lunes, 19 de agosto de 2013

Capitulo 60. Game on!


Duramos unas cuantas horas arreglando todo. Terminamos como por ahí de las 6:30 de la tarde. En cuanto concluimos lo nuestro cada quien se fue a su casa. Debido a la gran cantidad de tráfico que había o llegue a la mía como a eso de las 7:45 de la tarde. Me quedaba solamente media hora para alistarme.

-¿En dónde estabas? – cuestiono al verme llegar.
-Se me hiso tarde – dije – no tengo tiempo para explicaciones.
-Te quedan 30 minutos – grito, yo estaba corriendo hacia mi habitación – si no estás lista nos iremos sin ti.
-Estaré lista – afirme con mucha seguridad.

No había tiempo de darme un baño, así que pase directo a mi closet. Por suerte ya había separado lo que planeaba ponerme (http://www.polyvore.com/cgi/set?id=92116793). Rápidamente me lo coloque y corrí hasta el baño. Me alacié el cabello lo más rápido que pude, claro que procurando hacerlo bien. Me maquille solo un poco – polvo, gloss, rubor y rímel – no tenía mucho tiempo para maquillarme de mas, además lo natural es lo de hoy. En cuanto termine me coloque los zapatos y un brazalete. Me mire al espejo y suspire.

-Algo me falta – dije mirándome.

Perfume. Corrí por uno de mis perfumes favoritos, Ralph Hot de Ralph Lauren. Me rocié un poco y ahora si estaba lista.

Con el celular en mano baje hasta la cocina. Ahí estaba mi hermano con sus amigos, los DJs.

-Hola – salude. Ellos me miraron, más bien me devoraron con la mirada. No le di mucha importancia ya que no los quería meter en problemas. Alejandro puede ser un poco celoso.
-Ahora si me explicaras porque llegaste tan tarde – dijo Alejandro con un tono mandón.
-Déjala ser – dijo uno de sus amigos.
-Se supone que soy el que está a cargo – dijo – debo de hacerme cargo y cuidar de mi hermana.
-Tranquilo – dije – solo hubo un problema que nos atraso todo.
-Si vi las fotos – dijo – supongo que Caitlin se enojo.
-Un poco – dije – pero eso no fue lo que nos atraso. Y no esperes que te cuente, es una laaaarga historia.
-No esperaba que lo hicieras – dijo riendo.

En lo que él decía eso me llego un mensaje. De Caitlin. Lo abrí inmediatamente, pensando que sería algo de la fiesta. Pero no, me había equivocado.

Caitlin: Amanda, malas noticias. Le pregunte a Chris que a quien había invitado solo para asegurarme que no fueran muchos y me dijo algo que no te gustara.

Amanda: ¿Qué es?

Caitlin: invito a Justin.

-Demonios – maldije en susurros. Los chicos no parecieron haber puesto mucha atención.

Narro yo.

 Amanda se sentía traicionada, triste, nerviosa y sobre todo  enojada. Ella estaba consciente de que Chris y Justin eran amigos pero también estaba consciente que esta era una fiesta que organizábamos nosotras. Tal vez debimos hacer la fiesta en mi casa, pensó Amanda.
Ella no permitiría que el arruinara su noche. Ella le demostraría que no lo necesitaba, y lo haría sentir muy mal por la estupidez que él había cometido.

Por el otro lado, Justin estaba que brincaba de la felicidad. Sabía que esta era su oportunidad de hablar con ella y así poder arreglar la situación de una buena vez. Amanda no se negaría a hablar con el frente a tantas personas, ya que hacer numeritos no era lo suyo, según solía decirle ella.

-¿Estás listo, bro? – le cuestiono Chaz quien estaba perfumándose en ese momento.
-Mas que listo – exclamo Justin, animado – ya sé lo que le tengo que decir, lo tengo escrito y todo, por si los nervios me ganan.
-¿Cómo puedes estar tan seguro de que tu plan funcionara? – pregunta Ryan mientras se mira al espejo.
-Debe de funcionar – dijo seguro – la conozco bastante bien.
-Tiene un buen punto – dijo Chris. El estaba recostado en se cama mirando hacia el techo. Perdido como siempre.
-Bueno pues, es hora de que bajemos – dijo Ryan, impaciente.

Fueron hasta el patio en donde estaba parte de la fiesta. Justin de inmediato identifico a Amanda. Ese cabello tan representativo suyo, su sonrisa, sus ojos, todo de ella era algo que Justin conocía bien y podía identificarlo desde Marte.

-En verdad no puedo creer que dejaras ir a tremenda persona – exclamo Chris.
-No ayudas – dijo Justin.

Se fijo muy bien en Amanda. Noto algo extraño, ella no estaba sola. Había dos chavos acompañándola además de Alejandro. No le daría mucha importancia de no ser por la forma en que uno de ellos miraba a SU Amanda.

-¿Seguro que funcionara tu plan? – cuestiono Chaz, observando lo mismo que Justin.
-Claro que si – dijo, aunque no con la misma seguridad del principio.


Amanda llego junto con Alejandro, Anton y Porter. Ninguno de ellos sabía sobre Justin y no planeaba decir nada. Alejandro tenía la reputación de exagerar las cosas y enojarse más de lo necesario.

-Iré a saludar – dijo Amanda mirando directamente a su hermano - ¿Quieren venir?
-Claro – dijeron los demás chicos.   


Amanda conocía a casi todas las personas dentro de la fiesta así que le toco saludar a mucha gente – y presentar a algunas personas, claro. Muchos de los chicos presentes sabían de lo que había pasado con Justin por lo que no dudaban en coquetear con ella. Alejandro estaba presente así que los sueños de los demás no tendrían mucho futuro.

-Paul – dijo Amanda alegremente, abrazándolo – felicidades amigo.
-Gracias – dijo entre risas el chico – ya sé que tú también organizaste la fiesta así que, gracias.
-No hay que agradecer – dijo Amanda mientras se separaban del abrazo.
-Pero mira que linda te vez – dijo tomando su mano y dándole una vuelta – de las pocas veces que eso pasa.
-No es cierto – dijo Amanda entre risas – tu, por primera vez, te ves decente. ¿A quién debo agradecer?
-Chistosa – dijo Paul sarcásticamente.
-Por cierto, quisiera presentarte a Porter y Anton – dije acercándolos – chicos él es Paul, el cumpleañero, Paul ellos son los chicos. Supongo que ya conoces a Alejandro así que no será necesario que te lo presente.
-Mucho gusto – dijo Paul.
-Igual – dijo Porter – y felicidades.
-Gracias – dijo – si necesitan algo háblenle a Amanda, yo no tengo idea de lo que pasa a aquí.
-Lo supuse – dijo Amanda con seriedad.

Amanda volteo a ver a su alrededor ya que sentía que alguien la observaba. Ella se encontró con su hermano, en una esquina, hablando en su celular muy sonriente. Ella empezó a sospechar sobre si estaba hablando con Nicole, o que pasaba.


La noche transcurría con normalidad. La gente se estaba divirtiendo en la fiesta. Bailaban, cantaban, unos se besaban y otros simplemente charlaban.

-Hace mucho no te encontraba en una fiesta – dijo Justin llegándole por detrás a Amanda. Ella charlaba muy agusto con los amigos de su hermano y otros dos amigos de Alejandro.
-Me asustaste – dijo Amanda volteándose a verlo.
-¿Podemos hablar? – cuestiono Justin. Su mirada era suplicante, la única mirada a la cual Amanda jamás se podía resistir.
-¿Aquí? – cuestiono Amanda extrañada.
-No – dijo Justin sonriéndole – en el patio, aquí hay mucho ruido.
Supongo que no pasara nada – dijo Amanda. ¿Qué más podía hacer?  Se preguntaba ella.

Amanda se disculpo y siguió a Justin hasta el patio. Amanda sabía lo que él quería de ella. Al pasar la gente se les quedaba viendo. ¿Y cómo no iban a acaparar miradas cuando los presentes sabían sobre ambos? Muchos esperaban que si arreglaran sus diferencias, otros simplemente no.

Encontraron el lugar perfecto para hablar. Estaba cerca de la barda perimetral de la casa. Desde ahí se podía ver la ciudad entera. La vista era espectacular. De noche la ciudad se miraba hermosa. Jamás, ninguno de los dos, se había detenido a contemplar el bello lugar en donde vivían.

-Solo quiero que sepas que no debes de preocuparte – dijo Justin después de un silencio incomodo – no quise hablar contigo para forzarte a nada.
-¿Entonces para qué? – cuestiono Amanda sin quitar la vista de la ciudad.
-Estuve pensando mucho sobre nosotros – empezó – y creo que sería una gran estupidez de nuestra parte dejar ir nuestra amistad – tomo una pausa, tomo aire e inspiración y prosiguió – está bien si no quieres regresar conmigo pero, al menos dame la oportunidad de volver a ser tu amigo, como en un principio.
-¿Por qué quisieras ser mi amigo? – cuestiono Amanda confundida. Poso su mirada en Justin, estudiándolo.
-Porque eso es lo único que me quedaría de ti – dijo – si esa es la única forma en que podre estar contigo entonces la tomare.
-¿Estás seguro de lo que haces? – cuestiono – no quisiera hacerte sentir ilusionado de alguna forma para después romper tu burbuja.
-No te preocupes por eso – dijo entre algunas risas – pero y ya te lo dije, en algún momento volveremos a ser pareja, ambos lo sabemos.
-Pareces muy seguro - dijo Amanda. Ella no podía evitar sonreírle. La costumbre le ganaba – si yo fuera tú, no lo estaría.
-¿Quieres apostarlo? – cuestiono levantando una ceja.
-¿Qué me apostaras? – cuestiono Amanda - ¿Tu Ferrari?
-Algo mejor – dijo Justin con una gran sonrisa.
-Está bien, apostemos – dijo Amanda – tienes 5 meses.
-¿Si yo gano, que pasara? – cuestiono.
-Tú lo decidirás – dijo Amanda – y si yo gano, yo lo decidiré. Solo te aviso que no te la dejare NADA fácil.
-Esa es la idea – dijo Justin preparado.

Lo que parecía un juego para ellos era algo más. Para Justin era la oportunidad de reconquistarla y para Amanda era la oportunidad de ganarle.

Amanda solamente le sonrió. Se giro y comenzó a caminar de regreso a la casa.

-Será mejor que te prepares – grito Justin – recuerda que nunca he perdido.
-Ya lo veremos – grito Amanda entre risas. Game on!, pensó Amanda.  

jueves, 1 de agosto de 2013

Capitulo 59. Hagan lo que quieran



Después de eso yo me quede callada. En el coche solo se escuchaba la conversación de mi hermano con su amigo. Hablaban de unas chicas que habían conocido y sobre un evento al que deberían de ir. Aburrido.

Al día siguiente

Desperté debido a la lluvia que caía, que digo lluvia, la tormenta que caía. Era horrible, estaba todo gris afuera, además de que caían rayos – que me aterran mucho. Mire la hora en mi reloj. Era temprano, por ahí de las 9 de la mañana. Esta tormenta no me dejaría dormir así que mejor me levante. Encendí mi televisor en busca de algo bueno que ver. Nada. Absolutamente nada. ¿Qué pasa con las televisoras que no pueden poner algo bueno? Mejor la apague y me metí a duchar.

Mi ducha fue exprés. En tan solo 15 minutos ya estaba duchada, vestida (http://www.polyvore.com/gg/set?id=91096177) y peinada. Esto era un record para mí. Tome mi celular y baje a la cocina a desayunar. En la cocina estaban solamente Alejandro y mi madre.

-¿Y tu amigo? – cuestione.
-Desde ayer en la noche no está – dijo divertido mi querido hermano.
-Qué bueno que te despiertas – dijo mi madre – tengo dos cosas que decirte.
-¿Es malo? – cuestione.
-No creo – dijo no muy segura.
-Es malo – afirme. Por la forma en que dijo es ultimo, debería de preocuparme – dime.
-Primero que nada, estuve investigando y creo que será mejor que ambos empiecen a tomar clases aquí en casa – dijo mi madre mientras tomaba un sorbo de su café.
-¿Por qué? – cuestione confundida - ¿Qué tiene de malo estar en una escuela normal?
-Pues tu empezaras a tener mucho trabajo – empezó – y Alejandro está empezando con sus cosas de ser músico y como todos sabemos, los músicos salen de giras por lo que el también perderá tiempo de escuela.
-¿Quién nos dará clase? – cuestiono mi hermano. A él no parecía afectarle en lo absoluto.
-Cada uno tendrá su maestra ya que van en niveles distintos.
-¿Y cuál es la otra mala noticia? – cuestione.
-Pues, con Pattie ya terminamos nuestra línea, es de cosméticos – dijo – también sacaremos accesorios como zapatos, bolsos, collares, anillos, todo eso.
-Eso es algo bueno – dije – felicidades.
-Gracias – dijo – pero te necesitare como mi modelo. Haremos campañas y para eso necesitare fotografías y en las fotografías necesito a una modelo, que vendrías siendo tu.
-Ok – dije – deberás hablarlo con Charlotte.
-Ya está listo – dijo complacida.
-Supongo que no habrá problema – dije.
-Ah, antes que se me olvide – empezó mi madre – si planean salir avísenme, así mandare a mi chofer para que los lleve a donde ocupen ir.
-¿Por qué? – cuestiono mi hermano.
-¿Acaso no ves la lluvia? – cuestiono mi madre alarmada.
-Pues sí, pero, no nos pasara nada – dijo – además, debemos aprender a conducir en la lluvia.
-Hagan lo que quieran – dijo mi madre fastidiada – si algo les pasa será su problema.

Mi madre salió de la casa, enojada. Yo solo mire a Alejandro, el se notaba confundido, al igual que yo. No le dimos importancia, es nuestra madre y se preocupa por nosotros y claro que cuando alguien se opone ella se enoja. Así es ella.


-Amandaaaaaa! – grito Cait emocionada.
-Mírate, estas súper bronceada – dije riendo.
-Gracias – dijo. Seguramente lo tomo como un cumplido – vamos, las demás nos esperan.

Entramos a un pequeño restaurante. El plan era comer algo después dar una vuelta por el centro comercial. La vuelta incluía muchas compras.


Nos acercamos a la mesa en donde estaban Taylor, Tamara y Karla. Las tres se levantaron a saludar. Fue el festival del abrazo, se podría decir. Incluso Taylor estaba como loca abrazando, algo extraño en ella.

-Tenemos muchas cosas que hablar – dijo Tamara.
-Ya lo creo – dije riendo.
-Y, ¿Qué han hecho? – cuestiono Karla.
-Yo no he hecho nada – dijo Taylor.
-No nos quieras engañar – dijo Cait – ya sabemos de tu chico.
-¿Qué chico? – cuestiono Taylor en un tono sarcástico. Nosotras solo reímos.
-¿Cómo es? – cuestiono Karla emocionada.
-Más bien, ¿Quién es? – cuestione.
-Conocí al chico hace poco – dijo – se llama Pierre, su madre es francesa y su padre americano.
-Vaya – dijo Caitlin.
-Muy seriecita pero bien lista – dije.
-Para que vean amigas – dijo Taylor entre risas.
-Cuenta mas – dijo Caitlin interesada.
-Pues, se mudo a Los Ángeles hace cinco años. Habla francés, obviamente. Deberían de escuchar su acento, es demasiado encantador – dijo sonriente.
-Uy, le gusta – dijo Tamara.
-Y mucho – dije riendo.
-Se los presentare en la fiesta de Paul – dijo Taylor.
-Por cierto, debemos organizar la fiesta – dijo Caitlin – ya saben que mi casa está libre para ese día. Solo falta comprar las cosas.
-Yo me apunto a comprar las cosas – dije – no tengo mucho que hacer.
-Ya sabes amiga, si alguna vez te sientes aburrida, llámanos – dijo Tamara.
-Sinceramente, somos mucha mejor compañía que el Bieber ese – dijo Karla.
-Ya lo creo amiga – dije riendo.

Seguimos hablando de cualquier cosa. Mientras comíamos planeábamos lo de la fiesta de Paul. Había quedado con Karla para ir a comprar las cosas. Tamara y Taylor nos estarían esperando con Cait, en su casa, para organizar todo. Era una tarde magnifica con mis amigas, hasta que llego un cierto tema de conversación.

-No puedo creer que ya nos falta poco para entrar a clase – dijo Tamara.
-Lo sé – dijo Cait – no quiero que sea lunes.
-Yo no sé si vaya a ir – dije.
-¿Por qué? – cuestiono Taylor.
-Mi mamá quiere que estudie en casa – dije algo triste – dice que con mi trabajo ya no podre asistir con frecuencia a la escuela y cree que eso perjudicara mis calificaciones y otras cosas más.
-Estoy en shock – dijo Caitlin – no puedes irte.
-Exacto, no puedes – dijo Karla – las cosas en la escuela se estaban poniendo buenas contigo.
-Yo tampoco me quiero ir – dije – me gusta estar ahí, aunque no lo crean. Pero vean lo bueno, seguiremos viéndonos y las visitare cada que pueda. O sea casi todos los días.
-No hay que concentrarnos en lo malo, aun – dijo Caitlin – nos pondremos a llorar el lunes.
-Es mas – dijo Karla – nos emborracharemos el viernes como despedida.
-Me agrada tu idea – dije riendo, claro que de broma.

Seguimos hablando hasta que terminamos de comer. Pagamos la cuenta y nos fuimos al centro comercial. Hicimos nuestras compras, entre alguna que otra broma. Duramos aproximadamente dos horas en el centro comercial. Nos despedimos y cada quien se fue por su lado.



Me tire en el sofá de la sala, pensando en todo lo que había pasado hoy. En verdad extrañaba a mis amigas. Ellas son de las pocas personas que no me juzgan y yo aprecio eso. En verdad las extrañaría, creo que ya me había acostumbrado a verlas casi todos los días.

-¿Qué tienes? – cuestiono Alejandro.
-Nada – dije cansada – es solo que salir con mis amigas cansa.
-Ya lo veo – dijo riendo – saldré al estudio, lo más seguro es que llegue tarde.
-Ok – dije – chau.
-Chau hermanita – dijo – y para que lo sepas, ya me entere de la fiesta de tu amigo Paul.
-No iras, ¿o sí? – cuestione.
-Claro que iré – dijo riendo – hasta llevare a mis amigos.
-Que no sean muchos por favor – dije.
-Tranquila – dijo – solo serán mis amigos de siempre y puede que lleve a algunos nuevos.
-Como sea – dije resignada – que te vaya bien.

Salió de la casa sin decir más. Solo estaba yo en la casa. En veces deseaba vivir en una casa más pequeña para no sentirme tan sola.

2 días después…

Desperté de muy buen humor. Hoy es el día de la fiesta. Había quedado con Karla por ahí de las 10 de la mañana. Compraríamos todo y después iríamos a casa de Cait a dejar las cosas y arreglar todo. Después todas – menos Cait – regresamos a casa a arreglarnos. Era un excelente plan, solo esperábamos que el tiempo alcanzara.

Me levante de la cama y fui directo a ducharme. Rápidamente me cambie (http://www.polyvore.com/cgi/set?id=92111960) y me peine. Me aliste con mucha rapidez.

-¿Saldrás? – cuestiono Gustavo.
-Si – dije – le haremos una fiesta sorpresa a un amigo y me apunte para comprar las cosas necesarias.
-¿Tu sola? – cuestiono.
-No – dije riendo – me acompañara una amiga.
-Ok – dijo – solo eviten comprar alcohol – pidió – no quisiera problemas.
-Tranquilo – dije riendo – eso no me toca a mí.

El solamente rio. Seguramente lo tomo como una broma, aunque es verdad, eso no me tocaba a mí.

-Debo irme – dije.
-Que te vaya bien – dijo.

Subí a mi auto y me marche. Maneje hasta una tienda local. Ahí me encontré con Karla y juntas hicimos las compras. Intentamos ser serias y terminar rápido pero nos era imposible hacerlo. Tomábamos muchas fotos y videos. Mi Instagram y mi Twitter estaban infestados de estos. Era imposible ser seria al lado de Karla y yo no soy ninguna santa tampoco.


Salimos de la tienda a eso de la 1 de la tarde. Nos fuimos rápidamente a casa de Cait. Las demás estaban que se morían ya que debíamos de haber llegado una hora antes.

-¿Qué paso? – cuestiono Cait.
-Terminamos temprano – dijo Karla – pero hubo inconvenientes.
-Supongo que todas las fotos fueron parte de los inconvenientes – dijo Taylor.
-Pero no fueron los únicos inconvenientes que tuvimos – dijo Karla.
-Cierto – dije – estábamos en la fila para pagar todo lo que habíamos comprado. El chico que estaba a mero delante de nosotras pensó que sería chistoso pagar con un billete falso. Hubieran visto.
-Fue horrible – dijo Karla.
-Yo insisto que tal vez no fue buena idea ponerlas a las dos para esto – dijo Taylor – creo que es una lección.
-¿Por qué? – cuestiono Karla.
-Supongo que el simple hecho de que las dos están igual de locas es un buen indicio – dijo Tamara.
-Bueno ya – dijo Caitlin – ya no perdamos mas el tiempo y mejor pongámonos a trabajar.

Duramos unas cuantas horas arreglando todo. Terminamos como por ahí de las 6:30 de la tarde. En cuanto concluimos lo nuestro cada quien se fue a su casa. Debido a la gran cantidad de tráfico que había o llegue a la mía como a eso de las 7:45 de la tarde. Me quedaba solamente media hora para alistarme.

-…