lunes, 17 de septiembre de 2012

Capitulo 43. Siempre Algo Sale Mal


Regresamos a casa y fui directo a la cocina. Moría de hambre. Cualquier cosa que viera me decía: “Cómeme, cómeme”.

-Al fin llegas – dijo Alejandro – me sentía muy solo.
-Hubo mucho que hacer – dije tomando algo de fruta del refrigerador.
-Así parece – dijo riendo.

Me senté y me puse a comer. Alejandro me hacia platica mientras terminaba de comer, como siempre hacia. El pensaba que yo era su diario personal o algo así ya que siempre me viene a decir de sus problemas y todo eso. Me da mucha risa, siendo sincera.

-Me iré a mi habitación – dije.
-Ok – dijo – déjame solo.
-Hay, no seas niña – dije.
-Era broma – dijo – adiós.
-Chau – dije.

Tome mi bolso y subí a mi habitación. Me tire sobre la cama y cerré mis ojos. Este momento no me duro mucho ya que mi celular empezó a sonar. Era extraño ya que el número que me marcaba era desconocido y yo no solía recibir llamadas de desconocidos. No le di importancia y conteste, uno nunca sabe si puede ser algo muy importante.


Al teléfono
-Bueno – dije
-Amanda…

Esto no puede ser posible. ¿Cómo consiguió mi teléfono? ¿Por qué me habla aunque sea? ¿Quién se cree para hablarme?

-No me cuelgues por favor – pidió.
-¿Qué quieres? – cuestione con un mal tono.
-Hablar contigo – dijo – por favor.
-Dame una razón por la que deba escucharte – exigí – porque yo no la tengo.
-Te lo estoy pidiendo – dijo con paciencia.
-Tienes dos segundos – dije de mala gana.
-Quiero verte – dijo.
-¿Qué te hace pensar que aceptaría una invitación tuya? – cuestione.
-Solo piensa en todos los momentos lindos que pasamos juntos – pidió – hazlo por eso. También hubo un momento en que tú me quisiste demasiado.
-Tú lo has dicho, te quise – dije con enojo – eso es pasado. Y ahora yo te lo pido, no me estés fregando.

Colgué la llamada sin antes esperar una respuesta suya.


¿Por qué siempre me debe de pasar esto? ¿Por qué no pueden dejarme ser feliz por solo un momento? Siempre que algo empieza a andar perfectamente bien en mi vida, alguien llega y lo arruina.

-Está todo bien – cuestiono Gustavo entrando a mi habitación – se escuchaba hasta afuera tu discusión.
-Si – dije – todo está bien.
-¿Segura? – dijo no muy convencida – ya sabes que si necesitas algo me lo puedes decir con toda confianza. Si fue por Justin, no te preocupes, mañana mismo me lo ajusticio.
-No – dije riendo – el no tiene nada que ver.
-¿Entonces? – cuestiono extrañado.
-Es uno de mis ex – dije – cortamos unos meses antes que me mudara, el mismo día que cortamos el me dijo que cuando me encontrara haría hasta lo imposible por tenerme de regreso que no le interesaba el costo.
-¿Cómo se llama? – cuestiono.
-Max – dije.
-¿Lo conozco? – cuestiono.
-No – dije riendo.
-Tu tranquila Amanda, si él te fuerza a hacer algo dímelo y yo me hare cargo – dijo.
-Gracias – dije sonriendo.
-No hay que agradecer – dijo.

Nos dimos un corto abrazo, algo que normalmente hacen los padres con sus hijas. Era extraño el pensar que realmente estábamos haciendo lazos familiares; nos estábamos uniendo cada vez mas. Jamás creí que esto pudiera llegar a pasar y supongo que ni el mismo Gustavo creía eso. Al menos sabía que en el había una persona a la que le podía confiar mis problemas.

El se despidió y salió de mi habitación. Me cambie de ropa por mi pijama. Tome mi celular y me tire en la cama. Estaba sumamente agotada, en lo único que podía pensar era en dormir y nada más.

Al día siguiente

Desperté y como todos los días, tome una ducha de agua tibia. Habían pronosticado mucho calor para el día de hoy y por lo que podía ver, así seria. El día estaba soleado, como cualquier día en Los Ángeles.

Me duche y me cambie por esto http://www.polyvore.com/cute/set?id=59030866. Me arregle el cabello y baje a la cocina.

-Buenos días – dijo Alejandro al verme.
-Hola – dije aun adormilada.
-Vamos muchacha – dijo mi madre – prende el switch.
-Hay mamá – dije riendo – que cosas dices.
-Esta muy apagada – dijo ella – tienes que activarte.
-Espera algunos minutos – dije riendo.
-Por cierto, muchachos, aprovechando que están aquí – dijo mi madre – les aviso que tendremos un inquilino por una corta semana.
-¿Quién? – cuestiono mi hermano.
-El hijo de Pattie – dijo mi madre mirándome – lo quiero muy lejos de tu habitación, ¿entendido?
-Hay mamá, ¿Por qué clase de chica me tomas? – cuestione algo ofendida.
-Yo solo digo – dijo ella – sus hormonas se pueden disparar y…
-Ok ya entendí – dije con vergüenza.
-¿Por qué te avergüenzas Amanda? – Cuestiono mi “bello” hermano – es algo que deberían saber ambos.
-Ya entendí – dije un poco más alto.
-Ya deja a tu hermana – ordeno mi madre – yo solo les avisaba porque lo más seguro es que llegue un poco tarde. Aun me falta arreglar algunos vestidos para ciertas celebridades así que, ya saben.
  
Tome mi desayuno y en cuanto acabe me aliste para irme a la escuela. Tome las llaves de mi auto y Salí de casa. Conduje con mucho cuidado hasta mi escuela. Me estacione en donde siempre y entre al edificio correspondiente.

-Y con ustedes Amanda Garza – dijo Paul en un tono chistoso – futura modelo.
-Actriz tonto – dijo Tamara riendo.
-Hay que payasitos están ustedes – dije riendo.
-¿Cómo te fue? – cuestiono Karla con emoción.
-Bien – dije tranquila. No es que esto fuera algo normal en mi vida, solamente era algo sin mucha importancia.
-¿Qué tan guapos estaban los modelos? – cuestiono Caitlin.
-Pues… - dije riendo – tenían lo suyo, pero como tengo novio, no me figue mucho en ellos.
-Una chica fiel – dijo Tom – aprendan de ella.
-Nosotras que – cuestiono Taylor entre algunas risas.
-Nos juzgan equivocadamente – dijo Caitlin - ¡qué triste!

El maestro llego y la clase comenzó. Hoy era miércoles así que lo más seguro era que el día se me pasara volando.


Al fin llego la hora de la salida. Alejandro ya había llegado a casa ya que se había adelantado. Me despedí de mis amigos y Salí hacia el estacionamiento. Conduje hasta mi casa con un paso moderado; no tenía mucha prisa en llegar. En cuanto llegue estacione mi auto y entre a casa.

-Hasta que llegas – dijo Alejandro – pensé que te había pasado algo.
-No quise ir muy rápido - dije.

Como siempre, Gretta nos dejo nuestros platos en la mesa. Nosotros comimos, los dos solos. Seguramente cuando llegara Justin las cosas cambiarían, seguramente mamá estaría con nosotros a la hora de la comida solo para vigilarnos o para no dar una mala impresión.

-¿A qué hora dijo mamá que llegaría tu mejor amigo? – cuestiono Alejandro.
-No lo sé – dije – según yo, ella no dijo nada.
-Bueno, no interesa – dijo Alejandro – vamos a arreglarle la habitación.
-Vamos – dije riendo.

Subimos y fuimos directo a una de las habitaciones de huéspedes. Limpiamos un poco y la arreglamos para que se viera linda. Justamente era una habitación al lado de mí y una habitación frente a la de Alejandro.  

-Bueno, terminamos – dijo Alejandro.
-Yo hare mis deberes, por mientras – dije.
-Igual – dijo.

Baje por mi mochila y regrese a mi habitación. Hice mi tarea – que no era tanta – y organice un poco mi habitación. Fue hasta media hora después que el timbre sonó.

-Vamos, pequeña – dijo Alejandro.
-No me digas así – dije.

Fuimos hasta la entrada y abrimos. Ahí estaba el, tan lindo y sexy como siempre adornando todo con una hermosa sonrisa.

-Hola bro – dijo Alejandro en forma de saludo.
-Hola – dijo Justin mientras hacían ese saludo que hacen los hombres.
-Pasa – dijo Alejandro haciéndose a un lado.

Justin pasó y se puso a un lado mío. Me dio un corto beso en la mejilla y me dedico una linda sonrisa.

-Vamos, te enseñaremos tu habitación – dije.
-Eh tranquila pequeña – dijo Alejandro – eso lo hare yo.
-Hay – dije - ¿Cuál es tu problema?
-Si vas tú, voy yo – dijo.
-Como sea – dije – como fastidias. Mejor vámonos antes que se le ocurra decir alguna babosada.
-Vamos.

Subimos hasta la segunda planta y lo llevamos hasta su habitación. Alejandro le indico donde quedaba todo mientras yo solo los miraba sentada en el sillón.

-Listo – dijo Alejandro – ahora si me disculpan debo irme, pero les aviso, los estaré vigilando.
-Ok – dije riendo.
-No hagan nada de lo que después se arrepientan – dijo Alejandro.
-¡Qué asco! – dije.
-Bueno, me voy – dijo – si llama mamá le dices que saldré.
-Como sea – dije.

Esperamos unos segundos y él se fue. POR FIN. Siempre es así, cada que pasa algo parecido, el se empeña en avergonzarme de alguna forma. Es tan inmaduro.

-Así que te veré casi siempre por una semana – dijo Justin tomándome por la cintura.
-Así parece – dije riendo.
-Por cierto, olvide darte algo – dijo.
-¿Qué cosa? – cuestione extrañada.
-Esto – dijo y me dio un tierno beso. Era demasiado lindo, hasta parecía un simple sueño.
-¡Qué lindo eres! – dije enternecida después de aquel beso.
-Yo te quiero preciosa – dijo.

No me resistí y le di un beso. Era tan… uuugghh, no sé ni cómo describirlo en este momento. Me encantaba tenerlo cerca a mí, me hacía sentir muy bien conmigo misma, como si él me diera tranquilidad. Simplemente no lo cambiaría por nada. Es difícil encontrar hombres como él; hombres de buen corazón, amorosos, cariñosos, guapos, talentosos, carismáticos, inteligentes, etc… Dejarlo ir tan fácilmente puede que sea uno de los mayores errores que pueda cometer en toda mi vida.

-Te quiero – dije sonriente.




1 comentario:

  1. kjfaslkfjaslkfjalskfjsalkfj Joder Mori Ahora Se Pone mas interesante alksjflsakfjsalk espero con ansias el proximo capitulos amo la nove y ame el capitulo siguela pronto besos

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