miércoles, 9 de enero de 2013

Capitulo 53. ¿Aceptaras?



…Al día siguiente…

Mi alarma sonó. Era hora de levantarme. Hoy tendría una sesión de fotos para una tienda de Beverly Hills. Me levante de la cama y me estire. Camine hasta el baño y tome una ducha. Al terminar me cambie por esto http://www.polyvore.com/cgi/set?id=67687728. Me arregle el cabello y baje a la cocina en donde mi madre esperaba con mi desayuno.

-Come hija – ordeno mi madre – en unos minutos llegara Rebeca, ella estará al pendiente de toda tu sesión de fotos.
-Ok – dije - ¿Quién es Rebeca?
-Es parte del staff de fotografía – dijo – ella será como una agente para ti.
-Ok – dije – aunque no estoy segura de que quiera tener una agente.
-Lo sé – dijo – pero yo no puedo estar vigilando todas tus sesiones ya que yo también debo trabajar.

Desayune sin prisa. No debía apresurarme, no hasta que llegara Rebeca, mi “agente”. Ella tardo algunos minutos en llegar, los suficientes para que yo terminara mi desayuno. En cuanto estuve lista Salí con Rebeca hacia una locación en Los Ángeles. Había demasiadas flores, arboles, y todo eso. Se veía hermoso, era algo al aire libre.

-Vamos a que te cambies – dijo Rebeca con amabilidad mientras me llevaba a un cuarto.

Rebeca era una buena chica. Era joven, como de unos 24 años. Según mi madre la había contratado hace tiempo, pensando en que después de un mes terminaría despidiéndola pero no fue así, Rebeca resulto ser alguien muy responsable y preparada algo que mi madre admira.

-Te dejare aquí para que te maquillen y te den tus cambios – dijo – mucha suerte.
-Gracias – dije mientras le sonreía.

Rebeca salió del cuartito y al instante un chavo entro.

-Hola corazón – dijo – soy Armando y hoy seré tu estilista.
-Yo soy Amanda y parece que seré la modelo – dije y el rio.
-Bueno pues empecemos – dijo – siéntate ahí – dijo apuntando una silla. Hice lo que él me indico. Tome asiento y deje que el hiciera su trabajo.

El me agradaba, no era como los otros maquillistas o “trabajadores”, por así llamarlos; Armando era más relajado y platicador. Tan solo en el tiempo en que estuve con él me conto toda su vida, desde que era un pequeño hasta que llego a trabajar para la marca. Para no hacerlo sentir tan mal yo también le conté algunas cosas de mi vida claro que mis historias no eran tan detalladas como las de él.

-Y…. listo – dijo observándome – mi trabajo está hecho. Ahora solo falta que te cambies. Espera aquí, ahora regreso.

Armando salió y quede sola en el cuartito ese. Tenía muchas ganas de verme pero no había ningún espejo en la habitación.

-He regresado – dijo Armando mientras entraba – toma – dijo entregándome un conjunto, muy lindo por cierto – este es el primero de cinco cambios.
-Ok – dije.
-Yo saldré para que te cambies, en cuanto termines solo sal – ordeno.
-Ok – repetí.

El salió y yo me cambie. Combinaba con el ambiente de afuera.
Me cambie y Salí. Unas personas de ahí me ayudaron perfeccionando el “look” y me llevaron hasta el set donde tomarían las fotos.

Yo hacia todo lo que el fotógrafo decía. Intentaba ser profesional todo para no afectar la imagen de mi madre. Al parecer mi faceta profesional funcionaba ya que al fotógrafo parecía gustarle mi trabajo. Terminaron las tomas con el primer conjunto y me cambie por el siguiente. Y así fue la sesión de fotos.

Mi primer conjunto fue algo así: http://www.polyvore.com/floral/set?id=65489692

Me cambie por mi ropa y me aliste para irme. No fue hasta que una señora me detiene para hablar.

-Tú debes de ser Amanda – dijo la señora.
-Así es – dije con amabilidad.  
-Tienes talento – dijo - ¿estás con alguna agencia?
-No – dije.
-Has pensado en hacer el modelaje en algo así como un trabajo para ti – cuestiono.
-La verdad, no – sincere.
-¿Qué te parece si vienes a verme a mi oficina mañana? – cuestiono.
-Está bien – dije.
-Toma mi tarjeta – dijo entregándome un papel – por cierto, mi nombre es Nina Kingston.
-Gracias – dije no muy segura.
-De nada – dijo sonriendo.


Nos despedimos y cada quien se fue por su lado. Yo regrese a la casa en donde me esperaba Alejandro. Mal entre y empezó a hacerme preguntas sobre mi día. Por si no se habían dado cuenta Alejandro es muuuuy chismoso pero es mi hermano y lo quiero.

-¿Qué te parece si mejor salimos a pasear? – cuestiono Alejandro.
-¿Para qué? – cuestione.
-Para pasar un tiempo con mi hermana, ¿para qué más? – cuestiono.
-Ya, está bien – dije riendo – vámonos.

Nos alistamos y salimos de la casa. Subimos a su auto y el condujo hasta una cafetería cercana a la casa.

-¿Qué vas a pedir? – cuestiono.
-Un capuchino de vainilla, ¿y tú? – cuestione.
-Un capuchino moka – dijo.

Ordenamos y en cuanto nos dieron nuestros cafés nos fuimos a sentar.

-Y, ¿aceptaras? – cuestiono.
-No lo sé – dije – me agrada todo esto pero no sé si sea lo mío.
-Vamos Amanda, tu y yo sabemos que si es lo tuyo – dijo – solamente que tienes miedo.
-¿De qué? – cuestione extrañada.
-De que no seas tan buena como tú crees – dijo – debes de tener más confianza en ti.
-No lo sé – dije – primero debo de saber qué es lo que quiere Nina, después podre decidirme.
-Tendrás que ser rápida hermanita – dijo – esa gente no espera mucho tiempo, si tú te tardas para ellos será un no por lo tanto buscaran a alguien más y tus oportunidades se acabaron.
-Odio admitirlo pero tienes razón – dije.
-Yo siempre tengo la razón – dijo.
-Mentiras – dije riendo.

Y de un momento a otro nuestra conversación dio un giro y empezamos a hablar de él y sus relaciones amorosas. El ambiente se sentía tan agradable. Eso era lo que más me encantaba de estar con mi hermano, siempre estoy a gusto con él puedo relajarme y decir cualquier estupidez al cabo que él no podrá juzgarme ni humillarme.


Pasado un rato decidimos regresar a casa. Seguimos con nuestra conversación camino a casa.

-¿Aun iras a mi partido? – cuestiono Alejandro.
-Claro que si – dije - ¿Por qué preguntas?
-Pensé que lo habías olvidado – dijo.
-¿Cómo crees? – cuestione – claro que no lo he olvidado.
-Si quieres invita a Bieber – dijo – para que no estés tan aburrida.
-¿Por qué crees que me aburriré? – cuestione.
-Todas se aburren – dijo.
-Está bien – dije – como quiera ya le había dicho.
-¿Enserio? – cuestiono.
-Enserio – dije riendo – apoco creías que iría sola.
-Podrías ir con Caitlin – dijo.
-Está en las Bahamas, no creo que pueda – dije riendo.

Mire mi reloj, marcaba justamente las 5 de la tarde. Salí un rato al patio, estuve un tiempo con Perris y otro rato sentada mirando hacia el cielo, recordando mi infancia en _____(tu país) cuando mi padre aun vivía. A veces me pregunto, ¿Qué hubiera sido de mí si mi padre aun estuviera vivo y estuviera casado con mi madre? Lo más seguro es que no estuviera aquí, lo más seguro es que estuviera viviendo en España o _____(tu país). Probablemente no hubiera conocido a Justin y lo más seguro es que no andaríamos jamás.

...Al día siguiente…

-¿Terminaste? – cuestiono mi madre.
-Si – dije – me iré a arreglar.
-Ok – dijo ella.

Entre a mi closet y mire toda mi ropa. Busque algo que ponerme, algo lindo. Lo tome y me cambie por esto http://www.polyvore.com/cgi/set?id=68390055. Tome mi celular, mi cartera y unos lentes de sol; metí todo a mi bolsa y baje a la cocina con mi madre.

-Ya estoy lista – dije - ¿Cómo me veo?
-Muy bien – dijo – aunque es preferible que utilices tacones – sugirió.
-Me siento mas cómoda así – dije un poco apenada.
-Como tú te sientas más segura Amanda – dijo.
-Supongo que ya me tengo que ir – dije mirando el reloj de la cocina.
-Mucha suerte hija – dijo mientras nos despedíamos – conduce con cuidado.
-Claro – dije sonriéndole – gracias.
-Chau hija – dijo.
-Chau.

Tome las llaves de mi Bentley y Salí a la cochera en donde estaba mi auto. Sin problemas lo encendí y emprendí mi marcha. El lugar estaba ubicado en un pequeño edificio dentro de Beverly Hills. Estacione mi auto y al bajar un montón de paparazi se acercaron a mí. Tomaban muchas fotos y me llenaban de preguntas, la mayoría sobre Justin. No conteste a ninguna pregunta pero tampoco fui grosera con ellos ya que solamente estaban haciendo su trabajo. Solamente camine hasta la entrada del edificio, uno de los porteros abrió y yo entre. Fui directo a la recepción y pregunte por Nina. Me dieron algunas indicaciones y tome el ascensor a donde se supone estaba Nina.

-Amanda querida, me alegra que hayas venido – dijo Nina alegremente – no nos tardaremos mucho.
-No te preocupes – dije con tranquilidad.
-Primero que nada quiero que sepas quien soy y en donde estas – dijo – yo soy Nina Kingston, como ya sabrás. Yo soy la directora de esta agencia. Mi trabajo es supervisar a cada una de mis modelos desde su comportamiento hasta sus trabajos.
-Entonces esto es una agencia de modelos – dije.
-Así es – dijo Nina – yo quería que vinieras para convencerte de que te unieras a nuestra agencia. Tienes lo que se necesita para ser modelo.
-No lo sé – dije – no creo tener lo que se necesita.
-Créeme, lo tienes – dijo – aun estas jovencita por lo que es normal que tal vez se te complique un poco pero después iras mejorando, con el tiempo corregirás algunos detalles y podrías llegar a ser una de las mejores.
-¿Qué pasaría si digo que si? – cuestione.
-Pues, primero te buscaremos un agente, él o ella estará a cargo de tu agenda. Si te llegan ofertas ellos tendrán que discutirlo contigo y en caso de que aceptes tendrán que organizar todo.
-¿Y como se supone que funciona esto? – cuestione.
-¿A qué te refieres? – pregunto extrañada.
-O sea, tengo que estar viniendo constantemente o algo así – dije. 

-No – dijo Nina mientras negaba con la cabeza – de eso se encargara tu agente. Tu solo tendrás que preocuparte en estar lista para lo que te digan.
-Ok – dije.
-Ahora discutamos la paga – dijo Nina.
-¿Ustedes me pagaran? – cuestione.
-Si – dijo Nina – por ser parte de la agencia recibirás $1000 al mes – MIL DOLARES…. debo estar soñando.
-Es poco – dije de broma, Nina solo rio.
-Eso es de nuestra parte – dijo – quien sea que te contrate deberá pagarte otra cantidad, dependiendo de lo que ellos tengan dispuesto.
-¿Vacaciones? – cuestione.
-Claro – dijo – tú decides cuando quieres descansar, recuerda que tú decides si aceptas el trabajo o no.  
-Vaya – dije – creo que me agrada la idea.
-Me alegra escuchar eso – dijo - ¿entonces es un sí o un no?
-Tendré que decir que si – dije.
-Perfecto – dijo – entonces nos vemos en dos días para firmar contratos y tomarte algunas fotografías que irán en tu portafolio.
-Ok – dije.
-Debe de haber un padre o tutor presente – dijo.
-Ok – dije – chau Nina.
-Chau Amanda – dijo – nos vemos.

Salí del edificio y subí a mi auto lo más rápido posible. Encendí mi auto y arranque. Conduje hasta mi casa con cuidado. No estaba tan lejos por lo que llegue en cuestión de minutos.

-¿Cómo te fue? – escuche gritar a Alejandro.
-Bien – grite - ¿en donde estas?

Me fije en la sala y ahí estaba mi hermano con otro chico. Este me daba la espalda, traía una chaqueta y una gorra. Como no reconocerlo… Justin.

-¿Aceptaste? – cuestiono.
-Que ansioso – dije – ya regreso, debo cambiarme.
-Espera – dijo – ¿Qué no planeas saludar a nuestro invitado?
-No – dije riendo – me está dando la espalda, supongo que no me quiere ver.
-¿Cómo puedes decir eso? – cuestiono Justin mientras se volteaba.
-Solo decía – dije riendo.
-Los dejo chicos – dijo Alejandro.
-No, espera – dije – debo ir a cambiarme.
-¿Por qué? Yo no le veo nada de malo a tu ropa – dijo Alejandro.
-Yo si – dije – esta blusa me está matando.
-Te vez hermosa así – dijo Justin.  
-Pensé que estabas dándome la espalda – dije.
-Yo jamás haría eso – dijo dulcemente.
-Si se van a poner muy acaramelados mejor me voy – dijo Alejandro.
-No – dije – ahorita regreso.

Deje las llaves de mi coche en su lugar y subí a mi habitación. Deje mi bolso en la cama y me metí a mi armario. Me quite la ropa y me cambie por esto http://www.polyvore.com/cgi/set?id=68391237. Me arregle un poco el cabello y regrese a la sala.

-…

miércoles, 2 de enero de 2013

Capitulo 52. Sorpresa


No sé qué es lo que me pasa cada vez que el me dice estas cosas, no son mariposas las que revolotean en mi estomago; deben de ser algo mucho más grandes y fuertes que eso. Dios mío, como es que este chico puede crear tanto en mi y eso es una pregunta. Y como es que aun logra que me ponga nerviosa o que sienta esas mugrosas mariposas, ¿CÓMO?

Y como lo esperaba – y lo ansiaba – el me beso, de esos besos de los que no te quieres separar nunca. Todo siempre es único e irrepetible. Cada día que paso con él me doy cuenta que no cometí un error al decirle que sí. Ese si ha sido mi mejor decisión en toda una vida.


-No sé  qué será de nosotros en un futuro, lo que si se es que estas dejando huella en mi corazón – dije. No sé de donde salieron esas palabras pero, salieron. Ven lo que digo, el crea algo en mí que ni yo sé que es.
-Últimamente estas muy cariñosa conmigo – dijo sonriente.
-Por tu culpa – dije.
-¿Por mi culpa? – cuestiono Justin.
-Como lo oyes – dije.
-¿Y se puede saber porque es mi culpa? – cuestiono.
-No lo sé pero es tu culpa – dije.
-Bueno pues, me alegra que yo logre algo en ti – dijo sonriente, parecía estar contento – y por si querías saber, tú también creas algo en mí aunque no te diré que es.
-Terminaras diciéndome de cualquier forma – dije.
-Ya vámonos – dijo Justin riendo.

Seguimos caminando y mirando una que otra cosa. La estaba pasando muy bien, me sentía muy agusto entre todos pero sobre todo, me estaba gustando estar aquí.


Se hiso tarde y decidimos regresar. Mañana deberíamos estar temprano en el aeropuerto para regresar a Los Ángeles. Sinceramente no quería regresar, prefería estar aquí con Justin a mi lado.


-Buenas noches Pattie – dije.
-Descansa linda – dijo mi suegrita.

Me metí a mi habitación, me acomode en la cama y cerré mis ojos. Intentaba dormir hasta que escuche el ruido de la puerta, seguramente Pattie había salido o algo así. No le preste atención y regrese a lo mío. No fue hasta que sentí algo que se tira encima de mí.

-No grites – dijo mientras me tapaba la boca.
-¿Qué te sucede? – cuestione con dificultad.
-Sorpresa – dijo mientras reía. Volteé y le di un pequeño golpe en el brazo - ¿Por qué la violencia? – cuestiono mientras reía.
-Me asustaste – dije después de que retirara su mano.
-Lo siento – dijo con su típica sonrisa de niño bueno – no podía dormir y pensé en hacerte una corta visita.
-Mejor visita a tu mamá Justin – dije – pídele que te lea un cuento o algo así.
-Me gustan más tus cuentos – dijo sonriente.
-Buenas noches – dije.

Me di la vuelta dándole la espalda y cerré los ojos. Pasaron unos segundos y sentí que me empezaba a hacer cosquillas.

-No – dije riendo, en una voz baja para que no nos pudieran escuchar.

El no paraba, simplemente reía ante mi expresión, yo no podía evitar reír.

-Ya detente – dije entre risas – dejare que te quedes pero detente.
-Di que quieres que me quede – dijo.
-Quiero que te quedes – dije entre risas.
-Ok – dijo riendo.

Me soltó y me hice a un lado para que se pudiera acomodar a mi lado. Obviamente su excusa del insomnio no era cierta, solamente quería pasar la noche conmigo. El sabia que diría que no así que de seguro ideo todo esto.

-Mañana regresaremos a los Ángeles – dijo Justin – así que será mejor que descansemos.
-Yo no tenía otros planes más que descansar – dije – no se tu en que habrás pensado.
-Cochina – dijo riendo.
-Tú – dije en mi defensa.
-Ya linda – dijo riendo – mejor vayamos a dormir.
-Espera – dije – ¿acaso piensas dormir sin una camisa puesta?
-Si – dijo extrañado – yo así duermo, ¿acaso no te gusta la idea?
-Ugh – dije – que asco.
-Buenas noches linda – dijo riendo.
-Descansa – dije.

…Al día siguiente…

Abrí mis ojos y me encontré con Justin. El estaba despierto, observándome, sin su camisa. Me sonríe y por cortesía le devuelvo una sonrisa. No espero tanto para besarme aunque esta vez fue algo fugaz.

-Buenos días – dijo Justin aun sonriendo.
-Buenos días – dije aun adormilada - ¿Cuánto tiempo llevas despierto?
-No tanto – dijo.
-Si Pattie se entera que estas aquí me asesinara – dije.
-Ella sabe que estoy aquí – dijo – y también sabe que no hemos hecho nada malo.
-Qué vergüenza – dije apenada.
-Que no te de pena – dijo – a mi madre le caes bien y sabe que tu no me permitirías hacer nada malo.
-Y tiene razón – dije.
-Por eso confía en ti – dijo – y bueno, como no va a confiar en mí.
-Claro – dije con sarcasmo. El solamente rio – creo que debería alistarme.
-Ambos deberíamos – dijo.

Me levante de la cama y me estire. Tome mi maleta y comencé a buscar algo que usar.

-Nos vemos abajo linda – dijo Justin. Se despidió con un beso y salió de la habitación.

Tome la ropa y me metí al baño. Abrí la llave del agua y deje que se calentara. Me desvestí y me metí a la ducha. No tarde demasiado ya que no sabía cuánto tiempo tendríamos para estar listos. En cuanto acabe tome una toalla y me envolví en ella. Espere hasta que estuviera medio seca y me vestí. Cepille mi cabello y lo deje suelto. Me puse un poco de perfume y estaba lista. Regrese todo a mi maleta y me aliste para regresar.

-Buenos días – dije al entrar a la cocineta.
-Buenos días Amanda – dijo una de las chicas – a desayunar.

Todas tomamos asiento y desayunamos. Platicábamos sobre algunas cosas mientras comíamos; sobre chicos, comida, lugares, trabajos, etc. Paso una media hora y terminamos. Recogimos nuestras cosas y bajamos al lobby en donde esperaríamos a los demás chicos.


Después de varias horas llegamos a Los Ángeles. Cada quien tomo su maleta y salimos. Gracias al cielo no había paparazis afuera ya que Scooter se había encargado de confundirlos. En cuanto tuve mi equipaje Salí y al instante me encontré con mi hermano y mi madre.

-Hola chicos – dijo mi madre. Voltee y me encontré con Justin, ahora entendía.
-Hola mamá – dije. Deje mi maleta en el piso y la salude con un beso y un abrazo – tonto – dije dirigiéndome a mi hermano, el solamente se reía.
-Barbie – dijo riendo. Tomo uno de mis brazos y me jalo hacia él. En cuanto me tuvo enfrente me dio un fuerte abrazo de esos que te dejan sin aire – aun necesito tu ayuda.
-Lo sé – dije sin aire. Alejandro me soltó y respire otra vez.
-Y, ¿Cómo les fue? – cuestiono mi madre mientras me acercaba a Justin.
-Bien – dijo Justin sonriente.
-Me alegro mucho – dijo mi madre.

No falto tanto para que llegara Pattie y mi madre se fuera a platicar con ella. ¿Y si le dice lo que paso anoche? Digo, no fue nada malo pero, ¿Cómo lo tomaría mi mamá?

-Aun tenemos mucho que hacer con ese proyecto – dijo mi madre.
-Lo sé – dijo Pattie riendo – apenas ayer me enviaron algunos documentos, gracias a dios lo haremos juntas porque no tengo ni idea de que hacer.
-Sera un éxito – dijo mi madre.
-¿De qué hablan? – cuestiono mi hermano.
-Que chismoso – dije en susurros. El solamente levanto sus brazos como diciendo “ups”.
-Aun no pueden saberlo – dijo Pattie.
-Seguimos planeando todo – dijo mi madre – y bueno, creo que ya debemos irnos.
-Bueno – dijo Pattie – nos vemos.
-Chau – dijimos.

Nos despedimos y nos fuimos hacia la casa. Mañana tendría que levantarme temprano para “trabajar”. Ya no podía echarme para atrás, eso me dejaría mal a mí y a mi madre y no podía permitir eso.