándome.
-Pues, creo que tu estas viéndote con alguien – dije sonriente.
-Claro que no – claro que si, el se estaba delatando solo con esa gran sonrisa.
-Claro que si – dije – ahora dime, ¿Cómo se llama? – pregunte.
-Ya te dije que no – dijo sin borrar su sonrisa.
-No confías en mí – dije con tono de indignación.
-Es enserio, no estoy viendo a nadie – dijo el – aparte tu también te estás viendo con alguien.
-Estás loco – dije riendo.
-Claro que no – dijo – te vi en la boda con Bieber, muy risueños que estaban.
-No puede ser, tu estas mas – dije riendo – entre él y yo no hay nada – y eso es verdad. 
-Como digas – dijo riendo.

Gretta llego y nos dejo nuestro desayuno. Le agradecimos y ella se regreso a la cocina. Desayunamos en paz. Había silencio pero no era incomodo, para nada. Todo parecía más tranquilo ahora, y eso me agradaba.


Termine mi desayuno y lo deje en el fregadero. Subí a mi cuarto y fui directo a tomar una ducha. Tome mi tiempo ahí adentro, ya que, no tenía prisa. Termine mi ducha y fui directo a mi closet. Tome un traje de baño y algo de ropa. Me cambie por esto http://www.polyvore.com/beach/set?id=43873389 y me arregle un poco el cabello.

Termine a eso de la 1:45. Justamente Justin me había llamado para decirme que venía por mí. Me aplique un poco de bloqueador y tome mis lentes. Baje y Alejandro estaba en el mismo plan de antes.

-Saldré un rato – dije.
-Ok, yo también saldré – dijo algo serio.
-Ok.

Fui a la cocina y me senté a esperar. A los pocos minutos sonó el timbre.

-Yo iré – dijo Alejandro.

El fue a la puerta, al igual que yo. Abrió y se topo con Justin. Volteo a verme y me lanzo una mirada algo picara, yo solo recé que Justin no haya mirado nada.

-Hola Justin – dijo Alejandro – pasa.
-Gracias – dijo él.
-Bueno pues me retiro – dijo Alejandro – te llamare cuando regrese.
-Ok – dije – chau.
-Chau.

El se fue de casa dejándome sola con Justin, sentía como mi pulso se aceleraba con solo tenerlo cerca de mí.

-¿Lista? – pregunto él.
-Si – dije.
-Pues vámonos – dijo.

Narra Justin.

Subimos a mi camioneta y conduje hasta la playa. En todo el camino estuvimos hablando, algo que a mí me encantaba. Se sentía muy bien estar con ella, era como si pudiera ser solo Justin, no Justin Bieber el famoso cantante. Me gusta cómo se siente estar con ella. Es diferente a estar con los demás. Todos esperan que yo sea como ellos quieren, que diga lo que ellos me ordenen y todo eso y con Amanda no es así.

-Así que tu hermano tiene novia eh – dije.
-No lo sé – dije – pero actúa muy raro últimamente.
-¿Cómo que raro? – pregunte sin entender.
-Pues, siempre que lo veo esta en el teléfono y cuando yo entro a donde el este cuelga inmediatamente y sale demasiado – dijo.
-¿Te molesta? – pregunte.
-La verdad no – dijo – es su vida y él hace lo que él quiera.
-Eso es algo bueno, supongo – dije, ella solo rio – por cierto, que miradas.
-¿De qué hablas? – pregunto confundida.
-Pues las miraditas que se daban hace poco – dije riendo, ella se sonrojo un poco.
-Por dios, que vergüenza – dijo ella.
-¿Por qué vergüenza? – pregunte sin entender.
-Pues mi hermano con sus ideas – dijo – por eso esas miradas.
-Deben de ser buenas, supongo – dije. Ella me miro y después regreso la vista hacia la ventana.
-Son buenas pero nunca pasara – dijo. Yo no le quise preguntar nada ya que respetaba su privacidad.

Llegamos a la playa y bajamos de la camioneta. Después de un rato encontramos a los chicos. Al parecer Chaz no vendría, según lo que decía Ryan.

-Y pues, para que hemos venido – dijo Ryan – vamos al agua.
-Dale – dije.

Narra Amanda.

Caitlin y yo solo los mirábamos mientras ellos estaban en el agua. Nosotras seguíamos con nuestra ropa normal.

-Tomemos el sol, ¿Qué te parece? – pregunto ella.
-Me agrada tu idea – dije riendo.

Me quite mi blusa junto con mi short hasta quedar en traje de baño. Pude sentir algunas miradas, era algo intimidante para ser sincera.

Tomamos nuestras toallas y las colocamos sobre la arena. Yo me acomode en mi toalla para poder tomar bien el sol. Me quite mis lentes y cerré los ojos. Estuve así por unos momentos hasta que empecé a sentir algo de agua sobre mis piernas. Abrí mis ojos y vi a Ryan y Justin justo enfrente mío.

-¿Necesitan algo? – pregunte.
-Entren con nosotros – dijo Ryan.
-Espera un momento – dijo Caitlin – el sol está perfecto justo ahora.
-No chicas – dijo Justin – tienen que venir ahora mismo.
-Yo no lo creo – dije - ¿tu si? – le pregunte a Caitlin.
-No – dijo ella riendo.
-Bueno pues, no nos dejan otra opción – dijo Ryan – listo Bieber.
-Listo – dijo él.

Ryan miro a Justin y después me miro a mí. Regreso su mirada a Bieber y se giro dándome la espalda. En ese instante el tomo a Caitlin y se la llevo hacia el mar.

Mientras miraba Justin hiso lo mismo conmigo.

-No – dije algo fuerte – suéltame Bieber.
-No – dijo el riendo – por negarte.

El se iba acercando cada vez más a la orilla. Yo solo veía como Caitlin caía al agua. No pude evitar soltar alguna risita. Era divertido excepto cuando te lo hacen a ti. Fue cuando el entro al agua, no a una altura muy alta pero si lo suficiente como para que el agua me rozara la piel.

-Ni se te ocurra – lo amenace. El solo me miraba divertido.
-¿Qué cosa? – dijo inocente.
-Si me tiras no te hablare jamás – dije – pero jamás.
-Ni tú te la crees – dijo riendo.
-No Bieber – dije seria.

El empezó a reír y me soltó. El agua era helada al principio pero después me acostumbre a esta. Me levante de inmediato y lo mire con algo de enojo, claro, fingido. El solo se reía de mí, aunque yo no le encontraba lo gracioso.

-Te lo advertí – dije y me fui.

Salí del mar y fui hacia donde estaban mis cosas. Ahí estaba Caitlin, toda empapada al igual que yo. Podía sentir que alguien más venía detrás de mí, suponía que era Bieber.

-No te enojaras de verdad ¿o sí? – pregunto Justin riendo.
-Eres un tonto – dije intentando contener la risa. Creo que él lo noto ya que rio aun mas.
-Ya Amanda no te enojes – dijo poniéndose al frente mío, sonriéndome, con el tipo de sonrisas que solo es sabe hacer.
-Eres un tonto – dije sonriendo.
-Ya lo dijiste – dijo él.
-Pues lo eres – fue cuando se me salió una pequeña carcajada.

Narra Justin.

No podía evitar reírme, era algo muy divertido y ver su cara de “indignación” me daba aun más risa. Saber que en ese momento se aguantaba las ganas de reír me daba más risa.

-Bueno, ya, ve con Ryan y Chris y diviértanse – dijo Amanda.
-No hasta que vengan ustedes – dije.
-Estás loco, yo ya tuve suficiente – dijo ella. No pararía hasta que ella viniera conmigo.
-No me iré hasta que se levanten y vengan – dije firme.
-Pues yo que tú me pongo cómodo – dijo Caitlin – porque no iremos a ninguna parte.
-Eso es lo que creen – dije riendo.

Ellas simplemente me ignoraron y se regresaron a sus lugares. Yo las seguí y me puse enfrente de ellas. Chris y Ryan solo me observaban. Ellos al verlo vinieron a mi lado, rápidamente.

-Chicas vamos, no sean aburridas – dijo Ryan.
-Espera – dijo Amanda – tenemos toda la tarde, no creo que las olas se vayan o algo así – dijo ella.
-Además, aprovechen su tiempo y hagan cosas de hombres – dijo Caitlin – o yo que sé.
-Olvídenlo, ella no harán caso – dijo Chris – mejor vámonos.

Ryan y yo miramos a Chris, el tenia razón, ellas no harían caso. Caminamos hasta una parte mas alejada de las chicas y comenzamos a charlar.

-Así que te gusta Amanda – dijo Chris.
-¿De qué hablas? – pregunte.
-Pues, a como la miras, ella te gusta – dijo Chris – podría apostarlo.
-No, a el no le gusta – dijo Ryan – a él le encanta.
-No es verdad – dije – ella no me gusta.
-Bro, tranquilo – dijo Ryan riendo – además, es linda y es el tipo de chica que a ti te gusta.
-No me gusta – dije.

La verdad, si, ella me gustaba y mucho. Ella si es mi tipo de chica pero, no me gustaría terminar amando a una persona que no me quiera de la misma forma. Por suerte tengo el apoyo de Caitlin, ella me podrá ayudar a investigar. Eso podría ayudar.

-Uy, Justin esta pensativo – dijo Ryan en tono de joda.
-Sí, estoy pensando en que he hecho mal con ustedes – dije.
-Que chistoso – dijo Chris con sarcasmo.
-Déjalo, esta sensible por Amanda – dijo Ryan riendo.
-Entiéndelo, no me gusta – dije fastidiado

Seguimos hablando o discutiendo por un rato hasta que nos aburrimos. Decidimos ir con las chicas. Estuvimos molestándolas un poco hasta que aceptaron venir con nosotros. Amanda hablaba con Caitlin un poco más a la orilla mientras nosotros tres estábamos más alejados de ellas.

Yo las observaba despistadamente ya que no quería que ellos empezaran a fregar. Era inevitable dejar de verla, ella es muy hermosa, simplemente perfecta. Sería imposible que alguien pudiera decir que ella no es bonita, claro, ella no es bonita, ella es hermosa.


El tiempo transcurrió algo rápido. Hubo un momento en que pude estar solo con ella, creo que ese fue el mejor momento de toda la tarde. Hasta ahora yo estaba con los chicos mientras que Amanda y Caitlin fueron al estacionamiento por algunas cosas de coche de Caitlin.

Mientras ella venían de regreso vi como se detenían y un chico, más o menos de mí edad, se acercaba a ellas. Había algo familiar en él, no sabía quién era pero se me hacia algo conocido. Sea quien sea el chico, el las hacia reír mucho. No pude evitar sentir un poco de celos.  ¿Cómo me debo de sentir cuando alguien más “coquetea” con la chica que yo quería? Gracias a Dios los otros dos no habían visto esa escena sino, ahora mismo me estarían matando con sus comentarios.

Narra Amanda.

-Cuenta con nosotras – dije.
-Perfecto – dijo Carlos – pues nos vemos hasta entonces.
-Chau – dijimos ambas.
-Chau chicas – dijo – fue un placer conocerte – dijo dirigiéndose a Cait. 
-Lo mismo digo – dijo ella riendo.

El se fue y nosotras seguimos nuestro camino. Fuimos a nuestros lugares y empezamos a hablar. Al parecer a Caitlin le había gustado Carlos, era obio, su mirada la delataba.

-Así que a ti te gusto Carlos – dije riendo.
-Es lindo pero, hay mejores – dijo ella.
-Vamos – dije – si te gusta yo te ayudare.
-¿Es enserio? – entonces a ella si le gustaba.
-Enserio, yo lo conozco desde que somos pequeños – dije – yo te ayudare.
-Muchas gracias Amanda, eres increíble – dijo sonriente.



Se hiso de noche y llego la hora de regresar a casa. Yo me iría con Justin ya que él es insistente.

-¿Quién era ese chico? – pregunto.
-¿Qué chico? – pregunte.
-Con el que hablaban – dijo él. ¿Acaso estaba celoso?
-Pues un viejo amigo de _____(tu país) – dije – justamente me lo tope hoy.
-Oh – dijo él.
-No te agrado o ¿Por qué preguntas? – pregunte.
-Pues, se me hacia algo conocido – el me estaba mintiendo. Algo en que el falla es al mentir.
-Estuvo en la boda – dije.
-Tal vez fue de ahí – dijo él.

En cuanto llegue a casa me despedí de él y Salí de su camioneta.

La casa estaba vacía, ni siquiera Alejandro estaba dentro. Me daba algo de miedo estar en un lugar tan grande y sola. Fui hasta la cocina y encendí todas las luces. Encendí el televisor y me puse a ver un noticiero, para distraerme un poco.

Después de esperar un tiempo llego Alejandro.

-Llegaste muy tarde – dije.
-Disculpa mamá – dijo riendo.
-Ya olvídalo – dije riendo - ¿compramos de cenar? – pregunte.
-Me agrada tu idea – dijo - ¿pizza?
-Está bien – dije – pero, no se me el numero.
-Déjalo, yo lo hare – dijo riendo.

Alejandro fue a pedir nuestra pizza. Esta llego en unos 20 minutos. Cenamos y en cuanto acabamos limpiamos un poco y cada quien se fue a su habitación. Estuve un rato despierta pero después el sueño me venció y quede dormida. 


martes, 20 de marzo de 2012

Capitulo 3. "Felizmente" Casados


Me senté sobre un asiento que había por ahí. Tome mi celular y empecé a navegar a través de él. Así estuve por una buena media hora hasta que me aburrí. Guarde mi celular y entre al salón en donde se encontraba mi madre. Ella hablaba con un señor sobre algunos arreglos que le harían al salón, en donde querían la decoración, etc.  Ella estaba tan concentrada que ni siquiera noto mi llegada.


Después de estar en ese lugar por unas largas horas por fin pude llegar a casa. Deje mis cosas en la entrada y fui corriendo hasta mi habitación. No tenía nada que hacer y estaba aburrida así que decidí leer un libro. Busque uno y en cuanto me hube decidido, fui a mi terracita y me puse a leer.

Estuve ahí por un par de horas hasta que Alejandro entro para avisarme que era hora de cenar. Baje y ahí estaban mi madre y Gustavo esperando. Cenamos en silencio y en cuanto termine subí corriendo a mi habitación.


Desperté debido a la luz de fuera. Me levante y cerré mis cortinas y regrese a la cama. Intente conciliar el sueño pero no lo logre. Me levante de la cama y fui por mi laptop. Mire la fecha, hoy era 20 de mayo, dentro de dos días mi madre se volvería a casar, cosa que no me alegraba mucho que dijéramos.

Entre a twitter y twitte algunas cosas. En cuanto me aburrí cerré la página y entre a facebook. Tenía muchas notificaciones de mis amigas en _____(tu país) y de algunos otros lugares a donde mi madre nos había llevado con sus aventuras. Conteste algunos mensajes y me puse a ver algunas fotos. Me aburrí así que apague mi computadora y la deje sobre mi escritorio.

Eran las 9 de la mañana, o sea, ya debía de haber alguien abajo. Me recogí el cabello en una cola alta y baje a la cocina a tomar mi desayuno. Para mi mala suerte Gustavo estaba ahí, solamente él, nadie más.

Al entrar a la cocina el me miro y me dedico una sonrisa. Yo solo lo mire y fui a sentarme. El sabía que yo no estaba de acuerdo con esa boda y el solo intentaba hacerme quererlo. Por lastima el no sabe lo que le depara con mi madre. El piensa que ella es la indicada y que se amaran para siempre cuando la realidad es otra.

-Buen día – dijo Gustavo.
-Buen día – dije sin muchos ánimos.
-¿Cómo amaneciste? – pregunto.
-Bien gracias – dije.
-Dime, ¿ya está todo listo para la boda? – pregunto intentando hacerme platica.
-Pues de mi parte si – dije – de los demás no lo sé.
-Todo saldrá perfecto – dijo él con una sonrisa. Me da pena verlo así.

Justamente en ese momento entro Alejandro, gracias al cielo no tendría que estar más sola.

-Buenos días – dijo Gustavo dirigiéndose a Alejandro.
-Buenos días – dijo Alejandro adormilado.
-Bueno – dijo Gustavo – aprovechando que ya están los dos juntos, debo decirles algo.
-¿Qué sucede? – pregunto Alejandro.
-Pues Tiffany quiere que ustedes sigan estudiando así que dentro de algunas semanas regresaran a la escuela – dijo él – ustedes ya fueron inscritos en una escuela cercana y en cuanto regresemos de la luna de miel sacaran sus licencias y les comprare un auto.
-¿Cualquier auto? – pregunto Alejandro.
-El que quieran – dijo el sonriendo.
-Me agrada la idea – dijo Alejandro mirándome.

Gretta, la chef, llego y nos dejo nuestros desayunos.

-¿Dónde está mi mamá? – pregunte notando su ausencia.
-Salió temprano a su oficina para arreglar algo de su trabajo – dijo Gustavo – regresara algo tarde.
-Ok – dije.

Tomamos nuestro desayuno en silencio. Era algo incomodo estar así pero, que mas podíamos hacer. Había una parte de mí que quería hablar con Gustavo y llegar a conocerlo más pero, por otro lado, estaba la otra parte que me lo impedía. Sabía que no debía hacerlo, no ahora.  


Estaba mirando la televisión cuando mi celular empezó a sonar. Era Justin llamándome.

Al teléfono.
-Bueno – dije.
-¿Amanda? – pregunto él.
-Si soy yo – dije riendo.
-Dios, que tonto soy – dijo el riendo – como sea, quería saber si te gustaría salir hoy para presentarte a algunos amigos míos – dijo él.
-Sí, está bien – dije - ¿a qué hora?
-Paso por ti a las 5 – dijo él.
-Ok – dije sonriendo – nos vemos.
-Chau.  

Colgué mi teléfono y lo deje sobre mi buro. Mire mi reloj, justamente eran las 3 y media de la tarde. Me levante de la cama y fui hasta mi closet. Me cambie por esto http://www.polyvore.com/flowers_lt/set?id=45679220&.locale=es y después fui al baño a arreglarme un poco el cabello.

Termine y tome algunas cosas y las metí a mi bolso. Aun me quedaban unos 30 minutos para hacer lo que quisiera. Me tire sobre la cama y me puse a ver algo de televisión. Pasaron los 30 minutos y baje a la cocina. Justamente Justin me mando un mensaje diciendo que estaba fuera.

Salí de casa y ahí estaba el esperándome.

-Hola – dijo el al verme salir.
-Hola – dije.

El me dio un corto abrazo y después subimos a su camioneta. En todo el camino no nos callamos. Estaba atacada de la risa y todo era su culpa. Después de algunos minutos llegamos a un centro comercial.

-Tú estás loco ¿cierto? – pregunte riendo.
-¿Por qué? – pregunto él sonriendo.
-Te van a reconocer – dije riendo.
-Tengo un plan – dijo el sonriente.

Tomo una gorra, unos lentes y una sudadera y se “disfrazo” como dijo él. Después salimos de la camioneta y entramos al centro comercial. El me llevo hasta una cafetería. Entramos y el saludo a dos personas, una chava y un chavito algo mas chaparro que ella.

-Mira Amanda, ella es Caitlin y el es Chris – dijo el – ellos fueron de mis primeros amigos cuando yo vivía en Atlanta.
-Hola – dijo Caitlin.
-Hola – dijo Chris.
-Hola – dije yo algo apenada.

Tomamos asiento y comenzamos a platicar. Eran muy buenas personas ellos dos y también muy divertidos. Ellos me contaron algunas cosas de sus vidas al igual que yo. Me contaron como conocieron a Bieber y también algunas otras cosas más. Estuvimos hablando solo nosotros cuatro hasta que llegaron otros dos chicos más. Uno era rubio y el otro era algo más castaño.

-Chaz, Ryan – dijo Bieber parándose a saludarlos – me alegro que hayan venido.
-Claro que si bro – dijo el rubio.
-Amanda, el es Chaz – dijo señalando al castaño – y el es Ryan – dijo señalando al rubio.
-Wow Bieber, tienes lindas amigas – dijo Ryan. Yo reí un poco ante su comentario.
-Hola – dijo Chaz riendo.
-Hola – dije yo. Ellos tomaron asiento y seguimos hablando.

Y así fue la tarde. Hablamos un poco más y después fuimos al cine a ver una película. Yo iba con Caitlin mientras los chicos iban detrás de nosotras. Ella era una persona muy divertida para pasar el rato, para ser sincera.


-Y dime ¿Qué tal? – dijo Justin.
-¿Qué cosa? – pregunte.
-Pues qué tal te cayeron todos – pregunto él riendo.
-Pues bien – dije sonriendo.
-Me alegro – dijo él.
-¿Iras a la cena? – pregunte cambiando de tema.
-Claro que si – dijo el – jamás me lo perdería.
-Perfecto – dije yo un poco aliviada – bueno pues, nos vemos hasta mañana.
-Chau Amanda – dijo él.
-Chau – dije.

Entre a mi casa y lo primero que pude escuchar fue el griterío de mi madre.

-¿En dónde estabas? – pregunto enojada.
-Salí con unos amigos – dije normal.
-Se puede saber porque no me avisaste o aunque sea a Gustavo – pregunto enojada.
-Se me olvido – dije sin mucho interés.
-Amanda, colabora conmigo quieres – dijo ella – ya tengo muchas preocupaciones con esta boda y luego tú te vas por ahí sin antes avisarme. No sabes lo mucho que me preocupe.
-Si bueno lo siento – dije fastidiada – se me olvido ok. Yo también tengo derecho de divertirme con mis amigos.
-Eso no escusa el hecho de que no me avisaras – dijo ella.
-Olvídalo – dije – yo si tengo que aguantar demasiadas cosas, demasiados olvidos tuyos y tú no puedes ni siquiera perdonarme uno, creo que eso no es justo.

Ella no dijo nada, simplemente se quedo callada. Ella sabía que yo tenía razón. Cuantas veces ella no lo ha hecho y yo jamás le dije nada y ahora que fue mi primera vez cometiendo esa equivocación ella simplemente decide atacarme, eso no es justo.

No espere a que ella hablara, simplemente me fui de ahí con dirección a mi habitación. Yo sé que no debí de ser tan grosera con mi madre pero, simplemente llegue hasta un extremo en donde mi paciencia rebaso su límite.


Al día siguiente…

Hoy es el gran día del ensayo. Un día muy esperado por muchos, y por otros, un día que jamás quisieron que llegara. Yo soy una de las que no querían que llegara este día. Apartar de ahora solo se cuentan las horas para que ellos queden casados.

El tiempo ha sido uno de mis mayores enemigos. Todo pasó muy rápido y en menos de lo que yo pudiera pensar ya teníamos la cena de ensayo. Recuerdo cuando llegaron ellos dos, riendo, agarrados de las manos. Ella tenía ahí ese anillo, el anillo que ahora marcaba una nueva vida para mí.

Era y es desesperante que ella no pueda decidirse de una vez por todas. Han pasado muchos años y ella aun no puede encontrar a la persona indicada. Desespera aun mas saber que ella no se esfuerza mucho en buscar a esa persona.


Me levante de la cama y fui a mi baño a ducharme. Tome una de las duchas mas relajantes que pude y después de mucho esfuerzo, Salí del baño. Tome algunas prendas y me cambie. Salí de mi habitación y baje a la cocina a tomar mi desayuno. Ahí solo estaba Alejandro, mirando su celular.

-Buenos días – dije al entrar.
-Buenos días – dijo sin despegar la mirada de su celular.
-¿Dónde están los demás?- pregunte.
-Pues, creo que despertaran más tarde, ambos tienen el día libre hoy – dijo él – aparte hoy es un gran día para ellos – dijo.
-Cierto – dije sin ánimo.

Gretta dejo nuestro desayuno y se fue. Alejandro y yo desayunamos en silencio. El seguía muy concentrado con su celular, seguramente hablaba con alguna persona de _____(tu país).

Terminamos el desayuno y me fui directo a mi habitación. Aun faltaba algún tiempo para poder empezar a arreglarme. Escuche algunos ruidos proviniendo del pasillo. De seguro eran Gustavo y mi madre que se acaban de levantar.


Había algo que me agradaba sobre la cena, hoy vería a Bieber. Sí, yo estoy empezando a sentir algo por él, algo que no debería de sentir, jamás. El es un cantante muy famoso y obviamente tiene a muchas chicas alrededor suyo, ¿Qué me hace pensar que él se podría fijar en mi teniendo a tanta gente? Eso jamás pasara, ni aunque yo sueñe.


Ya han pasado algunas horas y es hora de arreglarme. Mi madre me trajo mi vestido junto con los zapatos. Al final quede vestida así http://www.polyvore.com/red_lt/set?id=45180133. Una señora se encargaría de hacer el resto.

Después de una buena hora y media quede lista. No era por parecer vanidosa ni egocéntrica pero, me gustaba mucho como me veía, me sentía muy hermosa. Lástima que este hermoso vestido solo vaya a ser utilizado una vez y esto solo traerá amargos recuerdos.

-¿Estas lista? – pregunto mi hermano entrando a mi habitación.
-Si – dije mirándome por última vez en el espejo.
-Pues vente – dijo el – te ves muy bien, por cierto – dijo riendo.
-Tu también sonso – dije sonriéndole – mejor vámonos antes de que se haga tarde.
-Si vamos.

Bajamos y salimos de casa. Al parecer saldríamos solo nosotros dos, Gustavo y mi madre llegarían un poco después. Subimos a una de las camionetas y el conductor nos llevo hasta un hotel, en donde seria la cena de ensayo. Llegamos al cabo de algunos minutos. Bajamos de la camioneta y rápidamente entramos al lugar. Parecía que ya habían llegado la mayoría de los invitados ya que el lugar se veía algo lleno. Mucha gente era totalmente desconocida para mí por lo que no planeaba hablar con ellos hasta que no llegara mi madre o Gustavo.

-Ven vayamos a saludar – dijo Alejandro.
-Pero no conocemos a nadie – dije en voz baja.
-Claro que si – dijo y me tomo de la mano – sígueme.

Caminamos entre tanta gente y al final dimos con nuestra familia. Saludamos a todos nuestros parientes y fuimos de nuevo a la entrada a esperar a los futuros esposos, como ellos lo habían ordenado. Después de esperar un tiempo, ellos llegaron de lo más normal. Entraron al lugar y saludaron a todos los que estuvieran ahí. Después pudimos entrar Alejandro y yo, detrás de los novios.

Narra Justin.

Es imposible dejar de mirarla. Se ve tan hermosa, como siempre. Me gustaría mucho poder llegar con ella y decirle, “Amanda, te vez hermosa” y después poder besarla. Ella tiene algo que la hace muy atractiva, simplemente hermosa. Aun y cuando ella no lleva maquillaje puede dejarme sin aliento. Aun no entiendo cómo fue que sucedió pero, yo siento algo por ella.

-Justin – dijo Scooter – deja de mirar a la pobre chica – dijo en voz baja.
-¿De quién hablas? Yo no estoy mirando a nadie – mentí.
-Si claro – dijo con sarcasmo – se que ella te gusta, y bueno, es linda.
-¿No te gustara a ti? – dije molestándolo.
-No muchacho – dijo riendo – yo tengo a mi novia, además ella es muy joven, esta como para ti no para mí.
-Entiende que a mí no me gusta – dije mintiendo.
-Bueno, olvídalo, se que te gusta pero jamás lo admitirás – dijo el rindiéndose.

Llegaron Gustavo y Tiffany a saludarnos, justo detrás estaban Alejandro y Amanda discutiendo sobre algo que no logree entender.

-Scooter, me alegro mucho de verte – dijo Gustavo saludando a mi manager.

Tiffany fue con mi madre mientras que Amanda y Alejandro estaban conmigo.

-Saben, ahora regreso – dijo Alejandro – tengo que atender unos asuntos.

El se fue dejándonos solos.

-¿Emocionada? – pregunte son algo de risa, sabía que ella odiaba esto.
-Para nada – dijo con algo de rabia – no puedo creer que enserio piensa hacer esto.
-Déjala – dije – mejor vámonos.
-¿A dónde? – pregunto.
-No lo sé, solo vámonos – insistí.

Tome su mano y la guie hasta un pequeño balcón. Salimos hacia el balcón y la solté. Ella camino hasta donde terminaba el balcón, yo solo la seguía.

-Ansió que el tiempo pase rápido y que esto acabe – dijo.
-Todo pasara, ya lo veras – dije.
-Eso espero – dijo – ya espere lo suficiente.

A veces intento ponerme en su lugar y a decir verdad, no sé qué es lo que yo haría. No creo tener la paciencia suficiente como para aguantar a tanta gente llegando y saliendo de su vida. Debe de ser algo muy duro para ella y Alejandro, aunque a él parece no importarle demasiado.

-Has intentado hablar con ella – pregunte refiriéndome a su madre.
-Claro que si – dijo – millones de veces pero a ella parece no importarle. No tengo ni la menor idea de que tiene en la cabeza pero sea lo que sea está acabando con mis nervios.

Estuvimos un rato hablando de todo. Ella parecía tenerme la confianza suficiente ya que me contaba muchas cosas que debían de ser algo mas privadas.



Narra Amanda.

La cena paso algo rápido. Estuve la mayor parte del tiempo con Justin hasta que alguien nos llamo para que entráramos. Estuvimos hasta las 12 de la madrugada en el hotel. Pasado ese tiempo nos fuimos a casa. El dolor de mis pies era insoportable. Solo quería llegar a casa y dormir. Mañana seria el día de la boda, el día que mi madre y Gustavo han estado esperando.

Como deseo que mi madre encuentra a la persona indicada, que se decida por alguien y que al final pueda ser feliz. Quisiera que ella deje de estar cambiando de gente, cambiando de vida, que deje de buscar en los lugares equivocados. Si acaso ella lo llegara a encontrar, lo amaría por toda mi vida.


Al día siguiente desperté y me cambie por esto http://www.polyvore.com/lol/set?id=45710448&.locale=es. Hoy día vendría la maquillista de mi madre para arreglarnos a ambas.

Ella llego hasta las 2 de la tarde. Primero empezó con mi madre, con quien se tardo un par de horas. Después paso conmigo. Me maquillo y me arreglo el cabello. Mi maquillaje y peinado era algo simple. En cuanto terminaron fui a mi habitación y me cambie por esto http://www.polyvore.com/cgi/set?id=45334753&.locale=es. Terminamos justo a tiempo para salir de casa con rumbo a la misa.


Llegamos a la iglesia y pude sentir muchas miradas sobre mí. Yo entraría justo antes que mi madre con mis primas más pequeñas, por lo que me quede afuera. Por donde estaba no había rastros de Gustavo, quien había salido de casa mucho tiempo antes.

-Voy a entrar – dijo Alejandro.
-Ok, yo me quedare aquí – dije.
-Ok, chau – dijo y se fue.

Me estaba impacientando un poco debido a mis nervios. Mi madre estaba tardando mucho tiempo en llegar y cada vez se hacía más tarde. Yo estaba parada esperando mientras la mayor parte de la gente entraba a la iglesia.

Pasaron algunos minutos y la limosina de mi madre se estaciono frente a la iglesia. Ella bajo con un paso algo apurado. Se podría decir que se le había hecho tarde, primero por la hora que era y segundo porque su cara demostraba preocupación. Al final sus damas de honor bajaron de la limosina y todos nos alistamos para entrar. Tome a mis primitos de la mano y las encamine hasta las puertas de la iglesia. Ellas estaban muy inquietas por lo que era un poco más difícil controlarlas.

-Espero que ya estén listos porque ya vamos a empezar – dijo la organizadora de la boda. Pude escuchar una musiquita proveniente de adentro, lo que significaba que ya estaba empezando la misa. Las puertas se abrieron y todos nos voltearon a ver.

Primero pasó mi hermano con unas primas más pequeñas luego pase yo con mis primitos más pequeños. Mientras caminaba buscaba a Justin con la mirada pero no lo lograba divisar, había mucha gente que era casi imposible ver bien.

Después de recorrer todo el extenso pasillo logramos llegar frente al cura. Solté a mis primitos y ellos se fueron a sentar, al igual que yo. Después entraron las demás personas, las damas de honor de mi madre y algunas otras personas. Al final de ese pequeño desfile de gente entro mi madre. Debía admitir, lucia muy hermosa con ese vestido. Algo en lo que jamás fallaba era en sus diseños, ella sabe que le queda mejor y que no.


La misa paso como todas. Siempre daban el mismo discurso que, hasta ya me lo sabía de memoria. Era aburrido estar aquí, no había nada nuevo ni emocionante, solo una historia repetida pero con diferentes personajes, y así será por mucho tiempo, para mi desgracia.

La misa estaba por terminar, solo faltaba decir sus votos y entregar los anillos, después vendría la fiesta, lo único bueno de todas las bodas. Lo mismo de todas las bodas, promete tantas cosas que ni siquiera las cumplirá, simplemente lo hace por algún tipo de compromiso, solamente.


Después de una larguísima hora, la misa llego a su fin. Ahora sí, mi madre estaba “felizmente” casada, como ella quería. Ahora solo faltaba lograr salir del caos formado fuera de la misa y después iríamos a un lugar en la playa para la recepción. 

Gustavo y mi madre parecían estar muy ocupados tomándose fotos con algunas personas y algunas mas para la prensa. De vez en cuando había gente que venía conmigo y con Alejandro para tomarnos fotos. Tuvimos que tomarnos algunas fotos con la parejita feliz solo para algunas revistas de moda y algunos periódicos después nos pudimos separar.

Después de estar ahí atascada entre tanta gente pudimos llegar hacia la camioneta que nos correspondía a Alejandro y a mí.  Subimos a esta y partimos con rumbo a la recepción. Fueron unos 30 minutos en carro hasta llegar a nuestro destino. En cuanto llegamos bajamos de la camioneta y caminamos hasta llegar.

(NOTA: recuerdan que había dicho que sería en un salón normal, bueno, lo cambie J ahora será en la playa, solo que me da algo de pereza cambiar todo y estoy algo inspirada como para interrumpirme)

Había bastantitas personas en el lugar, como unas 50 personas, de seguro algunas no habían ido a la misa ya que veía muchos rostros nuevos. Todos al vernos voltearon. Algunos sonrieron y algunos otros simplemente nos ignoraron.

-¿Esperamos aquí o esperamos en la entrada? – pregunto Alejandro.
-Pues es igual, ¿no crees? – dije.
-Cierto – dijo – vamos a sentarnos.
-Vamos – dije.

Mientras caminaba sentí que alguien me tomaba del brazo. Voltee rápidamente y lo vi.


domingo, 18 de marzo de 2012

Entradas tardadas

Chicas, perdon por la tardansa es culpa de mi internet, creo que tendre que subir hasta mañana :( ojala y les este gustando mi novela(:

Person si tengo muchas faltas de ortografia, lo estoy escribiendo de mi celular y se batalla masomenitos. Las amooooo<3


XOXO Andrea<3

lunes, 12 de marzo de 2012

Capitulo 2. ¿Sera que me gusta?


-Espera, caminas muy rápido – dijo él.

Voltee  y lo vi. Iba trajeado, con sus típicos zapatos aunque no le quitaban lo elegante. Llevaba el cabello bien peinado, hasta pareció ser otra persona a la que yo conocía.

-Justin – dije sonriéndole.
-Hola Amanda – dijo el dándome un abrazo.
-Wow, te vez diferente – dije mirándolo otra vez.
-Si – dijo riendo – escucho eso con frecuencia – quedamos en silencio por algunos segundos hasta que el volvió a hablar – te vez muy linda.
-Gracias – dije algo apenada – tu también te vez muy bien.
-Pues gracias – dijo – ven vámonos de aquí – dijo ya que estábamos muy cerca de la entrada.

Caminamos juntos hasta llegar a un tipo de terraza de donde podías ver toda la ciudad. Estábamos en silencio. El me observaba a mí mientras yo solo miraba hacia la ciudad. La única razón por la que me gustaba estar aquí era todo esto, lo hermoso que puede ser en este lugar.

-Eres nueva aquí ¿cierto? – pregunto aun mirándome.
-¿Se me nota mucho? – pregunte riendo.
-Solo un poco – contesto sonriente – normalmente la gente recién llegada observa mucho el paisaje, como lo estás haciendo ahora.
-No me culpes – dije – esta ciudad es linda.
-Lo sé – dijo.

El silencio regreso, ahora convirtiéndose en algo incomodo. Podía sentir su mirada clavada en mi, algo que me ponía nerviosa. Era como si me estuviera estudiando con la mirada. Era algo extraño para mí. Yo no planeaba llegar a Los Ángeles y conocerlo a él.

-Sabes, deberíamos entrar – dijo – creo que están a punto de brindar – dijo.
-No me interesa mucho que digamos – dije sin importancia ahora figando mi vista hacia él.  
-¿Por qué? – pregunto extrañado.
-Porque lo que pase hoy dentro de algunos años solo serán recuerdos – dije.

Narra Justin.

La mire confundido. A ella parecía no importarle mucho, aun siendo su madre la que se casaría dentro de poco. Me daba curiosidad todo esto pero no quería ser un entrometido, esta era su vida y ella sabía si me lo decía o no.

-Si quieres entrar te acompaño – dijo ella soltando un suspiro – de cualquier forma me obligaran a entrar.
-Vamos – dije confuso.

Entramos y nos separamos. Ella fue a la mesa que le correspondía y yo a la mía. Tome mi lugar y vi como ella tomaba el suyo.

Había algo en ella que me llamaba la atención. No lo negare, es muy linda, pero, poniendo eso a un lado, había algo más que me llamaba la atención. Ese algo no me permite dejar de mirarla. Ella parecía ser la chica perfecta, la chica que tiene muchos hombres detrás de ella el tipo de chica difícil de conseguir.

-¿A quién miras? – pregunto Scooter.
-A nadie – dije mirando hacia otro lado.
-Si claro – dijo con sarcasmo – creo que ya se a quien.
-No estaba mirando a nadie – dije.
-Claro – dijo Scooter riendo – estabas mirando a la hija de Tiffany.
-¿Quién es ella hijo? – pregunto mi madre.
-No estaba mirando a nadie – dije algo nervioso.
-Es ella Pattie – dijo Scooter señalándola, claro, con discreción.

-Al parecer ella no quiere estar aquí – dijo mi madre.
-¿Cómo lo sabes? – pregunte sorprendido.
-Por su expresión – dijo ella.

Voltee a verla y estudie su expresión, mas no logree notar algún signo de inconformidad ni nada por el estilo. Ella volteo y al verme me sonrió. Yo le regrese la sonrisa y volvió a mirar a la pareja.

1 hora después…

Gustavo y Tiffany se levantaron de sus sillas y propusieron un brindis. Después de todo eso fue cuando la “fiesta” empezó. Mi madre decía que esto era como un ensayo previo a la boda, mas, Amanda decía que esto era solo una cena solo porque si.

Yo estaba hablando con algunas personas del estudio. De vez en cuando volteaba mi mirada y veía a Amanda. Ella estaba riendo junto a unos chicos desconocidos. No pude evitar sentir algo de celos. No, ella no me gusta, solo, no sé, es linda.

-Deja de mirarla Justin – dijo scooter – si te cacha mirándola quedaras como un idiota.
-No la estoy mirando – dije.
-Si claro – dijo riendo – como sea.

Narra Amanda.

-Los voy a extrañar – dije con algo de tristeza.
-Nosotros también – dijo Kegan.
-Claro que si nos extrañaras – dijo Tom – no podrías sobrevivir sin nosotros.
-Si claro – dije con sarcasmo. Ellos rieron - ¿nos veremos en la cena de ensayo?
-Claro prima – dijo Tom – ahí estaremos.

Seguimos hablando. Había pasado mucho tiempo desde que no los veo. Ellos son los hijos de la hermana de mi madre por lo que en cada boda ellos estarán. Antes, nosotros 3 junto con mi hermano, solíamos salirnos de la fiesta e ir a cualquier parte hasta que mi madre nos regaño.

-¿A dónde iremos este año? – pregunte.
-Recuerda que ya no se puede – dijo Tom – ya sabes porque.
-Lo sé – dije – y odio que haga eso.
-Mejor olvídalo – dijo Kegan.

Y así paso la noche. Yo estuve con ellos y después de un tiempo fui con Justin. Mi hermano estuvo ligando con algunas sobrinas de Gustavo. Yo solo me reía de lo que asía ya que todas lo miraban extrañadas.

Al día siguiente…

Como todos los días, me levante de la cama y tome una corta ducha. Me vestí y baje a tomar un desayuno. Podía escuchar risas desde la cocina. En cuanto entre me encontré con Gustavo y mi madre, hablando.

-Buenos días hija – dijo mi madre.
-Buenos días – dije sin mucho ánimo.
-Siéntate – dijo Gustavo – ahora mismo traerán el desayuno.

Fui hasta la mesa de la cocina y tome un lugar. Gustavo y mi madre hablaban como si yo no estuviera presente. Se reían de algo que dijo Gustavo, algo que yo no fui capaz de escuchar.

Mientras ellos hablaban yo los miraba. Mi madre actuaba igual que con los demás, pero, había algo diferente, a él le tenía un poco mas de confianza. Eso no significaba que ella si estaba enamorada, no, eso solo significaba que tal vez le se pueda llegar a enamorar.

Si se preguntan, yo no odio a Gustavo, tampoco he odiado a alguno de sus antiguos esposos o como yo los llamo “juguetes”. Envés de odio les tengo lastima. Me siento mal por ellos, me siento mal al ver que mi madre solo juega con sus sentimientos y después los bota, como si ya no les sirviera más. Esa es la razón por la que yo no suelo congeniar mucho con sus novios. ¿De qué sirve hacer un esfuerzo si como quiera todo se va a derrumbar?

-Amanda – dijo mi madre sacándome de mis pensamientos.
-Mande – dije.
-¿Podrías pasarme mi celular? – dijo señalándomelo.

Lo tome y se lo entregue. Me levante y Salí de la cocina debido al aburrimiento que generaba estar ahí. Fui al patio y me senté sobre una de las sillas cerca de la piscina. Estuve ahí sentada, mirando hacia el cielo hasta que mi madre me llamo para desayunar.


Justo termine mi desayuno y mi celular empezó a sonar. Lo tome y conteste.

Al teléfono.
-Bueno – dije.
-Hola Amanda – dijo él.
-Hola Justin – dije con una sonrisa - ¿Qué sucede? – pregunte.
-Pues, solo quería saber si tenías planes para hoy – dijo él con un poco de nervios.
-No – dije – no tengo nada planeado.
-Perfecto – dijo – ¿te parece si salimos?
-Está bien – dije con una sonrisa - ¿a qué hora?
-Qué tal si te vienes de una vez al estudio y después vemos que haremos – dijo.
-Está bien – dije soltando una pequeña risita.
-Ok – dijo – te espero. El se despidió de mí y colgamos.

No pude evitar sentirme algo nerviosa. ¿Será que tal vez me está empezando a gustar? Eso no podía ser posible tomando en cuenta que apenas nos conocimos. Claro que el no es una persona fea, es agradable estar con él y todo eso pero no, eso no puede ser. No me gustaría repetir los mismos errores de mi madre, nunca.

-¿Sucede algo? – pregunto mi madre.
-No – dije – aunque pensándolo bien, ¿me darías permiso de salir?
-¿A dónde? – pregunto.
-Saldré con un amigo – dije seria.
-Ok – dijo – pero no llegues tarde.

Dicho eso fui a mi habitación. Tome un bolso y le metí algunas cosas como un labial, mi celular, mi cartera, etc.  Volví a bajar y me tope con Gustavo, al parecer él iba de salida. No iría con él, ni loca, jamás haría algo para al menos hacerle ver que “intentaría” llevar una mejor relación con él.

Espere un poco hasta que él se fuera, después Salí yo y fui hasta Jack para pedirle  que me llevara hasta el estudio. El accedió. Subimos a la camioneta y fuimos con rumbo al estudio.

Después de estar un rato atorados en el tráfico, logramos llegar. Espere un momento para bajar del auto ya que no quería parecer desesperada ni nada de eso. Me comencé a desesperar así que salí del auto.

Narra Justin.

Estoy algo nervioso. Normalmente esto no sucede, jamás me había pasado algo así con una chica. Lo sé, apenas la conozco pero, simplemente la empiezo a extrañar y siento la necesidad de volver a verla.

-¿Nervioso? – pregunto Scooter.
-No – dije intentando ocultar mis nervios.
-Seguro – dijo con un tono de sarcasmo.
-Enserio – claro, yo no estaba nervioso por lo que él creía, la razón de mis nervios era otra.
-Bueno – dijo riendo. El se levanto y antes de irse me dijo – hoy no vendrá Gustavo, tuvo algo que hacer por lo de su boda, pero vendrá alguien más en su representación – dijo.
-Está bien – dije. Las demás personas dentro del estudio salieron dejándome solo.

Me aburrí así que tome mi celular. Me puse un poco más nervioso de lo normal al notar que Amanda no llegaba. Yo entiendo que ella tiene mucho que hacer pero, ¿para qué me diría que vendría si en realidad no?

Pasaron 10 minutos y alguien toco la puerta del estudio. Fui a abrir y la vi. Cada vez que la veía la notaba diferente, de una buena forma.

-Hola – dijo ella.
-Hola – dije sonriéndole.

Yo me acerque a ella y le di un abrazo y un beso, de saludo. Después me moví para que ella pudiera pasar.

-¿No se supone que deberían tener el día libre? – pregunto Amanda.
-¿Por qué lo preguntas? – pregunte.
-Pues Gustavo no está – dijo – y se supone que él se encarga de todo esto.
-Pero tiene como un remplazo – dije – entonces no, no tengo el día libre.
-Bueno, al menos te gusta estar aquí – dijo ella sonriéndome. Sus sonrisas me matan, ¿Por qué es tan linda?
-Si – dije regresándole la sonrisa.

En ese momento empezó a entrar la gente. Amanda saludo a cada uno de los que entraban y pude notar que alguno que otro le echaban miraditas a ella al igual que a mí. Ella las noto y se sonrojo un poco, al igual que yo.

En cuanto entraron todos empezamos. Yo entre a una cabina y empecé a grabar. Así fue por un par de horas hasta que se termino mi tiempo.

-Sera mejor que nos vayamos – dije.
-Si – asintió ella.

Salimos del pequeño estudio y yo la lleve a la cafetería.

-¿No estás emocionada? – pregunte.
-¿Por qué? – pregunto extrañada.
-Porque tu madre pronto se casara – dije.
-Ah, eso – dijo sin darle mucha importancia – para ser sincera, me da igual. Si se casan o no, me da igual.
-¿No te agrada Gustavo, cierto? – pregunte con algo de intriga.
-No es que no me agrade – ahora estoy confundido – es solo que lo que sea que haya entre ellos algún día se acabara – dijo sin alguna emoción.
-¿Por qué estas tan segura de eso? – pregunte.
-Pues, ya lo he visto – dijo ella – y muchas veces.

Después de haber dicho eso nadie hablo. No entendía muy bien toda la situación aunque tampoco quise preguntarle nada mas, no quería darle una impresión negativa de mi. Mire mi reloj y este marcaba las 2:30.

-¿Te parece si salimos ahora? – pregunte.
-Me parece bien – dijo ella con una sonrisa.
-Pues vámonos – dije.

Nos levantamos de nuestras sillas y salimos del estudio. Para nuestra suerte no había ninguna señal de algún paparazzi. Caminamos rápido y subimos a la camioneta. Kenny condujo y nos llevo hasta la playa. Se estaciono y bajamos.

-Estaré aquí por si me necesitan – dijo Kenny sonriéndome.
-Ok – dije.

Entramos a la playa y note que había poca gente. Rápidamente deduje que Kenny había sido el culpable de todo esto.

-Wow – dijo Amanda – jamás había venido aquí.
-Ni yo – dije mirándola.
-Es hermoso – dijo ella admirando el paisaje.
-Lo es – dije sonriéndole.

Comenzamos a caminar sin un rumbo fijo. Mientras caminábamos ella me contaba mas sobre ella, al igual que yo. Ella termino contándome la historia de su mama y la razón de su indiferencia hacia Gustavo. Todo parecía tener algo de sentido ahora.

-Sabes, no deberías preocuparte – dije – supongo que Gustavo debe de ser el indicado. Por cómo se miraban en la cena yo digo que él es – dije.
-Eso espero – dijo ella – es muy cansado tener que cambiar de vida cada vez que a mi madre se le antoja.
-Debe de ser duro – dije yo.
-Lo es – dijo – una vez intento algo con un británico. Nos tuvimos que mudar a Londres para que ellos pudieran ser “felices”.
-Bueno – dije – vele el lado bueno, viviste en Londres, el sueño de cualquier persona.
-Si – dijo ella fingiendo emoción – me hubiera gustado estar ahí más tiempo, los chicos son muy guapos ahí – dijo riendo.
-¿Enserio? – Pregunte – también he escuchado que los canadienses están muy guapos, es más, están sexys – dije riendo.
-Si bueno, sobre eso, creo que te han mentido – dijo riendo.
-¡Que chistosita! – dije con sarcasmo.

Narra Amanda.

No podría explicar lo que siento en este momento. Hay mucha felicidad dentro de mí en este momento combinada con algo que no sabría describir. Me sentía bien aquí, con él. Sentía que le podía contar todo. Sentía confianza hacia él.

Estuvimos ahí, hablando, hasta que empezó a oscurecer. El me llevo a casa y después se fue. Para mi mala suerte regrese a un tipo de infierno.

-¿Cómo te fue? – dijo mi madre al verme entrar.
-Bien – dije sin prestarle atención.
-Amanda – dijo ella – ven conmigo.

Yo iba caminando detrás de ella. Fuimos hasta una sala extraña, supongo que su oficina. 

-Dime, que tendré que hacer para que dejes de actuar así – dijo mi madre - ¿Qué es lo que te ha hecho Gustavo para que te pongas en ese plan?
-El no me ha hecho nada – dije.
-¿Entonces? – pregunto ella.
-Solo quiero que te decidas – dije con un poco de enojo – fastidia sabes, me fastidia que no puedas tener una relación estable con alguien. Yo no pienso estar así toda la vida, ya no mas mamá. Siempre dices que este será el definitivo pero afrontémoslo, ni tú misma te la crees.
-Lo lamento hija pero, uno no decide de quien se enamora – dijo ella.
-No mamá, si tú estuvieras enamorada no los botarías como si fueran una simple basura – dije.
-Mira hija, lo lamento si – dijo ella – se que no soy perfecta y mis decisiones no son las mejores, lo acepto, pero, déjame intentarlo con él, yo se que él es el indicado y si yo llegase a fallar, no lo volveré a hacer – dijo – pero, perdónenme, tu y Alejandro.
-Si mamá, ya no importa – dicho eso Salí de su oficina.

Yo sabía que lo que me haya dicho hoy no lo recordaría dentro de un tiempo así que, que importa. Tal vez ella así lo vea pero, a quien engaña, después de un tiempo se aburrirá y buscara a alguien más.


Fui a mi habitación y me tumbe en mi cama. No tenía mente para nada más que dormir. Mañana seria un día pesado ya que mañana tendré la prueba de mis vestidos, diseñados por mi madre. Ella le quería agregar algo más a la boda y fue esto, ella se encargaría de diseñar mis vestidos.

Me levante de mi cama y fui hasta mi closet. Me cambie por unas pijamas y me acosté en mi cama.

Al día siguiente…

Desperté y como todos los días me duche. Me cambie por esto http://www.polyvore.com/cgi/set?id=45269963&.locale=es y baje a la cocina a tomar mi desayuno.

-Lista para hoy – pregunto mi madre.
-Si – dije normal, al menos hoy no me quería enojar.
-Perfecto – dijo – toma tu desayuno con calma y después iremos a la empresa a medirte los vestidos.
-Ok.

Tome un cereal y lo vertí sobre un plato hondo, después tome la leche y la vertí sobre el plato con el cereal. Regrese a la mesa y empecé a comer. A los pocos segundos llego Alejandro, arrastrando el cebo, como siempre.

-Buenos días – dijo adormilado.
-Buenos días – dijo mi madre - ¿quieres venir con nosotras? – le pregunto mi madre.
-¿A dónde? – pregunto.
-A la prueba de vestidos – dijo ella con algo de emoción.
-No gracias – dijo – yo paso.

Yo termine mi desayuno y deje el plato sobre el fregadero. Ahora solo faltaba esperar a que mi madre se alistara. Ella bajo ya arreglada. Tomo las llaves de su camioneta y salimos de casa.


Entramos a un tipo de salón. Ahí tenía muchas telas y maniquíes, supongo que este era el lugar en donde ella hacia todas sus creaciones.

-Toma – dijo entregándome dos ganchos con un tipo de plástico encima – ve a ese cuarto y pruébatelos.

Tome los ganchos y camine hasta el cuartito que mi madre había dicho. Entre y cerré la puerta con seguro. Colgué los ganchos y saque el primer vestido, un hermoso vestido rojo que utilizaría para la cena de ensayo. Me quite mi blusa y me coloque el vestido. Ya puesto me quite mis pantalones y Salí para que mi madre lo viera.

-Te vez hermosa – dijo mi madre con un tono enternecido.
-Gracias, supongo – dije.
-Date la vuelta – dijo acercándose. Yo la obedecí. Mientras daba la vuelta mi madre examinaba cada parte del vestido, no decía nada lo que suponía que estaba perfecto – sientes algo extraño o algo parecido – pregunto.
-No – dije.
-Perfecto – dijo – ahora pruébate el siguiente vestido.

Regrese al cuartito y me quite el vestido. Tome el siguiente vestido y solté un gran suspiro. Era hermoso, este sería el vestido que utilizaría el día de la boda. Con mucho cuidado me lo coloque. En cuanto estuve lista Salí del cuartito.

Al verme mi madre esbozo una gran sonrisa, lo que significaba que le gustaba.

-Ansió verte ese día arreglada y portando este vestido – dijo sonriente – MI vestido.

Ella lo observo durante unos segundos buscándole alguna imperfección pero no encontró nada.

-¿Te molesta algo del vestido? – pregunto.
-No – dije.
-Perfecto – dijo ella – ahora ve a cambiarte.

Camine hasta el cuartito y con mucho cuidado me quite el vestido. Lo colgué y me coloque mi ropa normal. Tome los ganchos de los vestidos y Salí del cuartito. Mi madre hablaba por teléfono con una persona desconocida. Ella me miro y tomo los vestidos. Ella me hiso una seña indicándome que ya nos íbamos.

Caminamos por un largo pasillo y llegamos a la salida. Mi madre arregle los vestidos y los coloco en la parte trasera. En cuanto ya estuvo todo listo ella arranco la camioneta. Condujo hasta el salón en donde seria la recepción. Se estaciono y bajamos de la camioneta.

-Si quieres espera aquí – dijo mi madre en la entrada.
-Como sea – dije sin darle importancia.

Me senté sobre un asiento que había por ahí. Tome mi celular y empecé a navegar a través de él. Así estuve por una buena media hora hasta que me aburrí. Guarde mi celular y entre al salón en donde se encontraba mi madre. 

sábado, 10 de marzo de 2012

Capitulo 1. Los Ángeles



-Hemos llegado – dijo mi madre algo emocionada.
-¡Qué emoción! – dije sarcásticamente.
-Amanda, por favor – dijo ella – aunque sea finge que te agrada la idea. Por favor, hazlo por mí.
-Siempre me pides lo mismo – dije con un tono indiferente – y cuando intento ser amable simplemente todo se derrumba.
-Esta vez no será así, todo será diferente. El es el indicado, lo presiento – dijo. Esta sería la milésima vez que me dice lo mismo. Esas palabras ya ni ella misma se las cree.

Tomamos nuestras maletas y nos fuimos de ahí. Llegamos a una casa algo exagerada en tamaño. Rápidamente entramos y bajamos de esa camioneta.

-No se preocupe por su equipaje, nosotros nos encargamos – dijo uno de los señores que estaban ahí – por cierto, soy Roberto, para servirles.

Se presento ante nosotros y se fue. Entramos a la casa y no pude evitar soltar un suspiro. Mi madre solo me miraba, ella pensaba que yo arruinaría todo, que yo iría con el señor y le diría tantas cosas horribles solo para que ellos no se casaran.

Empecé a escuchar pasos acercándose a nosotros. Voltee mi mirada para ver quién era y lo vi a el, la persona que actuaria como mi “padre”.  Parecía ser una persona joven, no aparentaba la edad que tenia, algo que a mi madre le encantaba.

-Me alegro mucho que hayan llegado – dijo el señor. Se acerco a mi madre y la beso, algo corto y discreto debido a que estábamos presentes, Alejandro y yo, se separo de mi madre y nos saludo a mi hermano y a mí – vengan les mostrare sus habitaciones – dijo.

Subimos las escaleras y nos dirigimos hacia un pasillo largo. Nos detuvimos y el abrió una de las puertas.

-Aquí duermes tu Alejandro – dijo. Mi hermano entro a la habitación y pude oír un leve suspiro de impresión, lo que significaba que le gustaba – ven, ahora te mostrare tu habitación - dijo dirigiéndose a mi.

Dimos algunos cuantos pasos y llegamos a mi habitación. El abrió la puerta y yo entre. Para ser sincera, me gustaba el lugar. Se sentía algo acogedor y tenía una vista maravillosa. Mire hacia todos lados buscando algo que no me gustara pero simplemente era imposible, todo se veía tan perfecto.

-Espero que te haya gustado – dijo.
-Si – dije – es lindo.
-Me alegro – dijo y después de estar un momento ahí, se fue cerrando la puerta.

Camine por mi nueva habitación, solo observando. Abrí las puertas de la terraza y Salí un momento de la habitación. Me senté sobre una de las sillas y me dedique solamente a observar el paisaje. Mientras lo veía, recordaba algunas cosas de mi pasado. Recordaba cuando era pequeña y mi padre solía llevarnos a los parques de diversiones. Recordaba cuando el aun vivía, cuando salía con mi madre, aun recuerdo lo felices que solíamos ser, pero ya no más. Ahora todo eso solo era un recuerdo, ya no había marcha atrás, no había un botón para poder regresar al tiempo.

Antes de que alguna lagrima pudiera salir, me levante de mi silla y entre de regreso a mi habitación. Cerré las puertas y me tire sobre mi cama. Tome el control remoto y encendí la televisión. Solo cambiaba de canales ya que no había nada interesante que ver. Deje encendida mi televisión en un canal de música. Puse el control remoto sobre mi buro y me acomode.

Estaba mirando la televisión cuando escucho pasos fuera de mi cuarto, seguido por un golpe sobre mi puerta. Me levante lo más rápido que pude y abrí la puerta.

-Disculpe – dijo Roberto – vine a dejarle su equipaje – me hice a un lado y el metió todas mis maletas.
-Gracias – dije.
-No hay problema – dijo sonriente – si necesita algo solo avíseme.
-Llámame por mi nombre – dije – eso sería un inicio.
-Como guste – dijo y se fue.

Cerré la puerta y observe mi equipaje. Yo había traído 6 maletas grandes para este viaje, ahí venían incluidas muchas de mis pertenencias más preciadas.

Empecé a abrir una por una mis maletas. Mientras las abría sacaba su contenido. Tome un montón de ropa y entre a mi closet para acomodarlo. Este era enorme, ideal para cualquier adolescente, o ideal para alguien como yo, compradores compulsivos.

Fui dejando toda mi ropa hasta que no hubiera nada en mis maletas. Después de haberlas vaciado, guarde las maletas y cerré mi closet. Me tumbe sobre la cama y de poco a poco fui quedando dormida.

Al día siguiente…

Desperté a eso de las 8 de la mañana. Note que aun tenia la ropa del día anterior puesta. Me levante, tome una ducha y me cambie por esto http://www.polyvore.com/cgi/set?id=45035413&.locale=es.

Salí de mi habitación y baje las escaleras. Busque la cocina hasta que de suerte la encontré. Ahí estaba mi madre, tomando café mientras miraba el periódico. Al notar mi presencia bajo su tasa junto con el periódico.  

-Buenos días Amanda – dijo sonriente mi madre.
-Buenos días – dije.
-¿Quieres que te prepare algo? – pregunto.
-No gracias – dije. Voltee mi mirada hacia su mano y ahí lo tenía, el anillo de compromiso, algo que para mi madre solo era un accesorio sin valor alguno.
-Amanda, te puedo pedir un favor – dijo.
-¿Qué necesitas? - ¿Qué me pedirá ahora?
-Podrías ir a la oficina de Gustavo y recordarle sobre la cena de mañana y que debe de ir a probarse el traje para ver si deben de arreglarlo  – me pidió mi madre.
-No tengo otra opción ¿o sí? – pregunte con algo de indiferencia.
-Por favor – dijo ella suplicándome.
-Ya que – dije - ¿Cuándo?
-Cuando quieras – dijo ella – y esto también va para ti, debes de estar preparada – dijo ella.
-Si mamá, lo estoy – dije algo cansada – iré de una vez, adiós.

No espere a que ella me respondiera, simplemente me levante y Salí de casa. Uno de los choferes me llevaría y recogería ya que no tenía la menor idea de donde estaba su oficina.

Después de media hora Jack – el chofer – se estaciono enfrente de un edificio enorme cubierto de puros cristales. Solo veía el reflejo de los demás edificios por el ventanal de este.

-Llegamos – dijo Jack.
-Muchas gracias – dije mientras bajaba – te llamare cuando me desocupe.
-No se preocupe – dijo – yo aquí estaré.

Dicho esto me despedí de él y cerré la puerta. Entre al edificio y fui hasta la recepción.

-Buenos días – dijo una muchacha detrás de un escritorio.
-Buenos días – dije.
-¿Qué necesitas? – pregunto sonriente.
-Solo quería hablar con Gustavo – dije.
-¿Tienes una cita o algo? – pregunto sacando una libreta.
-No – dije extrañada.
-Disculpa, solo podrás hablar con él mientras hagas una cita – dijo ella aun sonriendo.

Saque mi celular, sería más fácil si hablaba con el por teléfono, así me ahorro hacer una cita, subir por el ascensor y todo ese show. Marque su número y coloque el teléfono sobre mi oído pero lo único que pude escuchar fue mi teléfono pitar. Espere un rato pero no contesto. Guarde de nuevo mi teléfono y fui de regreso con la señorita.

-Disculpa pero tengo que subir – dije.
-Entiende, no puedes – dijo ella.
-Mira, él y mi madre están por casarse – dije irritada – no vengo por gusto, vengo por obligación. Tengo que subir a dejarle un mensaje y no creo necesitar tu permiso para poder subir – dije. Ella solo me miraba con mala cara.
-Toma – dijo dándome un pase – piso 20, ahí lo encontraras.
-Gracias – dije fingiendo una sonrisa.

Tome el pase y me aleje del mostrador con dirección al elevador. En cuanto este se abrió yo me metí y presione el botón del piso 20. Después de una eternidad llegue a mi destino. Camine por un pasillo hasta que lo divise dentro de un tipo de estudio.

Toque la puerta. Espere hasta que alguien me abrió y yo pase. Ahí estaba Gustavo junto con otras personas.

-Amanda, que gusto verte – dijo Gustavo.
-Si – dije.
-¿Qué necesitas? – pregunto.
-Mi madre me envió a recordarte que mañana tendremos la cena y debes de ir hoy a probarte el traje – dije. 
-Cierto – dijo recordando – muchas gracias por recordarme.
-Denada – dije sin mucho interés.
-Quédate un momento – me pidió el – así conocerás una parte de mi.
-Está bien – dije sin darle mucho interés.

Tome asiento y solo miraba como el daba órdenes y la persona dentro de un tipo de cabina las obedecía. Así fue por aproximadamente media hora hasta que el marco un descanso. Mientras salían los demás yo fui con Gustavo.

-Me tengo que ir – dije.
-¿Vas a casa? – pregunto.
-Si – dije con un tono seco.
-Ok – dijo él – hasta luego.
-Adiós.

Salí del estudio y fui hasta el ascensor. Subí a este y presione el botón para llegar hasta la recepción. Tome mi celular y cheque que noticias nuevas había. El ascensor paro en el piso 13, alguien subió y después volvió a bajar.

Pude notar a la persona, o más bien, al chico que acababa de subir. Era imposible no reconocerlo.

-Hola – dijo él.
-Hola – dije sin prestarle tanta atención.
-¿Cómo te llamas? – me pregunto.
-Amanda – dije bajando un poco mi celular para mirarlo.
-Lindo nombre – dijo sonriendo - ¿Qué te trae por acá?
-Tenía un asuntito que arreglar – dije un poco seria.

El ascensor paro y la puerta se abrió.

-Pasa tu primero – dijo él.
-Gracias – dije aun seria.

Me dirigí al mostrador y deje el pase. Llame a Jack para que viniera por mí. Después de unos minutos el llego y nos fuimos con rumbo a mi casa.

-¿En dónde estabas? – pregunto Alejandro, aun adormilado.
-Fui a hablar con Gustavo – dije.
-Ah, ok – dijo – mamá salió, fue a ver lo de su vestido.
-Ok – dije sin mucho interés.

No conocía mucho la casa y la verdad no me sentía muy cómoda dentro de esta, yo no quería estar aquí lo que hacía muy complicado todo esto.

-¿Sabías que los hijos de Gustavo vendrán hoy? – pregunto.
-No – dije – no lo sabía.
-Pues ya lo sabes – dijo – vendrán dentro de una hora o tal vez menos.

No me emocionaba ni un poco saber que ellos vendrían y no creo que ellos estén muy emocionados por venir.

-¿Para que vendrán? – pregunte.
-Ellos acompañaran a Gustavo a lo del traje – dijo – él quería verlos y tomo ese tiempo como una oportunidad.

Estuve un rato con Alejandro en la cocina hablando de puras tonterías hasta que el timbre sono.

-Yo iré – dije.
-Está bien – dijo él.

Me levante de mi silla y fui a atender la puerta.

-¿Qué haces aquí? – dije algo sorprendida.
-Gustavo me dijo que si podía traer esto – dijo enseñándome un sobre.
-Sí, claro – dije – pasa. Me hice a un lado y el entro.
-Amanda, saldré un poco – dijo Alejandro acercándose a la entrada – estoy viendo mal o Justin Bieber está aquí.
-Hola – dijo Justin riendo – mucho gusto.
-Hola – dijo el – igualmente – él se quedo callado y yo solo lo miraba – cierto, ahora vuelvo. Iré a dar una vuelta por la ciudad, si me necesitas llámame.
-¿Me dejaras sola? – Pregunte - ¿Acaso dejaras que reciba a esos tipos yo sola? – pregunte intentando hacerlo sentir mal.
-Pues, eso planeo – dijo riendo. Justin solo nos veía.
-Ya que – dije resignada – anda, yo me hare cargo.

El se fue y yo me quede con Justin.

-Decías que venias a dejar el sobre ¿no? – pregunte.
-Si – dijo – a eso mismo. ¿Importa si subo a dejarlos? – pregunto.
-No – dije – adelante.

El se fue de la entrada con rumbo hacia la oficina de Gustavo. Mientras esperaba el timbre volvió a sonar. Fui hasta la puerta y abrí. Afuera había dos chavos, rubios, ojos azules, estatura media, piel aperlada, a decir verdad los hijos de Gustavo no estaban nada mal.

-Hola – dije sin mucho ánimo.
-¿Tu eres Amanda, cierto? – pregunto uno.
-Sí, soy yo – dije – pasen – dije haciéndome a un lado.

Ellos entraron y los observe bien. Parecían ser buenos chicos.

-¿Esta nuestro padre? – dijo el otro hermano.
-No – dije – el está en la oficina.
-¿Te importa si esperamos? – pregunto uno de ellos.
-No, adelante.

Ellos tomaron asiento en uno de los sofás y yo me quede ahí parada, mirándolos. Hubo un silencio largo hasta que uno de ellos hablo.

-¿Dónde está Alejandro? – pregunto uno de ellos.
-Está arriba, arreglándose – dije y después quedamos en silencio - ¿Cómo se saben nuestros nombres? – pregunte intentando romper el silencio.
-Pues Gustavo los ha mencionado – dijo el mismo chico - ¿ustedes no se saben nuestros nombres? – pregunto.
-La verdad, no – dije.
-Yo me llamo Sean y my hermano se llama Owen – dijo.
-Mucho gusto – dije sonriéndoles.

Escuche pasos en las escaleras junto con el ruido de algunas voces, suponía que eran Alejandro y Justin que venían bajando. Alejandro se acerco a saludarlos, al igual que Justin.

-Creo que me tengo que ir – dijo Alejandro – nos vemos después – dijo despidiéndose. Yo lo vi con mala cara, acción que el noto.
-Yo también me tengo que retirar – dijo Justin – nos veremos mañana – supongo que hablaba sobre la cena.
-Adiós – dije.

Ellos salieron de casa dejándome sola con Owen y Sean. Después de una media hora lego Gustavo. Hablaron un poco y se los llevo. Quede sola en la casa. Tome mi tiempo para recorrerla y familiarizarme con ella.
 
Estuve un rato de un lado a otro por toda la casa hasta que me canse y Salí al patio. Todo parecía ser perfecto en esta casa, cada espacio, cada esquina, todo. Aun quedaba una duda dentro de mí, ¿para qué Gustavo gastaría en una casa tan grande siendo alguien soltero? Esta casa es muy grande, hay mucho espacio y estar solo o sola en esta casa puede ser muy entristecedor.

2 horas después…

Mi madre llego y por lo visto, se veía muy nerviosa. Intente averiguar la razón de sus nervios pero no me decía nada. Caminaba de un lado a otro por toda la cocina y movía su boca como si estuviera rezando. Era extraño verla así, ten inquieta.

Pasaron algunos minutos y Alejandro llego. Camino hasta la cocina y se sentó.

-¿Dónde estabas? – pregunto mi madre.
-Fui a dar un paseo – dijo - ¿Por qué?
-Me tenias muy preocupada – dijo ella.
-¿Por qué? – pregunte yo.
-Alguien me había llamado diciéndome que te habían herido – empezó ella – llame a Gustavo y me dijo que averiguaría que estaba pasando y luego llegas de no sé donde como si uno no se preocupara – dijo algo enojada.
-Lo siento – dijo – estaba aburrido, además, no me apetece mucho estar encerrado aquí todo el tiempo.
-A la próxima avísame – dijo con algo de enojo.

Mi madre salió enojada de la cocina, yo voltee a ver a mi hermano y me reí. El también rio, al parecer él había encontrado lo gracioso en todo eso. Estuvimos un largo rato hablando. El me conto lo que había hecho mientras estuvo fuera y algunas otras cosas sin mucha importancia. Ya se había hecho algo tarde por lo que me fui a mi habitación a dormir.

Al día siguiente…

Son las 6 de la tarde y mi madre aun no esta lista. Yo ya me había cambiado (http://www.polyvore.com/dinner/set?id=45174354&.locale=es) peinado y maquillado, en pocas palabras, ya estaba lista. Yo solo contaba el tiempo porque esta cena ya pasara, contaba el tiempo por poder regresar a casa y dormir.

Paso una eternidad y al fin mi madre bajo las escaleras ya arreglada. Salimos de casa  con rumbo a un hotel en donde seria la cena. En cuanto llegamos, todos voltearon, claro eso era muy obio ya que habían llegado los futuros esposos junto con los hijos de la novia.

Entramos al restaurante y rápidamente me separe de ellos. No me interesaba si no conocía a nadie, solo no quería estar ahí, con ellos. Yo quería estar en _____(tu país) en donde yo verdaderamente pertenezco, no aquí, donde solo hay gente falsa que lo único que busca es salir en las fotos de la prensa.

-Espera, caminas muy rápido – dijo él.

Voltee  y lo vi. Iba trajeado, con sus típicos zapatos pero no le quitaban lo elegante. Llevaba el cabello bien peinado, hasta pareció ser otra persona a la que yo conocía.