Regresamos a casa y fui directo
a la cocina. Moría de hambre. Cualquier cosa que viera me decía: “Cómeme, cómeme”.
-Al fin llegas – dijo Alejandro
– me sentía muy solo.
-Hubo mucho que hacer – dije tomando
algo de fruta del refrigerador.
-Así parece – dijo riendo.
Me senté y me puse a comer. Alejandro
me hacia platica mientras terminaba de comer, como siempre hacia. El pensaba
que yo era su diario personal o algo así ya que siempre me viene a decir de sus
problemas y todo eso. Me da mucha risa, siendo sincera.
-Me iré a mi habitación – dije.
-Ok – dijo – déjame solo.
-Hay, no seas niña – dije.
-Era broma – dijo – adiós.
-Chau – dije.
Tome mi bolso y subí a mi habitación.
Me tire sobre la cama y cerré mis ojos. Este momento no me duro mucho ya que mi
celular empezó a sonar. Era extraño ya que el número que me marcaba era
desconocido y yo no solía recibir llamadas de desconocidos. No le di importancia
y conteste, uno nunca sabe si puede ser algo muy importante.
Al teléfono
-Bueno – dije
-Amanda…
Esto no puede ser posible.
¿Cómo consiguió mi teléfono? ¿Por qué me habla aunque sea? ¿Quién se cree para
hablarme?
-No me cuelgues por favor – pidió.
-¿Qué quieres? – cuestione con un mal tono.
-Hablar contigo – dijo – por favor.
-Dame una razón por la que deba escucharte – exigí – porque yo no la
tengo.
-Te lo estoy pidiendo – dijo con paciencia.
-Tienes dos segundos – dije de mala gana.
-Quiero verte – dijo.
-¿Qué te hace pensar que aceptaría una invitación tuya? – cuestione.
-Solo piensa en todos los momentos lindos que pasamos juntos – pidió –
hazlo por eso. También hubo un momento en que tú me quisiste demasiado.
-Tú lo has dicho, te quise – dije con enojo – eso es pasado. Y ahora yo
te lo pido, no me estés fregando.
Colgué la llamada sin antes
esperar una respuesta suya.
¿Por qué siempre me debe de
pasar esto? ¿Por qué no pueden dejarme ser feliz por solo un momento? Siempre
que algo empieza a andar perfectamente bien en mi vida, alguien llega y lo
arruina.
-Está todo bien – cuestiono
Gustavo entrando a mi habitación – se escuchaba hasta afuera tu discusión.
-Si – dije – todo está bien.
-¿Segura? – dijo no muy
convencida – ya sabes que si necesitas algo me lo puedes decir con toda
confianza. Si fue por Justin, no te preocupes, mañana mismo me lo ajusticio.
-No – dije riendo – el no tiene
nada que ver.
-¿Entonces? – cuestiono
extrañado.
-Es uno de mis ex – dije –
cortamos unos meses antes que me mudara, el mismo día que cortamos el me dijo
que cuando me encontrara haría hasta lo imposible por tenerme de regreso que no
le interesaba el costo.
-¿Cómo se llama? – cuestiono.
-Max – dije.
-¿Lo conozco? – cuestiono.
-No – dije riendo.
-Tu tranquila Amanda, si él te
fuerza a hacer algo dímelo y yo me hare cargo – dijo.
-Gracias – dije sonriendo.
-No hay que agradecer – dijo.
Nos dimos un corto abrazo, algo
que normalmente hacen los padres con sus hijas. Era extraño el pensar que
realmente estábamos haciendo lazos familiares; nos estábamos uniendo cada vez
mas. Jamás creí que esto pudiera llegar a pasar y supongo que ni el mismo
Gustavo creía eso. Al menos sabía que en el había una persona a la que le podía
confiar mis problemas.
El se despidió y salió de mi habitación.
Me cambie de ropa por mi pijama. Tome mi celular y me tire en la cama. Estaba
sumamente agotada, en lo único que podía pensar era en dormir y nada más.
Al día siguiente
Desperté y como todos los días,
tome una ducha de agua tibia. Habían pronosticado mucho calor para el día de
hoy y por lo que podía ver, así seria. El día estaba soleado, como cualquier día
en Los Ángeles.
Me duche y me cambie por esto http://www.polyvore.com/cute/set?id=59030866.
Me arregle el cabello y baje a la cocina.
-Buenos días – dijo Alejandro al
verme.
-Hola – dije aun adormilada.
-Vamos muchacha – dijo mi madre
– prende el switch.
-Hay mamá – dije riendo – que cosas
dices.
-Esta muy apagada – dijo ella –
tienes que activarte.
-Espera algunos minutos – dije riendo.
-Por cierto, muchachos, aprovechando
que están aquí – dijo mi madre – les aviso que tendremos un inquilino por una
corta semana.
-¿Quién? – cuestiono mi
hermano.
-El hijo de Pattie – dijo mi
madre mirándome – lo quiero muy lejos de tu habitación, ¿entendido?
-Hay mamá, ¿Por qué clase de
chica me tomas? – cuestione algo ofendida.
-Yo solo digo – dijo ella – sus
hormonas se pueden disparar y…
-Ok ya entendí – dije con vergüenza.
-¿Por qué te avergüenzas Amanda?
– Cuestiono mi “bello” hermano – es algo que deberían saber ambos.
-Ya entendí – dije un poco más
alto.
-Ya deja a tu hermana – ordeno mi
madre – yo solo les avisaba porque lo más seguro es que llegue un poco tarde. Aun
me falta arreglar algunos vestidos para ciertas celebridades así que, ya saben.
Tome mi desayuno y en cuanto
acabe me aliste para irme a la escuela. Tome las llaves de mi auto y Salí de
casa. Conduje con mucho cuidado hasta mi escuela. Me estacione en donde siempre
y entre al edificio correspondiente.
-Y con ustedes Amanda Garza –
dijo Paul en un tono chistoso – futura modelo.
-Actriz tonto – dijo Tamara
riendo.
-Hay que payasitos están
ustedes – dije riendo.
-¿Cómo te fue? – cuestiono Karla
con emoción.
-Bien – dije tranquila. No es
que esto fuera algo normal en mi vida, solamente era algo sin mucha importancia.
-¿Qué tan guapos estaban los
modelos? – cuestiono Caitlin.
-Pues… - dije riendo – tenían lo
suyo, pero como tengo novio, no me figue mucho en ellos.
-Una chica fiel – dijo Tom –
aprendan de ella.
-Nosotras que – cuestiono Taylor
entre algunas risas.
-Nos juzgan equivocadamente –
dijo Caitlin - ¡qué triste!
El maestro llego y la clase comenzó.
Hoy era miércoles así que lo más seguro era que el día se me pasara volando.
…
Al fin llego la hora de la
salida. Alejandro ya había llegado a casa ya que se había adelantado. Me despedí
de mis amigos y Salí hacia el estacionamiento. Conduje hasta mi casa con un
paso moderado; no tenía mucha prisa en llegar. En cuanto llegue estacione mi
auto y entre a casa.
-Hasta que llegas – dijo Alejandro
– pensé que te había pasado algo.
-No quise ir muy rápido - dije.
Como siempre, Gretta nos dejo
nuestros platos en la mesa. Nosotros comimos, los dos solos. Seguramente cuando
llegara Justin las cosas cambiarían, seguramente mamá estaría con nosotros a la
hora de la comida solo para vigilarnos o para no dar una mala impresión.
-¿A qué hora dijo mamá que llegaría
tu mejor amigo? – cuestiono Alejandro.
-No lo sé – dije – según yo,
ella no dijo nada.
-Bueno, no interesa – dijo Alejandro
– vamos a arreglarle la habitación.
-Vamos – dije riendo.
Subimos y fuimos directo a una
de las habitaciones de huéspedes. Limpiamos un poco y la arreglamos para que se
viera linda. Justamente era una habitación al lado de mí y una habitación frente
a la de Alejandro.
-Bueno, terminamos – dijo Alejandro.
-Yo hare mis deberes, por
mientras – dije.
-Igual – dijo.
Baje por mi mochila y regrese a
mi habitación. Hice mi tarea – que no era tanta – y organice un poco mi habitación.
Fue hasta media hora después que el timbre sonó.
-Vamos, pequeña – dijo Alejandro.
-No me digas así – dije.
Fuimos hasta la entrada y
abrimos. Ahí estaba el, tan lindo y sexy como siempre adornando todo con una
hermosa sonrisa.
-Hola bro – dijo Alejandro en
forma de saludo.
-Hola – dijo Justin mientras hacían
ese saludo que hacen los hombres.
-Pasa – dijo Alejandro haciéndose
a un lado.
Justin pasó y se puso a un lado
mío. Me dio un corto beso en la mejilla y me dedico una linda sonrisa.
-Vamos, te enseñaremos tu habitación
– dije.
-Eh tranquila pequeña – dijo Alejandro
– eso lo hare yo.
-Hay – dije - ¿Cuál es tu
problema?
-Si vas tú, voy yo – dijo.
-Como sea – dije – como fastidias.
Mejor vámonos antes que se le ocurra decir alguna babosada.
-Vamos.
Subimos hasta la segunda planta
y lo llevamos hasta su habitación. Alejandro le indico donde quedaba todo
mientras yo solo los miraba sentada en el sillón.
-Listo – dijo Alejandro – ahora
si me disculpan debo irme, pero les aviso, los estaré vigilando.
-Ok – dije riendo.
-No hagan nada de lo que después
se arrepientan – dijo Alejandro.
-¡Qué asco! – dije.
-Bueno, me voy – dijo – si llama
mamá le dices que saldré.
-Como sea – dije.
Esperamos unos segundos y él se
fue. POR FIN. Siempre es así, cada que pasa algo parecido, el se empeña en
avergonzarme de alguna forma. Es tan inmaduro.
-Así que te veré casi siempre
por una semana – dijo Justin tomándome por la cintura.
-Así parece – dije riendo.
-Por cierto, olvide darte algo –
dijo.
-¿Qué cosa? – cuestione extrañada.
-Esto – dijo y me dio un tierno
beso. Era demasiado lindo, hasta parecía un simple sueño.
-¡Qué lindo eres! – dije enternecida
después de aquel beso.
-Yo te quiero preciosa – dijo.
No me resistí y le di un beso.
Era tan… uuugghh, no sé ni cómo describirlo en este momento. Me encantaba
tenerlo cerca a mí, me hacía sentir muy bien conmigo misma, como si él me diera
tranquilidad. Simplemente no lo cambiaría por nada. Es difícil encontrar
hombres como él; hombres de buen corazón, amorosos, cariñosos, guapos,
talentosos, carismáticos, inteligentes, etc… Dejarlo ir tan fácilmente puede
que sea uno de los mayores errores que pueda cometer en toda mi vida.
-Te quiero – dije sonriente.
kjfaslkfjaslkfjalskfjsalkfj Joder Mori Ahora Se Pone mas interesante alksjflsakfjsalk espero con ansias el proximo capitulos amo la nove y ame el capitulo siguela pronto besos
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